2008/07/27

Y DESPUES DE LAS FARC, QUE???
Tengo mis profundas discrepancias con Abad...a veces creo que su ateismo profundo me aleja de él. Empero, convalido ciertas posiciones suyas, y, especialmente, su capacidad de expresarlas.
O.
La hipótesis de un país sin guerrilla
Si se acaban los bárbaros
Por: Héctor Abad Faciolince
En www.elespectador.com
Paz 26 Julio 2008 - 1:00am
Cuando se derrumbó el imperio soviético y se cayó el muro de Berlín, muchos pensamos que al fin íbamos a entrar en una nueva era de paz mundial en la que no sería necesario gastarse en odio y armamento buena parte del presupuesto de todas las naciones. Durante diez años vivimos el desconcierto de un imperio sin contrincantes, que no sabía qué hacer con su inmenso arsenal. Estados Unidos necesitaba un enemigo y entonces aparecieron, como caídos del cielo, los extremistas musulmanes, bajo forma de aviones civiles asesinos.
Desde entonces vivimos en un ambiente tan paranoico como cuando los rusos iban a lanzar la bomba atómica y el comunismo se iba a apoderar del mundo. Ni en tiempos de la guerra fría se limitaron tanto las libertades civiles: desde Australia, pasando por Inglaterra, hasta Estados Unidos, todos los Estados han aprovechado “la amenaza terrorista” para controlar más de cerca a los ciudadanos.
También el Gobierno de Colombia (o quizá todos los gobiernos) necesita un antagonista. Hasta ahora hemos tenido a las Farc, en los últimos cuarenta años, pero si las Farc desaparecieran, sería necesario inventarse otro enemigo: los narcos que envenenan a nuestros jóvenes, Chávez que grita barbaridades, Ortega que nos quiere robar la isla de San Andrés… en fin, ya encontraremos algo para seguir viviendo en pie de guerra.
Hay un poema de Konstantin Kavafis que explica esta psicología que no es sólo nuestra, sino del mundo entero. Se llama (negrillas del Blogger) Esperando a los bárbaros, y dice así: ¿Qué esperamos agrupados en la plaza? / Es que hoy llegan los bárbaros. / ¿Por qué está inactivo el Senado / e inmóviles los senadores no legislan? / Porque hoy llegan los bárbaros. / ¿Por qué nuestro emperador dejó su lecho al alba, / y en la puerta mayor espera ahora sentado / en su alto trono, coronado y solemne? / Porque hoy llegan los bárbaros. (…) / ¿Por qué no acuden como siempre nuestros ilustres oradores / a brindarnos el chorro feliz de su elocuencia? / Porque hoy llegan los bárbaros. / ¿Por qué de pronto esa inquietud / y movimiento? (Cuánta gravedad en los rostros.) / ¿Por qué vacía la multitud calles y plazas, / y sombría regresa a sus moradas? / Porque la noche cae y no llegan los bárbaros. / Y gente venida desde la frontera / afirma que ya no hay bárbaros. / ¿Y qué será ahora de nosotros sin bárbaros? / Quizá ellos fueran una solución después de todo.
¿Qué será del Estado colombiano sin las Farc? Quizás ellos fueran una justificación al control, después de todo, al gasto desmedido en el Ejército, que hoy ha llegado al 6,3% del PIB, más de lo que se gasta en salud, en agua o en carreteras. Según un estudio de José Fernando Isaza, en los últimos años el pie de fuerza de Colombia ha aumentado sin cesar. Hoy en día tenemos un ejército de 250 mil hombres, que deben combatir a un grupo subversivo que, según cifras oficiales, no llega a los 10 mil guerrilleros.
Tenemos, pues, 25 soldados por cada guerrillero de las Farc, y un poco menos si contamos al Eln (un grupo que no llega a los mil subversivos). Isaza considera, citando a expertos militares, que una relación de 1-10 es la que se requiere para combatir eficazmente a un grupo armado irregular. Aquí estamos en más del doble y el pasivo pensional de las fuerzas armadas, y por ende del Estado, crece cada día más.
Sin las Farc nos quedaremos sin pretexto para denunciar las causas de la inmovilidad. ¿Por qué Colombia es un país tan poco equitativo? Porque la guerrilla no deja trabajar. ¿Por qué funcionan mal los colegios y los hospitales? Porque la guerrilla ataca los pueblos y destruye las escuelas. ¿Por qué los narcos y los paramilitares se apoderan de las mejores tierras? Porque las Farc desplazaron a los campesinos. ¿Por qué se tala la selva y se destruyen recursos naturales? Porque las Farc siembran coca. Como se ve, los bárbaros son siempre una explicación, después de todo.
No niego que el problema de las Farc sea real. El crimen sin nombre del secuestro, sobre todo, que en nuestro país ha llegado a verdaderos récords mundiales de criminalidad, el dolor lancinante que produce, ha hecho que este delito se haya convertido en el mayor problema colombiano. Es justo abominarlo, y todos queremos que las Farc abandonen esta práctica criminal.
Pero el país sigue teniendo problemas inmensos, que no se originan en el secuestro, sino en males históricos que se arrastran desde los tiempos de la Colonia. El principal: no hemos podido sacar de la pobreza material (y muchas veces espiritual) al 50% de la población. Todavía se necesita lo básico: agua potable, techo, escuelas y salud.
Mientras eso no se consiga, habrá siempre mano de obra disponible para crear grupos guerrilleros, o bandas armadas, o delincuentes ligados a los carteles de droga, o sicarios para matar sindicalistas.
Cuando las Farc, al fin, desaparezcan (y es probable que eso ocurra en los próximos diez años), los problemas básicos seguirán, y habrá que enfrentarlos. Pero tendremos, por lo menos, un país más grande para ver y visitar. Un país inmenso que hasta hoy estaba vedado a los viajes y al turismo. La guerrilla nos deja de herencia, involuntariamente, un inmenso territorio inexplorado que hasta hoy no hemos visitado por físico miedo. Los colombianos no conocemos más de la mitad de nuestro territorio, porque esas tierras eran (y en parte siguen siendo) tierras de infieles, de bárbaros.
Lo paradójico es que este país es feo donde hay gente. Adonde no ha llegado la mano del hombre, en cambio, es un país bonito. La única herencia buena que nos dejará la guerrilla, después de cuarenta años de guerra irregular, es un país inexplorado, virgen, un país inmenso que nadie visitó, que nadie tocó, porque teníamos miedo a que nos secuestraran o nos mataran. De repente el territorio será amplio, y podremos ver los ríos, los rápidos, las planicies y las selvas del sur y del oriente.
Volveremos a las playas del Pacífico, a las feraces llanuras del norte, a los páramos maravillosos del centro, a los parques naturales sin dueño. Ojalá esas tierras, que hoy son hermosas por lo intocadas, no las volvamos feas cuando las toquemos. Los bárbaros, también allí, eran una especie de solución.

2008/07/22

"están debilitadas profundamente, hasta ahí..."

"están debilitadas profundamente, hasta ahí..."
ORLANDO PARRA G([1])

-se autoriza la reproducción total o parcial (aclarándolo) del siguiente texto, citando la fuente.-
(imagen de Juanes en http://noticias.biboz.net/imagenes/2008/03/juanes-paz.jpg)
El país ha cambiado. La guerra ha cambiado. La Guerrilla ha cambiado. Parecen ser verdades sencillas, pero son verdades que muchos tienen dificultades en comprender.

Tal vez lo primero que es necesario entender es que guerrillas ha habido a lo largo de la historia y del ancho de la humanidad, pues la guerrilla es simplemente una forma de hacer la guerra con pequeños grupos enfrentados a grandes formaciones. Existen datos de estos métodos de guerra desde la antigua China he inclusive en la Biblia aparece el momento en que ponen a la población a escoger entre Cristo y un jefe guerrillero, así, hace 190 años en nuestras tierras, las guerrillas formadas por “los criollos” aunaron sus fuerzas y se convirtieron en ejércitos libertadores que a la postre nos independizaron de España.

Luego siguió habiendo guerrillas y siguió habiendo ejércitos…las guerras civiles del siglo XIX están llenas de ellas. Son legendarias las guerrillas que operaban entre los departamentos de Cauca y Antioquia: en lo que hoy es el entronque de Caldas-Risaralda-Antioquia. Guerrillas se dieron como forma de enfrentar la arremetida del nuevo gobierno liberal en 1930 contra los conservadores recién derrotados. Guerrillas se dieron como forma de enfrentar la arremetida del nuevo gobierno conservador en 1946 contra los liberales recién derrotados…las guerrillas continuaron en la dicta-blanda del general Rojas Pinillas, máxime cuando a los amnistiados los subían a aviones para mostrarles las tierras que los entregarían y terminaban tirándolos…de los aviones. Claro que eso tenía muy poco de nuevo: a los amnistiados, léase a los derrotados, los han asesinado sistemáticamente al final de cada confrontación…

Pero lo que paso en Colombia, y no sólo en Colombia sino en el tercer mundo, en Latinoamérica, después de la segunda guerra mundial con la guerra fría, en los 50s, 60s, 70s, 80s, fue, la consolidación de dos doctrinas político militares enfrentadas: la doctrina de la seguridad nacional, orientada desde los EEUU y en la cual se formaron y deformaron casi todos nuestros cuerpos de seguridad estatales hasta principios de los 90s y la doctrina de la exportación de la revolución ligada a la de combinación de las formas de lucha que pusieron en práctica la mayoría de las elites armadas de izquierda.

Seamos claros. Hasta 1977-8 la iniciativa, el partido, el match, lo ganaba la izquierda: había logrado consolidarse en Cuba, recién triunfaba en Nicaragua, y consolidaba poderosos ejércitos guerrilleros en Guatemala y el Salvador, en tanto emergían y se extendían movimientos en toda sur América: Los Montoneros en Argentina, los Tupamaros en Uruguay, el M19 en Colombia, etc…además los demócratas de izquierda, los que creían que el camino era desarrollar la democracia burguesa para tomarse el poder desde las urnas habían sido más que derrotados, aplastados, con el fracaso estruendoso de este modelo al ser derrocado Allende en 1973 en Chile: con ello el camino armado se fortaleció: “las oligarquías sólo entienden por las armas” decía un dirigente del M19.

