2015/09/07

detectar a un mal alcalde a tiempo...ojo...va votar?...vote no BOTE!

Decálogo para detectar a un mal alcalde a tiempo

Algunas señales: espiritualidad y amor repentino hacia su pareja
Por: Helbert Leal Borda julio 27, 2015 en http://www.las2orillas.co/decalogo-para-detectar-tiempo-mal-alcalde/ 
Este es un espacio de expresión libre e independiente que refleja exclusivamente los puntos de vista de los autores y no compromete el pensamiento ni la opinión de Las2Orillas.
Decálogo para detectar a un mal alcalde a tiempo
Foto: tomada de votenblanco.com
1. La primera impresión
Debe tener en cuenta que un candidato es la versión mejorada de una persona común que demuestra ciertas aptitudes y actitudes para gobernar. Es un concepto, una imagen, una pintura que pretende resaltar los aspectos más positivos de una persona y con una espesa capa de laca para disimular cualquier detalle negativo que deje entrever la naturaleza humana del futuro alcalde. La primera impresión es mala consejera y equivocarse con una persona por cuatro años suele ser doloroso y agobiante. Con calma y tiempo contemple esa imagen y busque esos pequeños detalles que le dejarán ver al hombre debajo del traje. Tome atenta nota de esos momentos en que no está mostrando su mejor cara. Observe cómo se sienta, cómo come, si manotea constantemente, si ve las personas directamente a los ojos; si se distrae fácilmente o si usa el celular mientras le están hablando
2. Formación académica
Indague acerca de la preparación académica y la experiencia laboral del candidato, sus aficiones y hobbies. Para administrar un municipio se necesita de habilidades y destrezas que suelen encontrarse en algunas carreras, en mayor o menor medida. La administración pública se ha tecnificado a tal manera que necesita de preparación previa, conocimientos y experiencia específica en la materia. La experiencia en la política es necesaria o el trabajo en el sector público. Cualquier parroquiano tiene el derecho a ser elegido, pero no cualquier parroquiano debe ser gobernante. Estos personajes que nunca han participado en un cargo de elección popular, y que llegan por arte de magia al poder, pueden ser una mala experiencia. Sin embargo, tenga en cuenta que algunas profesiones son más adecuadas que otras y algunos hobbies o aficiones menos compatibles para el ejercicio de administrar lo público.
Tenga en cuenta que algunas profesiones y hobbies no han sido una buena experiencia con el desempeño de una alcaldía.
Profesiones: abogado, sacerdote, contador, médico, profesor y levantado. Hobbies: caballos, cartas, músico.
3. Explosión de espiritualidad espontánea
Dentro de los comportamientos más dicientes de un futuro mal gobernante son los repentinos deseos de espiritualidad en el candidato; es decir, un árbol torcido que lo llena el espíritu santo y se endereza rápidamente aparece espontáneamente los domingos en misa, no se pierde liturgia, entierro, bautizo, confirmación, la fiesta del santo, la procesión cargando la imagen y se sienta en el primer banco donde pueda ser visto por todos los feligreses. Colabora ampliamente con las rifas, basares, tómbolas y bingos que tengan por objeto captar recursos para la parroquia, pasa a leer la biblia constantemente, reparte mercados a los pobres, se hace prioste, carga imágenes, cruces, adula continuamente al párroco y camina por las calles del brazo o sirviéndole de apoyo al cura del pueblo.
