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2022/06/25

«Bilis» y Esperanza

Orlando Parra

2021-09-07

Los jóvenes quieren todo ya.  Están en su derecho.  Muchos viejos, al ver que nunca han llegado los cambios por los que lucharon, también quieren todo ya, y se amargan.

Cuando se analizan las sociedades, casi siempre se olvida que están compuestas por seres humanos, y que una cosa es una persona que nació en 1950, otra la que nació en 1970, 1990, 2000, etc. Cada ser humano vive un país de formas diferentes.

Es muy difícil pedirle a alguien con menos de 30-40 años entender lo que era el sistema de salud antes de 1990 donde unos pocos tenían seguridad social.  Nunca he olvidado a mi madre yendo donde «Plumón» (cacique liberal, el cual pocos jóvenes saben que existió) para que la mandara donde un candidato, y éste donde un médico, al cual me llevó.  Ese médico me formuló unas inyecciones espantosas que se debían comprar y aplicaban en una droguería de Cuba (creo que del padre de Olga Lucía Ríos Millán) ese … ¡ese era el sistema de salud muchachos! La mayoría de la población carecía de acceso ¡ni hablar de calidad!

Otros ejemplos.  Si usted es joven, revise entre sus tíos, o abuelos, cuántos tienen formación profesional, y ahora mire entre usted y sus primos.  Hay más: Esperanza de vida.  Lo pensional.  Mortalidad infantil.  Acceso a cultura a información. Y si quiere pensarlo desde las mujeres, o desde el respeto paulatino a la diversidad de género, los datos son aún más interesantes.

En el 2013 publiqué #HazPlural2 «A pesar del escepticismo» y en 2016 (el 3) #HayEsperanza. En resumen: a pesar del escepticismo hay esperanza, o, hay esperanza a pesar del escepticismo. Me distancio de la amargura, la «bilis», que percibo en personas de mi edad (1969), o mayores, ni hablar de las menores. No sé qué tan duro les ha golpeado la vida, pero su negativismo y negacionismo es un atentado contra la salud mental de quienes los rodean.


Afortunadamente muchos apostamos a la esperanza: Humberto de la Calle e Iván Marulanda (1946: 75 años), Jorge Enrique Robledo (1950: 71), Ángela María Robledo (1953: 68), Sergio Fajardo (1956: 65), Juan Fernando Cristo (1964: 57), Alejandro Gaviria (1966: 55), Luis Gilberto Murillo (1967: 54), Juan Manuel Galán (1972: 49), Angélica Lozano (1976: 45), Juanita Gebertus (1983: 38) y sigue.

Nunca se tratará de justificar que un país tan rico, pero tan desigual, tan desequilibrado como el nuestro; tenga hoy más de 9 millones de personas en la pobreza, la mayoría en hogares campesinos o donde el jefe del hogar es una mujer (ni hablar de la miseria injusta en la que viven la mayoría de los migrantes venezolanos).  Tampoco el cinismo de decir «la economía va bien pero el país va mal» (derecha). Ni que vivimos «en el peor país del mundo» y negar lo avanzado (izquierda).

Se trata de aceptar los avances y retrocesos. Aceptar que caminamos, pero podemos acelerar hacia un país donde haya más «dignidad» para todos: las causas, características y consecuencias del paro iniciado el 28 de abril, siguen y seguirán ahí … por un buen tiempo.

Los «viejos» [los que ya No somos jóvenes (21-28), ni jóvenes adultos (29-43)], tenemos una gran responsabilidad frente a la «muchachada ardiente», pues como dice LE: «La vida son los momentos de alegría; hay que buscarlos y sembrar ilusiones NO desilusiones. Sembrar frustraciones sin propuestas, es una perversidad».

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