Domingo 30 de Noviembre de 2014 - 02:01 AM
No tienen derecho a quejarse
Si agregamos que dentro del número de bares y similares hay algunos que liquidan sus impuestos sobre sus ventas reales, tenemos que concluir que le evasión de sus colegas es monstruosa y descarada.
Existen en muchos lugares de Pereira y Dosquebradas “asaderos de pollos”, cuyos nombres se repiten como si se tratara de una cadena, cuyos puntos cambian de propietario varias veces en un año y en ocasiones también cambian de razón social; aunque detrás de la registradora siga la misma persona. Son el producto de otras maniobras para evadir el pago de obligaciones fiscales y en ocasiones laborales.
En los establecimientos de tales comerciantes, como en cualquier parte de nuestras ciudades, es común escuchar las quejas de los clientes por el deterioro de los bienes públicos, las vías, por ejemplo, o las deficiencias de los servicios que presta el estado.
Sin embargo son esos mismos quejosos los que voluntariamente y sin cargos de conciencia, meten en el bolsillo de los evasores el dinero que serviría para arreglar las calles, dotar los colegios o mejorar la atención a los ancianos.
Esos ciudadanos y los que como ellos contribuyen a la evasión de impuestos, no tienen derecho a quejarse.