4. El compromiso en el hogar Todo rey debe tener su reina, si sabe cómo mantener su hogar sabrá mantener su reino. Un hombre debe honrar la palabra y ser fiel a los compromisos. Si la esposa no es feliz pues ya sabrá cómo le va a tocar a usted que se casó con ese candidato por cuatro años. Mírela a los ojos. Eso será suficiente. Pero si ella sabe mentir observe estos comportamientos que son comunes entre los futuros malos alcaldes: el repentino desborde de amor hacia su compañera sentimental; parecen novios de primavera. Los besos y caricias son constantes y en momentos precisos, caminan de la mano como si se fueran a perder si se sueltan, pero tenga especial cuidado con los antecedentes del futuro mal alcalde.
En un soltero: un alcalde soltero es medio alcalde. Da rienda suelta a las bajas pasiones y se producen conflictos con el personal femenino de la administración. Las conquistas terminan en secretarías y las que no de beneficiarias de la contratación. Es un galanazo, un buitre de bajo vuelo. Presenta una tendencia a descuidar el componente social, la tercera edad, las madres comunitarias, el deporte y la cultura, son mediocres en la realización de eventos, patrocinan la parranda propias y ajenas, descuidados en la parte ornamental y en el aseo del municipio.
Es casado: mucha atención a los antecedentes de amantes, novias ocultas, amoríos pasajeros, separaciones temporales. Más de una esposa y violencia familiar son claros indicios de un hombre que no ha sabido mantener su palabra. No respeta los compromisos y no cumple sus promesas, ejemplo claro el alcalde de la Bogotá Humana, con tres matrimonios al hombro.
5. Dime de qué presumes y te diré de qué careces
Un comportamiento que se vuelve tendencia es presumir un origen humilde como si nacer con comodidades fuese un pecado. Tenga especial cuidado con el candidato que en sus intervenciones públicas hace énfasis en haber nacido en el campo, haber trabajado en el campo. En caso de que esto no aplique, sus padres o abuelos, automáticamente, se convierten en humildes campesinos. De cualquier forma deja en claro su origen humilde, sella este argumento bebiendo una totumada enorme de guarapo recién hecho para demostrar que el estómago tiene la experiencia y la fortaleza para soportar el agua cruda. Suele ufanarse de haber venido trabajando muy duro desde que estaba chiquito, que tenía que recorrer incontables kilómetros para llegar a la escuela y que juntaba los centavos de lo que vendía en los días de mercado para comprarse la mudita de ropa, gracias al estudio llegó a ser lo que es en la vida, que viene de abajo, que fue pión y gracias al trabajo duro salió adelante.
6. Dime con quién andas y te diré quién eres
Un buen termómetro de cómo será una futura alcaldía es indudablemente el equipo que acompaña al candidato, claro es que de este selecto sequito saldrán quienes serán los futuros empleados de la alcaldía y contratistas: la muchacha atenta que reparte las galletas con gaseosa en un futuro cercano puede convertirse en la secretaría de gobierno o secretaría privada; en la auxiliar, en la almacenista, el muchacho que carga el bolso con la plata del candidato puede ser el futuro cuasi escolta conductor; el que maneje la retro o un importante contratista. Utilizar el punto 1 y 2 de este decálogo le ayudará a entender qué tan buenos empleados y contratistas serán. Tenga especial cuidado con algunos personajes que están alrededor y no son muy visibles. Por la sombrita los encuentra, esos son los peores.
