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2021/02/16

Que lo espiritual salga del closet (2) Trascendencia.

Hace unos días una amiga matemática, muy racional, me decía que le encantaba algo que otros me critican: la capacidad de volver intrascendente casi todo. “Tu deliciosa irreverencia” dice la señora que manda en mi casa. Pues sí, tienen razón, es que ¿qué es trascendente? ¿quién?.

Hay una serie de filósofos que hace ya mucho decidieron que la vida carece de sentido alguno. Que no hay una explicación de para qué estamos aquí. De qué sirve la vida humana. ¿Será que sólo estamos para nacer, crecer, reproducir y morir? ¿para levantarnos, alimentarnos, defecar y acostarnos?... y las bestias humanas, incluidas las de cuello blanco, ¿para destruir la naturaleza?

Puede que sea para reproducir la especie, total es lo que estamos haciendo hace miles de millones de años, desde el Último Ancestro Común Universal (LUCA en inglés). Es un hábito que está en nuestro ADN. Con el lío de que hoy hay millones que No hacen la tarea. Y menos a futuro.


Ilustración 1  https://www.bbc.com/mundo/noticias-47260677

No en vano tanto intelectual se suicida. De tanto racionalizar concluyen que la existencia es un sin sentido y prefieren dejar de perder tiempo y se pegan un tiro. Es lógico que así lo hagan. Es “lógico” ([i]).  Otros han llegado a la misma conclusión. Pero No se suicidan. Unos porque hacen uso de su legítimo derecho a tener miedo. A ser cobardes. Otros porque sienten que han caído en la trampa biológica de la reproducción y entonces sienten que el único sentido que le pueden dar a su vida es criar sus hijos. Los más hábiles dicen que “la paternidad es para toda la vida” y entonces, como biológicamente sus hijos –generalmente- viven más que ellos, pues así llegan hasta el final de sus vidas: unas que, de no ser por sus hijos, “carecería de sentido”. La tarea de la paternidad finaliza cuando el hijo es autosuficiente materialmente. ¿Que tal Cristo dependiendo de José y María? ¡nunca hubiera hecho su tarea!.

Podríamos seguir aquí dando ejemplos del sin sentido de la vida, y de cómo muchos buscan una excusa para seguir viviendo…(que texto tan duro Orlando…bahhh… otro texto intrascendente).

Claro está que hay muchas formas de vivir: valorar los atardeceres, amaneceres, el sonido de los pájaros, las olas, la caída de una gota de agua, hay ¡millones!... pero aquí No estamos hablando de si la vida es bonita o fea. La vida es lo que es. Aquí estamos hablando es del sentido, del para qué nacimos, a qué vinimos, y … seguramente no sólo fue a disfrutar sus mieles o atormentarnos con sus hieles. ¿O será?...

Entonces resulta que hay que encontrarle un sentido a la vida. Y no puede seguir siendo el acto abusivo de cargarlo a nuestros hijos (o a nuestros padres, “porque hay que cuidarlos hasta que se mueran”, luego nos inventamos otra excusa). No existe –creo yo, usted es libre de creer lo que quiera- ninguna posibilidad biológica de justificar nuestra existencia. ¿El sentido de la vida es disfrutar la lluvia mientras cae sobre nuestros cuerpos desnudos copulando en una tarde calurosa? ¿umhhh? Hay que ir más al fondo.

Se acabó el espacio … por ahora quedemos ahí… ese desespero por justificar la vida con acciones asociadas al cuerpo, a la materia, son sólo una forma de tratar de darle sentido a la vida… y usted sabe, siente, muy dentro de usted que “no, no es por ahí, debe haber algo más” Recuerde: No pretendo convencer a nadie. De hecho, la vida hace rato me enseñó que hay que creer para ver… mD seguimos.