Escopolaminas y similares
Sentía que viajaban mucho, pararon un momento, logró soltar las sogas de los pies, saltó del carro y corrió, dice que atravesó la carretera y corría mucho, vio una droguería y se metió allí histérica, pidiendo que llamaran a la policía. El dueño se asustó pero efectivamente la policía llegó; se sentía drogada parece que fue escopolamina, la llevaron a una estación de policía. En casa, en Pereira, habían pasado 4 horas y todos asustados buscándola: no respondía celular, entró una llamada de Tuluá, Valle, de la policía, preguntando por la familia diciendo que estaba allá como loca y salieron de inmediato. Estuvo traumatizada por eso. Luego a los días empezó a recordar que la persiguieron cuando escapó pero que como hizo tanto escándalo se asustaron y escaparon, que hablaban de otras chicas, que hablaban de enviarla cargada para España…
LEYDI, 2º semestre del 2007. Salí de la Tecnológica a las 8 de la noche. Bajé caminando a Centenario. Me detuve en Providencia, comederos de la 21. Me senté a comer y me llamó la atención un hombre de unos 40 años que se bajó de un carro muy elegante, el tipo es alto, llamaba mi atención por su grotesca forma de comer. Se sentó a mi lado. El único contacto con él fue cuando le pregunté sobre el ají – ¿está muy picante? Me respondió que no. Después de probar el ají dije: - No debería aprovecharse de la buena fe de las personas. De repente me vi aceptando que pagara la cuenta. Mi cabeza daba vueltas. Mi cuerpo se manejaba solo y mientras mis piernas se dirigían al carro del hombre mi cabeza me decía que no, pero mi cuerpo no respondía a los pensamientos. Sentada ya en el carro me preguntó mis datos, arrancó el carro rumbo a Centenario, mientras avanzamos empezó a preguntarme por mi música, mi cabeza me decía que debía bajarme, me veía tiraba desnuda en un potrero pero mi cuerpo estaba cómodo y solo sonreía. El tipo empezó a hablar de sus aventuras sexuales. Al fin llegamos a Centenario, paró el carro. Yo insistía en la cita con mi novio y que seguramente me iba a ver bajar del carro. El hombre empezó a tocarme las piernas, yo solo sonreía y me veía muerta tirada en un caño. El tipo intentó besarme y entonces se me ocurrió decirle – mirá, mirá, allá está mi novio, yo creo que ya me vio. Entonces me bajé y salí corriendo a una tienda. Compré una bolsa de jabón de ropa y me dirigí a mi casa. Me encontré a mi novio. Mientras le decía que me había demorado porque había salido tarde de la U, me sentía culpable. Al llegar a la casa, me dirigí al segundo piso al cuarto de la mujer con la que vivía y le dije: Mirá que me encontré con un amigo que me trajo en el carro, pero que Juan no se entere. Mientras echaba ropa a la lavadora, empecé a sentirme acalorada, me rasgué la camisa e invité al cuarto a mi novio a que me hiciera el amor. De repente esa excitación pasó a ser miedo –el relato sigue- Al tipo lo vi después en la peatonal de la 18, Un ejecutivo…
Otras fueron violadas, asesinadas, desaparecieron…y otrOs…Para esto, también necesitamos paz con guerrillas ¡¡¡para VER y atacar las otras violencias!!!
No hay comentarios.:
Publicar un comentario