Hay analistas que sostienen que el Gobierno está preocupado, en la medida en que se acabará el impuesto al patrimonio. ¿Cómo evitar que se caiga el recaudo?
Hay muchos temas que son complejos a la vez. Les voy a mostrar que es una discusión razonable. Estas son las cifras de recaudo bruto: estamos hablando de un cambio de $70,2 a $105 billones a lo largo del Gobierno; no hubo ninguna reforma que subiera impuestos. Casi todas las reformas tienen que tapar huecos. Entonces tenemos $105 billones habiendo dejado en la mesa con las reformas casi $5 billones.
Ahí viene mi primer mensaje: ninguna sociedad del mundo tiene como objetivo de política fiscal el recaudo de impuestos; que se vuelva un fetiche es muy peligroso.
Hubo en 2013 una discusión muy complicada y es que la economía se fue a pique a finales de 2012. Eso lo vimos en la reforma tributaria; sabíamos que teníamos que hacer una medida de política económica que tuvo un objetivo prioritario: el empleo. Si se sacrifica recaudo para lograr empleo, se justifica. Hay tipos que dicen que cualquier afectación de recaudo es beneficiar a los ricos; hay que tener cuidado con eso. Si uno los favorece, es mortal, pero si garantiza que pequeñas y medianas empresas no se quiebren por temas de caja, es una discusión difícil.
Hay cosas complejas como las retenciones (son anticipos del impuesto que se paga al año siguiente). Uno hace cosas con las retenciones tratando de moldear la política económica. Entre 1998 y 2002 estuvimos muy cerca de quebrarnos. La conciencia de esta amenaza era tal que aumentamos las retenciones y los parafiscales de manera agresiva.
Aumentamos tanto las retenciones que hay gente que paga 190% de impuesto con anticipación. Pero las retenciones les pegan más a los pequeños que a los grandes, lo cual tratamos de arreglar en 2012. Les quitábamos $4 billones a los colombianos por esa vía.
¿Y la retención del IVA?
La otra retención que es una salvajada es la del IVA: a los chiquitos cuando venden no les devuelven el IVA. Cuando se baja esta, perdemos $6 billones. Dejarles caja a los pequeños, fue una de las medidas que más le importaron al Ministerio de Hacienda para que no se descalabraran.
Lo segundo que afecta al recaudo es el IVA, porque muestra claro el problema de la economía. Cayó de $11 billones a $10 billones; hace mucho no caían las importaciones como en 2013. La reducción en las compras de vehículos fue enorme. Además, en 2013 se tomaron decisiones como reinventar la manera de hacer las retenciones, que se realizaban igual desde el año 1986.
En Colombia se retiene con una cosa que se llama concepto, que es el tipo de contrato. Al interés se le retiene el 7,5%; al honorario, el 11%; si es una compra, se retiene el 3,5%. Eso es muy alto. Si usted es un retailer, su margen promedio puede ser del 4% sobre el ingreso.
En el mundo, nadie maneja retenciones por conceptos; se hacen por cómo le está yendo. Usted lleva su contabilidad, proyecta su utilidad, divide y paga. Si se llega a quedar por debajo, le cobran un interés alto. Si le está yendo bien, se le retiene más. Pero tenemos una paranoia que no es infundada y es que la gran mayoría de la gente hace fraude en la contabilidad. Si se desaparece la retención, se desaparece el ingreso. Esa es la trampa.
¿Qué pasó con la retención del CREE?
En 2013 aspiraba a recaudar más de retención del CREE, pero retenerlo es difícil. No cambiamos la retención de renta. Es una mentira cuando se dice que en el CREE hubo un colapso, ya que este impuesto se va a cobrar en 2014. Tener crecimientos del 9% en recaudo no es malo. Además, cada punto de inflación, es $1 billón; si esta cae, se cae el recaudo. La inflación de 2013 (1,94%) nos pegó.
Los bancos tenían la retención más baja de este país; pagan dos meses después de todo el mundo. Por eso, la idea es cambiar la relación. Los señores de Justicia Tributaria dicen que esta es una cosa en favor de los ricos. Puedo demostrar que se les está aumentando a los ricos y que se les está bajando a los que se estaban ahogando.
En impuesto al patrimonio conseguimos una buena plata. Además, los aranceles crecieron y ahí es donde el senador Robledo dice que el TLC con Estados Unidos acabó la economía. Este país no tiene una educación ni una cultura tributaria. Le voy a dar un ejemplo: usted tiene 321.000 personas jurídicas declarantes en Colombia (toda sociedad está obligada a declarar). Teníamos 321.000 (en 2010), caímos a 310.000 en 2012 y pasamos a 320.000 (en 2013).
Las que están en común son pocas. Es raro lo que pasa; hay unas que salen un año y otras no. Hay un lío en personas jurídicas. En las cámaras de comercio dicen que se han creado 500.000 empresas, ¿dónde están? Mucha gente no sabe que tiene que declarar impuestos. Las sanciones de omisión son esquizofrénicas.
¿Las cámaras no explican?
Las cámaras van detrás de su cuota de registro. Al usuario le estamos haciendo la vida a cuadros, porque la gente no tiene la información clara. Después viene lo que para mí es significativo: el total de recaudo de Colombia (en renta) son $28,8 billones. El nivel de la evasión en renta en Colombia es una vulgaridad. El nivel de fraude en la contabilidad es salvaje.
