(1) Tiempo para las preguntas
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EDITORIAL www.latarde.com 21.12.10
Vamos a aprovechar el espacio editorial de esta semana, en algunas preguntas que queremos hacerle a nuestros lectores sobre el inmediato futuro de la ciudad, que se juega en las elecciones del próximo año.
La primera pregunta que queremos plantear es ¿cuál es la idea de ciudad que tienen quienes pretenden administrarla a partir del próximo año y la que tienen los ciudadanos?
¿Será la de una ciudad que crece improvisadamente, en la que da igual la protección del medio ambiente, la integridad del ciudadano, la salud y la educación de los residentes, porque por encima de todo lo anterior está proteger el dinero que llega por diversas fuentes, unas blancas y otras oscuras?
O será la de una ciudad que gasta su presupuesto público en mostrar, cada cuatro años, algunas obras de infraestructura para congraciarse con algunos poderosos que están haciendo bulla con las críticas, pero que no obedecen a ninguna planeación estratégica, concertada, que realmente busque el bien común.
Tal vez la ciudad que tienen en mente es aquella que -con perdón de los costeños-, terminó pareciéndose a aquellos sitios en la Costa Caribe, en los que todo tiene que pasar por la negociación con el político, que exhibe la corrupción por doquier, porque lo importante es mostrar qué tan poderoso se es y hacer gala del título de patrón.
Aunque también puede ser aquella ciudad que se vende como de absoluto progreso, cuando exhibe la más alta tasa de desempleo, desocupación y empleo informal del país en cerca de dos años y no parece que esta sea una inquietud que trasnoche al sector público.
Se invirtieron los valores, dirían los viejos.
¿Cuál es la ciudad que aspiran habitar los ciudadanos? ¿La descrita en estas líneas anteriores? ¿Se les parece a la ciudad que hay ahora? ¿Se parece la ciudad que quieren los habitantes, a la que tienen en mente los políticos?
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