2013/03/27

¿Colombia, condenada a ser una "mina" en el planeta?...ó

Haz Plural V

Es el valor agregado...!!!

@orlandoparrag ciberplural@gmail.com
“El Gobierno Nacional se ha propuesto negociar y firmar 16 tratados de libre comercio durante su mandato. Esto le permitirá a las empresas colombianas acceder a un mercado de más de 1.500 millones de habitantes en 56 países”. Me lo confirmó el viceministro (E) de Desarrollo Empresarial, el pereirano Daniel Arango Ángel hace algunas horas.

Columnas atrás dijimos que en el tema cafetero, hay un tema más de fondo, el tema del valor agregado. Dijimos que el gran reto que tenemos es agregar valor al café, que una cosa es seguir vendiendo bultos de café en bruto...y otra, muy diferente es agregar valor, de tal manera que lleguemos directamente a los labios de los compradores en el mundo entero, vía Juan Valdez (u otras marcas) regadas en el planeta (me dijeron que Kaldivia tuvo cafeterías en China) o vía tostadoras que exporten directamente a los mercados...¡sin miedo!

Gracias a los buenos oficios de muchos actores, como dice o parafrasea un gran nuevo amigo, ha arrancado un tren, el cual recogerá a los heridos y abandonará a los muertos, y ya La Tardehttp://t.co/jytSVbAOxr  ha convocado para Abril o Mayo un gran espacio donde seamos capaces de “ponernos de acuerdo en lo fundamental”: Esa frase de uno de nuestros presidentes nunca electos. La clave es que ese tren sepa a qué estación piensa llegar, para qué Pereira (Risaralda) vamos?

Hace dos años, hicimos la propuesta de un Pereira que genera ingresos y se proyecta: “PGIP 2012-15”.http://ow.ly/jreks  . Conversando con Daniel, una de nuestras promisorias figuras en el ambiente nacional, reflexionábamos sobre varias cosas. Una, la necesidad de concretar todos esos ejercicios de prospectiva que se han hecho y aterrizar en aquellas fortalezas que desde lo local, desde Pereira, el Área Metropolitana y Risaralda,  tenemos para jugar en la globalización -habrá alguien que aún crea que esa no es la realidad…gústenos o no... Jugar desde la glo-localización. Claro que según mi opinión, hubiera sido mejor cerrar y potenciar esas posibilidades antes de abrirnos al mundo, si!...pero la vida es como es: la leche ya está derramada... ahora se trata de avanzar. Y se trata de avanzar por la única senda valiosa posible: la del valor agregado.

imagen de http://mx.globedia.com/eficiencia-gen-valor-agregado
Otra reflexión con el vice, encargado, era sobre su reciente viaje con Jhon Jaime Jiménez, Carlos Elías Restrepo Ferro y otros dirigentes de regiones nacionales a Israel, donde aprendieron a fondo la experiencia de ese país en la aplicación de la llamada alianza Universidad + Empresa + Estado, la cual se puede resumir en un ejemplo. Si un investigador universitario, adquiere una financiación, bien del estado, bien de una empresa (o de ambos) para realizar una investigación que le permita desarrollar una nueva tecnología o innovación (es decir, lo que se denomina investigación aplicada a la empresa), al concretarse el invento, éste se patenta, y las regalías de la patente -de por vida-serán para el docente investigador (o el grupo) en un 40%, y el resto para su Universidad y el Estado y/o Empresa que lo financió... Los empresarios, además, ganarán con el uso de la misma. ¿Es un sueño?...umhh...no, porque así funciona ya en buena parte del“segundo mundo”... y porqué aquí se puede, sólo se necesita voluntad...voluntad política.

Y claro que tenemos que ponerle cuidado a la agricultura, y  a todos los demás sectores económicos, pero si queremos, de verdad verdad, anclarnos al siglo XXI, nos toca pensar en grande...pensar en el valor agregado...pensar y actuar muy en grande!

2013/03/19

BLOQUE PARLAMENTARIO

Haz Plural V
BLOQUE PARLAMENTARIO

Cuando se mira en detalle “el poder” que tenemos en el congreso, el “poder” que tenemos de hacer lobby en las altas esferas nacionales o la capacidad de mediación política ante las instituciones y las élites del Estado… juntando Senadores y Representantes ¡somos enanos, frente a gigantes!