7. El abanico de las promesas
Todo candidato basa su campaña en promesas. Por lo tanto, ya tiene un problema: para que pueda existir una promesa debe haber quién la plantee y, consecuentemente, quién la crea; es decir, le están entregando un cheque en blanco y solo se hará efectivo si el futuro alcalde pone algún día su firma en él. No se preocupe. Usted puede saber si ese cheque le va a salir chimbo.
Usted solo debe realizar preguntas sencillas ¿cómo lo va a hacer?; ¿de qué rubro del presupuesto va a sacar la plata?; ¿cuánto va a costar? Si no le contesta, ya tiene un mal Alcalde, y si le sale que gestionara los dineros en el Gobierno Nacional, le acaban de entregar otro cheque en blanco pero el que firma es el Gobernador.
8. La plata no lo es todo
En esta vida nada es gratis y nadie da sin esperar algo a cambio. Esa cerveza, ese aguardiente, esa novilla no son gratis. Lo mismo que no son gratis las tejas, el cemento, la droga, el mercado, los grupos musicales, los viajes de recebo y, en general, toda ayudita que le dan estos candidatos que buscan comprarle su voto. Eso cuesta y esa platica sale del bolsillo del candidato, o de quien o quienes lo patrocinan, y esa platica debe regresar (y con dividendos). Entre más dinero usted vea gastar en una campaña, peor será el alcalde. Entre más plata, más endeudado, y, por lo tanto, más comprometido. Cuando el contrato se amarra, los de la sombrita llegan a cobrar en puestos y contratos, y así la platica mágicamente empieza a perderse y las promesas a incumplirse. Esa carnecita al caldero que le supo tan rica ojalá y le dure los cuatro años porque, posiblemente, no verá nada más.
9. El sentido común
Todo candidato, una vez elegido alcalde, sufre de un proceso de transformación que suele defraudar hasta los más cercanos seguidores. Esta transformación hace parte de un proceso natural. El candidato se convierte en el elegido y el elegido deja de ser ese tipo amable, sencillo, decente, amigo, compañero, el gran hombre que transforma lo imposible en soluciones, es un hombre de carne y hueso, imperfecto, un hombre común y corriente. Para evitar estos traumas poselectorales que sienten los votantes, nunca, pero nunca se deje convencer de un candidato cuando utiliza argumentos cómo: “Está votando por una buen persona, por el salvador del pueblo, por el amigo incondicional, por el compadre, por el doctor, por la mejor opción”; si hace esto lo lamentará, perderá el voto, perderá al amigo, perderá al compadre, no volverá a ver al doctor ni a la mejor opción, lea el programa de gobierno que cada candidato expone, tómese su tiempo para analizarlo y tendrá un 50 % de probabilidades de escoger un buen alcalde. Con el otro 50 %, pídale al señor que lo ilumine.
10. Vote por el que sirve
Puede ser que este panorama le repudie, que odie la política y a los políticos, que usted crea que son unos vulgares ladrones y tiene todo el derecho a pensarlo. En esta democracia usted dirá que siempre están los mismos en el poder y que las cosas no cambian; entonces no vote por los mismos, elija el mejor o por lo menos el menor de los males, en un pueblo todos se conocen, todos saben del pasado de unos y otros; al fin: pueblo chico, infierno grande. Si usted conoce el oscuro pasado de un mal candidato, o el de su familia, no espere que le salga un buen alcalde.

