2011/11/28

“¡En Vida Hermano, en Vida!” No 3: RUBEN DARIO JARAMILLO MONTOYA


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El padre Rubén





PobreEl mejor 


“Hay que tener cojones para decir eso en público” le dije; “quien está en Cristo a nada teme”, respondió, tranquilamente, el padre Rubén Darío Jaramillo Montoya en un diálogo en los aposentos de la rectoría de la UCPR (hoy UCP). Tal vez esa frase describa quién es.
Supe de él, porque realmente nunca lo traté, cuando era Párroco de Villasantana -creo que era su primer ejercicio pues fue ordenado a fines de 1992- y yo creaba y dirigía la primera (¿y única?) oficina de juventud de la alcaldía de Pereira. Tenía fama de ser muy estricto. Si bien nunca nos cruzamos después supimos que tratábamos los mismos jóvenes macartizados como “pandillas juveniles” en los 90’s, bajo el estigma de la figura sicarial asociada a las mafias que recaló dentro del imaginario de los Colombianos. La mayoría de ellos murieron. A una minoría los salvó el amor o por una mujer o en Cristo.

Pasados los años nos conocimos personalmente en la brega por crear Pereiranos por la Paz en 1998. Monseñor Fabio Suescún Mutis, Obispo de la Diócesis, lo había puesto al frente de una incipiente Pastoral Social.  Poseía una pequeña oficina con una joven secretaria que hasta hoy lo sigue. El Padre Rubén, fue padre de Pereiranos por la Paz, sin  su apoyo no hubiera nacido. Nunca me ha contado cómo logró convencer a “Suescún” para que asumiera la Presidencia de la Asociación Permanente de Ciudadanos Pereiranos por la Paz.

Por aquella época le habían dado una Parroquia en el centro pero en el terremoto de principios de 1999 -“de Armenia”-  la construcción tuvo graves problemas y -creo- fue cerrada. Trabajamos en “Laboratorios de Paz” barriales, especialmente en Las Brisas de Villasantana al lado de las Hermanas Pasionistas. Sus palabras de despedida en el 2001 al momento de entregar la dirección ejecutiva de la asociación las conservo. Son un tesoro personal.

La vida siguió. Lo vi crear, desde los cimientos, con Jhon Jairo Hincapié, Diana Osorio, y otros, una formidable empresa en Caritas, allí atendió a los desplazados. Se involucró directamente en procesos de desmovilización de -ahora si- pandillas juveniles en el área metropolitana. Su trabajo honesto y transparente, con bajo protagonismo, le trajo impensados apoyos de personajes encopetados de la ciudad.

Me sorprendió, y a él, su nombramiento como Rector de la UCPR. Un premio a su espíritu alegre, inteligente, emprendedor, líder… Su hermosa madre lo acompañó en su posesión. Esa señora que reflejó la humildad que siempre ha tenido Rubén. Al salir de la hoy UCP, pudo haber tomado algún escalón, pero me dijo “me interesa más el ser humano que hay dentro de mí” y regresó a una humilde parroquia en Dosquebradas. ¡Qué Ejemplo!

ADD: Serie de homenajes “¡En Vida Hermano, en Vida!” No 3… continuará…

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