Pero la respuesta de EEUU y sus aliados fue implacable. Si habían sido derrotados en Vietnam y el sureste de Asia, nunca permitirían serlo en su patio trasero: América Latina estreno, y a fondo, los “Conflictos de Baja Intensidad”, cuyo sinónimo es más acertado “las guerras sucias”. Las guerras sucias, crearon, utilizaron y expandieron, como forma de respuesta a las guerrillas, los escuadrones de la muerte o grupos paramilitares en cada país donde fueren necsarios: todos, absolutamente, todos parecidos: conformados a partir de alianzas de elites económicas generalmente asociadas (legal o ilegalmente) a la tierra, financiados por éstas y organizados por miembros radicales anticomunistas de las fuerzas militares de sus países, se dedicaron a asesinar y más que a asesinar a “aterrorizar a través del asesinato” a las personas que hacían parte de las redes de apoyo o de simple simpatía de las guerrillas. Miles fueron los asesinados en Guatemala, miles fueron los asesinados en El Salvador, miles en Argentina, Chile, Uruguay y obviamente, miles fueron los asesinados en Colombia. Curiosamente, en ningún país se dieron enfrentamiento militares entre dichos grupos y los grupos guerrilleros. La carne de cañón dejaron de ser los soldados para convertirse en la población civil. La reforma agraria seguiría aplazada, los canales de ascenso social seguirían estancados

El resultado: EEUU y sus aliados retomaron el control, las guerrillas urbanas o semiurbanas en el cono sur fueron exterminadas, la guerrilla guatemalteca fue arrinconada hasta su casi aniquilación, la salvadoreña tras aceptar que había un “empate militar negativo” negoció a comienzos de los 90s, los sandinistas nicaragüenses tuvieron que dejar el poder (y recuperarlo casi 20 años después…). Y en Colombia…¿qué pasaba en Colombia?...las guerrillas, especialmente las FARC, habían descubierto el narcotráfico. Las variables de análisis que permitían entender porqué las guerrillas eran aniquiladas, arrinconadas o negociadas en América Latina, perdían exactitud en Colombia.

El proceso de Paz 1982-1986 iniciado con Belisario Betancourth fue un fracaso aterrador, y cuyo terror aún nos persigue: la Unión Patriótica, creada por las FARC, hacía parte de una apuesta doble, una apuesta de las FARC en pos de la suficiente acumulación de fuerzas socio-políticas para en un momento insurreccional tomarse el poder basada en la táctica de la combinación de formas de lucha, y la apuesta de muchos, demasiados, ¿idiotas útiles?...no, diría yo “soñadores” y “soñadoras” quienes creían que se daría la posibilidad de una apertura democrática que superará la democracia restringida que teníamos los colombianos –recuérdese que ni siquiera se elegían los alcalde por voto directo, que ni siquiera había tarjetón, etc…- . Igual, poco le importó esto a los escuadrones de la muerte o a los paramilitares colombianos, ellos, simplemente exterminaron a la UP, fuera un camino hacia la guerra o fuera un camino hacia la paz, se le aniquiló y con ello la primera posibilidad de firmar la paz reciente en Colombia.

Luego vino un segundo experimento. La Alianza Democrática M19, su principal símbolo y dirigente fue asesinado, los demás sobrevivieron, en mucho ayudo que el M19 nunca fue un grupo comunista o socialista, eran una “democracia en armas”, unos reformistas, y que sus aliados hacían parte de aquellos a quienes los adobes del muro de Berlin les habían caído en su cabeza y en su ideología (de hecho uno de sus senadores de la época hoy milita en el Partido Liberal, y creo que uno de los grandes ideólogos fue precandidato a la gobernación, ambos en Antioquia). Ese experimento fue pues más exitoso, y si bien casi es derrotado, esta vez más por el espantoso manejo de los egos de los dirigentes de izquierda (tan o más grandes que los de la derecha…), es la madre del exitoso proceso que hoy se vive con el Polo Democrático.


En tanto, las FARC siguieron un camino complicado. Primero se desligaron completamente del Partido Comunista, y nunca lograron construir su propio orientador ideológico. Segundo, entendieron que la forma más rápida de expandir su poder militar era elevando sus fuentes de financiación y entonces dejaron de ser esos dirigentes que se vestían con busos y machetes para recibir a los emisarios de Belisario en los 80s a convertirse en un ejército armado (EP) hasta los dientes con base en el dinero de los secuestros y especialmente del narcotráfico, en unos frentes cobrándole vacunas a los narcos, y en otros siéndolos ellos mismos. Tercero si bien se expandieron, si bien estuvieron a punto de pasar de la guerra de guerrillas a la guerra de posiciones a fines del gobierno Samper copando o destruyendo batallones enteros (que es de donde salen buena parte de los prisioneros que mantienen en sus horribles cárceles) lo que es claro es que la cantidad militar difiere mucho de la calidad política y de esas guerrillas que en la época de la toma de la Embajada Dominicana al comenzar los años 80 alcanzaban popularidades del 35% prácticamente no quedaba absolutamente nada en las ciudades y en los campos, los campesinos sólo tenían que escoger entre el terror de los paras y el terror de las guerrillas, pero sólo simpatizaban consigo mismos.En ese escenario, la experiencia Pastrana-Caguan (1998-2002) también fracasaría.


Vino Uribe I y luego Uribe II…y, definitivamente, la estrategia de la seguridad democrática, cuyo nombre correcto debería ser “seguridad anti subversiva” pues la delincuencia callejera, la del atraco, la de la violación, la que está por fuera de los actores armados desmovilizados o acorralados, se ha sostenido. Dicha estrategia ha realizado un gran y continuado esfuerzo que ha debilitado ya no sólo el componente político, sino el componente militar de las FARC. El ELN hace mucho fue, curiosamente debilitado militarmente por ofensivas sistemáticas aterrorizadoras de los paras, pero mantiene un campo de acción político superior al de sus primos.


Ahora bien, el calificativo de ilusos, me parece desacertado, diría mejor “ignorantes” (que ignoran) para quienes piensan que las FARC o que el ELN están aniquilados y saldrán apresuradamente a rendirse. En eso, el comandante de las FFMM el general Padilla da muestras de ecuanimidad: están debilitadas profundamente, hasta ahí. Esto es claro cuando se revisa la historia de las guerrillas en el mundo como en el caso del IRA o de ETA en Europa que se han visto reducidos casi que a células de pocos hombres, o el caso del ELN tras la operación Yunque Martillo sobre el río Anori en los 70s que los “aniquiló” o del M19 en las épocas del estatuto de seguridad –que logró triplicar los contingentes guerrilleros a base de reprimir…- cuando prácticamente sólo su comandante Bateman no cayó, esas y otras experiencias muestran como así quede un pequeño reducto, su capacidad de reproducirse es impresionante (“En Colombia es más fácil formar un grupo guerrillero que un partido político” decía Jacobo Arenas el otrora numero dos de las FARC: comprensible en un país que sigue manteniendo uno de los mayores desniveles e inequidades en distribución de la riqueza y extensión de la pobreza del planeta, así como uno de los pueblos de mayor tradición en rebeldía e insubordinación del tercer mundo). Esta vez estamos hablando de grupos con miles de hombres aún en armas. Miles. El proceso es pues aún complejo. La salida es continuar con la recia presión militar, respetando a fondo la población civil, pero ofreciendo a su vez salidas negociadas, salidas políticas…tal vez siga siendo el camino más corto.

[1] . Mg. en Historia.