Cómo funciona la corrupción en Colombia (2) el Estado paga muy bien.

En las entrañas del Monstruo de la corrupción (2a parte)

Entrevista de “Noticias Caracol” con Emilio Tapia

Emilio Tapia: “no vamos ni en la mitad del carrusel”

El condenado excontratista habló por primera vez desde la cárcel. Le pide perdón al país, y a la Fiscalía, más beneficios por su colaboración eficaz.
Por: JUAN DAVID LAVERDE PALMA http://www.elespectador.com/noticias/judicial/emilio-tapia-no-vamos-ni-mitad-del-carrusel-articulo-582748
En Twitter: @jdlaverde9

Emilio Tapia en diciembre de 2013, dos meses antes de su captura. / Archivo
El pasado 5 de agosto, Emilio Tapia fue condenado a 17 años de prisión, la sentencia más alta del carrusel de la contratación en Bogotá. En entrevista con Noticias Caracol, la primera que da luego de 18 meses en la cárcel, Tapia señaló que en Colombia el Estado paga tanto por los contratos que hasta queda plata para la corrupción; que mientras era investigado seguía yendo a parrandas porque su esencia es Caribe; y que el exgobernador de Cundinamarca, Álvaro Cruz –a quien la Fiscalía le imputará cargos en los próximos días– debería decir la verdad.
El cartel de la contratación del que usted hizo parte desangró a Bogotá. ¿Qué les diría hoy a los bogotanos?
En primer lugar, yo quiero pedirle perdón a la ciudad, al país, a todas las personas que creyeron o creen en uno. Pero sí es muy importante aclarar esta situación: aquí hubo una empresa criminal de la cual yo hice parte, pero ello no significó que se hayan robado la plata para no ejecutar las obras.
¿No es cierto que se perdió cerca de un billón de pesos por cuenta del carrusel?
Eso es falso, las obras se hicieron. Las obras en la administración de Samuel Moreno se empezaron a ejecutar, unas se terminaron, otras están en ejecución. Aquí lo que existió fue una empresa criminal para estructurar los mecanismos y hacernos a esos contratos.
Es decir, una empresa criminal para darles contratos a los amigos…
Correcto, a los amigos o a las personas o a los contratistas que se comprometieron a pagar una comisión. Pero no es cierto que nos hayamos robado la plata para no ejecutar las obras, con excepción de un contrato que fue adjudicado en la administración anterior a la de Samuel Moreno.
Ese es el contrato de los Nule, de la fase III de Transmilenio.
Correcto, que se adjudicó en la administración de Luis Eduardo Garzón.
¿O sea que si los Nule cumplen a cabalidad ese contrato jamás habríamos conocido la verdad del carrusel?
Sí, eso es cierto. El error que hoy reconozco, por el cual estoy pidiendo perdón y en la cárcel asumiendo ese error, fue la empresa criminal para estructurar esos mecanismos para que nos dieran los contratos.
Pero usted acepta que es una persona corrupta. ¿Cómo puede entenderse que alguien es corrupto sin haberse robado plata?
Por una sencilla razón: yo reconozco que hice parte de todo ese entramado de corrupción, pero no puedo reconocer que nos robamos la plata porque no es cierto. Aquí el problema tiene un fondo aún más grande que sigue latente.
¿El carrusel de la contratación está ahí todavía, con otros protagonistas?
Y va a seguir.
¿Por qué?
Esto no se va a acabar porque estemos 50 u 80 personas vinculadas a este proceso, porque el cáncer sigue vivo.
¿Dónde está el cáncer de la corrupción entonces?
El tema es muy sencillo: radica en los precios de los presupuestos de los contratos de la administración pública. El Estado paga tan bien que da para ejecutar las obras y nuestra utilidad como contratistas da para ejecutar las obras y para pagar una comisión.
¿Estamos llenos de contratos inflados?
Así es.
¿Y quién manipula esos precios y permite que al Estado lo desangren así? ¿El mismo Estado?
Por supuesto. Este no es un tema que se inventó en la administración de Samuel Moreno. No solamente estamos hablando de contratos de obras, sino de alimentos, de consultorías, interventorías, de servicios públicos; todo lo que tiene que ver con la administración pública el Estado lo paga muy bien. Y como veía que pagar comisión era un común denominador uno de pronto no le ponía lío a una costumbre, pero estábamos cometiendo delitos que hoy asumo aquí, preso. 
Usted ha dicho que son los precios los que estimulan las comisiones. ¿Cómo hacer para que no le metan la mano al Estado impunemente una y otra vez?