El BLOQUE PARLAMENTARIO de Bogotá-Cundinamarca llegaría a 40! congresistas...Antioquia a 25, Valle 21, Atlántico 15, Nariño suma 12, Norte de Santander 11, Santander 11, Bolívar 10,  Boyacá 10, Caldas 9, Cauca 9,  Tolima 8, Huila 8…Nosotros, actuando unidos, en bloque, llegaríamos a 6 tal vez 7.

La “Política” que se hace en la provincia Colombiana poco va a cambiar…El que crea otra cosa, es un adorable, hermoso, y valorado soñador. Algunos dirán que la escasez de ideologías nos doblegó. Y sí, es posible, pero también se vuelve una fortaleza. Difícilmente dirigentes de partidos polarizados a extremos ideológicos como los que hubo en Colombia hasta 1953-7 podrían “ponerse de acuerdo en lo fundamental” como si es posible hacerlo ahora: esa es la dialéctica: de algo presuntamente negativo puede salir algo, aparentemente, positivo.

Tal cual lo reseñamos en torno a la experiencia de Bucaramanga, el distanciamiento entre la sociedad civil y la “casta política” allá, se logró superar. Se supera cuando la dirigencia logra “ponerse de acuerdo en lo fundamental”…¿Qué nos ha faltado en Pereira?...creo que HEMOS sido débiles: la sociedad civil, los cívicos, los académicos, los gremios, que por serlo, se supone le dan cabida a todos los matices político-electorales…o así deben serlo…HEMOS sido débiles en propiciar unos sólidos y permanentes escenarios donde, independientemente de la corriente partidaria a la cual se pertenezca, seamos capaces de tener unos dos o tres objetivos comunes de ciudad, de departamento …

Y si, aceptémoslo, si a los sindicatos se les ve con recelo su sesgo partidario, también entre los gremios, las universidades, etc desafortunadamente, la desconfianza cunde. Y cunde porque desde hace ya lustros, la ciudad (y el departamento) se ha polarizado electoralmente de formas terribles. Muy pocos o nadie ha ganado con eso. Todos hemos perdido.

Sabemos que en un año habrá elecciones de congreso (y luego Presidencia, locales)…tenemos por tardar hasta Mayo-Junio para replicar parte del exitoso modelo Bumangues (Santandereano) donde los empresarios, la academia, el estado, los trabajadores y LOS PARLAMENTARIOS se pusieron de acuerdo en 2-3 temas y cada cierto tiempo, convocados por un guía “que está por encima del bien y del mal”, con un esquema de “tertulia guiada o con metas” se reúnen, especialmente, en/con “el Bloque Parlamentario” para poder aterrizar gestiones “en bloque” ante las esferas nacionales o internacionales


Foto Parcial de nuestros parlamentarios de http://www.elblogdelministro.com/

Aprovechemos que aún hay, relativa “paz política”, o ¡serán otros años sin metas, sin esfuerzos comunes…ni constantes!

Y...dice San Marcos 11: 25 "perdonad, si tenéis algo contra alguno" 

2013/03/18

se lo oí al M19 y al EPL: "¿Y nosotros, qué le vamos a decir a nuestra gente? "


'La paz tiene un precio que podemos pagar': senador Juan Mario Laserna

Juan Mario Laserna
El senador Juan Mario Laserna fue invitado a La Habana para medirle el termómetro económico a los diálogos. Es parte de las comisiones económicas del Congreso y economista de la U. de Yale.

El congresista le cuenta a María Isabel Rueda las conclusiones de su reunión con las Farc.

