Trujillo: TESTIMONIO ATROZen
http://www.semana.com/noticias-nacion/testimonio-atroz/43979.aspx(este es un doloroso, muy doloroso relato, el informe completo lo encuentran en
http://www.nocheyniebla.org/files/u1/casotipo/deuda/html/pdf/deuda17.pdfy una sintesis en
http://www.eltiempo.com/colombia/justicia/2008-09-07/grupo-de-memoria-historica-de-la-comision-de-reconciliacion-destapa-violencia-que-vivio-trujillo_4504876-1)
imagen de: Jesús Abad Colorado en http://www.semana.com/galeria-galerias/trujillo-memoria-resistencia/524.aspx
SEMANA revela los apartes más espeluznantes del testimonio inédito del hombre que supuestamente presenció el delito más horripilante de Colombia en los últimos años: el descuartizamiento...
Lunes 6 Marzo 1995
EL PRESIDENTE ERNESTO SAMPER RECOnoció la plena responsabilidad del Estado por la masacre de 107 personas en Trujillo. Uno de los testigos del genocidio fue Daniel Arcila Cardona, quien después de fugarse denunció el hecho ante las autoridades. Medicina Legal lo declaró enajenado mental. Su testimonio era tan horripilante que desafió la credibilidad y no fue tenido en cuenta. Arcila desapareció en 1991, presuntamente asesinado. Hoy, cuando su inverosímil historia ha sido corroborada oficialmente, SEMANA presenta este excepcional documento:
"Yo estaba charlando con varios suboficiales por ahí a las 10 y 30 de la mañana cuando uno de ellos vio a un hombre que bajaba en una mula. Entonces él le dijo a unos soldados que estaban parados en la carretera que lo requisaran. Yo volteé a mirar y vi que él era el guerrillero que el día del combate me pidió los papeles a mí (el testigo se refiere a un enfrentamiento ocurrido el 29 de marzo de 1990, en el cual guerrilleros del ELN dieron muerte a siete miembros de las Fuerzas Especiales del Ejército). "Entonces yo le dije eso a mi cabo y le echaron mano, lo bajaron y lo amarraron con el mismo rejo de la mula y lo recostaron contra el barranco. El guerrillero tenía 17 años. Luego nos fuimos a donde estaba mi capitán y le entregamos al guerrillero. Estábamos parados ahí cuando subió un campero Toyota con ocho personas y se detuvo màs adelante. Entonces un teniente le dijo a unos soldados que miraran a esa gente para ver qué querían y si iban armados. Del carro se bajaron un sargento del batallón y unos tipos con fusiles R-15 y pistolas. Como los soldados reconocieron al sargento entonces no hicieron nada: Los que venían en el campero fueron hasta donde estábamos nosotros y hablaron con el capitán, quien les preguntó quiénes eran y ellos le respondieron que venían del puesto de mando adelantado (Arcila se refiere a una base militar instalada provisionalmente en una zona rural de Andinápolis, cerca de Trujillo, para perseguir a los guerrilleros que emboscaron a los militares días atrás. El encargado de las operaciones era el mayor del Ejército Alirio Urueña Jaramillo). "Poco después los del Toyota, incluido el sargento, dijeron que regresaban a Trujillo. Entonces yo le dije a mi capitán que yo también me iba porque estaba muy cansado. El me autorizó, pero con la condición de regresar el lunes siguiente para que les ayudara como guía. Nos metimos todos dentro del carro y a mi lado quedó el guerrillero. "Durante el recorrido ellos llamaron por radio a un jefe de ellos, al que le decían: 'Tío', vaya saliendo que aquí llevamos al guerrillo'. Entonces llegamos a la finca de Diego Montoya, donde los esperaba el 'Tío'. Me dejaron ahí e inmediatamente el 'Tío' y los hombres del Toyota se fueron para el puesto adelantado. "Más tarde me llevaron a la base y al rato de estar ahí, ya por la nochecita, apareció mi mayor Urueña -a quien le decían don Alirio-, junto con la gente de la hacienda. Al guerrillero también lo bajaron y lo metieron a una pieza grande. Entonces empezaron a interrogarlo y le dijeron que ellos le daban unos millones de pesos, que le cambiaban de identidad y que lo mandaban para otro país. Yo estaba convencido que ellos, los de la hacienda, eran del F-2. En una parte del interrogatorio me hicieron acercar para que el guerrillero me reconociera y le preguntaron que si me conocía. Luego de mirarme me dijo: 'Este fue al que yo le pedí los papeles en La Sonora'. Yo no me quería dejar