2008/12/09

LA SOLUCION FACIL DEL CAUDILLO...
entrevista a Fernando Hinestrosa (Rector de la Universidad Bogotana El Externado) (http://portal.uexternado.edu.co/index.html)

C.O.T.- Regreso al presente, y vuelvo a la pregunta inicial: ¿Qué relación establece entre esas duras épocas y la de ahora, cuando se promueven nostalgias por Núñez?
R.F.H.- En general, el mundo está en un periodo adverso y perverso de reescribir la historia. La del siglo XIX del periodo radical fue reescrita por los victoriosos. Es como la historia de Roma escrita por los cristianos. Un ministro japonés acaba de caer porque quiso reescribir la historia del Japón en la Segunda Guerra Mundial. En Italia, el régimen ha venido haciendo lo mismo para poder pintar a Mussolini como inocente. Es la historia de la historia contada por los gatos que, a su manera, resultan inclusive vegetarianos.
C.O.T.- ¿Será que estamos regresando realmente al pasado?
R.F.H.- La nostalgia del autoritarismo, del conductor, del Duce, es una manía muy incrustada. El respeto a la individualidad se ve como perverso y malsano. Lo que importa es el rebaño. Por eso, el símil del pastor y la grey es universal se emplea en religión, en política, en la familia. El autoritarismo exalta al ‘pater’, al ‘padre de la patria’, al ‘salvador’. Cuando hay dificultades, incertidumbre e inseguridad, se busca refugio.
C.O.T.- ¿Por qué parece el país patinar siempre en esa fórmula?
R.F.H.- El credo de libertad, el culto a la democracia de autonomía, es difícil. Así como la gente prefiere la recomendación y la intriga al concurso, prefiere la solución fácil del caudillo, a la autonomía. Y es muy fácil desacreditar la democracia diciendo que es ingobernable. Entonces, vamos todos tras del flautista de Hamelin

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C.O.T.- Hay ciertas similitudes que he notado en detalles en uno y otro tiempo. Por ejemplo, en la época de Núñez se hablaba de…

R.F.H.- … Regeneración o catástrofe…

C.O.T.- Sí señor. A mí me suena a catástrofe y a hecatombe.

R.F.H.- Uno no puede, con toda sinceridad, asimilar criterios. Yo veo otras maneras de restringir libertades, distintas de la fuerza de antaño. Claro que entonces no fue solamente la fuerza sino la compra de conciencias con contratos, con favores a los áulicos. El caricaturista de la época pintó en una escena, el árbol de la Regeneración. De ahí caían las bellotas y los cerdos las comían. Pero hoy, existen otros factores muy distintos.

C.O.T.- ¿Cuáles?

R. F.H.- Hay algo muy significativo: el siglo XX, que fue el siglo del totalitarismo -y muchas de las expresiones que yo pueda usar están marcadas por ese signo de la persecución y el exterminio del contendor-, concluye con un grito de libertad y de consideración de los derechos humanos. El lema de derechos respecto de la dignidad humana, ha avanzado enormemente. Hoy no se puede vulnerar derecho fundamental, y menos masivamente, sin que todo el mundo se entere de ello. Los medios de comunicación y la posibilidad de que simultáneamente en todas partes esté la escena de la violación, así como la existencia de grupos militantes de los derechos humanos, establecen la diferencia porque hay sensibilidad y solidaridad.

C.O.T.- ¿Disminuyen las violaciones por el control externo?

R.F.H.- No me refiero solo al ‘coco’ de la Corte de justicia internacional, sino a algo más espectacular: los diversos mecanismos de denuncia. Claro, se pueden mencionar unas cuántas excepciones y están ahí a la vista. Pero hoy, las posibilidades de defensa individual y colectiva de las libertades son mucho mayor
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C.O.T.- Es paradójico que mientras el mundo avanza en la cultura de derechos humanos en el mundo, en Colombia poco nos preocupemos por las libertades o por las instituciones ¿Hay un retroceso o un estancamiento en esa materia? R.F.H.- Cuando hay peligros, amenazas grandes, la gente va a lo que considera fundamental en su existencia y está dispuesta a pagar el precio que sea. Lo hemos vimos en las preguerras; en los conflictos de guerra fría y en los internos en los distintos países y continentes: la eliminación del enemigo o de la amenaza, están por encima de todo. Después vendrán las amnistías, las leyes de perdón y olvido. No es de sorprender que pase como en la fábula de Michín: “mamita dame palo pero dame qué comer”. Aquí decimos “dame seguridad y estabilidad pero dame tranquilidad”.
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entrevista completa en http://www.elespectador.com/impreso/articuloimpreso94655-gente-no-ha-aprendido-ser-libre-o-respetar-al-otro?page=0,0

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