2009/08/02

Retrato de nosotros
Por Antonio Caballero
en http://www.blogger.com/post-create.g?blogID=37719839

Se me dirá que el trancón de tráfico inextricable que muestra esta foto de la carrera décima de Bogotá publicada hace quince días (y me extraña que haya salido tan nítida y alegre de color, sin rastros de negro de humo: ¿tendrá un arreglo de photoshop?) se debe a las obras de la troncal de Transmilenio. No es verdad: la carrera décima siempre ha sido así, y lo seguirá siendo cuando acaben las obras, si es que las acaban. Qué digo: será aún peor, porque a esos cientos de buses de todos los colores que vemos en la foto (pues pertenecen a docenas de empresas diferentes) se sumarán entonces otros cientos de buses colorados de Transmilenio, ese sistema mitad público y mitad privado que ha venido a superponerse en la ciudad al sistema privado pero públicamente subvencionado imperante durante décadas: desde que el último gerente oficial de los buses municipales estrelló o se robó el último Mercedes Benz de la gerencia, que era el último vehículo de servicio público de propiedad pública que quedaba en condiciones de circular. La coexistencia de los dos sistemas, el de buses repletos hasta los topes del sistema mixto y el de buses vacíos pero todavía subvencionados del sistema privado, buses antiguos y altamente contaminantes que muchos alcaldes sucesivos se han comprometido a eliminar de la circulación, chatarrizándolos, para que quepan los otros, sin llegar a hacerlo nunca, sin atreverse a hacerlo por miedo a los propietarios de las empresas de buses, tan temerosos ellos, nuestros ineptos alcaldes, como lo están los conductores de los vehículos, sometidos a un régimen infame de remuneración por pasajero capturado llamado “guerra del centavo” que los obliga a competir como tiburones caníbales por su supervivencia y el pan de sus hijos, agrava el caos. En la foto se puede ver cómo dos buses están intentando la imposible maniobra de cambiar de carril en medio del atasco, sin lograrlo, por ver si así consiguen que esa noche tengan con qué comer los niños del chofer del uno, o los del otro. Pero, a propósito, ¿por qué van tantos buses codo con codo por la misma avenida, como tanques en un desfile militar? Ah: pues porque uno de tantos de nuestros ineptos alcaldes pensó que así como en las grandes capitales del mundo hay carriles de “solo bus” para aligerar el tráfico, así Bogotá sería admirada en el planeta entero por tener calles completas de “solo bus”, como esa carrera décima. De ahí que los usuarios del transporte público, que es privado, tengan que jugarse la vida para usarlo, además de verse obligados a respirarlo, ya que la empresa pública de petróleos fabrica un combustible para buses que supera en cien veces la proporción de gases venenosos permitida por los convenios universales sobre salud pública y medio ambiente.Si el párrafo que acaban ustedes de leer (si lo acabaron) les parece excesivamente espeso y enredado, pido disculpas: obedece a un principio de la preceptiva literaria según el cual la forma debe reflejar el contenido.Vuelvo atrás.Se me dirá que esta foto del caos infernal de la carrera décima no retrata solamente a Bogotá, sino a cualquier ciudad grande del mundo. No es verdad. No son así ni Tokio ni París, ni Buenos Aires ni Moscú. Se me dirá entonces que lo que pasa es que esas ciudades tienen metro, y algunas, además, tranvías, y trenes de cercanías, y cables aéreos, y hasta canales navegables, como Venecia o San Petersburgo: y que así no tiene gracia. Al revés: tiene más gracia. Porque si Bogotá no tiene metro, a pesar de que lleva medio siglo gastándose miles de millones cada año en contratar estudios previos para el metro, solo para que desde hace medio siglo sus gobernantes decidan en el último momento que es mejor no hacerlo porque saldría aún más costoso que el metro de Medellín, que fue en su tiempo (y está todavía sin terminar de pagar en lo que es el principal, sin contar los crecientes intereses ni las descomunales comisiones secretas de los asesores de los contratistas), que fue en su tiempo, digo, el más caro del mundo (y está bien que la ilegibilidad de este párrafo corresponda a la de aquel contrato), si Bogotá no tiene metro, digo, con el pretexto de que saldría más caro que el de Medellín, que pese a ir todo en superficie rebasa con creces en inversión por kilómetro al de Toronto, que pasa por debajo del profundo lago Ontario, y al nuevo ramal del de Ámsterdam, que va por debajo de los canales por donde van los barcos y que a su vez van por debajo del nivel del mar, si Bogotá no tiene metro, digo, ni tren, ni tranvía, ni trolley, ni, en resumen, transporte público, es porque sus ineptos y corruptos gobernantes no han querido construirlo: se lo han robado antes.Ahora bien: según un viejo aforismo sociológico, los pueblos tienen los gobernantes que se merecen. Esa fotografía del caos criminal en que vivimos no representa solo a nuestros gobernantes. Es el retrato de todos nosotros.
La suerte merecida
editorial de www.arcadia.com