ver del guerrillero porque de pronto lo soltaban y me quedaba reconociendo, pero uno de los autodefensas dijo 'tranquilo, déjese ver que a este de todas maneras lo matamos'. El me dijo que fresco, que en esa hacienda llevaban tiempo haciendo lo mismo y me contó del caso de otro hombre al que mataron y le decían 'El Mocho' y quien no aguantó la tortura. Me dijo que no cantó nada y que le colocaron el soplete en los testículos y que no aguantó nada. Luego, me dijo, calentaron una varilla con el soplete y se lo introduieron por el ano al rojo vivo, y después le levantaron las uñas con una navaja. Debido a eso no aguantó y se murió. "Al continuar el interrogatorio, mi mayor le preguntó al guerrillero su nombre verdadero. El dijo cómo se llamaba, pero mi mayor dijo de un momento a otro que 'este hijueputa está diciendo mentiras' y lo amenazó con un soplete. El muchacho gritó y dijo que quería colaborar. "Luégo lo sacaron y le mostraron un listado y le dijeron que señalara a los que eran auxiliadores de la guerrilla. El los reconoció a todos y agregó otros. El 'Tío'-un hombre gordo, bajito, de 55 a 60 años y usa sombrero- se puso muy bravo cuando vio que el listado era muy grande. En tono muy duro dijo: 'Hay que ir, hay que ir por esos hijueputas". LAS DESAPARICIONES "Después de terminar el interrogatorio mi mayor se reunió con el viejito al que le decían 'Tío' y montaron un operativo para subir a La Sonora a recoger los auxiliadores de la guerrilla. Entonces se reunieron como 30, conmigo incluido, y luego cuadraron tres carros: una camioneta Chevrolet 300, carpada, de estacas, en la que se subieron como ocho, entre ellos tres soldados, que iban de camuflado, y un sargento, que iba de civil; el otro carro era un campero Toyota de placas NC 5656, cabinado, al que subieron otros seis, y una camioneta Ranger roja con vidrios polarizados, marca Ford, en la que se montaron otros ocho. Como hacía falta un chofer, me dijeron 'échele mano a esa camioneta 300'. Me subí y nos fuimos para La Sonora. Al guerrillero lo llevamos y se lo entregamos a la contraguerrilla antes de llegar a donde estaban los campesinos. No sé qué pasó con él, pero me imagino que lo mataron. "Cuando llegamos al sitio donde había sido el combate eran como las 10 y 30 de la noche. En las casas cercanas empezaron a recoger a los campesinos. Al que primero sacaron de la casa fue a un señor don Ramiro, a quien le tocaron la puerta duro y le rodearon la casa. Los soldados se quedaron afuera prestando seguridad mientras los autodefensas entraron por el campesino. Le gritaban 'Ramiro, salga'. El no quería salir y entonces uno de ellos le gritó 'salga a ver hijueputa'. Cuando lo sacaron, la señora y los hijos se pusieron a llorar y decían que no lo fueran a matar. Entonces lo amarraron con un rejo de las manos y lo subieron a la 300. No tenía camisa. Luego subieron más arribita a otra casa y recogieron como a otros tres más y también los subieron amarrados a la camioneta. "Don Ramiro, llorando, decía '¿pero yo qué he hecho?'. Ellos le contestaban que nada más que colaborarle a la guerrilla. 'Pero si ellos lo obligan a uno -respondió don Ramiro-. Uno qué más va a hacer, si no lo matan a uno'. "Luego arrancamos ahí para abajo hasta que llegamos a La Sonora, donde estaba cayendo un aguacero. Entonces procedieron a sacar al dueño de la tienda. Ya frente a su casa dijeron: 'Buenas noches, levántense pronto'. Inmediatamente llamaron al dueño de la tienda. El se levantó, abrió la puerta y en ese momento le pidieron papeles y lo trasladaron al corredor de la casa. Luego lo subieron a la camioneta. Más arribita de la tienda recogieron a otro y más abajo recogieron más, entre ellos al dueño de un jeep, que era quien transportaba a los guerrilleros. A él le tumbaron la puerta del carro y lo sacaron a empellones. Fueron en total 11 personas, incluyendo al inspector de Puente Blanco y a una viejita. Después nos regresamos a la hacienda Saloni, que es de Diego Montoya. La finca queda en inmediaciones de Salónica y Andinápolis y allá llegamos a las 4 y 30 de la madrugada. "Ya en la hacienda se dirigieron a una bodega y sacaron una camioneta Daihatsu de estacas de color verde, donde tenìan un poco de abono. Ahí metieron a los campesinos, amarrados. Uno de los autodefensa les dijo que entregaran todo lo que traían. Uno de ellos entregó 150.000 pesos. De esa plata, que echaron en un costal de fibra, junto con algunos relojes y anillos, sacaron 40.000 pesos y me los entregaron. 