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2008/07/22

"están debilitadas profundamente, hasta ahí..."

"están debilitadas profundamente, hasta ahí..."
ORLANDO PARRA G([1])

-se autoriza la reproducción total o parcial (aclarándolo) del siguiente texto, citando la fuente.-
(imagen de Juanes en http://noticias.biboz.net/imagenes/2008/03/juanes-paz.jpg)
El país ha cambiado. La guerra ha cambiado. La Guerrilla ha cambiado. Parecen ser verdades sencillas, pero son verdades que muchos tienen dificultades en comprender.

Tal vez lo primero que es necesario entender es que guerrillas ha habido a lo largo de la historia y del ancho de la humanidad, pues la guerrilla es simplemente una forma de hacer la guerra con pequeños grupos enfrentados a grandes formaciones. Existen datos de estos métodos de guerra desde la antigua China he inclusive en la Biblia aparece el momento en que ponen a la población a escoger entre Cristo y un jefe guerrillero, así, hace 190 años en nuestras tierras, las guerrillas formadas por “los criollos” aunaron sus fuerzas y se convirtieron en ejércitos libertadores que a la postre nos independizaron de España.

Luego siguió habiendo guerrillas y siguió habiendo ejércitos…las guerras civiles del siglo XIX están llenas de ellas. Son legendarias las guerrillas que operaban entre los departamentos de Cauca y Antioquia: en lo que hoy es el entronque de Caldas-Risaralda-Antioquia. Guerrillas se dieron como forma de enfrentar la arremetida del nuevo gobierno liberal en 1930 contra los conservadores recién derrotados. Guerrillas se dieron como forma de enfrentar la arremetida del nuevo gobierno conservador en 1946 contra los liberales recién derrotados…las guerrillas continuaron en la dicta-blanda del general Rojas Pinillas, máxime cuando a los amnistiados los subían a aviones para mostrarles las tierras que los entregarían y terminaban tirándolos…de los aviones. Claro que eso tenía muy poco de nuevo: a los amnistiados, léase a los derrotados, los han asesinado sistemáticamente al final de cada confrontación…

Pero lo que paso en Colombia, y no sólo en Colombia sino en el tercer mundo, en Latinoamérica, después de la segunda guerra mundial con la guerra fría, en los 50s, 60s, 70s, 80s, fue, la consolidación de dos doctrinas político militares enfrentadas: la doctrina de la seguridad nacional, orientada desde los EEUU y en la cual se formaron y deformaron casi todos nuestros cuerpos de seguridad estatales hasta principios de los 90s y la doctrina de la exportación de la revolución ligada a la de combinación de las formas de lucha que pusieron en práctica la mayoría de las elites armadas de izquierda.

Seamos claros. Hasta 1977-8 la iniciativa, el partido, el match, lo ganaba la izquierda: había logrado consolidarse en Cuba, recién triunfaba en Nicaragua, y consolidaba poderosos ejércitos guerrilleros en Guatemala y el Salvador, en tanto emergían y se extendían movimientos en toda sur América: Los Montoneros en Argentina, los Tupamaros en Uruguay, el M19 en Colombia, etc…además los demócratas de izquierda, los que creían que el camino era desarrollar la democracia burguesa para tomarse el poder desde las urnas habían sido más que derrotados, aplastados, con el fracaso estruendoso de este modelo al ser derrocado Allende en 1973 en Chile: con ello el camino armado se fortaleció: “las oligarquías sólo entienden por las armas” decía un dirigente del M19.

Pero la respuesta de EEUU y sus aliados fue implacable. Si habían sido derrotados en Vietnam y el sureste de Asia, nunca permitirían serlo en su patio trasero: América Latina estreno, y a fondo, los “Conflictos de Baja Intensidad”, cuyo sinónimo es más acertado “las guerras sucias”. Las guerras sucias, crearon, utilizaron y expandieron, como forma de respuesta a las guerrillas, los escuadrones de la muerte o grupos paramilitares en cada país donde fueren necsarios: todos, absolutamente, todos parecidos: conformados a partir de alianzas de elites económicas generalmente asociadas (legal o ilegalmente) a la tierra, financiados por éstas y organizados por miembros radicales anticomunistas de las fuerzas militares de sus países, se dedicaron a asesinar y más que a asesinar a “aterrorizar a través del asesinato” a las personas que hacían parte de las redes de apoyo o de simple simpatía de las guerrillas. Miles fueron los asesinados en Guatemala, miles fueron los asesinados en El Salvador, miles en Argentina, Chile, Uruguay y obviamente, miles fueron los asesinados en Colombia. Curiosamente, en ningún país se dieron enfrentamiento militares entre dichos grupos y los grupos guerrilleros. La carne de cañón dejaron de ser los soldados para convertirse en la población civil. La reforma agraria seguiría aplazada, los canales de ascenso social seguirían estancados

El resultado: EEUU y sus aliados retomaron el control, las guerrillas urbanas o semiurbanas en el cono sur fueron exterminadas, la guerrilla guatemalteca fue arrinconada hasta su casi aniquilación, la salvadoreña tras aceptar que había un “empate militar negativo” negoció a comienzos de los 90s, los sandinistas nicaragüenses tuvieron que dejar el poder (y recuperarlo casi 20 años después…). Y en Colombia…¿qué pasaba en Colombia?...las guerrillas, especialmente las FARC, habían descubierto el narcotráfico. Las variables de análisis que permitían entender porqué las guerrillas eran aniquiladas, arrinconadas o negociadas en América Latina, perdían exactitud en Colombia.