Usted habla de $28 billones…
Ese es el total del impuesto a cargo, las declaraciones de renta sumadas. Son 320.000 declaraciones sumadas. ¿Quiénes pagan impuestos? ¿Que los ricos no pagan nada? Cerca de 3.500 empresarios se “maman” todos los impuestos (personas jurídicas). La renta es la principal fuente del recaudo y sólo la pagan 3.500 empresarios. Este un país que dice tener 800.000 sociedades. Acá hay un tema de evasión mayor de impuestos. ¿Dónde radican los problemas? No son las rentas exentas. La pregunta de fondo son las contabilidades ‘chimbas’ en costos y deducciones.
¿Qué se está haciendo con las contabilidades?
La gente hace la contabilidad al revés. Quitan ingresos e inventan costos y gastos, hasta que dé el número mágico. Esta es un poco la mentalidad tributaria de Colombia. Los 300.000 mencionados no hacen esto. El sector financiero debería pagar mucho más de la retención. El sector de la construcción, nunca. La retención de concepto mágicamente les coincide a todos los constructores. Mire por sectores: el sector agro no paga un comino (la ganadería no lo hace).
Además, mire el tamaño de las concesiones viales. Por ejemplo Bogotá-Anapoima, en la que vale más el peaje que la gasolina. O Devinorte. Estas tienen flujo de caja libre de $150.000 millones al año; es pura utilidad.
Las concesiones viales en Colombia tienen una rentabilidad de padre y señor nuestro. ¿Cuánto pagan de impuestos? La construcción tributa sólo $1 billón y mire lo que ganan las concesiones viales. Le puedo hacer una lista de 10 concesiones en las que el flujo de caja supera los $2,5 billones. Por ejemplo: Bogotá-Girardot; Bogotá-Villeta; Bogotá-Anapoima; Bogotá a los Llanos. ¿Dónde está la plata? Es plata de los impuestos nuestros. Los tipos no tributan un centavo.
Colombia tiene mucha plata, lo que pasa es que no hemos podido lograr que quienes deben pagar, lo hagan. No podemos seguir cobrándoles impuestos a los mismos. El tributo al patrimonio le pega a Ecopetrol; son nuestros dividendos. Uno no puede seguir cobrando impuesto al patrimonio, es una sandez.
Las discusiones tributarias son de detalle. ¿Dónde está la plata grande? Se pensó en descuento de activos fijos para que la gente tuviera máquinas, hiciera empresa. Alguien metió en el decreto 66 de 2004 una palabrita que dice “o amortiza”. Eso vale $10 billones. ¿Quién metió eso? Casi nadie entiende la diferencia entre amortiza o deprecia. Con esa palabra pudieron llevar como gasto la amortización. Eso vale $10 billones entre las mineras, las petroleras y las concesiones viales. Esa es la distribución de ingreso más agresiva al revés que se ha hecho. Nadie demandó el decreto.
¿Preocupa igual la contabilidad de las personas naturales?
En personas naturales el caso de la contabilidad es una vulgaridad. Sólo un millón de personas naturales declaran impuestos; sólo ellos dicen tener un patrimonio mayor a $116 millones. Una distribución del ingreso tan vulgar. El total de impuesto a cargo de las personas naturales es de $3,4 billones; no es nada. Por eso, la gran discusión tributaria en Colombia debe ser la tributación de dividendos. En todos los países civilizados, como Alemania y Canadá, estos tributan.
Eso no es lo que pasa acá…
Por eso las tasas marginales de renta en todos los países son del 50%. Es decir, a partir de un monto, vamos mitad y mitad. En Colombia eso no pasa. Acá los dividendos pueden llegar a ser muy altos; hay gente que tiene ingresos a partir de eso, pero no paga nada. Por eso es importante un análisis del impuesto al patrimonio, que lo pagan apenas 20.000 empresas. Las personas naturales no pagan un peso de impuestos en este país.
¿Por qué sucede eso acá?
No he podido entender, porque eso es normal acá. Hay personas de helados, ropa, que han sido personas naturales. Hay 140.000 personas naturales que son empresas enormes; 10 son gigantescas. De esos hay uno que es del ‘Corabastos’ de Medellín y declara en Chocó, tiene ingresos de $200.000 millones al año, pero paga $1’800.000 de impuestos. Nunca ha sido auditado.
Además, ¿por qué una persona jurídica debe tener reserva tributaria, si sus estados contables son públicos? Perfectamente, se podría debatir. Pero acá se escudan en que no se puede decir nada. Que el país vea lo que han hecho las mineras cuando hay investigaciones por evasión de US$2.000 millones de impuestos. Son capaces de patalear alegando estabilidad jurídica.
Por eso el ministro Cárdenas decía que Colombia debe dar la discusión penal. Y no consiste en que el que evada impuestos se va a la cárcel. Debe existir un monto y que a partir de ahí, si se esconde plata, haya sanciones.
Hay gente a la que se le olvidan $1.000 millones en Colombia. La plata existe. La segunda discusión es si el fraude de la contabilidad —costos y gastos— es demostrable. La penalización de la evasión no es discusión de locura. Colombia está por hacer un buen sistema tributario. Se trató de mostrar la dimensión del problema. Lo que se hizo y las cifras evidencian que esto tiene que cambiar. Hay un lío fenomenal. Que se dé un paso en la dirección correcta.
hsandoval@elespectador.com
@hector_sandoval