Esa es una tarea de los funcionarios públicos, nosotros no podemos. Es como cuando usted va a un centro comercial y le piden $100 por una camisa, y luego va a otra tienda que no es un centro comercial, que tiene menos costos, y la misma camisa le cuesta $50. Así sucede en la empresa privada y en la empresa pública. Los contratos en la empresa privada tienen un costo y en la pública, otro. 
Háganos el mapa como si estuviera en una licitación cuando hacía parte del carrusel. ¿Cómo hacía el cartel toda la vuelta?
Esto era lo que sucedía: se abría un proceso licitatorio. En algunos casos, se acomodaban unos términos de referencia para seleccionar al amigo o al allegado. Había un marco general por cumplir, pero muchas empresas tienen la misma capacidad financiera, la misma experiencia. Entonces, digamos que se presentaban seis uniones temporales; los precios eran tan buenos que las seis estaban dispuestas a pagar la comisión porque eso salía de las utilidades.
¿Y la de los Nule que no se hizo, que hubo que pagar como 150.000 millones más?
Esa obra está en un contexto muy particular: fue adjudicada en la administración de Lucho Garzón y Samuel Moreno lo único que hizo fue exigirle a los contratistas que de manera irresponsable no avanzaban en la obra.
Por eso les exigían unas comisiones.
Hubo comisiones, pero no para la administración Moreno. La ciudad no perdió porque la compañía aseguradora pagó lo que los contratistas se robaron, o invirtieron mal, no soy nadie para decir eso. Para eso existen unas pólizas. Pero las obras en el periodo de Samuel Moreno en las que tuve que ver yo, todas se hicieron. Las comisiones sí se pagaron, esa fue la empresa criminal de la cual hice parte, y hoy me arrepiento enormemente por lo que ha significado para mí, la ciudad, el país y mi familia. 
¿Cómo han sido estos últimos 18 meses suyos en la cárcel? Usted, acostumbrado a los yates, a los aviones privados, a los lujos…
Esto ha sido terrible, mi decisión de contar la verdad me ha traído unas consecuencias enormes. He sido víctima no solamente del matoneo mediático sino del matoneo penitenciario. Es un tema muy sensible y cuando uno toma la decisión de colaborar, resulta todo en contra de uno porque los tentáculos son muy fuertes.
¿Los tentáculos de quienes usted denunció?
Por supuesto, además porque fui el primero que me acerqué hace cinco años a las Fiscalía con esta decisión de vida. No solamente a decir ‘aquí estoy yo’, a servir de testigo, sino a entregar el acervo probatorio de cada una de las cosas que he dicho.
¿Cómo hace la gente para creerle si cuando estaba libre se le veía en palcos privados, en parrandas? Mucha gente decía: ahí está nuestra plata. ¿Usted qué les dice a esas personas?
Lo que puedo decir es simplemente que yo soy de la Costa Caribe. Tomé la decisión de colaborar y estaba en libertad. Y es cierto, yo asistía a eventos sociales a los cuales toda mi vida he asistido. ¿Por qué no le veía nada malo a eso? Porque no puedo renunciar, por ejemplo, a que me guste la música vallenata, lo llevo en mis venas, yo soy Caribe. No puedo renunciar a lo que yo soy, esa es mi esencia y eso no es un delito.
Le pongo un escenario: usted salía de la Fiscalía de hablar de Samuel e Iván Moreno, de toda la gente que hizo parte del carrusel, y terminaba en Cartagena en un palco de $20 millones. ¿Eso cómo lo puede entender la gente?
Todas esas son las cosas que por la desinformación son importantes precisar. Yo todavía no conozco un placo que cueste $20 millones; al palco más costoso que he asistido es a uno de $10 millones al que le caben 12 personas y yo pagaba lo que me correspondía, una entrada. Siempre he asistido a los eventos de música vallenata donde mis amigos hacen parte del espectáculo y muchas veces me daban cortesías. Ahora, ¿usted piensa que con $10 millones se va a subsanar el problema que se le generó a la ciudad? Eso tampoco tiene ninguna lógica. El punto es que miles de millones de pesos se pierden diariamente en Colombia. 
Usted le pide perdón a la ciudad pero, ¿cuándo sabremos cuánta plata le va a devolver?
En todo este proceso se han cometido injusticias y ya llegará el momento de aclararlas. Aquí se hizo un acuerdo no solamente con la Fiscalía sino con las víctimas también, es decir, con el Distrito. Se acordó que teníamos que responder por un incidente de reparación integral posterior a las sentencias condenatorias de cada uno de los que hicimos parte de esto (el carrusel). Y a eso me comprometí. Yo respondo 100% por lo que determine ese incidente de reparación integral.
¿Pero de cuánta plata estamos hablando?
