Sr presidente, ¿cuál verdad?
Germán Guzmán Campos,
aquel "Monseñor" quien liderara en los 60's, al lado de Orlando Fals
Borda y de Eduardo Umaña Luna, la Comisión de la Verdad de esa época; publicó en
1968, uno de los tomos del informe de la comisión, denominado "La
Violencia en Colombia" "parte descriptiva", en el aparte
"Tanatomania", describe -en detalle- la barbarie a la que asistimos
(¿asistimos?), en aquellos años.
Un breve resumen serían
Las Torturas: La escalera; El Cuartito; El tubo; El Vaso de Agua; El tramojo;
El trote; La compañía; El Polo. Las consignas: "Picar para tamal",
"Bocachiquiar", "No dejar ni la semilla"; Los Cortes
"de franela", "de Corbata", "de mica",
"francés", "de oreja", sumado a otras modalidades: el
descuartizamiento, la antropofagia –para los enemigos-, el empalamiento,
"arrojar gentes (vivas) de aviones militares" –especialmente en los
Llanos- , el despeñamiento –arrojar personas vivas a abismos-, los crímenes
sexuales, la violación simultánea, la piromanía, los genocidios (El Líbano:
1.500/4.000 asesinados –sí, entre mil quinientos y cuatro mil -, Ceilán 150,
Belalcazar (Cauca) 112, El Turpial 96, Cabrera 95 asesinados, entre algunas, en
diferentes fechas entre 1949 y 1959, pero efectuadas en pocas horas o días cada
una) ( págs. 80 y 325-339). (…todavía no habían inventado las Motosierras…)
En esos años, se da el decreto 0328 de Noviembre
28 de 1958, que si bien desde diversos campos fue censurado, ordenó la suspensión
de las acciones, procesos y sentencias penales a personas vinculadas a lo
acaecido, pues fue ampliamente abalado por los directorios liberal y
–especialmente- Conservador. Ese, tal vez, desde mi punto de vista, fue el
peor error histórico del siglo XX. Tal vez es "el momento en que se jodió
Colombia" que coloquialmente buscaron algunos en los 80's de ese
siglo.
Las guerras, son
terrible, espeluznante, humanamente "normales"…ello parece que lo
entendió la humanidad desde finales de los 40's del pasado siglo cuando
entendió que había que crear un Derecho Internacional Humanitario…porque, en el
fondo, los tratados internacionales asociados a las guerras -que existen desde
hace mucho, baste recordar el tratado "de Gentes" entre el
pacificador Murillo y el libertador Bolívar en nuestra independencia (de
España…)- lo que buscan es reconocer eso: que somos "gente", que a
pesar de la guerra, somos "gente", somos "humanos"…
Entonces se necesita la
verdad, pero no se necesita la verdad para entender una acción armada entre
actores armados los cuales terminan hiriéndose o matándose en un combate
–relativamente- equilibrado. No, porque eso es la guerra y cualquier
guerrero(a) o militar sabe que está expuesto a esa muerte.
La verdad que se
necesita es toda la verdad asociada bien a cuando el rival ha quedado
indefenso: desarmado o herido y especialmente la verdad que se necesita es la
verdad asociada al atentado o al crimen contra los civiles: es decir a aquellos
que no poseen armas desde el comienzo hasta el final de la situación. Porque
esa es la verdad que se necesita?. PORQUE ES LA QUE LA DIGNIDAD HUMANA
UNIVERSAL DEL SIGLO XX Y XXI IMPONE.
Hoy, no se puede volver
a cometer el error que cometimos hace 50 años y que generó los hijos del
monstruo de la impunidad que nos ha arrasado –agigantado por los dineros del
narcotráfico- estas décadas. Aquí, a pesar de que cierto psiquiatra diga que
podemos enloquecernos con la verdad o cierto Ministro tenga el atrevimiento de
cuestionarnos "qué hubiera pasado si hubiéramos sabido la verdad de la
violencia liberal conservadora" (¡por Dios!); necesitamos saber quiénes
fueron los actores materiales y ESPECIALMENTE LOS INTELECTUALES de la barbarie.
Y mis amigos demócratas dentro de las fuerzas armadas y la policía, activos o
inactivos, así como mis amigos demócratas desmovilizados del M-19, del EPL, del
PRT, no tienen por qué temerle a esa verdad: ella es el camino a una sanación
nacional.
Ahhh…y "leyes de
punto final", sí, es posible: igual, como en Argentina, en unos años
tendrán que rendir cuentas. Además una cosa es la verdad, y otra cosa es la
justicia, y otra la reparación: Arranquemos con lo más dignificante: ¡la
verdad!.
(Bogotá, 27 de
Noviembre del 2006)
No hay comentarios.:
Publicar un comentario