2008/07/14

Sino frenamos la contaminación...
por locomotiv313@hotmail.com

, y si no se hace nada pronto, va a ser demasiado tarde para tomar medidas para desacelerar el calentamiento global, porque va a llegar a tal grado el calentamiento que ya no va a ver punto de retorno y esto solo va a pasar en las próximas décadas. A nivel mundial se debería plantear un proyecto a corto plazo para tomar medidas. Se dice que en este siglo la temperatura global de la Tierra va a aumentar de 1 a 6 grados, quizás no parece nada a simple vista. Pero el aumento de grado por grado traerá consecuencias muy drásticas. Cuando la tierra alcance el 3er grado de aumento ya no se va a poder hacer nada, porque el calentamiento se va a tornar incontrolable y provocara la desaparición del Amazonas a causa de enormes incendios que van a ser imposibles de frenar, eso es muy grave porque automáticamente provocara que la temperatura suba 1 o 2 grados más. Y bueno al 4to grado, el nivel del mar subirá a causa del derretimiento de los polos de la Antártida, desapareciendo todos los países con costas, o sea que las costas sudamericanas serán las 1eras seriamente afectadas. Aparte el deshielo en la Antartida hoy ya es una realidad. Esta ocurriendo de una forma más acelerada de lo que se pronosticaba. El volumen que contienen todas las masas de hielo existentes en el planeta, ¡podrían provocar que el nivel del mar subiera de 60 a 70 m!Va a ver supertormentas nunca antes vistas, enormes catástrofes y esto va a pasar mucho antes de lo que pensamos, quizás hasta lo vivamos nosotros, sino es así serán nuestros hijos. Estas son algunas de las innumerables consecuencias que traerá el cambio climático y de hecho quizás hay muchas otras cosas que ni sabemos, y que ni imaginamos que puedan llegar a suceder. El cambio climático ya lo estamos viviendo. Grandes desastres naturales que antes ocurrían cada décadas, ahora cada vez ocurren mas seguidos. Estos fenómenos cada vez ocurren con más frecuencia e intensidad. El desprendimiento de grandes bloques de hielo esta ocurriendo en los en los polos, masas de hielo gigantes de centenares de km. cuadrados. Si bien el desprendimiento de esos bloques que colapsaran no tendrán un efecto en la elevación del nivel del mar, significa una alerta que algo no anda bien, porque esos desprendimientos de esa naturaleza no son usuales, es a causa del calentamiento global según señalan los científicos. Y que es la zona más afectada por el calentamiento, y la Antartida es la zona que más a sufrido el aumento de temperatura. Evidentemente el planeta nos esta diciendo que esta llegando a su limite, y nos esta advirtiendo. Estamos en la era en que tenemos que tener verdaderamente en cuenta el medio ambiente y aprender a sobrevivir a lo que nos vamos a enfrentar, que va a ser una batalla muy dura por la supervivencia, porque no nos vamos a engañar, poco se va a hacer por esta cuestión, o cuando realmente busquemos una solución ya va a ser demasiado tarde .Y los países subdesarrollados van a sufrir mayor impacto. Esto provocara enormes crisis mundiales por las consecuencias económicas y perdidas humanas. Guerras por la escasez de los recursos naturales, y una de los principales causas será por la escasez del agua.La elevación del nivel del mar podría provocar desplazamientos de centenares de millones de personas. O sea movimientos migratorios en masas.Lo que significaría que habría una tensión social muy fuerte, se tornaría una situación incontrolable. Estos desplazados tratarían de cualquier manera de ingresar a otros países donde la elevación del mar todavía aun no ha surgido efectos en esos territorios.Las personas harían cualquier cosa por sobrevivir.Nos encontraremos en un mundo donde reinara el caos y la inseguridad.Esta situación será insostenible hasta para los países ricos.El hombre con miedo y desesperación por vivir se convertirá en un ser muy peligroso. Quizás la propia tensión social que provocara este fenómeno resulte más peligroso que el mismo calentamiento global.Otro factor muy importante y preocupante es el aumento demográfico global. El ritmo de crecimiento de la población mundial es súper acelerado. Y en el futuro sino se controla y se restringe la natalidad podemos padecer las consecuencias del explosivo crecimiento demográfico, o sea que este crecimiento superara el crecimiento productivo de los alimentos. Por lo tanto sufriremos la escasez de los mismos y habrá carestía y hambrunas. Que de hecho ya lo estamos viviendo. Pero obviamente que este factor no es el único que influye que en el mundo haya cada vez mas pobreza extrema. En el espectro social cada vez se aumentan más las distancias entre una minoría muy rica y una mayoría muy pobre.Lo cierto es que cada vez hay mas bocas que alimentar y los recursos naturales no son infinitos.Aparte cuanto más población significa mas consumo de energía y esto contribuye más aun al calentamiento global. O por lo menos lo que si es seguro que los recursos de apoco se están acabando y cada vez hay mas población.Si ya es muy critica la pobreza y el hambre en el mundo lo será muchísimo mas si le agregamos el aumento demográfico y encima el cambio climático.Realmente nos puede esperar un panorama desolador.Es muy difícil, porque hay que cambiar la mentalidad de las personas, cambiar nuestras maneras de vivir, y eso no es de un día para el otro. Y hay otros intereses de por medio que juegan ,el afán de lucro y de expansión de los países de 1er mundo y los de en vías de desarrollo, que obstaculizan más aun buscar nuevas alternativas de desarrollo que sean ecológicas, una alternativa por ejemplo es la energía solar y la eólica pero también existe otras posibilidades. Por eso es muy difícil cambiar un sistema ya predominante a nivel global que rige nuestra sociedad. De otra manera se puede decir quizás que el gran culpable sea el sistema capitalista, pero hablando de la fase del desarrollo industrial. Las industrias son las que emanan el gran porcentaje de los gases de efecto invernadero que perjudican el medio ambiente. Pero tenemos que pensar que se va a hacer mucho más por esta causa y que del hombre se convenza que no hay otra si es que queremos nuestra preservación. El hombre es un animal de costumbre por ese lado quizás surja algo de esperanza, pero no contamos con mucho tiempo. Hay que buscar soluciones para prevenir tales predicciones de catástrofes climáticas que no ocurran y no buscar soluciones para enfrentarlas en el día de mañana. Mas vale prevenir que curar encaja muy bien en este tema. Y creo que una cosa es cierta el costo económico sería enormemente mayor si seguimos en la misma rienda, lo que significa reconstruir ciudades desvastadas por desastres naturales que de hecho ocurre pero se convertirá en algo mas común y con mas poder destructivo, las posibles enfermedades nuevas que pueden aparecer, la escasez de ciertas recursos haría que estos fueron de altísimo costos para conseguirlos, y esto es muy claro, no todos podrán acceder a ellos, serán muy pocos, habrá guerras por los mismos, y bueno a causa del aumento del nivel del mar, los países de menos recursos no se podrán salvar. Y los países mas ricos buscaran soluciones para construir, barreras bloques especies de muros gigantes para evitar que queden bajo agua. Lo que es una injusticia porque quizás unos pocos se puedan salvar, los que tienen más recursos y son más poderosos, que a su vez son los que mas contaminan. ¿Sé imaginan lo que podría llegar a ser el costo económico? serian cifras astronómicas, pero lo mas importante sin duda es el costo humano que esto provocara. Sin duda que en esto la educación va a ser clave, desde los institutos y los hogares. Es la hora de saber realmente y actuar. Ya no se puede seguir ignorando, detalles mas detalles menos, el cambio climático es una realidad y se debe en gran parte a la acción del hombre, de eso no tengo ninguna duda. Yo creo que el clima sufre cambios naturales pero pienso que el hombre ha acelerado ese proceso. Pero aparte pensemos esto, ¿qué es lo que les dejamos a los que vienen a las generaciones futuras y al resto de los seres vivos? Hay gente que piensa que quizás esto pueda suceder, pero le restan importancia porque piensan que no les va a tocar en sus vidas o que va pasar en mucho tiempo, pero como dije antes ,con los que vendrán que? Sufrirán las consecuencias de lo que hicieron sus antecesores. Creo que hay factores naturales también que causan el cambio climático, pero creo que como dije anteriormente, que el factor mas influyente es la actividad humana. De todos modos, mas allá de la influencia del hombre o no en el cambio climático, no hay duda de que el hombre le ha hecho mucho daño y le sigue haciendo al medio ambiente, ecosistemas destruidos, mares, océanos contaminados, especies extinguidas, enfermedades desnutrición, deficiencias respiratorias por el aire contaminado, etc. Tarde o temprano alguna consecuencia nos traerá, ¿no les parece? Y esto implica al mundo entero, esto no es un problema solo de los humanos. No hay que olvidar que nosotros no somos los dueños, lo compartimos con otras especies y tienen tanto derecho como nosotros de vivir.A continuación voy a decir mas en detalle lo que puede provocar el aumento de grado por grado según Mark Lynas en un libro que escribió titulado “Six degrees” (seis grados). Un grado más: se acabaría el hielo del Ártico. Lynas plantea la desaparición del hielo del Ártico durante medio año si la temperatura sube solo un grado centígrado más. Además, las mareas podrían sumergir todas las viviendas de la costa de la Bahía de Bengala, entre Birmania e India, donde habitan más de un millón de personas. Habría huracanes en el Atlántico Sur, sequías severas en el oeste de Estados Unidos donde se ubican ciudades como San Diego, San Francisco, Las Vegas y Los Ángeles y se verían cambios inesperados en la agricultura de Inglaterra, donde hay más de 400 viñedos. Más 2 grados: se acabarían las barreras de coral. Se aceleraría el derretimiento de los glaciares de Groenlandia. Del glaciar Jakobshavn se desprenderían porciones de hielo que si se derritieran serían suficientes para abastecer con agua potable a todos los habitantes de Nueva York por un año. La extinción de los osos polares no tendría vuelta atrás y los insectos podrían comenzar a migrar a muchas regiones que se han vuelto más templadas, un hecho que ya es evidente en regiones de Brasil, Venezuela y Colombia. La isla-nación de Tuvalu, en el Pacífico sur, podría quedar sumergida por las mareas y las barreras de coral desaparecerían, porque no resistirían el aumento de la temperatura del agua. Más 3 grados: la amenaza caería sobre la selva del Amazonas La nieve de los Alpes se acabaría y las olas de calor serían lo normal en el Mediterráneo y en la mitad de Europa central. Los huracanes de categoría 6, peores que ‘Katrina’, serían más frecuentes y la selva del Amazonas podría desaparecer por la proliferación de incendios. Más 4 grados: desaparecerían Venecia y parte de Egipto. El derretimiento de los glaciares del Himalaya, que alimentan el río Ganges, se produciría antes del 2035. La inundaciones serían frecuentes. Además, sin nieve que produzca agua, habría hambrunas. El norte de Canadá se convertiría en la zona agrícola más prolífica del planeta y los hielos del oeste de la Antártida podrían colapsar elevando el nivel del mar hasta la destrucción de zonas costeras de América Latina. También se inundaría por completo Venecia (Italia) y zonas de Egipto y Bangladesh. Más 5 grados: no habría agua para Los Ángeles, El Cairo, Lima o Bombay. Ante un escenario de este tipo, la guerra por el líquido sería inminente, una situación que muchos de los expertos del mundo han anunciado. Más 6 grados: nos devolveríamos al periodo Cretácico. Por falta de nutrientes, y ante la extinción de más del 70 por ciento de las especies, el océano se vería azul brillante. Los desiertos avanzarían sobre los continentes. Los desastres serían asunto de todos los días y muchas de las principales ciudades del mundo, como Nueva York, estarían bajo el agua. El mundo podría parecerse al período Cretácico, 144 millones de años atrás, en el que solamente un 18 por ciento de la superficie de la Tierra estaba sobre el nivel de las aguas, cifra que hoy se acerca al 30 por ciento. Yo estoy convencido y creo firmemente en esto. Además creo que este siglo va ser clave porque va a marcar el rumbo de la humanidad. Creo que estamos en el momento justo de cambiar o condenarnos a la extinción. Aclaro que acepto y respeto a las personas que no estén de acuerdo, solamente expreso mi pensamiento. Yo se que esto no hace mucho, que realmente lo que provocara cambios es la acción, pero la información es muy importante también, la concientización es el 1er paso. Desde luego que quiero aportar con algo mas pero hasta el momento no se como. Yo en este momento estoy terminando secundario. Después quiero hacer meteorología para luego hacer licenciatura en ciencias atmosféricas. Porque estoy interesado en estudiar el comportamiento y variabilidad del clima y por la tanto las consecuencias que trae y puede traer el cambio climático. Si alguien quiere comunicarse conmigo, o si me pueden aconsejar todas las opciones que tengo para estudiar además de ciencias atmosféricas, mi correo es: locomotiv313@hotmail.com Desde ya doy muchas gracias a este blog por darme la posibilidad de dejar este mensaje y a tantos otros. Aprovecho a comunicarme a través de estos blogs que tratan sobre el tema del cambio climático o calentamiento global porque la gente que los visitan es más probable que se interesen por este tema. Muchísimas gracias. Un gran saludo
originalmente comentario en http://ciberplural.blogspot.com/2007/04/sera-que-ya-no-hay-tiempo-el-tiempo-se.html