¿Qué fue a hacer a La Habana?
Fui invitado por el presidente del Congreso, el senador Roy Barreras, como miembro de una comisión parlamentaria que tenía una misión exploratoria.
¿A hablar de problemas jurídicos, políticos o económicos?
Casi todos mis compañeros iban a hablar del segundo punto del acuerdo, que es el jurídico y las posibilidades de participación política. A mí me llevaron más a estudiar si lo que se está negociando, visto por alguien de las comisiones económicas del Congreso, es viable y si tiene pies y cabeza.
¿Qué ambiente palpó en La Habana?
Mi referente es el Caguán, adonde acompañé y fui el intérprete del Presidente de la Bolsa de Nueva York.
Por fin puedo preguntarle a alguien qué fue a hacer al Caguán el Presidente de la Bolsa de Nueva York...
A estas alturas pienso que a perder el tiempo. Nos entablamos en un diálogo de sordos con ‘Raúl Reyes’. Al punto de que Camilo Gómez me preguntó si quería ser uno de los comisionados de paz, y yo le dije que no, porque no creía en ese proceso.
¿Y en este sí cree?
La actitud que vi en La Habana es muy diferente. Otra generación, otro tipo de diálogo, hay inquietudes, hay respuestas. Al menos uno sí pensaría que hay una gente con un interés de firmar la paz. Saben que les conviene.
¿En el Caguán no había interés y ahora sí hay?
Sí y eso puede tener muchas explicaciones. No sé si porque se sienten más débiles. Pero la actitud de diálogo, de hablar sobre temas concretos, sí es evidente acá y en el Caguán no lo era.
Mencióneme algo concreto de lo que hablaron…
Hablamos de la red terciaria en el sector agrícola. Hablamos de la comercialización agropecuaria. De la tenencia de la tierra. De su extranjerización. Temas muy específicos sobre los que se puede decir sí, no, tal vez. No eran temas en abstracto. Antes no sabíamos ni cuál era el temario.
¿Cree que hay interlocución real con las Farc sobre el tema económico?
El Gobierno ha planteado un tema, que es el desarrollo rural integral. Ante eso, ellos tienen sus planteamientos. Muchos de los cuales ya están incluidos en el plan de desarrollo.
¿Lo que escuchó proponer a las Farc no es exótico en el marco del plan de desarrollo normal que tiene Colombia?
Lo que oí no es exótico. Seguramente detrás están hablando también de una visión de propiedad colectiva que alguien como yo, que cree en la economía social de mercado, puede estar en desacuerdo en muchos puntos. Pero en la cosa del desarrollo rural campesino, de mercadeo, de problemas de precios, de volatilidad, de revaluación, de acceso, hay cosas que están dentro del plan de desarrollo y que no son exóticas sino necesidades que el Gobierno de todas maneras tiene que atender, con o sin proceso de paz.
¿Un economista que milita en el Partido Conservador, como usted, cómo logra entenderse con las Farc?
Se están planteando problemas muy específicos de una población rural que vive en unas condiciones a veces semifeudales. Muchas de las necesidades en ciertos sectores son básicas. Pero además, se trata de recomponer el tejido social, y el Partido Conservador no puede ser ajeno a este debate, como protagonista de muchos procesos históricos de este país. Tampoco se trata de que el objetivo de uno como conservador o el de la guerrilla en abstracto, de mejorar lo social, sea tan diferente. Ambos estamos buscando unos objetivos, por rutas diferentes. Unos vienen del norte, otros del sur, pero la tierra es redonda.
Uno de los problemas más graves del país es la revaluación. ¿Ellos sí entienden qué es revaluación?
Si no lo entienden ni los economistas... Lo que sí entienden ellos es el efecto de la revaluación sobre los pequeños productores. Pensaría que al menos este no es un diálogo de sordos, como era el anterior.
Usted no se escandalizó con nada de lo que escuchó proponer por allá…
Nada que a uno le parezca descabellado. No sé si esa sea la agenda total, ni en qué van a terminar las negociaciones.
Lo llevaron a La Habana a medirle el termómetro económico a la negociación. ¿El proceso de paz con las Farc es financiable?
Todo depende de lo que se acuerde, pero sí creo que se puede lograr un acuerdo financiable. Dadas las condiciones internacionales, dado que nos estamos endeudando al cuatro por ciento anual, que es de lo más bajo en la historia, creo que sí hay el espacio fiscal para financiar un proceso de paz razonable.
Financiable pero no regalado. Habrá que echarse la mano al bolsillo. ¿La plata saldrá de más impuestos, de más emisión, de más endeudamiento?
