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2018/01/28

VOTAR O NO VOTAR…

Esta es una democracia absolutamente imperfecta. Las democracias más avanzadas son aquellas donde se ha pasado de la democracia que elige representantes (representativa) para que decidan por uno a aquella donde los ciudadanos –usted y yo- participamos, se nos consulta, donde hay referéndums, plebiscitos, consultas populares, cada año, cada semestre (participativa) por ejemplo: la consulta popular sobre el futuro de los terrenos del San Mateo.
Pero en general, tenemos una pseudo democracia donde, a duras penas, cada 4 años se nos consulta. Se eligen unos señores que –en general- primero se responden a sí mismos, luego a los que les financian sus campañas, luego a los dirigentes de las máquinas electorales que los eligen, y por allááá al final –y sólo algunos- le rinden cuentas a sus votantes ¡una payasada!
Esas son las reglas de juego. Si usted está pensando en votar en blanco, en no votar, en anular su voto, mejor recuerde que hay miles, millones de personas que SÍ van a votar: lo harán por tamales, mercados, plata… promesas de contratos, nombramientos… etc. Algunos de ellos, absolutamente solos con su tarjetón, votarán a consciencia. Si el voto de ellos vale: el suyo, entonces, vale oro puro.
“Cuando usted vota por ella, o por él, está votando por mí, así que le agradezco su voto”. Decía hace unos días un cándido, digo, un candidato a Cámara. A pesar de su candidez, tiene toda la razón: el lío es que muchos creen que SOLO se vota por una persona, se olvida que, en el caso de la Cámara, su voto por Pedro ayuda a los otros 3 candidatos a ser electos, ¡incluida la persona por la que usted jamás votaría! ¡Usted la está ayudando a ser elegida!
Y si para Cámara tal vez usted conoce los antecedentes de los 4 candidatos, pero para Senado ¿usted conoce los de los 100? ¿umhhh?

Igual pasa cuando a usted le gusta un candidato, cree en él, pero cree que está en el partido equivocado, ese partido por el cual usted nunca votaría… cuando usted vota por esa persona, y marca primero el logo del partido, y luego el número del candidato, usted está votando por ese partido, por toooodo ese partido.
¿Qué hacer? ¡Pensar! “dime con quién andas y te diré quién eres” aquí hubo alguien que se equivocó de cabo a rabo en una lista a Cámara y casi se entierra.
Piense muy bien si va a votar por ese partido. Si sigue creyendo que ese partido lo representa ¿está seguro? ¿Segurísimo? Pues marque el logo del partido: recuerde, en ese momento usted votó por TODOS los de la lista. Ojo TOOODOS.
Segundo, si los desconoce a todos –lo cual es mala señal- pues deje así. Pero si usted averiguó quienes son todos los de la lista de ese partido –¿no se arrepintió?- escoja entonces a una persona y ponga su segunda X sobre su número.
Tal vez si hace estos pasos habrá hecho valer su voto, recuerde: la oportunidad sólo se repetirá en cuatro años ¡hágalo valer ORO!

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