Ese tema hay que saberlo estudiar, ni siquiera los jueces se han puesto a la tarea de analizar lo que pasó realmente. Primero hay que determinar dónde se perdió la plata.
¿Por qué la gente debería creer en el perdón suyo?
Lo que yo simplemente necesito es sanidad en mi alma, tranquilidad en mi corazón, porque no es solo que me perdonen, aquí el tema es toda la tragedia familiar que a mí me ha generado esta situación. Emilio Tapia hoy está asumiendo una responsabilidad.
¿Por qué tomó la decisión de acercarse a la Fiscalía?
Fue el compromiso que hice conmigo y con mi familia.
Pero, ¿en qué momento?
Cuando me convencí de que esto no estaba bien y de que yo tenía que tener tranquilidad. Estas negociaciones son la manera más expedita de que se sepa la verdad, se obtengan los resultados y se logre desarticular las empresas criminales. Me siento no correspondido, pero eso no significa que voy a dejar de colaborar.
¿No correspondido con qué? 
No me he sentido bien tratado. Yo fui el primero en acercarme a la Fiscalía con el acervo probatorio. Yo mismo ayudé a estructurar la acusación mía. Tomé la decisión acordada con la Fiscalía de allanarme a cargos y me asesoré con mis abogados, y vemos que el resultado es totalmente contrario a otras personas que no han tomado mis mismas decisiones y han llevado a más desgaste de la justicia.
Usted es la persona con la pena más alta hoy día del carrusel de la contratación: 17 años. ¿Se arrepiente de haber colaborado con la justicia?
Me arrepiento de no haber hecho esto antes, explicar lo que realmente pasó, porque es una ironía lo que usted acaba de mencionar. No es justo que la persona que desentraña todo lo que pasó, la primera que lleva pruebas, que parecía un funcionario más de la Fiscalía en toda la etapa de investigación, que más ha colaborado para que se sepa la verdad, un particular, no un funcionario, es la persona que hoy tiene la pena más alta. Todo tiene sus límites. Merezco por lo menos un mínimo de beneficio por mi colaboración eficaz, porque ha sido la número uno, y eso no se ha visto.
Hablemos de su colaboración. ¿Contra quiénes ha declarado y contra quienes ha sido un testigo eficaz?
Yo no quisiera entrar en la imprecisión de cuantificarlo, pero en más de 50 personas que tienen que ver con todo este entramado de corrupción.
¿Contra el alcalde Samuel Moreno y su hermano?
Claro, contra todas las personas que hicieron parte de esta empresa criminal. 
¿Qué porcentaje conocemos del carrusel de la contratación?
No vamos ni en la mitad de lo que pasó. Hay mucha gente de la que no se sabe nada, mucha que aún no está judicializada y muchos temas que no se han tocado. 
¿Cómo era el proyecto presidencial de Samuel Moreno?
Ese es un punto muy importante, era lo que yo quería hacer en la administración de Samuel Moreno que no se terminó haciendo. Yo trabajé tres años en tres proyectos de infraestructura de la ciudad y cinco de renovación urbana. Lo que queríamos era desarrollar unos proyectos (como) las autopistas urbanas, las concesionadas; y otros de renovación urbana que hoy día están en los planes de campaña de los actuales candidatos a la alcaldía de Bogotá. Esas ocho obras podían sumar $15 billones.
¿Y cuánto le correspondía?
Pues yo hubiera tenido una participación porque era en conjunto con quien aportaba la capacidad financiera, empresas extranjeras, nosotros actuábamos como empresa local. Por los precios, las utilidades iban a ser muy buenas.
¿O sea el carrusel quedó a medias?
No, iban a ser las verdaderas obras de infraestructura y cambio de la ciudad, donde el alcalde Moreno quería mostrar que era capaz de resolver el problema de movilidad de la ciudad y con ello tener más adelante una opción para llegar a la Presidencia.
Hablemos de Álvaro Cruz, el exgobernador de Cundinamarca que está ad portas de una imputación de cargos. ¿Usted qué ha contado de su participación en el carrusel?
El exgobernador Álvaro Cruz hace parte de la matriz de colaboración no solo mía sino de otras personas que están colaborando con la Fiscalía.
¿En concreto, qué nos puede adelantar de su colaboración con la justicia sobre el señor Álvaro Cruz?
Ya está en manos de la Fiscalía porque todos los interrogatorios ya se llevaron a cabo, y creo que ese es el ente competente para entrar a afirmar con todas las pruebas que tienen.
¿Le diría hoy al señor Álvaro Cruz que reconozca que hizo parte del carrusel?
(Le diría) que tome la decisión que yo tomé hace cinco años de decir la verdad, que Bogotá y el país la sepan porque tienen derecho a ella. 
jlaverde@elespectador.com