Una combinación de todo. En este momento hasta sería saludable expandir el gasto fiscal, sobre todo cuando hay nubes de recesión. Gastar más, expandir keynesianamente. Eso creo. Por la vía de los impuestos, eventualmente habrá que examinar eso muy cuidadosamente, pero un acuerdo de paz beneficiaría tremendamente a unos sectores: el minero-energético, por ejemplo.
Se refiere a que las Farc dejarían en paz al sector minero-energético, donde se perdería menos dinero porque se acabarían los atentados…
Si no más tuviéramos un acuerdo que implique no destruir la infraestructura del sector, eso generaría recursos para financiar un proceso de desarrollo.
Un gana-gana…
En este sentido, sí.
¿Cómo se financia un proceso de paz?
Cuando fui director de crédito público del Ministro de Hacienda, que era Juan Manuel Santos, y estábamos con todo el problema de la deuda y el rescate financiero, hice un ejercicio para un debate de Fedesarrollo: cómo podría hacerse una compra o sovereign buy out (compra apalancada) de un proceso de paz. Trabajé con alguien de Goldman Sachs que hoy es jefe del equipo para América Latina. ¿Había espacio para emitir, en ese entonces, diez mil millones de dólares de deuda, para comprar el proceso?
Le sonó rarísimo. Pero tres años después me llamó a decirme que lo que yo proponía fue lo que hizo Alemania Occidental con Alemania Oriental, cuando se cayó el muro. Se emitió una cantidad de deuda, se sobrepasaron todos los límites de Maastricht, y financiaron la unificación. ¿Cómo lo hicieron? Comprando a Alemania Oriental.
¿Aquí haríamos algo parecido?
Sí, si hay la voluntad de llegar a un acuerdo que tenga carne. Algo que sí expresaron las Farc fue: ¿Y nosotros, qué le vamos a decir a nuestra gente? ¿Vamos a firmar un proceso de paz por una cantidad de buenas intenciones, y después, qué? Hay que comenzar rápidamente a pensar en la financiación de un proceso de esos, para que no se quede en letra muerta.
Por primera vez veo que no estamos hablando carreta. Si ya le estamos poniendo números a lo que valdrá la reincorporación de las Farc a la legalidad…
Si se hace bien, puede beneficiar a muchos otros sectores. El sector minero-energético que es tan criticado y paga unas regalías tan bajas, como lo ha dicho la Ocde, se podría ver altamente beneficiado si hay un proceso que les facilite sus inversiones, aunque les toque pagar más regalías o impuestos. Si usted estructura bien el proceso, es absolutamente financiable.
En resumen: ¿llegó menos pesimista que la mayoría de los colombianos?
Me fui muy escéptico. Aunque lo más abierto posible para poder calibrar. Hoy sí aceptaría lo que le rechacé a Camilo Gómez en el Caguán. ¿Le estoy contestando su pregunta?
Claramente… ¿Ese optimismo ya se lo transmitió al Presidente?
Voy a hablar más largo con él. Hay una parte procedimental que es complicada, pero a los de las Farc se les nota una preocupación por la sustancia. Quieren saber si las propuestas de desarrollo rural sí se van a ejecutar, y cómo y con qué se las vamos a garantizar. Es un problema de política económica y de los ideales cumplidos que tendrán que buscar la manera de explicarle a su gente. O por qué se va a hacer reforma agraria, o por qué se va a hacer una cosa en el Vichada, o por qué se está haciendo un gran desarrollo, o por qué se están protegiendo unos cultivos… Si no, los tiempos de ellos les permitirán quedarse en el monte ilimitadamente.
Al presidente Santos usted le dirá…
Le diré que obviamente hay que pensar en la segunda etapa, la participación política, pero también en algo sustantivo para el plan de desarrollo agrario. Ir poniéndole números.
¿Números a cuánto costará lo qué vamos a poner a hacer a las Farc cuando se desmovilicen?
En parte qué van a hacer ellos, eso es un tema, pero también en lo que ellos han ensayado a representar. No es solo comprar a cada persona individualmente, sino qué avances concretos de sus propuestas pueden mostrar.
¿Le queda claro que el Presidente sabe para dónde va?
Sí. Obviamente la presión militar y lo que se hizo en el anterior Gobierno, y lo que se ha hecho militarmente en este, es fundamental. No sé por qué ellos están negociando. Pero están negociando. Hay una confluencia de factores. La presión militar y una coyuntura internacional están dando la posibilidad de que haya una ventana de oportunidad. Esa ventana existe y el Presidente la vio.
¿Alguna anécdota?
Me puse a hablar de la revaluación, y del café, y de la enfermedad holandesa. Me tocó aclarar que no estaba hablando de Tanja. Me puse colorado.
(¡Ja ja ja!) Vaya uno a saber si la Tanja esa no es una enfermedad holandesa de otro tipo…
MARÍA ISABEL RUEDA
Especial para EL TIEMPO