'Tenga papito', me dijo cariñosamente el autodefensa. "Cuando amaneció, por ahí como a las siete de la mañana, llegó el mayor y le dijeron que había que torturarlos de una vez. Pero el 'Tío' dijo 'no, desayunemos primero porque sino después nos da fastidio'. Les vendaron los ojos y los sacaron uno a uno de la bodega y se los llevaron para una cosa que llaman la peladora, ahí mismo en la hacienda. Allí los metieron en esos costales grandes que llaman pergamineros, entonces los tiraron al suelo y los costales les llegaban hasta la rodilla. En el suelo uno llegaba y les ponía los pies encima para que no se movieran. Luego el mayor Urueña cogió una manguera de dos pulgadas de agua y a la primera que se la colocó fue a una señora de 55 años, quien empezó a gritar: '¿Ustedes no tienen hijos, por Dios santísimo qué me van a hacer?'. Luego el mayor le preguntó a la viejita que si ella colaboraba con la guerrilla, porque el guerrillero dijo que era enfermera. Ella le dijo que sí, porque ellos llegaban a su casa y la obligaban a salir. El mayor repitió la misma tortura con todos. Luego le dijeron a uno de los autodefensas que trajera la motosierra. Entonces les mocharon la cabeza con la motosierra para dejarlos desangrando para tirarlos al Cauca por la noche. A todos los mataron así y luego los cortaron en pedazos. Las cabezas las metieron en un costal y el resto de los cuerpos en otros costales. Eran como 12 costalados. En la noche del domingo primero de abril fueron y los botaron en la camioneta Ford 56". LA MUERTE DEL CURA "Al otro día por la mañana se desplazó otro grupo de la misma gente a Trujillo a recoger otros cinco más. Entonces les pusieron la misma cosa con la manguera de agua y el costal lo mismo que los anteriores. Yo escuché cuando los estaban torturando y el mayor Urueña les preguntaba que quién movía las acciones de la guerrilla en Trujillo. Luego les mostraba un volante que tenía en la mano y que lo habían repartido antes de las elecciones en el pueblo. Preguntó una vez más que quién había sacado el volante, hasta que uno de los torturados dijo que el padre Tiberio Fernández, de Trujillo, y que los sacaban en la casa cural. Los campesinos señalaron como colaboradores de la guerrilla a Rogelio Rodríguez, a todos los Giraldos, a Fernando Londoño, a misiá Matilde, a los dos alcaldes, el entrante y el saliente, al registrador, a los secretarios de la Alcaldía, a las secretarias de la casa cural y a un chofer al que le dicen 'Mico Negro'. Entonces los paramilitares dijeron que había que empezar a voliar martillo, o sea, a matar a todas esas personas. "Con todas esas cosas que yo había visto entendí muy tarde que se trataba de paramilitares, que estaban matando gente inocente y que trabajaban con el mayor Urueña. El grupo de autodefensa está compuesto por unos 40 hombres y sus cabecillas son Diego Montoya y Henry Loaiza, alias 'Foraica', quien es narcotraficante y dueño de laboratorios que tienen en otras fincas. El mayor andaba con los cabecillas, casi siempre con Montoya, porque como a él la guerrilla le había exigido 100 millones de pesos, entonces él seguramente le comentó al mayor y se pusieron a buscar guerrilleros por intermedio de sus grupos de autodefensa. En la hacienda de Diego Montoya tienen más de 100 armas, ametralladoras con camisa de refrigeración y munición explosiva. "Entonces yo comprendí que estaba en problemas y le dije al mayor que me iba a mandar a hacer una curación en la pierna. Me dieron 60.000 pesos y me dijeron que me quedara unos 15 días más La plata me la dio el contador que se encuentra en la hacienda y es el que le paga a los sicarios. "Pero yo me puse a pensar que si me quedaba otros días lo que iba a pasar es que a mí también me iban a matar. Entonces inventé que todavía estaba malo y que necesitaba viajar a Pereira a una nueva curación. Pensé ir a la Tercera Brigada en Cali, pero dije mejor no voy allá sino que me vengo para la Procuraduría. Y aquí estoy..."
