2010/06/04

APENAS SI HA COMENZADO, LA TRANSFORMACION DE LA CULTURA POLITICA
RESUMEN
Fanatismo...a esos extremos llegamos cuando la sociedad que nos circunda nos parece absolutamente decadente y, necesitamos recordar permanentemente que, es precisamente, esa sociedad la que queremos transformar y por ende, la misma sociedad que debemos atraer antes que ahuyentar
Amo la internet. Tal vez es lo más fascinante que le ha sucedido a la humanidad después de la imprenta. Es el inicio del salto masivo más que “al” conocimiento, a “los” conocimientos. Pues la red te ofrece la certeza de que sobre un sólo aspecto, el que sea, puede haber varias miradas. Hace poco una novel ingeniera en sistemas me enseñó, por ejemplo, que uno más uno, puede o no ser dos…

Y en la fascinante red hay cosas fascinantes, como Wikipedia, fue allí donde encontré “los rasgos que caracterizan al fanatismo” : “dogmatismo: fe en una serie de verdades que no se cuestionan ni razonan y cuya justificación lo es por su propia naturaleza o con relación a alguna autoridad; carencia de espíritu crítico: no se admite la libre discusión acerca de las propias verdades, ni su crítica racional; maniqueísmo: las diferencias son consideradas de manera radical; no se admiten los matices. Además, la diversidad humana suele encerrarse en dos categorías: buenos y malos; odio a la diferencia: desprecio y rechazo de lo que escapa a unos determinados modelos y etiquetas; autoritarismo: afán de imponer las propias creencia y de forzar a que todo el mundo se adscriba a la misma”…lo cual me dejó perplejo: somos un pueblo, una nación llena de fanatismo. Veamos.

Samper es malo, punto. Uribe es Santo, punto. Uribe es el diablo, punto. Santos es un demonio. Mockus es…y seguimos. O sea, esa es “la verdad” punto. Y podemos seguir con los mismos ejemplos, cada uno de estos personajes dependiendo de dónde se miren o es absolutamente perfecto o es absolutamente imperfecto: los puntos medios, su humana mezcla de debilidades y fortalezas es imposible. “Es mi opinión, punto” al menos hemos llegado al “yo respeto la suya” pero generalmente es el cierre de micro discusiones. Todos son corruptos o todos, los de éste lado, son honestos. Es decir o blanco o negro: los matices son inexistentes. Los de aquí somos los buenos, los capaces, los honestos, los que sabemos qué hacer y cómo, los de allá son los malos, los incapaces, los deshonestos, los ignorantes: un absoluto desconocimiento del rival. “Si ud apoya a éste está en nada”. El lio es más complejo si pensamos que así manejamos nuestros micro mundos, así manejamos nuestras familias, nuestros entornos emocionales, laborales, etc…

Volviendo a Wikipedia, encontré “secta” “utilizan la palabra sect para referirse a un grupo (religioso) que también tiene un alto grado de tensión con la sociedad circundante”…O sea que algo muy pero muy cercano a una secta es un grupo donde se tiene un líder, donde la crítica y la autocritica interna (individual o grupal) prevalece, pero, por su ausencia; donde las demás concepciones, aún la de los aliados más cercanos son descalificadas, donde prácticamente todos los demás los que están por fuera del grupo son los malos, odio a la diferencia: desprecio y rechazo de lo que escapa a unos determinados modelos y etiquetas: afán de imponer las propias creencia y de forzar a que todo el mundo se adscriba a la misma…obviamente eso, con la “sociedad circundante”, la cual generalmente tiene todos los antivalores de la secta (o al menos eso creen los sectarios), puede generar un momentáneo respeto y admiración inicial, pero mucho de molestia después…y cuando me encontré con esa reflexión exclamé esa expresión juvenil ¡tenaz!...¡brutal!...
Creo que nos falta mucho como sociedad, como nación…que estamos supremamente atrasados…y que como ha insistido uno de los candidatos: “Recordemos siempre que seremos juzgados por nuestros métodos. Tenemos que seguir dando ejemplo que la política se puede hacer sin ataques, sin insultos” ojala muchos seguidores (y, dados ciertos momentos con las masas el mismo candidato…) reflexionen sobre esa frase…a presente, pero especialmente a futuro, pues la transformación cultural, que debe ser generacional: 30 años mínimo…y continuos: apenas si ha comenzado

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