2013/03/13

Mi primera columna en La Tarde la publiqué en 1985


Sociales
Miércoles 13 de Marzo de 2013 - 02:01 AM

Desayuno con los columnistas

REDACCIÓN SOCIAL
Un desayuno realizado en el periódico LaTarde, fue ofrecido por la gerencia del periódico a los columnistas que hacen parte de este medio de comunicación. Durante el evento los asistentes compartieron un momento agradable en el que el periódico quiso hacerles un reconocimiento por todo el tiempo que han estado vinculados a LaTarde. 

En la imagen aparecen Juan Guillermo Ángel, gerente del periódico LaTarde y Juan Antonio Ruiz, editor general de LaTarde, acompañados de los columnistas, entre quienes están, Adriana Vallejo, Jaime Bedoya, Gonzalo González Galvis, Iván Tabares Marín, James Fonseca M., Juan Fernando González Giraldo, María Victoria Ramírez, Jesús Ramón Gómez, Eudoro Echeverri Quintana, Ernesto Zuluaga Ramírez, Carlos Vicente Sánchez Hernández, Olando Parra G., Carlos Arturo López Ángel, Fernando Agudelo Velasco y Víctor Zuluaga.

2013/03/12

CONSTITUYENTE Cafetera


Haz Plural V
CONSTITUYENTE Cafetera

Va en mayúsculas porque la idea es esa, una Constituyente MAYÚSCULA nunca una reunión de expertos, una mini, o un remedo…el tema es supremamente grave. Tanto, que esa constituyente se debió realizar cuando el pacto de cuotas a nivel mundial se derrumbó hace más de 20 años. Estamos bastante atrasados en reconocer un grave problema nacional…

Si bien aceleradamente los temas globales tienen expresiones locales, o los locales expresiones globales (Glo-loc-alización), el del café fue uno de los primeros donde nos toca/ba responder y los datos muestran que la respuesta ha sido desacertada. Nunca se ha entendido que lo que marca la diferencia en este nuevo mundo es EL VALOR AGREGADO: hemos seguido vendiendo, simplemente, café. Nunca hemos sido capaces de verdad-verdad, de competirle a Starbucks con nuestras cafeterías, y, esencialmente de potenciar a nuestros tostadores, para competirle a Nestle. Los intentos han sido paños de agua tibia…

Para colmo de males, si bien el café “suave” Colombiano, es el más caro del planeta, y subió, de los 42,78 centavos (promedio) por libra en Agosto del 2002, casi sin parar, hasta los 2 dólares 31 centavos en Abril del 2011  cuando comenzó a caer, también, después del 11 de Febrero del 2003 cuando el dólar llegó a los 2.876 pesos, nunca más alcanzó ese tope, por el contrario llegó a estar en menos de 1.200 pesos!!! Y se ha mantenido en los últimos años oscilando entre 1700  y 1900. Si antes comprabas 10 panes vendiendo en dólares una libra de café, ahora compras 3 o 4... Ni le agregamos valor al café, ni fuimos capaces de controlar el precio del dólar.



A lo anterior se suma que mientras un pequeño productor mueve 8 sacos por hectárea, un gran productor genera 36 por hectárea; así entonces, se explica cómo mientras un pequeño produce 10 sacos, uno grande da 857…mientras los 6299 grandes productores producen 6 millones 292 mil sacos, todos los 538 mil 647 pequeños productores juntos, apenas llegan a 5 millones 404 mil sacos…una distancia socio-económica enorme que detectó el gobierno nacional: de allí su insistencia en “formalización laboral y protección a la vejez de los pequeños productores y trabajadores cafeteros” los más débiles, entre los débiles de la cadena. Una cadena de la que dependen 350 municipios Colombianos (¡!) y afecta directa o indirectamente a 671: es decir a millones de colombianos.