2015/09/04

¿Cabalgatas?

¿Cabalgatas? El 25 de octubre usted elige

“…el alcalde Enrique Vásquez en una reunión el año pasado con Crines y otros interesados en este evento (dijo que) la cabalgata 2015 sería la última que se cumpliría por zona urbana porque desde el 2016 debe ser rural” (1) …interesante…el lío es que el próximo año gobernará otra persona. Por ello vamos con ésta reflexión:
“En ciudades como Cali, Medellín, Envigado, Bucaramanga y Armenia, ésta actividad se ha venido reglamentando o prohibiendo, debido al caos que genera en movilidad, el esfuerzo desmedido que deben hacer organismos de seguridad y empresas de aseo, la dificultad para controlar personas consumiendo licor mientras montan sus equinos…”
“Por otro lado quienes la defienden, aseguran que ‘es una tradición que debe conservarse’,  pero las tradiciones se transforman cuando las sociedades evolucionan, cuando los argumentos racionales, lógicos y de peso logran sustentar la necesidad de cambiar, ¿o acaso debieron conservarse los espectáculos con animales que entretenían en el antiguo Coliseo Romano, sólo porque era una "tradición"?¿No será que algunos gremios aún las defienden por el lucro que éste tipo de actividades les genera o por la oportunidad de tener un día al año para exhibirse? Ellos argumentan que las cabalgatas les generan importantes dinámicas económicas a la ciudad, pero ¿hay una medición o estudio serio al respecto?. Sería bueno que la Secretaría de Hacienda publicara la cifra de cuánto le vale a la ciudad y cuánto le deja.
-LA RESPUESTA APARECE ABAJO- 
¿No cree usted que lo más justo es que se consulte de manera abierta y democrática a los ciudadanos si quieren o no que sigan las cabalgatas? Como por ejemplo se hizo en Bucaramanga (2)pues en Pereira a este evento sólo asisten unas 10 mil personas y la ciudad alberga más de 450 mil habitantes, si esperamos que el Concejo Municipal le dé debate, aparecen los intereses y como decía mi abuelo: ‘ahí muere el guapo’. Termino con esta frase de Gandhi: ‘La grandeza de una Nación y su progreso moral se puede juzgar de acuerdo a la manera en que trata a sus animales’. Ahora no me vayan juzgar como ya lo quiso hacer un defensor de las cabalgatas, tildándome de doble moralista por comer pollo Frisby y matar un zancudo a medianoche porque no deja dormir”… por https://www.facebook.com/juan.montoyaroldan
Israel ya dijo que “está de acuerdo con la cabalgata el próximo año” (3) y Gallo dijo que “realizará consulta popular” para que entre todos decidamos (4) … el 25 de octubre usted elige.
-LA RESPUESTA : 
La Cabalgata pasada, según cálculos oficiales -entregados por escrito- de la agremiación de bares (de la circunvalar y centro), tuvo ventas superiores a los mil trescientos cincuenta millones de pesos. ($1.350’000.000). Y el año pasado produjo ventas similares. Lo que llama la atención es que ante Hacienda del municipio durante los 60 días que van de Julio a Agosto del año pasado, los 18 establecimientos más importantes del sitio, declararon, entre todos, y por sesenta días, 377 millones… es decir uno de cada cuatro pesos de lo que supuestamente venden en uno sólo de esos sesenta días…el de la cabalgata.
Por el día de la cabalgata, debían pagar 34 millones de pesos de industria y comercio…pero pagaron por todos los sesenta días: $14 millones en total…es decir que por ese día, en que vendieron 1350 millones de pesos, aproximadamente tributaron a la ciudad, a la ciudad que le da las vías, la seguridad, transito, etcétera, cuatrocientos mil pesos… entre los 18…o sea unos 30 mil pesos por bar.

