¿QUÉ PASA EN APIA?
Por: Carlos Arturo López Angel (*)
En materia de Desarrollo Económico Local muy pocos municipios saben para donde van. La mayoría de los alcaldes apenas tienen tiempo para lidiar con los problemas heredados. A otros no los preocupa el tema, pues sus intereses no van más allá de la práctica de la politiquería para atender a la voraz clientela. Ese no es el caso de Apía. Allí avanza un proceso de desarrollo apoyado por los últimos alcaldes que empieza a mostrar importantes resultados.
Es bueno aclarar que esa es una localidad con abundante capital social que puede crear y sustentar propuestas novedosas. Tiene una larga y fructífera trayectoria cultural. A lo largo de su historia ha contado con una clase dirigente educada. Y es una sociedad afecta al civismo y a la organización comunitaria.
El Circuito Económico Solidario de Apía es un sistema cada vez más diverso y más complejo. En él participan 700 productores y su funcionamiento ha generado 25 nuevos empleos. Consta, entre muchos otros elementos, de cuatro cooperativas, seis grupos asociativos organizados en minicadenas productivas y una empresa privada. Pero lo más importante- en estos momentos de “pirámides” y desamparo bancario- es la red financiera local compuesta por dos fondos de solidaridad rural, tres fondos rotatorios de las asociaciones y un convenio con el Banco Agrario. Entre todos proveen los recursos y las garantías para fortalecer la actividad productiva. Por eso, desembolsaron 337 créditos por valor de $617 millones y beneficiaron a 451 familias. Además, el sistema gestiona recursos de programas departamentales, nacionales, del sector privado y de cooperación internacional. Los productos con los que se trabaja son café, plátano, hortalizas, frijol y maíz. Además de ganadería, apicultura y vinos de frutas.
Los plataneros eliminaron el 90% de los intermediarios, garantizan la venta de todo el producto y tienen un nicho en la central mayorista de Medellín. En café especial, un grupo de 199 campesinos liderados por Orgánica Tatamá se certificaron en la Norma FLO, iniciaron exportaciones y tienen su propio laboratorio de catación. Orgánica Tatamá, por su parte, tiene varias certificaciones internacionales y una gran experiencia en exportación. Los ganaderos consiguieron los recursos para poner en marcha la planta de lácteos. La feria ganadera mensual es toda una institución que mueve $5.000 millones anuales y se le dotó con las instalaciones adecuadas. Alrededor del distrito de riego y de la Granja de Pancho, en la zona cercana al PNN Tatamá, avanza un plan de desarrollo con énfasis en agroecología y ecoturismo.
Es tan fuerte el modelo que la respuesta al cierre del matadero en el 2006 fue la movilización que dio como resultado la creación de una cooperativa. Eso permitió su reapertura año y medio después, salvando los 24 empleos que estaban envolatados. Como si fuera poco, la música -que es la pasión local- empieza a producir ingresos. Se logró la capacitación como lutieres de nueve jóvenes que hoy arreglan instrumentos musicales en la región.
En Apía están pasando cosas. Allí emerge, poco a poco, un modelo de Desarrollo Económico Local como lo necesitan los municipios colombianos. Los apianos deben estar orgullosos y tienen el reto de proteger a toda costa esa creación colectiva que exalta el trabajo honrado.
*Exgobernador Departamento de Risaralda (Miembro Tertulia Cívica Matecaña)
5961