2008/07/07

Respuesta a las crisis: desarrollo global
Por: Federico Mayor Zaragoza
en Opinión 5 Julio 2008
DE TODAS LAS CRISIS A LAS QUE conduce una “globalización” que ha sustituido la justicia y el buen criterio político por las leyes del mercado, la más grave es la alimentaria. Las crisis económica y medioambiental permiten planteamientos a más largo plazo, pero la alimentación constituye una cuestión relacionada con el derecho humano supremo: el derecho a la vida.
Al afectar la supervivencia de casi 1.000 millones de personas, el hambre desemboca en disturbios, en malestar social irreprimible. Los mínimos nutritivos deben garantizarse. El cambio se volverá irrefrenable si, a la crisis financiera, se unen las de la alimentación y la del agua, porque son las necesidades básicas las que movilizan no sólo a los ciudadanos que sufren estas carencias directamente, sino a los que, en toda la Tierra, reclaman que la actual economía de guerra y de dominio se transforme en una economía de desarrollo global. Con grandes inversiones en infraestructuras apropiadas para producir energía suficiente y a buen precio; para la producción y transporte de agua potable; para la obtención de alimentos para todos; para transportes y sistemas de calefacción y refrigeración que consuman progresivamente menos carburantes... y para viviendas dignas.
Debe fomentarse la investigación en la producción de alimentos con un consumo de agua ajustado y el máximo ahorro en abonos. La transferencia del sistema nitrogenasa, que capta directamente el nitrógeno atmosférico en las leguminosas, a los cereales y al arroz, representaría un paso gigantesco no sólo en relación a la mayor disponibilidad de alimentos sino por la reducción del impacto medioambiental de los fertilizantes.A los desorbitados gastos militares hay que sumar lo que representarán los escudos antimisiles y las recientes decisiones de la administración Bush relativas a la estrategia del Pacífico. Hay que dejar de depender de las energías fósiles, cuyo precio se ha duplicado en los últimos tres años, y favorecer la contribución que pueden aportar las energías renovables, la nuclear (de fisión y de fusión), el hidrógeno... La producción de biocombustibles debe regularse con gran autoridad para que no amenace la disponibilidad de nutrientes. Las prácticas de cultivo deben mejorarse, en lo que se refiere al uso de agua, evitando transportes innecesarios y fertilizantes que pueden tener un efecto ecológico negativo, y afrontar de una vez la cuestión de los subsidios y otras formas de protección.El desarrollo global representaría una solución firme y desplazaría el actual sistema que sigue intentando permanecer a través de parches. Se insiste en el escándalo de los corruptos de los países en desarrollo sin tener en cuenta el de los corruptores. La especulación sobre materias primas, como el petróleo y los alimentos, ha llegado a niveles intolerables. Los países del G-8 renacionalizan lo que habían privatizado (como se ha hecho recientemente con bancos y entidades financieras) al tiempo que presionan para que sus multinacionales en los países pobres no sean objeto de nacionalización ni reducción de las condiciones actuales de explotación.Lo que es preciso cambiar es el sistema económico actual. Es imposible dificultar al mismo tiempo la entrada libre, sin aranceles, de los productos que exportan los países africanos y de los ciudadanos que huyen de la miseria. Para superar los retos actuales es crucial aplicar impuestos sobre las transacciones de divisas que no afectarían el funcionamiento del mercado.Calculo que en 10 ó 15 años, con la tecnología de la comunicación más adecuada para la participación no presencial, la genuina democracia se consolidará a todas las escalas y se iniciará una nueva era: la de la ciudadanía. Se habrá producido una gran transición desde vasallos y súbditos a ciudadanos plenos. De una cultura de imposición, violencia y guerra a una cultura de diálogo, conciliación y paz.Los estados se habrán asociado a escala regional (Estados Unidos de Norteamérica, Unión Europea, de América del Sur, de África...) y las Naciones Unidas se habrán refundado de tal manera que, dotadas de los medios personales, financieros y técnicos necesarios actúen como “democracia global”, habiendo sustituido a la actual plutocracia en la que los estados ven mermadas su autoridad nacional e internacional y su capacidad de acción al haber trasladado buena parte del poder real a grandes corporaciones supranacionales. El resultado está a la vista: carentes de instituciones internacionales capaces de regular los distintos aspectos de la gobernación mundial, tiene lugar la concentración progresiva del poder económico, tecnológico y mediático en lo que, junto a la industria bélica, constituye el “gran dominio”. Es inadmisible que se transfieran “al mercado” deberes morales y responsabilidades políticas que corresponden a los gobernantes democráticos. El mundo ha cambiado y muchos mandatarios y pueblos han dejado de ser obedientes y sumisos, capaces de ceder a las presiones que ejercen los más poderosos. Empresas, medios de comunicación, ONG... se sumarán a un movimiento que dará la medida del nuevo “poder ciudadano”.En momentos de gran aceleración histórica, son más necesarios que nunca los asideros morales. Se avecina una nueva era. Como en 1945.Amartya Sen, premio Nobel de Economía, ha dicho que “el Estado, no el mercado, debe ser el responsable del bienestar de los ciudadanos, sobre todo de los países en vías de desarrollo”. Para evitar la revolución del hambre, activar la evolución a un nuevo sistema económico planetario. La diferencia entre revolución y evolución es la “r” de responsabilidad.* Ex director de la Unesco, preside la Fundación para una Cultura de Paz.ccs@solidarios.org.es
Federico Mayor Zaragoza
Avanzar con los ojos abiertos
Por: William Ospina
en Opinión 5 Julio 2008
ALGO VA DEL TORPE Y SALVAJE REScate del Palacio de Justicia hace veintitrés años al impecable rescate de Íngrid Betancourt y sus compañeros esta semana en las selvas del Guaviare.
Nadie podrá negar que el gobierno del presidente Uribe ha logrado sus propósitos con inteligencia, con prudencia y casi se diría, con delicadeza, que es más de lo que se puede pedir en medio de los horrores de una guerra.
Pero por ello mismo es necesario declarar que lo único que hace posibles esos esfuerzos de las Fuerzas Armadas por lograr un operativo limpio y humanitario es el reclamo permanente de los luchadores de los Derechos Humanos, la vigilancia de los medios de comunicación, la maduración de una corriente de opinión que sabe que los ejércitos por sí mismos no se esmeran y no pueden esmerarse en obedecer a criterios de humanidad si no tienen la presión y la vigilancia de los otros sectores de la sociedad.
La vida militar es muy dura, y es necesario decir que el deber de la comunidad es hacerla más dura aún, imponiéndole unos criterios y unos valores que están muy lejos de lo que dicta el arduo ejercicio de la fuerza en la lucha con el delito. En todos los países civilizados no ha bastado lograr que la Fuerza Pública tenga el monopolio del uso de las armas, es grande el esfuerzo que debe hacerse por lograr que quienes tienen ese derecho se sometan a la ley, respeten la Constitución, se esfuercen porque sus campañas no sean sólo un triunfo militar sino un triunfo de la razón, de la justicia, de la civilización.
Alguien dirá que es aguar la fiesta hablar de estas cosas, pero no: lo único que nos permitirá avanzar por el camino de una democracia verdadera, en un país donde la democracia es tan imperfecta, es persistir en la exigencia, en la crítica y en el reclamo. Los enemigos de la democracia piensan que opinar, exigir, vigilar y poner condiciones es estorbar a los gobiernos y es molestar a las Fuerzas Armadas.
Yo pienso, por el contrario, que es ayudarles. Si no existiera esa vigilancia, los que enfrentan al crimen pueden terminar pensando que no hay límites en su labor; si no existiera la crítica, los que gobiernan estarían siempre convencidos de que todo lo que hacen es justo, y terminarían convencidos de que no se equivocan nunca; si no existieran las instancias judiciales, que se atreven incluso a controlar a los más irreprochables prohombres de la patria, muy pronto la arbitrariedad daría al traste con toda civilización.
Hace casi un cuarto de siglo, la brutalidad de unos guerrilleros tuvo como correlato la brutalidad de unas fuerzas armadas que consideraron que cualquier instrumento era lícito para contrarrestar la toma del Palacio de Justicia, y todavía hoy estamos pagando las consecuencias.
En las últimas dos décadas la barbarie de los secuestradores provocó las oleadas de barbarie criminal de sus enemigos, los paramilitares, y ya nadie ignora que muchas veces miembros de las Fuerzas Armadas colaboraron en esas orgías de sangre y en esos amaneceres de horror que llenaron de cadáveres los ríos, que llenaron de fosas comunes el territorio y que llenaron de vergüenza a nuestra generación. Nuestros hijos deberán agradecer que la sociedad haya reaccionado y haya empezado a exigir eficacia pero también limpieza, valor pero también legalidad, combate al crimen pero también respeto por la decencia y por la humanidad.
Nada ha terminado y nada terminará. En vano hay quienes sueñan que llegará el día del triunfo en que ya no haya que tener los ojos abiertos y la crítica a flor de labios. La democracia es algo que se construye cada día, y no se construye con complicidades, ni con engaños, ni con adulaciones. Lo que está en juego es el destino de una sociedad que merece vivir, que merece vivir en paz, que cada día trabaja, respeta la ley, lucha por su bienestar, y no puede estar a merced ni de la barbarie de los criminales ni de las arbitrariedades o las imprudencias de sus salvadores.
También el actual gobierno ha aprendido. Algo va de este rescate impecable, admirable, no sólo heroico sino inteligente y ajustado a la ley, de otros intentos de rescate, mucho más improvisados y arrogantes, que terminaron en sangre y en luto para nuestros conciudadanos.
Qué bien que haya aprendido. Y qué bien que una parte de ese aprendizaje provenga de la vigilancia que ejercen los medios de comunicación, del desvelo de las familias, de la lucha de las víctimas, de los reclamos de los defensores de los Derechos Humanos, de los controles del sistema judicial, de la existencia de una justicia internacional. Si bien hay que reconocer sin mezquindades el trabajo paciente, disciplinado, arriesgado de las fuerzas militares y de su inteligencia, si bien hay que felicitar al Presidente y al Ministro de Defensa por su triunfo, nuestro deber es decirles que al realizar esos hechos tan extraordinarios, simplemente están cumpliendo su deber.
Porque su deber es, por su propia naturaleza, algo fuera de lo ordinario. Y no es poca cosa que la sociedad entera pueda decirles a los hombres y mujeres a quienes ha confiado el presupuesto, la toma de las decisiones, el uso de las armas y la vocería de la nación, que han cumplido, porque muy pocas veces en nuestra historia hemos podido decir, con el alma en los labios, que estamos orgullosos de lo que se ha hecho.
Esa circunstancia: ver a un gobierno esforzándose por corregir los errores de una larga tradición, a unas fuerzas armadas asumiendo con responsabilidad las duras tareas de la democracia, es algo tan digno de celebrar como la liberación de Íngrid Betancourt, de los tres norteamericanos y de los valientes soldados que afrontaron con tanta entereza estos años crueles en manos de una guerrilla inhumana y envilecida.
Al Gobierno y al Ejército Nacional, felicitaciones. A los liberados, bienvenidos a la libertad, bienvenidos a la lucha cotidiana por una democracia de la que puedan estar orgullosos nuestros hijos. Y a toda la sociedad colombiana: la clave de un futuro distinto es avanzar con los ojos abiertos.
William Ospina
¿Quién dijo intelectuales?
Cartas de los lectores
en Opinión 5 Julio 2008 - 3:23am
Leo, cuando lo consigo, y cuando mis achaques dan pausa, la edición dominical de El Espectador, como hace más de cincuenta años. Esta vez, el diario de don Fidel Cano me suscitó la pregunta: ¿qué se entiende por intelectual?
En la columna de Armando Montenegro (El Espectador, domingo 29 de junio, p. 53), titulada, ‘Cien intelectuales’, se nos cuenta que dos revistas acaban de elegir, además, cosa que el columnista no dice, por votación popular, cien intelectuales. Se nos dice que son las personas más influyentes del mundo, y por allí pasan sobre todo politólogos, economistas, religiosos, y no pocos periodistas.
No se nos dice que el “ganador” de este frívolo concurso es un menganito llamado Fethullah Gülen, un supuesto modernizador teológico-político turco. No se nos cuenta que de los 100, 36 son norteamericanos (caramba, qué coincidencia…). No se nos dice qué se entiende por intelectual (hay varias definiciones) ni tampoco por qué la mayoría de los “elegidos” son justamente lo contrario a un intelectual. Sorry general Petraeus…
Me tomé el trabajo de leer los artículos de las dos revistas mencionadas en la columna. La primera, Foreign Policy fue fundada en 1970 por Samuel Huntington, norteamericano politólogo, recordado por su libro El choque de las civilizaciones, que tiene el (gran) mérito de ser uno de los combustibles ideológicos de Bush y la derecha neoconservadora norteamericana. Recordado también por decir que Estados Unidos enfrenta una “pesadilla hispanoamericana”, debido al auge de la inmigración latina, que, según él, infunde censurables valores en Norteamérica, como lo son la religión católica, la lengua española y los nachos mexicanos. Huntington y su revista, Foreign Policy también son célebres por su ranking de los Estados colapsados. No es pura coincidencia entonces que entre sus “100 intelectuales” esté él mismo.
La clasificación de esta revista debería ser más bien de “100 ideólogos”, pues salvo algunas excepciones (sobre todo el filósofo Zizek, en un “digno” puesto 25), que Montenegro se abstiene de mencionar, o simplemente no conoce, la gran mayoría de los “personajes” están ligados al “establishment” dominante en el mundo. Pero lo más indignante de todo es que esta revista se atreva siquiera a nominar o a postular o a aceptar al general Petraeus (no se escribe Patreus, señor Montenegro), jefe militar de Estados Unidos en Irak.
Por lo menos, en ese punto, sé que no hubo ningún iraquí que votó por él, ni ninguno de los millones que marchamos contra la guerra en Irak en 2003. En todo caso, el general Petraeus ocupa un “honroso” lugar 65 en el ranking mundial. No está mal para un genocida de ese tamaño, ¿no? (eso sí, me atrevo a postularlo para los “100 genocidas” vivos, y creo que puede pelear los cinco primeros lugares…). Parece una broma, pero no lo es. Más increíble aún es que al columnista esto le parezca normal.
La segunda revista es británica y se llama Prospects. El columnista habla de la lista elaborada por las dos revistas en conjunto, sin ningún criterio, más allá de decir que es “cuestión de gusto” y de no aburrirse. Nuevamente, vox populi, vox dei. Es conveniente sugerir que se confunde “intelectual” con “influyente”, pero no se piensa o no se recuerda la larga historia que ha recorrido este concepto, a partir del Affaire Dreyfus en Francia, a finales del siglo XIX (ver Gramsci, Sartre, Foucault, Deleuze, Edward Said…). Intelectual es quien tiene una visión crítica de la sociedad, quien no se “amarra” a un poder o ideología establecida, quien tiene una visión humanística (y no simplemente una acumulación de conocimientos técnicos), quien discute públicamente temas que parecen tabú, o que son invisibilizados, etc.
Actualmente, “el intelectual”, en particular el intelectual de izquierdas, parece ser una especie en vías de extinción, según el filósofo francés Alain Badiou. ¡Althusser ha muerto… que viva Matt Groening! A mí me parece que deberíamos buscarlos en escenarios impensados hace 100 años, como el cine, los dibujos animados o el rock. Bienvenido el debate sobre “los intelectuales”, pero no en términos de “gusto” o de “aburrimiento”. A ese paso, al lado del general Petraeus (que curiosa cercanía con “pútrida patria”), tendría que estar Britney Spears, Maradona, Don Jediondo, Amparo Grisales, cualquier presentadora de farándula, o cualquier vedette superficial.
Ojalá que los columnistas se tomaran el trabajo de contextualizar sus lecturas y escritos para el público en general, y no creyeran que sus conocimientos particulares (le sucede sobre todo a los economistas) son en sí mismos de dominio público y de carácter humanista. Ojalá hubiera más ensayos que columnas. Más intelectuales y menos politólogos y economistas.
Y alguna posdatas:
1- Mi voto por Matt Groening, el creador de los Simpson. Dentro de los 100 intelectuales, incluiría a los 100 personajes de los Simpson, cada uno como un arquetipo de nuestra vida (pos)moderna.
2- Si hay tantos (pro) malpensantes en Colombia, ¿por qué no hay un solo “intelectual” colombiano en la lista? ¿Será que tienen que dejar de hacer(se) tantos elogios a “la paja” en privado y en público, en varios sentidos, y “des-soho-sizarse”?
3- Intelectuales latinoamericanos, varios: Monsivais y Carlos Fuentes, Sábato, Alberto Manguel, Eduardo Galeano, no aparecen.
4- Alter-intelectuales mundiales: Bob Dylan, Joaquín Sabina, Charly García, Lars Von Trier, Woody Allen, Kim Ki Duk, Kenzaburo Oé, Peter Sloterdijk, Peter Brook, Chico Buarque, Michel Onfray, Manu Chao, Andrés Calamaro…
Fernando Gómez Gómez. Santa Fé de Antioquia

