2009/06/10

BBC Claves del conflicto en Perú...(¿Colombia post TLC?...)

Redacción
BBC Mundo

La violencia se desató cuando la policía intentó desarmar los bloqueos en Bagua.
El norte de Perú - en particular las provincias de Bagua y Utcubamba, en el estado Amazonas- se ha convertido en escenario de violentos enfrentamientos entre las fuerzas policiales y las comunidades indígenas, que luchan por proteger sus territorios ancestrales.
Los incidentes ocurridos en la región de la Amazonía son los más violentos desde que culminara la insurgencia del grupo militante Sendero Luminoso en la década de los '90 y el mayor desafío que enfrenta el presidente Alan García dentro de su país, desde que asumiera el poder en 2006.
¿Qué dio lugar a estos enfrentamientos? ¿Qué dice el gobierno? BBC Mundo responde éstas y otras preguntas con una guía sucinta sobre las claves del conflicto.
¿Cuándo y por qué se originaron las protestas?
Las protestas protagonizadas por los indígenas y que alcanzaron su punto más álgido a comienzos de junio se iniciaron el pasado 9 de abril, en rechazo a una serie de decretos legislativos promulgados por el presidente de Perú, Alan García, en 2008, en el marco del proceso de implementación del Tratado de Libre Comercio (TLC) entre Perú y Estados Unidos.
Sin embargo antes del mes de abril, los indígenas ya habían organizado una serie de protestas exigiendo la anulación de los decretos, aunque en menor escala.
Lea: Los decretos de la discordia
¿Por que los indígenas rechazan estos decretos?
Estos decretos regulan el manejo de los recursos forestales e hídricos y facilitan a las compañías extranjeras la perforación en busca de petróleo y gas, en tierras que las comunidades indígenas consideran ancestrales.
La región de la Amazonía es además una de las áreas de mayor diversidad biológica del planeta.
En opinión de los indígenas, los decretos establecidos por García perjudican a sus comunidades al permitir la "privatización" de los bosques y los recursos hídricos.
¿Qué forma tomaron las protestas?
Según le explicó a BBC Mundo Jonathan Mazower, de la organización no gubernamental Survival International, los indígenas bloquearon varios ríos. El más importante ha sido el Napo, un tributario del Amazonas utilizado por algunas compañías para transportar bienes y maquinaria.
También bloquearon caminos y pistas de aterrizaje en el norte y centro de Perú con el mismo fin y ocuparon estaciones de bombeo en los oleoductos que van del Amazonas hacia la costa.
Lea: El origen del conflicto
¿Qué esperan obtener con las manifestaciones?
Los indígenas quieren que sean anulados los decretos que permiten a las compañías petroleras -como Perenco, Repsol, Petrolífera o Petrobrás, por nombrar sólo a algunas- operar sin consultar a las comunidades indígenas.
Antes de que estos decretos entrasen en vigor, las compañías tenían que consultar a las comunidades indígenas.
¿Cuál es la postura del gobierno?
Más del 70% del Amazonas peruano está dividido en concesiones para la exploración y la explotación petrolera y gasífera.
El gobierno peruano dice que planea ser autosuficiente en lo que respecta al suministro interno de hidrocarburos para 2011.
En 2008, Perú produjo cerca de 50 millones de barriles de petróleo.
Las estadísticas oficiales indican que hay alrededor de 100 compañías mineras a cargo de 600 proyectos en Perú.
Según el gobierno, la nueva legislación "ordena" el manejo de los recursos naturales y preserva áreas para los indígenas.
Además, el gobierno dice necesitar estos decretos para cumplir con los acuerdos establecidos en el TLC con EE.UU.
Por otra parte, el presidente Alan García insiste en la necesidad de atraer a la inversión privada para estimular la economía siempre y cuando se respete lo que establecen las leyes.
Cabe recordar que el año pasado Perú experimentó un boom de crecimiento del 9,84% anual, convirtiéndose en una de las economías de mejor desempeño en 2008.
Participe: ¿Qué opina del conflicto?
¿Hay uniformidad dentro de la postura del gobierno?
No.
El decreto también ha sido criticado por algunos grupos parlamentarios que lo consideran "anticonstitucional" y opinan que -en efecto- favorece la "extranjerización" de la tierra.
Antes de que estallara la violencia, algunos congresistas -señala Mazower- se habían mostrado dispuestos a iniciar negociaciones con las organizaciones indígenas y suspender los decretos que estaban causando tanto conflicto.
¿Qué repercusiones ha tenido el conflicto fuera del país?