El tema de si se debe cultivar café robusta en ciertas partes del país para competir con Vietnam, que es válido, es secundario, pues seguiríamos vendiendo café en grano, café en bruto, sin ningún valor agregado que es dónde está la ganancia real. Hay temas gruesos que resolver, el esencial es ese, el del VALOR AGREGADO: imaginen las intrigas corruptas de las transnacionales para evitar que se dé la CONSTITUYENTE, y el macro es que mientras se siga manejando nuestra economía con decisiones que benefician la baja del dólar, ningún producto (en bruto) del agro o de la industria Colombiana será capaz de sobrevivir. ¡Ninguno!.

Es claro que la CONSTITUYENTE debe ser conformada por voto popular y por toda la cadena: caficultores, comercializadores, compradores, trilladores, exportadores, tostadores nacionales,  la  gente de los Juan Valdez, etc…debe empoderar a los pequeños campesinos y a los recolectores que obligaron al gobierno nacional a negociar con ellos, y que, esperemos, tengan claro que sin CONSTITUYENTE cafetera, que, como ha insistido el gobernador Carlos Botero L, vaya al fondo del asunto…su “triunfo” habrá sido, también, otro multimillonario paño de agua tibia… 

2013/03/07

Constituyente cafetera, ya


Constituyente cafetera, ya

en http://www.cronicadelquindio.com/noticia-noticia_opinion-seccion-opnion-titulo-constituyente_cafetera__ya-op-7215.htm

El paro cafetero debe terminar ya, y los caficultores tienen que sentarse a pensar en su constituyente.
La constituyente cafetera debe de ser lo más democrática posible, para que no termine siendo un congreso cafetero extraordinario donde están los mismos de siempre. Es necesario asegurar, en esa constituyente, la representatividad de base, diversa y legítima.

De base porque en el debate deben estar las comunidades más populares de la caficultura, aquellas que identifican la pequeña propiedad campesina familiar. Son campesinos de menos de cinco hectáreas que ven las duras y las maduras para poder mantenerse en el campo.

La constituyente cafetera debe ser diversa porque en ese gran foro deben de confluir, además de los pequeños, los medianos y grandes caficultores del país, también es necesario incluir a otros sectores de la cadena productiva: comercializadores urbanos, esto es, compradores de café, trilladores y exportadores del grano. Y por nada del mundo se deben dejar de lado los pequeños, medianos y grandes tostadores nacionales. En el Quindío ya casi llegan a cien este tipo de productores.

La constituyente debe ser legítima. Esto quiere decir que por nada del mundo se debe permitir la presencia de infiltrados de sectores que solo están allí para desestabilizar y ‘pescar en río revuelto’, como está sucediendo con el paro.

La conformación del comité inicial para la preparación de la constituyente debe extender su influencia a la academia, para que las diferentes facultades de economía, negocios, y sociología participen en el proceso desde el pensamiento y el análisis. Y formar un grupo que vaya a todas las ciudades capitales de influencia cafetera recogiendo las inquietudes para tener un gran documento básico de discusión, que esté listo para cuando se elijan los miembros de esta constituyente.

La escogencia de los constituyentes tiene que pasar por un sistema más allá del utilizado para las elecciones cafeteras que selecciona los miembros de los comités municipales y el comité departamental de cafeteros. Debería utilizarse un sistema más participativo que representativo y realizar una preinscripción de aquellos propietarios de predios cafeteros, pero también de comerciantes formalizados en la compra-venta y exportación del grano, como los tostadores.

El tema es de fundamental importancia. Esa constituyente debe decidir qué hacer con la Federación Nacional de Cafeteros, cuáles deben ser los cambios en la institución. Pero también dedicar gran parte del tiempo a resolver cuál debe ser el papel del gobierno.

La caficultura necesita una modernización absoluta, porque aún en el Eje Cafetero, Antioquia, Tolima, Valle, los departamentos más avanzados, y en el nuevo eje: Huila, Cauca y Nariño, se utilizan las prácticas agrícolas y de transformación del grano de hace cincuenta años. Comprometerse a utilizar las nuevas tecnologías, la mecanización con grandes inversiones públicas, pero también avanzar en la genética y la conservación del paisaje, los bosques y los animales. Para tal fin, también se debe declarar para el caso del Quindío y otras zonas, en esa Constituyente, que el interés del país es la caficultura, no la minería a cielo abierto.

