2007/06/27

"La verdad nunca conduce a crisis"

entrevista a la Doctora Sandrine Lefranc.
(AUTORA DE -RECOMIENDO- POLITICAS DE PERDON)
En: http://www.cambio.com.co

CAMBIO: ¿En un proceso de paz como el que adelanta Colombia, qué tanta impunidad es tolerable?

SANDRINE LEFRANC: Estos procesos llevan una carga de impunidad. Hoy, en todos en los conflictos del mundo, lo más frecuente es que no haya ni vencedores ni vencidos, pero sí víctimas. Ni siquiera en países considerados modelo de reconciliación, los autores de crímenes políticos fueron castigados. En Argentina pasaron más de 20 años antes de que fuera posible la persecución judicial y en Sudáfrica, para muchos ejemplo de una política que articula el respeto a las víctimas y el temor a los promotores del apartheid, la Justicia fue poca.

¿Cómo perdonar a quien justifica sus acciones violentas con el argumento de que fue en defensa del Estado y de la sociedad, y contra la guerrilla?

En política, cuando los gobiernos intentan compensar la ausencia de procesos penales con medidas de verdad y reparación, lo que se busca es que los delincuentes reconozcan sus acciones. Si no lo hacen, parece ser más eficaz la amenaza de procesos penales que confronten lo que dicen con la verdad de otras fuentes, como las víctimas.

Algunos han dicho, entre ellos funcionarios del Gobierno y jefes paramilitares, que el país no está preparado para la verdad. ¿Es posible la reconciliación con una verdad a medias?

Decir que un país debe tener condiciones especiales para conocer toda la verdad es un argumento paternalista. La verdad jamás lanzó a un país a la crisis o a otro conflicto. Sin embargo, puede quitarles algo de legitimidad y poder a algunos sectores sociales y políticos

Si perdonar es un derecho de las víctimas, ¿por qué los Gobiernos invocan el perdón de la sociedad?

Los Gobiernos recurren a la retórica del perdón, lo mismo que a medidas de amnistías e indultos, para que aparezcan más legítimos los compromisos con los agentes violentos. Pero esto, que tanto teólogos como moralistas calificarían de robo -el perdón se les roba a las víctimas- puede tener consecuencias: los que apelan a la retórica del perdón deben pagar un precio.

¿Cuál?

Al hablar de perdón reconocen la existencia de una ofensa y, por lo tanto, de una víctima de esa ofensa. Así pierden la posibilidad de no hacer nada, no pueden impedir procesos judiciales ordinarios. La retórica del perdón contribuye al desarrollo de políticas paliativas de verdad histórica y de reparaciones materiales y simbólicas.

¿La justicia restaurativa cumple con los estándares de verdad, justicia y reparación?

Si se habla de los estándares internacionales de verdad histórica y reparación a las víctimas, la justicia restaurativa es presentada por sus promotores como la que privilegia la reparación a las víctimas y el diálogo entre las partes, lo cual supera la sentencia del juez. Pero si hablamos de los estándares en materia judicial, existe una tensión entre la afirmación creciente del Derecho Penal -la obligación de perseguir penalmente a los culpables-que encarna la Corte Penal Internacional y la amplia aceptación de vías alternativas fundadas en la verdad histórica y las reparaciones. Sin embargo, los estatutos de la CPI dejan un espacio para la suspensión de la justicia penal a cambio de una verdad histórica que, se supone, compensa la ausencia o escasez de veredictos judiciales.

¿Qué deben hacer un paramilitar o un guerrillero para ganar el perdón de sus víctimas?

Eso deben decidirlo las víctimas de sus acciones, dependiendo del caso.

Ya es bastante difícil para ellas tener voz, sobre todo cuando acumulan un legado de violencia física o la pérdida de un ser querido y una situación de pobreza.

¿Cómo se puede medir el grado de arrepentimiento de los autores de tantos crímenes?

Ese es el dilema. Por definición, el arrepentimiento no puede medirse porque no hay forma de asegurarse de que sea auténtico.

¿Cómo explicar que, en aras de la paz, un jefe paramilitar que torturó, asesinó y desplazó a miles de personas, pague una pena irrisoria, mientras que un delincuente común recibe todo el peso de la Ley?

Las explicaciones no tienen que ver con la moralidad, sino con la política, con la realpolitik. Son concesiones necesarias para hacer posible una paz duradera. Es difícil decir si las concesiones hechas a autores de crímenes políticos ayudaron o no al establecimiento de una democracia ¿Cómo saber si la amnistía condicional y los pocos procesos penales impidieron una guerra civil en Sudáfrica?

¿Es posible la paz en un país donde se desmovilizan los paramilitares, pero la guerrilla sigue activa?

Tanto si se trata de solucionar un ciclo de violencia, como de intentar que todos los actores armados recurran de manera menos automática a ella para proteger sus propios intereses, este tipo de desmovilización unilateral puede ser útil. Pero cuando lleguen las negociaciones con las guerrillas, los compromisos anteriores tendrán que ser revisados.

Cargos: investigadora del Centro Nacional de la Investigación Científica/Universidad de Paris-X; miembro de la Jefatura de Redacción de la revista Raisons Politiques y profesora del Instituto de Estudios Políticos de París.
Libros: Políticas del perdón.
Distinciones: Premio Nacional de Filosofía, Francia, 2002
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