Trujillo: WITNESS ATROCIOUS
SEMANA testimony reveals the most shocking excerpts from unpublished testimony of the man who allegedly witnessed the most horrifying crime in Colombia in recent years: the dismemberment ... Monday March 6 1995PUBLICIDAD
President Ernesto Samper acknowledged full responsibility of States for the slaughter of 107 people in Trujillo. One of the witnesses of the genocide was Daniel Cardona Arcila, who reported the escape after the fact to the authorities. Legal Medicine declared mentally insane. His testimony was so gruesome that challenged the credibility and was not taken into account. Arcila disappeared in 1991, presumed murdered. Today, with its incredible history has been officially confirmed, WEEK presents this exceptional document: "I was chatting with several NCOs out there at 10 and 30 in the morning when one of them saw a man coming down on a mule. Then he said some soldiers were standing in the road that subpoena. I turned around looked and saw that he was the guerrilla fight day I asked the papers to me (the witness refers to a clash on 29 March 1990, in which the ELN guerrillas killed seven members of the Forces Army Special). "So I told that to my hand and threw him out, and tied him down with the same rejo of the mule and rested him against the cliff. The guerrilla was 17. Then we went to where my captain and we deliver the guerrilla. We were standing there when Toyota was up camper with eight people and stopped later. Then a lieutenant soldiers told them to look to those people to see what they wanted and if they were armed. the car is lowered a sergeant of the battalion and some guys with R-15 rifles and pistols. As the soldiers recognized the sergeant then did nothing: Those who came in the jeep were to where we were and talked to the captain, who asked who they were and they replied that they came advance command post (Arcila refers to a temporary military base in a rural area Andinápolis near Trujillo, to pursue the rebels who ambushed the military days ago. The operations manager was Army Major Alirio Urueña Jaramillo). "Shortly after those of Toyota, including the sergeant, who returned to Trujillo said. So I told my captain that I was going because I was so tired. The authorized me, but on condition to return the following Monday for them help as a guide. We got everyone in the car and my hand was a guerrilla. "During the tour they called by radio to a chief, they called 'uncle', here we go out to the guerrillas'. Then we got to the estate of Diego Montoya, where awaited the uncle. I left there and immediately the 'Dude' and men's Toyota went to the post in advance. "Later I was taken to the base and soon to be there, and by that evening, came my biggest Urueña-who was called Don Alirio-together with people of the hacienda. The guerrilla also lowered and placed on a large room. Then they began to question him and told him that they gave a million dollars, he changed identity and sent him to another country. I was convinced that they, the finances were the F-2. In one part of the questioning made me closer to the guerrilla recognizing me and asked if I knew. After looking at me said, 'This was when I asked him the papers in La Sonora'. I did not want to reveal the guerrilla because suddenly let go and I was grateful, but one of the AUC said 'calm, let see that this killed it anyway. "He told me that fresh, that the estate had long been doing the same and told me the case of another man who was killed and told him "El Mocho 'and he could not stand the torture. He said he did not sing anything and he placed the torch in the testicles and she could not take anything. Then I said, heat a rod with the torch and I introduced through the anus red hot, and then lifted her nails with a pocketknife. Because it could not take it and died. "By continuing the interrogation, my biggest guerrilla asked his real name. He said his name, but my older one said a moment's notice that 'this fucker is telling lies" and threatened with a blowtorch. The boy cried and said he wanted to collaborate. "Then they took him and showed him a list and told to bring those who were helping the guerrillas. He recognized them all and added others. The 'Tío'-a fat, short, 55 to 60 years and uses hat became very angry when he saw that the list was very big. In tough tone said, 'There you go, there you go by those bastards. " DISAPPEARANCE "After the interrogation was my best met the old man they called 'Uncle' and mounted a raid to go to La Sonora to pick up the guerrilla supporters. Then they met at 30, me included, then table three cars: a Chevrolet 300, tent, stakes, which climbed as eight, including three soldiers, who were in camouflage, and a sergeant, who was a civilian, the other car was a Toyota camper NC 5656 Plate , cabin, which rose to six, and a van with tinted red Ranger, Ford brand, which were mounted eight. As needed a driver, I said 'Drizzle hands on that truck 300'. I got on and we went to La Sonora. When we took guerrilla and deliver it to the counter before you get to where they were farmers. I do not know what happened to him, but I imagine he was killed. "When we reached the place where he had been fighting were like 10 and 30 at night. In the nearby houses began to pick up the peasants. When you first out of the house was a Don Ramiro, who has played the door hard and it surrounded the house. The soldiers were providing security outside while they entered by the peasant self-defense. They were shouting 'Ramiro quit'. He did not want to go out and then one of them shouted 'leave to see sonofabitch'. When I took the wife and children began to mourn and say that they were not killed. Then they tied him up with a rejo hands and put him in the 300. He had no shirt. arribita rose more then to another house and collected as more and three others also got hitched to the truck. "Don Ramiro, crying, saying 'but what I do I do?'