2008/06/17

LA COCA:EN SINTESIS




Las canciones de la cocaína
Por: Alejandro Gaviria
CARLA BRUNI LANZÓ ESTA SEMANA un nuevo álbum, el tercero de su intrascendente carrera como cantante. La política y la farándula nunca habían estado tan extrañamente entremezcladas. Aparentemente la primera dama francesa no ha aceptado los dictados imperiosos de lo políticamente correcto.
Una de sus nuevas canciones menciona la abultada aritmética de sus amoríos y otra alude, como si nada, a la cocaína colombiana. Las protestas oficiales no se hicieron esperar. El canciller Fernando Araújo dijo, ante un puñado de periodistas de la política y de la farándula mezclados otra vez, que “en lugar de hacer la apología del consumo, nosotros esperamos que el mundo entero nos acompañe en la lucha contra las drogas”.
Pero el mundo entero está en otro cuento. La cocaína se ha convertido en un capricho de la clase media, en un aperitivo para amas de casa desesperadas y profesionales agobiados. En los años setenta, las canciones de la cocaína eran entonadas por los sacerdotes de la contracultura.
Grateful Dead, la banda más famosa de la época, instaba sin reservas al consumo del alcaloide: “no necesitas un avión… hay más de una forma de volar… pruébala, baby”. En los mismos años, Eric Clapton, casualmente uno de los tantos nombres en la abultada aritmética de la Bruni, repetía un corito pegajoso: “ella no miente, ella no miente… cocaína”.
Pero las cosas han cambiado. La cocaína ya no es un símbolo de rebeldía. Ya no es ni siquiera un capricho extravagante (“la cocaína es la forma como dios nos dice que estamos ganando mucha plata”, decía Robbie Williams). La cocaína se ha convertido en un vicio domesticado, en una forma de entretenimiento para la misma clase media que sigue con pasión las peripecias de la Bruni.
Hace unos días, el diario londinense Daily Telegraph reportó que en la capital inglesa las hospitalizaciones por sobredosis de cocaína se cuadriplicaron durante los últimos ocho años. El reporte citó a un conocido presentador de televisión, un consumidor declarado, quien dijo sin tapujos que la cocaína era la droga predilecta de la clase media de su país. En un especial periodístico de la BBC, publicado hace varios meses, una profesional asalariada confesó abiertamente sus hábitos cocainómanos: “he metido cocaína con casi todo el mundo en mi vida, con la familia, los amigos y los colegas, incluso con mis jefes”.
“Un día de enero dijo me sobró un poco de la noche anterior y la terminé en mi casa con mi esposo. Vino, un DVD y unas pocas rayas”. Una velada perfecta. Sólo faltó el CD de la Bruni. “La gente está tomando menos vino y consumiendo más cocaína”, dijo recientemente el jefe de la policía británica. No sólo en el Reino Unido, sino también en casi toda Europa.
En los Estados Unidos, la cocaína todavía no ha conquistado los bolsillos y las narices de la clase media. Pero ya lo hará. Mientras tanto, los habitantes de los suburbios están consumiendo cada vez más cafeína, convenientemente diluida en las famosas bebidas energizantes. La más fuerte de todas, con 280 miligramos de cafeína por botella, tiene un nombre familiar: “cocaína”. Las palabras del canciller colombiano, su discurso de Disneylandia, su visión infantil de como debería ser el mundo, contrastan con la realidad, con las cosas como son.
Dentro del orden económico mundial, Colombia se ha especializado en la estimulación y el entretenimiento sensorial de las clases medias del primer mundo, bien sea en la forma de cocaína, de cafeína o de ambas. Pero el Gobierno insiste en negar la realidad, en dispararle al mensajero, a una mujer que, querámoslo o no, encarna los gustos y las aspiraciones de las clases medias de medio mundo.
EL A,B,C DEL PARAMILITARISMO EN COLOMBIA

'KARINA' Y LOS EXTRADITADOS
¿Caras de una misma moneda?
Claudia López. Columnista de EL TIEMPO.