Bolivia negó estar detrás de los disturbios en Bolivia.
El domingo, García dijo que detrás de los disturbios están las potencias extranjeras que compiten por la explotación de petróleo, gas y minerales. Si bien no hizo mención a países específicos, para muchos fue una clara alusión a los gobiernos de Bolivia y Venezuela.
Bolivia se defendió, negando cualquier injerencia en los hechos que están ocurriendo en Perú.
El gobierno de Venezuela no ha hecho comentarios respecto a las acusaciones de García, pero la ministra venezolana para Asuntos Indígenas criticó duramente las acciones contra las comunidades nativas tomadas por el gobierno de García y calificó lo ocurrido en Perú de "genocidio".
¿Que repercusiones podría llegar a tener la agudización del conflicto para el gobierno de Alan García?
Algunos analistas creen que a raíz de lo ocurrido en el norte del país, el presidente podría verse forzado a despedir a ministros importantes dentro de su gabinete o, si quiere poner fin a los sangrientos choques con la comunidad indígena, a modificar o anular las leyes que provocaron la protesta.
Sin embargo, hasta el momento, el gobierno se ha mostrado intransigente y la actitud de García se ha endurecido en los últimos días.
EN http://www.bbc.co.uk/mundo/america_latina/2009/06/090608_1226_peru_qa_lp.shtml

2009/06/08

El marxismo clientelismo

-tengo mis profundas discrepancias con èste columnista...pero a todo señor su honor...-


Opinión 6 Jun 2009 - 2:24 am
El marxismo clientelismo
Por: Mauricio Botero Caicedo
EL ERROR MÁS GRANDE QUE PUEDEN cometer los socialdemócratas es pensar que sus enemigos están en la derecha, y que su futuro, por ende, depende es de las alianzas con la izquierda más radical.

Los enemigos de los socialdemócratas —sus verdaderos e implacables enemigos— están precisamente en la extrema izquierda. El contubernio entre los estalinistas y los socialdemócratas no deja de ser un caldo turbio e ininteligible. Cristina de la Torre hace en este diario (El Espectador, junio 2/09) un concienzudo análisis: “Antes bien, en la convivencia imposible de socialismo y comunismo, de reforma y revolución, la división del Polo despeja el horizonte de la izquierda. Cancela el esfuerzo inútil de juntar agua con aceite. Y define sin lugar a equívocos las dos opciones que prevalecen hoy allí donde gobierna una izquierda moderna: en España y Chile, en Brasil y el Uruguay. En estos países, la socialdemocracia ha conquistado el poder de consuno con otros demócratas, mientras el estalinismo porfía en el sueño del asalto al poder por una vanguardia de iluminados...”.
León Valencia, no exactamente un representante de la derecha, explica en reciente artículo las diferencias políticas del Polo (El Tiempo, mayo 31/09): “En el Polo confluyeron sectores comunistas y socialdemócratas. Estas dos vertientes rara vez se unen en un agrupamiento partidario. Tanto en Europa como en América Latina han conformado espacios distintos… Es así porque los comunistas les hablan a los sectores radicalizados de la sociedad, propugnan rupturas históricas, son renuentes a las alianzas y su ambiente es más la oposición que el gobierno. En cambio, la izquierda socialista tiene un discurso de mayorías nacionales, busca cambios graduales, se preocupa por la convergencia de fuerzas políticas diversas y ha desarrollado una gran experiencia en gobiernos de coalición en todo el mundo”.
En el caso colombiano, la extrema izquierda solía anteponer los ideales a los apetitos burocráticos. Hoy en día, con una gavilla de corte marxista al mando, estos apetitos priman ante cualquier ideal y el Polo de hoy, con la salida de Lucho y los socialdemócratas, no es más que una amalgama de corrientes de ultraizquierda, cuyo calificativo más apropiado puede ser el marxismo clientelismo. En el Polo sólo van a quedar los más rancios estalinistas, los mamertos agrios y ciertos manzanillos cuya ambición pecuniaria y burocrática es más que evidente. En la dirigencia del Polo se concentrarán los izquierdistas ortodoxos y recalcitrantes (que en últimas lo que codician son los bienes ajenos), unidos a una caterva de rapaces populistas que aspiran —si no a expropiar y expoliar al prójimo— por lo menos a usufructuar los bienes públicos.
Dentro de los rasgos más predominantes de los marxistas clientelistas está la hipocresía aunada a laxitud moral con los amigos. A los militones de izquierda radical todo les es permitido, todo les es perdonado. Por eso la reelección de Correa, la de Chávez y la de Evo Morales les parecen extraordinarias, mientras la de Uribe les parece repugnante. Otra característica de los marxistas clientelistas es la tolerancia implícita a la corrupción, como ha sido el caso de Rojas Birry. De alguna manera se acepta que la corrupción sea lícita, siempre y cuando el corrupto sea de izquierda. El intercambio de puestos y contratos por votos se ha convertido en la regla y no en la excepción.
Como nota final, puede ser oportuno recordarle al lector la sentencia de Nicolás Gómez Dávila: “La mente del marxista se fosiliza con el tiempo; la del izquierdista se vuelve esponjosa y blanda”. ¿Será la razón de este fenómeno el que los izquierdistas están condenados es a leer a los escritores de extrema izquierda como Eduardo Galeano e Ignacio Ramonet, cuya capacidad de escribir sandeces no parece tener límites?

en http://www.elespectador.com/columna144383-el-marxismo-clientelismo