El proceso de Paz 1982-1986 iniciado con Belisario Betancourth fue un fracaso aterrador, y cuyo terror aún nos persigue: la Unión Patriótica, creada por las FARC, hacía parte de una apuesta doble, una apuesta de las FARC en pos de la suficiente acumulación de fuerzas socio-políticas para en un momento insurreccional tomarse el poder basada en la táctica de la combinación de formas de lucha, y la apuesta de muchos, demasiados, ¿idiotas útiles?...no, diría yo “soñadores” y “soñadoras” quienes creían que se daría la posibilidad de una apertura democrática que superará la democracia restringida que teníamos los colombianos –recuérdese que ni siquiera se elegían los alcalde por voto directo, que ni siquiera había tarjetón, etc…- . Igual, poco le importó esto a los escuadrones de la muerte o a los paramilitares colombianos, ellos, simplemente exterminaron a la UP, fuera un camino hacia la guerra o fuera un camino hacia la paz, se le aniquiló y con ello la primera posibilidad de firmar la paz reciente en Colombia.

Luego vino un segundo experimento. La Alianza Democrática M19, su principal símbolo y dirigente fue asesinado, los demás sobrevivieron, en mucho ayudo que el M19 nunca fue un grupo comunista o socialista, eran una “democracia en armas”, unos reformistas, y que sus aliados hacían parte de aquellos a quienes los adobes del muro de Berlin les habían caído en su cabeza y en su ideología (de hecho uno de sus senadores de la época hoy milita en el Partido Liberal, y creo que uno de los grandes ideólogos fue precandidato a la gobernación, ambos en Antioquia). Ese experimento fue pues más exitoso, y si bien casi es derrotado, esta vez más por el espantoso manejo de los egos de los dirigentes de izquierda (tan o más grandes que los de la derecha…), es la madre del exitoso proceso que hoy se vive con el Polo Democrático.


En tanto, las FARC siguieron un camino complicado. Primero se desligaron completamente del Partido Comunista, y nunca lograron construir su propio orientador ideológico. Segundo, entendieron que la forma más rápida de expandir su poder militar era elevando sus fuentes de financiación y entonces dejaron de ser esos dirigentes que se vestían con busos y machetes para recibir a los emisarios de Belisario en los 80s a convertirse en un ejército armado (EP) hasta los dientes con base en el dinero de los secuestros y especialmente del narcotráfico, en unos frentes cobrándole vacunas a los narcos, y en otros siéndolos ellos mismos. Tercero si bien se expandieron, si bien estuvieron a punto de pasar de la guerra de guerrillas a la guerra de posiciones a fines del gobierno Samper copando o destruyendo batallones enteros (que es de donde salen buena parte de los prisioneros que mantienen en sus horribles cárceles) lo que es claro es que la cantidad militar difiere mucho de la calidad política y de esas guerrillas que en la época de la toma de la Embajada Dominicana al comenzar los años 80 alcanzaban popularidades del 35% prácticamente no quedaba absolutamente nada en las ciudades y en los campos, los campesinos sólo tenían que escoger entre el terror de los paras y el terror de las guerrillas, pero sólo simpatizaban consigo mismos.En ese escenario, la experiencia Pastrana-Caguan (1998-2002) también fracasaría.


Vino Uribe I y luego Uribe II…y, definitivamente, la estrategia de la seguridad democrática, cuyo nombre correcto debería ser “seguridad anti subversiva” pues la delincuencia callejera, la del atraco, la de la violación, la que está por fuera de los actores armados desmovilizados o acorralados, se ha sostenido. Dicha estrategia ha realizado un gran y continuado esfuerzo que ha debilitado ya no sólo el componente político, sino el componente militar de las FARC. El ELN hace mucho fue, curiosamente debilitado militarmente por ofensivas sistemáticas aterrorizadoras de los paras, pero mantiene un campo de acción político superior al de sus primos.


Ahora bien, el calificativo de ilusos, me parece desacertado, diría mejor “ignorantes” (que ignoran) para quienes piensan que las FARC o que el ELN están aniquilados y saldrán apresuradamente a rendirse. En eso, el comandante de las FFMM el general Padilla da muestras de ecuanimidad: están debilitadas profundamente, hasta ahí. Esto es claro cuando se revisa la historia de las guerrillas en el mundo como en el caso del IRA o de ETA en Europa que se han visto reducidos casi que a células de pocos hombres, o el caso del ELN tras la operación Yunque Martillo sobre el río Anori en los 70s que los “aniquiló” o del M19 en las épocas del estatuto de seguridad –que logró triplicar los contingentes guerrilleros a base de reprimir…- cuando prácticamente sólo su comandante Bateman no cayó, esas y otras experiencias muestran como así quede un pequeño reducto, su capacidad de reproducirse es impresionante (“En Colombia es más fácil formar un grupo guerrillero que un partido político” decía Jacobo Arenas el otrora numero dos de las FARC: comprensible en un país que sigue manteniendo uno de los mayores desniveles e inequidades en distribución de la riqueza y extensión de la pobreza del planeta, así como uno de los pueblos de mayor tradición en rebeldía e insubordinación del tercer mundo). Esta vez estamos hablando de grupos con miles de hombres aún en armas. Miles. El proceso es pues aún complejo. La salida es continuar con la recia presión militar, respetando a fondo la población civil, pero ofreciendo a su vez salidas negociadas, salidas políticas…tal vez siga siendo el camino más corto.

[1] . Mg. en Historia.

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