Las imágenes de la entrega de la guerrillera alias 'Karina' a la justicia colombiana y de 13 narcoparamilitares a la justicia norteamericana dejan comparaciones y paradojas inevitables.
'Karina' lucía un chaleco negro del DAS colombiano; los otros, overoles naranjas de las prisiones estadounidenses. Ambos estaban esposados. Ambos tenían caras de derrota. 'Karina' se sentía cansada de la guerra y abandonada por las Farc, que no pudo respaldarla frente a la ofensiva del Ejército. Los paramilitares se sentían traicionados por el Presidente de la República, con quien negociaron su entrega a un proceso de paz que terminó en acusaciones mutuas de incumplimiento y en extradición.
Curiosamente, la guerrillera tiene mayores posibilidades de que le cumplan con las garantías ofrecidas para su sometimiento, porque no tiene información ni historia con la que pueda chantajear a quienes se las ofrecieron. Ni ella ni su organización tienen amistad y compromisos previos con la directora del DAS. Ni la directora del DAS le debe su cargo a 'Karina', ni esta le debe a la directora información y protección para mantenerse en la impunidad y enriquecerse mutuamente.
No habían hecho alianzas electorales en campaña y luego operaciones conjuntas desde el DAS. No se ven a sí mismas como partes legítimas de un proyecto de poder territorial, político y económico común. Por eso, alias 'Karina' no se siente traicionada por María del Pilar, ni esta última tiene temor de lo que la otra pueda contar.
En cambio, porque todas esas afirmaciones operan al revés para el narcoparamilitar alias 'Jorge 40' es que él se siente traicionado. Por tener tanta información, cercanía con quienes lo animaron a su sometimiento y un proyecto de poder común, en el que a unos les tocó la fachada ilegal del trabajo militar y a otros la fachada legal del económico y político, 'Jorge 40' y los demás creían tener mayores garantías. Se equivocaron. La impunidad parcial de su fachada ilegal no dependía de la verdad completa, pero la impunidad total de la legal sí dependía de la verdad a medias.
Si los narcoparamilitares se hubieran limitado a la confesión total o parcial de crímenes, como masacres, descuartizamientos y desplazamientos contra la población civil, tendrían impunidad parcial, unos cuantos años de cárcel y no ponían en riesgo la fachada legal. La justicia no tenía la información suficiente para validar qué tan completa era esa confesión; tenía que hacer su mayor esfuerzo investigativo y luego un acto de fe. Pero la confesión a medias, y peor total, de sus relaciones con militares, empresarios y políticos sí arriesgaba a la fachada legal, no era la verdad que habían acordado y, además, hacía inviable mantener el proyecto de poder común vigente y legítimo. Los otrora aliados dejaron de tener intereses convergentes. Cada fachada tenía un arsenal de instrumentos de chantaje. Una los usó con cuentagotas, la otra se jugó los restos. El cúmulo de relaciones e información que era la garantía pasó a ser la perdición. En medio de la hecatombe estaban las desavenencias de dos generaciones distintas de narcotraficantes, unos reinsertados y otros en ejercicio.
Otras fracturas se deben estar dando en el seno de las Farc entre los narcotraficantes, los seudopolíticos, los de la guerra y los de la solución negociada. El presidente Chávez tiene la autonomía y el poder para decidir con cuál se alinea. Su papel es igual de fundamental para la guerra o la paz. Si financia la línea de la guerra, mientras posa con la política, está cometiendo una atrocidad contra nuestros pueblos y una estupidez contra sí mimo. Comprometerlo transparentemente con la paz es el interés de Colombia. Judicialiazarlo por terrorismo es el de Estados Unidos. No confundir esas prioridades es nuestro desafío.Por último, a propósito de comparaciones, ¿no es muy paradójico que los computadores de las Farc sobrevivan a bombardeos y los de los narcoparamilitares no sobrevivan al Inpec?