Corrupt@s ...y coyuntura

“…El corrupto es un psicópata larvado, no un abierto delincuente. Posee los mecanismos propios de los psicópatas, pero además tiene una característica fundamental, el buscar el beneficio principalmente económico, llevando a cabo actividades que no le representen mayor dificultad. Es decir, no es el delincuente franco que inclusive arriesga su vida para cometer el acto delictivo, sino que solapadamente delinque tratando de aminorar todo riesgo. De esta forma consigue ‘dinero fácil’ mediante el soborno o la llamada eufemísticamente ‘comisión’.

¿Por qué ‘dinero fácil’? Porque generalmente son individuos mediocres que se sienten incapaces de conseguir el dinero mediante el trabajo honrado. Es decir, pervierten el significado del dinero en el sentido de que sea el producto de una labor social constructiva y lo reemplazan por el de sentirse avispados y sagaces menospreciando el esfuerzo de una labor honesta. “El trabajo es para los imbéciles”, podría ser su lema.
¿De dónde viene ese sentimiento de incapacidad? Desde el punto de vista psicológico los psicoanalistas hemos encontrado algunas raíces psicológicas inconscientes como los sentimientos de inferioridad, que Alfred Adler denominó complejo de inferioridad. ¿Y cómo se origina ese complejo? Sigmund Freud describió lo que llamó ‘la angustia de castración’, que es el resultado de conflictos inconscientes con las figuras parentales, en que el niño al sentirse rival de sus padres se siente incapaz de competir con ellos, fundamentalmente en la esfera sexual, pero que trasciende a toda actividad cotidiana. Esta situación puede ser alimentada por padres ‘castradores’, es decir, padres que no estimulan las capacidades de sus hijos sino más bien las minimizan, haciéndolos sentirse inferiores.
De tal manera, que un individuo con sentimientos de inferioridad (angustia de castración), buscará compensarlos con actividades que considere fáciles y lucrativas, llevándolas a cabo con desprecio de los valores morales. De esta manera busca sentirse ‘triunfante y más capaz’ frente a sus figuras parentales y la sociedad, pero como sus conflictos inconscientes persisten, continúa el camino delincuencial sin tomar conciencia de que esos ‘triunfos’ no solucionan su conflictiva psicológica sino que la empeoran”. Dice Alfonso Sánchez Medina en un texto que cierra con ésta frase “Y este cáncer social se ve favorecido cuando la clase dirigente se torna corrupta. Los individuos aislados se sienten autorizados y estimulados por esos dirigentes delincuentes. Se origina entonces una forma colectiva de manejar la angustia de castración” …¿algo más qué decir?...sugeriría releerlo…para entender mejor muchas personas, por cierto, del sector público y...privado.
ADDENDA: La historia enseña que los alcances de los dirigentes se asocian a coyunturas históricas, es decir, a una mezcla de situaciones económicas, sociales, políticas, culturales, etc.: Bolívar sin la coyuntura histórica correcta nunca hubiera sido “Bolívar”. La candidatura de Luis Enrique Arango Jiménez es un indicador del desarrollo cívico moderno de Pereira: llega hasta dónde la madurez de nuestra sociedad civil y empresariado realmente responsable (…) lo permite y prueba que se avanza: ¡ya hay aspiraciones cívicas e independientes serias y desafiantes! … por ahora se incide...tan sólo el incidir es un avance.