2009/09/18


¿Y DÓNDE QUEDA EL MUSEO DE PEREIRA?”...

Esa pregunta, en la voz del viceministro de turismo, hace pocos días, desconcertó a los Pereiranos que estábamos sentados junto a él. Uno respondió, inteligentemente, que la ciudad era supremamente joven comparada con otras, y que por ello NO tenía un museo como tal. Una excusa oportuna, pero eso, una excusa. Ciudad que se respete, que quiera ser “ciudad”, tiene museo. Y ciudad que corra el riesgo de convertirse en “metrópoli”, de varios millones de habitantes, necesita y requiere un museo, que le permita a todo ser natural o social saber quién es…(¿las y los pereiranos sabemos quiénes somos?) antes de que se convierta, tal cual sucede, por ejemplo, con Bogotá y otras metrópolis, en una ciudad de todos –tan lindo ese “de todos”-…y por ende “de nadie”.

Tenemos museos…sí, claro que tenemos, el de arte, el del Banco… pero, ¿son museos o son salas de exposiciones?...y además, son “el museo de Pereira”? la respuesta es NO. La ciudad simplemente NO TIENE. Un museo es algo monumental. A veces pudiera pensarse que el tamaño de las ciudades se mide acorde con el tamaño de sus museos. Mi profesor Víctor Zuluaga me contaba que en Suecia, su gran anhelo era visitar en el "museiom" la sección de cestería Chamì: no se entiende cómo en Pereira no existe una muestra etnográfica antes de que esa cultura desaparezca. Museo que se respete, combina exposiciones permanentes de arte, antropología, ciencias, tecnología, historia. Ojo: estamos hablando de salas permanentes de exposiciones, y las salas individual, colectiva, antológica, retrospectiva, histórica, conmemorativa o temática. Un sitio en donde se establecen recorridos libres, secuenciales y obligatorios. De Iluminación de “dispositivos museográficos”, Paneles, Soportes, Vitrinas, es decir, estamos hablando de un gran, un enorme edificio (Foto). Perdóneseme pero cuando miro el Lucy Tejada, pienso, que todavía se puede remodelar y potenciar parte de ese espacio

Obviamente semejante esfuerzo requiere unos cargos estables (es decir, no contraticos para hacer politiquería). Requiere un museógrafo, un registrador, un educador, un conservador -aclaro, no tiene nada que ver con el partido-. Ahí, ya va una platica. Pero súmele, un documentalista, un diseñador gráfico, un fotógrafo y todo un equipo de apoyo técnico: Montajistas, instaladores, carpinteros, electricistas, entre otros. ¿Y para qué tanta burocracia? sencillo, para todo lo que implican los procesos, los diseños, los apoyos bidimensionales y tridimensionales, la iluminación, la seguridad, la multimedia, etc, etc, etc, de una exhibición ¿O es que creemos que los grandes museos del mundo los maneja el de la recepción?.Cuánto vale semejante esfuerzo, plata si, plata y? puede ser presupuesto público, privado, mixto, local, nacional, internacional, pero la pregunta es ¿hay quien lo gestione? Jamás olvidaré a Jaime Ochoa –el mayor coleccionista de obras literarias pereiranas que existe- diciendo en la Remigio (una emisora, que se oye por el 97.7 de la fm…) que María Isabel Mejia Marulanda sería recordada en las décadas siguientes no por haber sido una política, o una furibista, sino por haber gestionado un Museo. Si Jaime, aquí lo que se requiere es que, ejemplo, el decano de la facultad de bellas artes de la UTP convoque, gestione y lidere un esfuerzo colectivo de esta magnitud, de tal manera que (otro ejemplo) los políticos (y los queros…¿si hay diferentes?), en esta campaña electoral se comprometan con tal propósito: eso de mercaditos es intrascendentes: hay que trascender señores.
Mg. Orlando Parra G. Sept 18, 2009.
-las opiniones aquí expresadas comprometen sólo al autor del texto y en ningún caso a las entidades con las que se encuentre vinculado-

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