2008/06/04

BOLIVIA, AYMARA, COLLA...
en http://almamater.udea.edu.co/periodico/sc-opi566-03.htm
Por Rodrigo Montoya RojasAntropólogo. Profesor de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos Lima. Perú
El concepto de autonomía está en el centro del debate político. Se puede tener autonomía dentro de un mismo Estado multinacional, tal como lo establece la nueva constitución boliviana y se puede reclamar autonomía como pretexto para dividir un Estado y crear otro, tal como quieren los cruceños que ya no se sienten bolivianos.
¿Sabían ustedes lectoras y lectores que la primera constitución de Bolivia (1825) fue redactada por Bolívar y sus amigos en Lima, antes de haber puesto un pie en el territorio de lo que entonces se llamaba “Alto Perú”? Prácticamente en todos los países de América Latina, quienes hicieron las constituciones fueron los criollos descendientes de españoles y portugueses. En países como Ecuador, Bolivia y Perú no fueron invitados al banquete los llamados indios que representaban cuatro quintas o tres cuartas partes de la población. Por esta exclusión de principio nacieron los estados naciones con un estado, una nación, una lengua, una religión, ignorando por completo a los habitantes originarios. Tampoco los pueblos indígenas estuvieron en condiciones de exigir una invitación ni de presentarse al banquete republicano porque a la derrota de la primera revolución nacional indígena dirigida por Túpac Amaru y Túpaq Katari, en 1781, le siguió el exterminio de cada uno de los miembros de las familias de ambos líderes y la liquidación de todos los indígenas que habían aprendido a leer y a escribir y que podrían haber seguido su ejemplo.
Cuando Evo Morales fue candidato a la presidencia de Bolivia, los pueblos indígenas y la multitud urbana organizada le dijeron, desde El Alto: si el Movimiento al Socialismo, MAS, no nacionaliza los hidrocarburos y si no convoca a una Asamblea Constituyente te retiraremos el apoyo y exigiremos en las calles que abandones la presidencia como lo hicimos antes con los presidentes González de Lozada y Meza. Una vez elegido presidente, Evo Morales cumplió su compromiso.
Logró que el Estado boliviano reciba el 82% de lo producido por las grandes empresas y que éstas se conformen con el 18% restante. Invirtió las proporciones porque antes de su gobierno las empresas multinacionales se llevaban el 82% y al Estado le quedaba solo el 18%. Por esa osadía política los neoliberales que controlan gran parte de los medios de comunicación en el continente anunciaron la inminente catástrofe y desaparición de Bolivia. Por su lado, los dueños de Santa Cruz y el oriente boliviano amenazaron con dividir el país. Luego de la nacionalización de los hidrocarburos, las empresas multinacionales no se fueron del país, se quedaron porque con el simple 18% sus negocios siguen siendo rentables.
El segundo compromiso del gobierno fue convocar a una nueva Constituyente para que por primera vez en la historia republicana de Bolivia la carta nacional sea aprobada con la participación de los pueblos indígenas y exprese plenamente sus derechos. Si desde 1825 hasta hoy la Constitución sólo representa a una de las naciones bolivianas, el momento había llegado para que Bolivia sea definida como un Estado Multinacional en el que todas las naciones del país –aymara, quechua, guaraní y otras de la Amazonia– sean tomadas en cuenta y se respete sus derechos colectivos. En otras palabras, con una constitución nueva de ese tipo, terminaría el omnímodo poder de los “q’aras” (españoles y criollos) o calatos de la derecha boliviana que siempre tuvieron el poder.
Por esas dos grandes decisiones políticas la derecha boliviana quiere que el “indio” Evo Morales, ese “indio maldito” como lo llaman en Santa Cruz y en Tarija, pague su atrevimiento, sea echado de la presidencia y “se muera” si las circunstancias lo permiten. Hasta ese punto de fractura llegan el viejo racismo colonial y la política reaccionaria de la derecha sin medias tintas ni hipocresías.
Conviene recordar que a diferencia de todos los presidentes de América Latina en ejercicio de sus cargos, Evo Morales ganó en primera vuelta con el 54% de los votos. Esa es una mayoría sin atenuantes. Al convocar a la Constituyente, el MAS cometió el error de sobre valorar sus fuerzas y establecer que la nueva constitución sería aprobada por un 80% de los votos de la Asamblea y, luego, confirmada por un referéndum en todo el país. Nunca antes en la historia de Bolivia, alguna de sus 18 constituciones tuvo una participación indígena y una aprobación superior a 50%. Hubiera sido suficiente que la regla fuese 50% más uno de los votos para que sea la constitución más representativa de toda su historia. Ese pequeño gran error ha sido la tabla de salvación para que la derecha boliviana reflote tratando de bloquear la aprobación formal de la nueva Constitución y forzando una consulta popular para afirmar la “autonomía” de Santa Cruz.
Obligada por el éxito político de los pueblos indígenas, la derecha boliviana dejó atrás su viejo argumento de “una Bolivia” –la parte q’ara, blanca, o europea del país, su Bolivia– para hablar de la nación camba, en oposición a la nación aymara, admitiendo en los hechos que en Bolivia hay varias naciones y no sólo una. La revolución de 1952 destruyó el latifundismo en las tierras altas, acabando con los hacendados coloniales y con los siervos de hacienda, pero, al mismo tiempo, creó un nuevo latifundismo en el oriente al entregar grandes extensiones de tierras a los colonos que hoy son dueños de Santa Cruz y dicen pertenecer a una “nación camba”. Camba es el nombre de los colonos y habitantes de Santa Cruz, en el oriente, en oposición al Kolla o habitante andino1. Hace veinte años no se oía hablar de una “nación camba”; en otras palabras, la lógica parece haber sido la siguiente: “¿si los aymaras tienen una nación, por qué nosotros los cambas no tendríamos la nuestra?”. En Santa Cruz están los pozos de petróleo y en Tarija los pozos de gas, que son los recursos más importantes del país. Antes, la “rosca”, viejo nombre de la derecha boliviana, disfrutó de la plata, el estaño y otros minerales y las grandes haciendas. Cuando la mina maravillosa de Potosí agotó sus reservas después de más de cuatro siglos de explotación continua, los Andes ya no cuentan, sólo importan la Amazonia y Tarija para seguir disfrutando de la riqueza y del poder.
Esos llamados “indios malditos” fueron importantes como obreros mineros, y ahora ya no los quieren y preferirían que se queden solos con sus lenguas, sus culturas, sus pobrezas y su capital, La Paz, que está a 3.600 metros de altura.
Un acontecimiento político que precipitó el repentino interés de la derecha de Santa Cruz por su autonomía y/o división fue una nueva reforma agraria decretada por el gobierno de Evo Morales para expropiar las tierras sin uso de los latifundios en la Amazonia boliviana. Una vez más, se trata de defender sus intereses.
El concepto de autonomía está en el centro del debate político. Se puede tener autonomía dentro de un mismo Estado multinacional, tal como lo establece la nueva constitución boliviana y se puede reclamar autonomía como pretexto para dividir un Estado y crear otro, tal como quieren los cruceños que ya no se sienten bolivianos. Por ese camino, el concepto de autonomía sería sinónimo de división y, si así fuera, se trata de un contrasentido conceptual. Rubén Costas, el prefecto de Santa Cruz, dijo en la celebración de la victoria, el domingo 4 de mayo:
“Hoy iniciamos el camino hacia una nueva República, hacia un moderno Estado que en principio se formará con los cuatro departamentos autónomos hasta convertir a Bolivia en el Estado unitario más representativo de toda América Latina…Con el voto se ha consolidado el inicio de la reforma estructural de mayor trascendencia en nuestra patria. Las urnas han dado su veredicto; los emisarios del mal no pudieron imponer su rencor y su odio. Hoy hemos logrado una página gloriosa en la memoria nacional para construir una patria nueva con responsabilidad, con unidad. Debemos felicitarnos por haber reafirmado nuestro compromiso con la democracia”2.
Con el lenguaje de Bush, este prefecto cree que Evo Morales y su gobierno son parte del “eje del mal”. Los ángeles del bien serían los rebeldes de Santa Cruz que anuncian una nueva república, guardando para sí el nombre de Bolivia, su Bolivia, y esperando que los pueblos andinos busquen otro nombre o se llamen algo así como Bolivia 2 o Bolivia kolla. Hace tres años oí en Santa Cruz y en La Paz las primeras versiones sobre una posible división del país: los extremistas cambas decían que Brasil podría anexar Santa Cruz y Argentina recuperaría Tarija.
No me parece políticamente serio creer que los gobiernos de Brasil y Argentina estén dispuestos a tal despropósito. Tal vez, el objetivo mayor de la derecha boliviana sea sacar a Evo Morales de la presidencia antes que dividir el país. Hay, por su puesto, fracciones de derecha en La Paz, Cochabamba o Sucre que están en el centro del conflicto, del mismo modo que hay un pueblo en la media luna amazónica con firmes lazos de parentesco con los Kollas de las tierras altas. Ya sabemos que las fronteras y los territorios de los países no son definitivas, que se provocan guerras para cambiar los mapas y se asesinan presidentes para despejar el camino de quienes se niegan a perder el poder que tienen o de quienes tratan de recuperar el poder que perdieron.
Este es el conflicto profundo que vive Bolivia: de un lado, una derecha –reaccionaria y racista hasta la médula– que quiere seguir disponiendo de la riqueza y del poder sin aceptar que los pueblos indígenas existen y tienen derechos que defender; del otro, un pueblo indígena y no indígena que reclama sus derechos y exige que Bolivia sea también su país. El germen de la división, sembrado desde la invasión española, se expande y multiplica. ¿Qué voluntad de diálogo puede haber si se afirma que los otros son parte del eje del mal? La unidad y el entendimiento dependen del respeto de los otros. En tiempos de graves fracturas sociales, el respeto no tiene por donde aparecer.
1 Hay una doble lectura sobre la orientación de los brazos de la enorme estatua de Cristo que los católicos pusieron en Santa Cruz: “Collas, no tienen sitio aquí”, y, “Collas, pasen, bienvenidos”. Aquel domingo el arzobispo de la Paz votó por “la autonomía”.
2 Citado por el periodista boliviano Alex Contreras en su artículo “Bolivia dividida” (ALAI, América Latina en Movimiento,05-05-2008).
Fuente:Agencia Latinoamericana de Informaciónemail: info@alainet.org

2008/05/14

Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) preocupada por la extradición de paras

Washington, 14 de mayo de 2008 - La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) expresa su preocupación por la extradición de líderes paramilitares de las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC), que limita seriamente el esclarecimiento de graves crímenes perpetrados durante el conflicto armado en Colombia.



El martes 13 de mayo, el Estado informó sobre la extradición a los Estados Unidos de 14 líderes paramilitares, entre ellos Salvatore Mancuso, "Jorge 40" y "Don Berna" para ser juzgados por delitos de narcotráfico. Las personas extraditadas se habían acogido a los beneficios de la Ley de Justicia y Paz, destinada al juzgamiento de los crímenes cometidos contra la población civil por miembros de grupos armados al margen de la ley en Colombia.



La Comisión observa que esta extradición afecta la obligación del Estado colombiano de garantizar los derechos de las víctimas a la verdad, la justicia y la reparación de los crímenes cometidos por los grupos paramilitares. La extradición impide la investigación y el juzgamiento de graves crímenes por las vías establecidas por la Ley de Justicia y Paz en Colombia y por los procedimientos criminales ordinarios de la justicia colombiana. También cierra las posibilidades de participación directa de las víctimas en la búsqueda de la verdad sobre los crímenes cometidos durante el conflicto y limita el acceso a la reparación del daño causado. Asimismo, este acto interfiere con los esfuerzos por determinar los vínculos entre agentes del Estado y estos líderes paramilitares.



La CIDH ha dado estrecho seguimiento al proceso de desmovilización en Colombia desde su inicio, con base a un mandato del Consejo Permanente de la Organización de Estados Americanos (OEA) y a sus competencias conforme a la Convención Americana sobre Derechos Humanos. En este marco, ha expresado en numerosas oportunidades la importancia de que el Estado garantice el derecho de las víctimas del conflicto armado a la verdad, la justicia y la reparación.

2008/05/10

Las mayorías
Opinión 2 Mayo 2008 - 9:10pm
Lo divino y lo humano
Por: Lisandro Duque Naranjo
La semana que hoy termina ofreció el lamentable espectáculo de unas mayorías escolares abucheando de manera agresiva a dos condiscípulas adolescentes recién reintegradas —mediante recurso de tutela— al establecimiento del que habían sido expulsadas por asumirse abiertamente como novias del mismo sexo.
El hecho ocurrió en un colegio de Manizales. Habría que destacar la entereza del defensor del pueblo de esa ciudad quien, al día siguiente de la rechifla, acompañó a las dos afectadas al plantel y, parándose en la raya, les garantizó su derecho a no ser estigmatizadas.
Para eso tuvo que llevar más autoridades y contar desde luego con la valentía de la pareja de jóvenes. Quizás fuera necesario seguir pendientes de la suerte de éstas ya por dentro de ese ámbito adverso —producto menos de la propia iniciativa escolar que de las consejas de padres de familia y de uno que otro profesor mojigato—, a efecto de sancionar como corresponde a quienes las hostilicen por mantener un noviazgo que ciertos núcleos atrasados se empecinan en calificar como anómalo o con una expresión de acústicas inquisitoriales: “contra-natura”. Hace tres años, en un pequeño municipio huilense, una cantidad de energúmenos —parece que la mayoría del pueblo—, la emprendió a piedras e insultos contra varios enfermos de sida a quienes la Secretaría de Salud —como no sé de medicina, ignoro si correctamente— había concentrado en una vivienda en las afueras de la población. La prensa no hizo un seguimiento sobre el asunto, así que es imposible saber en qué paró aquello, que no debió ser bien. Esta semana en Cali, el periódico El País ha estado haciendo una encuesta entre sus lectores solicitando el sí o el no a propósito de la conveniencia de ocupar militarmente la Universidad del Valle. A la hora de escribir esta columna, por el sí ha votado el 80%. Como quien dice que faltan cuatro puntos todavía para completar la vergüenza y saber de dónde provienen los votantes.Estos episodios, en el caso de que no abundaran muestras de las brutalidades en que suelen incurrir las mayorías, bastarían para tener a éstas bajo sospecha de enajenación permanente. “Las malas ideas —decía alguien cuyo nombre no recuerdo—, tienen el descaro de sentirse legítimas sólo por el amplio respaldo de que gozan”. Sartre, en sus Reflexiones sobre la cuestión judía, describe la fruición que experimentaban los franceses del pueblo al lanzarles piedras a las casas de los judíos previamente marcadas con pintura roja por los invasores alemanes. “Esos gestos los redimían de su sentimiento de inferioridad social al provocarles el alivio de pensar que había gente peor que ellos”, decía el escritor. Agredir a quienes —según la propaganda nazi y para justificar su exterminio—, constituían lo más bajo de la especie humana, hacía sentir seres superiores a los despreciados habituales no judíos. De la hostilidad reciente contra Piedad Córdoba, alguien en internet dijo: “Es el caso de una morena que se cree negra, atacada por un mundo de mestizos que se creen blancos”. Esa rabia contra la senadora ha mermado, por fortuna, pues la gleba se alborota es por instantes y es mudable según soplen los vientos. “Gleba”, lo aclaro, no es el pueblo raso, sino el pueblo raso cuando desde arriba, y aprovechándose de su condición de muchedumbre, le manipulan sus ignorancias ancestrales. Paul Valery, al decir lo siguiente, me saca con decoro de este aprieto, para que nadie piense que me las estoy dando de café con leche o de esa cosa de mal gusto que llaman “gente de bien”: “La guerra es una masacre entre gentes que no se conocen para provecho de gentes que sí se conocen pero no se masacran”. Aquello, pues, de que “el pueblo unido jamás será vencido”, estaría por demostrarse. Si antes parece —independientemente de doctrinas— que cuando una multitud opina igual, es porque una sola persona está pensando por ella. Formar parte de cualquier minoría, desde luego, no necesariamente le da la razón a nadie, pero sí debiera por lo menos hacerlo digno del respeto de los que son más numerosos. Las mayorías, en cambio, se vuelven un problema cuando ni siquiera se plantean la eventualidad de estar equivocadas. Lo que es un desastre en momentos en que, obedeciendo las órdenes, o las sugerencias veladas de quien las inspira, se vuelven implacables. Cuentan las crónicas que el Cóndor Lozano jamás les dijo a sus matones que había que matar a fulano. Se limitaba a decir, crípticamente, algo así como “perencejo está hablando más de la cuenta últimamente”, y al día siguiente perencejo amanecía muerto. Claro que la democracia es el gobierno de las mayorías, siempre y cuando éstas no se crean con el derecho a ignorar, o a considerar como sobrantes de la sociedad, a quienes se comporten o piensen diferente a ellas. A los que ya hasta miedo les da pronunciar obviedades sólo porque disienten del catecismo oficial, tan aparatoso y omnipresente. Aquí la gente busca afanosa el confort de lo “normal”, para no meterse en problemas. Ya no se habla, se cuchichea. Quizás por eso estoy admirando tanto al par de peladas manizaleñas que le pusieron la cara a sus rabiosas compañeras. lisandroduque@hotmail.com