. They said no more that collaborated with the guerrillas. 'But if they force you," said Don Ramiro. One more will do what, if not kill you '. "Then we started down there until we got to La Sonora, where heavy rain was falling. Then proceeded to pull the store owner. Once in front of his house said, 'Good night, get up early." Immediately they called the owner of the shop. The rose, opened the door and then asked him to the papers and the house broker. Then he climbed into the truck. More Store arribita picked up another and collected more below, including the owner a jeep, who was the one carrying the guerrillas. He knocked the car door and shoved him out. They were in total 11 people, including the inspector and an elderly white bridge. Then we went back to the ranch Saloni, that is Diego Montoya. The property is in near Thessaloniki and we Andinápolis and there at 4 and 30 in the morning. "Once at the ranch went to a warehouse and a van pulled Daihatsu green cuttings, where they had a little fertilizer. That put the peasants tied. One handed self-defense told them everything they brought. One of them would give 150,000 pesos. Of that money, they threw in a bag of fiber, along with some watches and rings, they took 40,000 pesos and handed them to me. "Be daddy, 'he said affectionately self-defense. "When the sun came out there at about seven in the morning, arrived and told the couple that had once tortured. But the uncle said 'no, but after some breakfast first because it gives us nuisance'. They blindfolded eyes and dragged them one by one from the cellar and took them for something they call the peeler, right there on the ranch. They were put in these big sacks called parchment, then threw the bags down and they came up knee. On the floor one came and they put their feet up for them not to move. Then the couple took a hose Urueña two inches of water and the first to be placed was a lady of 55, who started scream, 'Do not you have children, for God's divine what will I do? ". Then the couple asked the old lady that if she cooperated with the guerrillas because the guerrillas said was a nurse. She said yes, because they came to his home and forced to leave. The most repeated the same torture with everyone. Then they said to one of the paramilitaries to bring the chainsaw. Then I lopped the head with a chainsaw to leave them bleeding to throw in Cauca night. In all killed as well and then cut into pieces. The heads of got into a sack and the rest of the bodies in other bags. They were like 12 sacks. On the night of Sunday, April came and threw in the the Ford 56 ". PRIEST'S DEATH "The next morning we moved another group of the same people to Trujillo to collect five more. Then I got the same thing with the water hose and the bag the same as above. I heard when they were torturing and the largest Urueña who were asked to move the actions of the guerrillas in Trujillo. He showed them a flyer in his hand and had been distributed before the election in the village. once again asked who had taken the wheel, until one of the tortured said Father Tiberio Fernández, Trujillo, and that drew in the rectory. The farmers identified as guerrilla collaborators Rogelio Rodriguez, all Giraldo, Fernando Londono, Misia Matilda, two mayors, the incoming and outgoing, the registrar, to the secretaries to the Mayor, the secretaries of the parish house and a driver when you say 'Black Monkey'. Then the paramilitaries said they had to start volia hammer, or kill all those people. "With all those things that I had been understood too late that they were paramilitaries, who were killing innocent people and who worked with the greatest Urueña. The self-defense group consists of some 40 men and their leaders are Diego Montoya and Henry Loaiza , alias "Foraica ', who is a drug dealer and owner of laboratories that are at other farms. The biggest was with the leaders, almost always with Montoya, because the guerrillas as he had demanded 100 million pesos, then he probably told wholesale and guerrillas began to look through their self-defense groups. On the estate of Diego Montoya has more than 100 weapons, machine guns and water jacket with explosive ordnance. "Then I realized I was in trouble and told the couple that was going to send me to do a healing on my leg. I was given 60,000 pesos and told me to stay 15 days Silver gave me the counter is on the farm and is one that pays the gunmen. "But I got to thinking that if I stayed another day what would happen is that I too would be killed. So I invented it was still bad and needed to travel to Preston to a new cure. I go to the Third Brigade in Cali, but I better not go there but I am coming to the prosecutors. And here I am ... "