La transformación de la Federación de Cafeteros pasa por cambios definitivos en la comercialización del café. Hay ahí un gran cuello de botella que debemos romper definitivamente. No podemos seguir con la práctica decimonónica de exportar el grano en bruto. Hay que competir en el mercado mundial con cafés elaborados, tostados, molidos, y otras presentaciones. Ese tema es definitivo. Que el productor privado, desde su finca, pueda exportar con libertad sí lo puede hacer, sin las trabas y talanqueras que hoy le pone la Federación.

El paro cafetero debe terminar ya, y los caficultores tienen que sentarse a pensar en la Constituyente Cafetera, en sus detalles, en la forma de elegirla y en los temas que deben debatirse. Y para eso, estamos seguros, el gobierno y la propia Federación de Cafeteros tienen toda la disposición.
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Vamos al fondo de la crisis cafetera



Eduardo Sarmiento

La crisis cafetera

Por: Eduardo Sarmiento


El país operó durante cincuenta años con una política cafetera basada en el diagnóstico de su inelasticidad de la demanda. En virtud del acuerdo mundial del café, los países productores estaban en capacidad de regular la oferta mundial y colocar los precios en las condiciones más favorables. El sector evolucionó con grandes excedentes que permitieron un manejo laxo de los gastos, el patrimonio y los costos de producción.
Las condiciones cambiaron con la eliminación del acuerdo mundial del café en 1988 y el desmonte del estatuto cambiario 444 y la Junta Monetaria en la administración de César Gaviria. El sector quedó a merced de la oferta y la demanda. Dentro de este marco de libertad de mercado, era inevitable que el precio de un producto inelástico se deteriorara progresivamente y castigara en un mayor grado a quienes operan con mayores costos.
Sin embargo, la Federación mantuvo la misma estructura de opulencia. En particular, se negó a entrar en las variedades robustas que pueden cultivarse con mayores productividades (productividad por hectárea). Mientras que el último quinquenio la producción del café arábico colombiano se derrumbó, la del robusta aumento en Brasil y otros lugares.
En contraste, los nuevos productores buscaron desplazar a los tradicionales reduciendo los costos y la calidad. En la actualidad, Colombia importa café de Perú y Ecuador con precios muy inferiores al de exportación y registra costos de producción tres veces mayores que los de Vietnam. El país perdió participación en los mercados internacionales, pasando del segundo al cuarto lugar, y vio esfumar el cuantioso patrimonio de la Federación de Cafeteros. Se configuró un círculo vicioso en que la baja demanda del producto reducía las ganancias, y esto dificultaba la modernización y la ampliación de la producción. El sector sobrevivía por los elevados precios internacionales y la asistencia del Gobierno.
El otro aspecto es el tipo de cambio. El país está montado sobre el sector minero que tiene elevadas necesidades de inversión extranjera y genera la totalidad de sus ingresos en divisas. Así, la producción tiende a concentrarse en la minería y en los servicios y la mayor parte del consumo industrial y agrícola se obtiene abaratado en el exterior.
Como existen serias limitaciones para el empleo y las divisas, surge la abundancia de divisas que revalúa el tipo de cambio y desplaza la producción de bienes transables. Así, la enfermedad holandesa adquiere la forma de extinción de la industria, la agricultura y el empleo.
La verdad es que en la última década, y en especial en el último lustro, el café operó dentro de condiciones de costos y revaluación que no consultaban con las realidades internas y externas. Se pensó que los elevados precios se mantendrían y daban margen para todo. No se advirtió que se trataba de un producto inelástico que tiende al deterioro paulatino de sus cotizaciones.
Luego de cincuenta años de severa regulación del sector e intervención en el mercado, el país le apostó al libre mercado dentro de un marco de permisividad a los dirigentes cafeteros y enfermedad holandesa y terminó en el mismo descalabro del resto de la agricultura y la industria. El Comité del Café, integrado por el Gobierno y la Federación, careció de la visión, el diagnóstico y el manejo para evitar que los costos superaran los precios y colocaran al sector al borde de la quiebra.
La causas de la crisis no hay que buscarlas aguas arriba. Se encuentran en la trivialidad de la política cafetera de producción y costos, el motor de la minería y la modalidad de cambio flexible.
  • Eduardo Sarmiento Palacio | Elespectador.com

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