2008/05/07

Educando en la homofobia
Editorial 2 Mayo 2008 - 9:58pm
El hecho del colegio Leonardo Da Vinci es sólo un síntoma del arraigo que tiene aún la homofobia.
A pesar de que recientemente la Corte Constitucional y el procurador general, Edgardo Maya, les reconocieron a las parejas de homosexuales los mismos derechos de los que gozan los heterosexuales en el tema del pago de las pensiones —un fallo trascendental del que se beneficiarán unas 300.000 parejas colombianas del mismo sexo y que el año pasado el Congreso se negó a convertir en ley al hundir el proyecto que abordaba el tema de los derechos patrimoniales—, el destierro de la homofobia sigue siendo una obligación que las autoridades competentes se niegan a asumir.
Insólita y vergonzosa la noticia conocida esta semana de dos alumnas del colegio Leonardo Da Vinci —paradójicamente uno de los más geniales, célebres y extraordinarios homosexuales de la historia del mundo— de Manizales, a quienes el plantel educativo les negó el derecho a la educación con el argumento de que eran indisciplinadas e incumplían a las normas del manual de convivencia, cuando al parecer lo que realmente les incomodaba eran sus inclinaciones sexuales. Apoyadas por sus padres —una actitud que es preciso celebrar—, a través de una tutela las autoridades escolares se vieron obligadas a reintegrarlas, al tiempo que la rectora del colegio preparó una impugnación del fallo y permitió —o más bien incitó— que las 700 alumnas del colegio organizaran una protesta contra sus compañeras de clase —a las que recibieron con vociferantes “no las queremos”— y defender así la “dignidad” del colegio.A la fecha no se conoce de colegio alguno en el que 700 alumnas se reúnan a protestar por la indisciplina de dos de sus compañeras de clases, pero más allá de la discusión jurídica entre la rectora y la Corte Constitucional, asombra y preocupa el mutismo del Ministerio de Educación. ¿A quién, si no a los órganos encargados de velar por la educación del país, le compete esta clara señal de irrespeto a la diferencia? ¿Qué lectura dan las autoridades educativas al rechazo observado durante la manifestación? ¿Qué valores, en últimas, se están inculcando en los colegios? Por lo demás, olvidan la rectora, la Secretaría de Educación y el Alcalde de Manizales —responsables directos de la Política Educativa Municipal— que la Ley 1098 de 2006, Código de la Infancia y la Adolescencia, impone como obligación a las instituciones educativas evitar cualquier conducta discriminatoria por razones de sexo.El hecho puntual del colegio Leonardo Da Vinci es sólo un síntoma. Y ya que ha permitido visibilizar la homofobia —práctica difundida que algunos niegan o en el mejor de los casos consideran intrascendente, a pesar de que el daño psicológico es también una tortura— es el momento de elaborar políticas claras que provean herramientas para abordarla. Según un informe de la ONG Colombia Diversa y a pesar de que la Corte Constitucional se pronunció explícitamente sobre el asunto, en el 2007 existían manuales escolares como el del Colegio Nuestra Señora de la Presentación, en Chiquinquirá, en el que se califica de “falta grave” las “conductas homosexuales”. Persiste entonces el prejuicio de que la homosexualidad es una anomalía, una enfermedad y una desviación.Sostener que la tolerancia y el respeto son medios suficientes para combatir la homofobia, es equivocado. Urgen medidas concretas que faciliten el control de la discriminación y que permitan una educación explícita en el tema de la diversidad sexual. Tolerar y respetar no conduce, de ninguna manera, a reconocer. El reconocimiento real de la otra persona implica una educación muy diferente de la que hasta el momento se está impartiendo en algunos de nuestros planteles educativos.
En http://www.elespectador.com.co/opinion/editorial/articulo-educando-homofobia

2008/04/08

Cultura mafiosa


28 Marzo 2008 - 8:52pm
Por: Alfredo Molano Bravo
La real academia española define a la mafia como organización criminal de origen siciliano; o por extensión, cualquier, organización criminal clandestina, o también cualquier organización que trata de defender sus intereses, y da un ejemplo: mafia del teatro. Total, hay que mirar a Sicilia.
El origen de la palabra es polémico: proviene de la voz árabe mahya: bravuconería, jactancia; o del toscano maffia, sinónimo de ostentación. La etimología cae aquí como anillo al dedo. La mafia, tal como la conocemos hoy, nace en Sicilia como una organización que defiende los intereses de los señores feudales con escopeta, es decir, a changonazo limpio, contratando sicarios y comprando o matando jueces. Avanzamos, pues estamos tibios.

Se forma así la Onorata Societá, regida por un código de honor —la omertá, sinónimo de ley del silencio— y uno de cuyos más rentables negocios era el contrabando de ganado. Estamos calientes. La mafia pone sus huevos en E.U. durante la Gran Depresión y hace su agosto: los emigrantes sicilianos, pobres, desempleados, mal vistos y peor tratados, se asocian para delinquir según el modelo de la Onorata. Es la Cosa Nostra; la época de El Padrino y del célebre boss Lucky Luciano, dedicado a los negocios de droga, prostitución y chance. Estamos por quemarnos. La policía lo pilla y la justicia lo condena a 30 años, que cambia por la ayuda que la mafia en Sicilia presta al ejército norteamericano para desembarcar en Italia al fin de la Segunda Guerra Mundial. Prácticamente nos quemamos. En nuestro medio hay una herencia política que va de los chulavos y pájaros de los años 50, pasa por las bandas de esmeralderos y contrabandistas de los 60 y 70, y entrega su legado a los narcos, llamados mágicos —juego burlón con la palabra mafia—, que reinan hasta hoy y que ya compraron boleta “a futuro” bajo el nombre de “los emergentes”. Fue sin duda la aristocracia del país —blanca y rica— la que primero sintió, resintió y ridiculizó los síntomas externos de la mafia, su cultura extravagante, irrespetuosa, presuntuosa, que construía clubes sociales completos si le negaban la entrada a uno, que compraba los más lujosos carros, los más finos caballos de paso, las haciendas más linajudas, los jueces más rigurosos, los generales más amedallados, en fin, que se puso de ruana todos los valores de la autodenominada ‘gente bien’, que descubrió pronto, para su propia fortuna, que era mejor asociarse a la mafia que luchar contra ella. Y así lo hizo. Algunos, hay que ser justos, hasta se ruborizaron de ciertos enlaces matrimoniales, pero al fin, se alzaron de hombros con un “plata es plata”, lo demás es loma.

La mafia no abandonó su filón. Por el contrario, lo amplió y lo consolidó; siguió con sus negocios, con su poderosa influencia en la institucionalidad, con sus crímenes, sus armas. Son los días en que el embajador gringo Tambs habló de la narcodemocracia. La aristocracia, en decadencia, ya narcos, ya dueños de la baraja, agradecieron el reconocimiento y alabaron al gran diplomático que, dicho sea de paso, terminó en Centroamérica asociado con sus denunciados. Después, la coalición social hizo otro negocio: el paramilitarismo, y por ahí derecho la parapolítica que, en nuestros días, ronda cada día más cerca al Príncipe: su primo, su ex secretario privado, sus barones electorales, su ex jefe de seguridad, su ex lanzacandidaturas andan, como se dice hoy, complicaditos.La mafia, tanto la siciliana como la criolla, se ha hecho contra la ley, ha construido con sangre sus propios canales de ascenso al poder económico y político y, sobre todo, ha impregnado de su cultura —la del “no me dejo”, la del “soy el más vivo”, la del “todo vale huevo”— al resto el país, o para ser exactos al 84%. Es la cultura de la fuerza a la fuerza, de la justicia por mano propia, de las recompensas por huellas digitales y memorias digitales, del “véndame o le compro a la viuda”, del “le corto la cara marica”, del “quite o lo quito”. Su escudo de armas: un corazón incendiario. Cuando Piedad Córdoba dice que en el país predomina la cultura mafiosa, hace una apreciación no sólo valerosa sino justa. Después de tomarse las juntas directivas y los directorios políticos, la mafia busca ahora imponer sus valores, normas y principios. Es decir, su cultura, más a las malas que a las buenas.