Es irónico: son tan obsoletas las ideas que tenemos sobre la educación que a nadie se le ha ocurrido incluir como obligatoria la materia de “Medios de comunicación” en el bachillerato. Y por ello, la mayoría de nosotros sale del colegio sin entender cómo funciona la herramienta más poderosa y masiva que hasta ahora hemos inventado los seres humanos para interpretar el mundo que nos rodea. Una herramienta a la que nos sometemos felices, ante la cual somos inmensamente vulnerables, y que moldea nuestras opiniones y convicciones, nuestra imagen de la realidad. Salimos del colegio sin que nadie nos haya explicado qué quiere decir, por ejemplo, la editorialización de una noticia. Sin saber diferenciar claramente entre información y entretenimiento. Sin saber cuestionar, otro ejemplo, la tesis de una película, la intención de una estructura narrativa, los mecanismos que utilizan quienes emiten cualquier tipo de contenidos (desde las narraciones de fútbol hasta las telenovelas) para darle credibilidad y autoridad a lo que se nos dice. Nadie nos enseña a identificar cómo cambiamos nuestra interpretación de una secuencia de una imagen de acuerdo a la música que la acompañe, o a la edición, o al ángulo de la cámara. No sabemos siquiera qué es una voz en off.Por eso mismo, la primera clasificación que solemos hacer, ingenuamente, cuando pensamos en los medios de comunicación, se basa en sus características tecnológicas: y los dividimos en radio, televisión y prensa escrita. Pero sería mucho más sensato hacer esa clasificación a partir de los tipos de contenidos. Porque los medios son transmisores de contenidos tan distintos, tan opuestos, como lo son el entretenimiento, la opinión y la información. Esas deberían ser las tres categorías principales, y deberían ser inalterables. Pero como no los clasificamos así, los medios han ido mezclando cada vez con más descaro los tres tipos de contenido. Meten opinión y entretenimiento en la información noticiosa, o nos meten información noticiosa empaquetada como entretenimiento. Y casi no nos damos cuenta.Es tan obvia esa mixtura que los anunciantes se han aprovechado de ella sin clemencia. Cada vez quieren incluir más publicidad como si fuera información, opinión o entretenimiento, y como están dispuestos a pagar por ella, los medios —qué remedio—, bajan cada vez más la cerviz. Por eso, la publicidad se ha convertido forzosamente en la cuarta categoría de contenido que transmiten los medios. Todos. Irrespetando cada vez con mayor desesperación esas fronteras que deberían ser de hierro.Pero la plata se concentra en esas fronteras. Y cuando unos hablan de la supuesta responsabilidad social de los medios (un concepto cada vez más caduco), los otros ríen y esgrimen que un medio es una empresa como cualquier otra, y su misión es producir beneficios. Lo que hacen es vender un objeto como cualquier otro, llamado contenido. Y si la plata está en la mezcla, bienvenida sea la mezcla.Por eso mismo, los medios se merecen su suerte. Es decir, su muerte.Dirán, por supuesto, que exageramos. Pero no. En Neiva, en Villavicencio, en Barrancabermeja, en Santa Marta, el único medio de subsistencia que tienen, por ejemplo, las emisoras de radio, proviene del presupuesto del Estado. Gobernadores y alcaldes reparten la plata para esos medios a su antojo. Y por lo tanto, tienen potestad sobre los contenidos. Y aunque en provincia es más obvio, en el centro no es distinto. Si quieren que un gobierno les dé un canal de televisión, pues lo tratan con cariño. Si una crema contra el acné pauta, se le dedican 15 minutos en la Cadena Básica de una emisora nacional a las 8:30 a.m. a entrevistar a dermatólogos sobre los barros y espinillas. O más recientemente, todos los grandes medios de Bogotá, unidos en un coro de alabanzas a los Globos del Viaje de la Libertad inventado por la administración local, sin siquiera preguntarse –con la excepción de los columnistas Héctor Abad y Nicolás Morales– si es legítimo que se gasten 3.000 millones de pesos, mientras miles de desplazados duermen el sueño de los olvidados en el parque del Tercer Milenio. Y si la defensa es que la venta de publicidad financió el proyecto, las implicaciones son más escalofriantes aún. Hoy un medio le vende pauta al gobierno, mañana el gobierno se la vende a él. Tú me pautas, yo te pauto. Tan bonito. Por eso mismo, los medios se merecen su suerte. Es decir, su muerte.Pero si las generaciones que ya jugamos en la segunda quincena de la vida fuimos unos pasivos receptores, el futuro se alza como la gran venganza: porque ya se presiente el tamaño de la rebelión de las nuevas generaciones a través de internet. Ellas serán las únicas generadoras de sus propios contenidos. Ellas no tolerarán la publicidad. No consumirán los medios tradicionales. Ni radio, ni prensa, ni televisión. No serán pasivas. No respetarán la supuesta autoridad del poder mediático. Y protagonizarán la estocada final a uno de los grandes oficios del siglo xx, que fue perdiendo su esencia en un mar de autocomplacencia y vanidad. Un oficio que se merece su suerte. Es decir, su muerte.
en http://www.revistaarcadia.com/ediciones/46/editorial.html

2009/07/22

La Revolución Verde
Por: Thomas L. Friedman
Opinión 27 Jun 2009 - 12:59 am
en http://www.elespectador.com/columna147884-revolucion-verde

SE HAN PRODUCIDO ABUNDANTES conversaciones acerca de lo que debería decir el presidente Barack Obama con respecto a la incipiente “Revolución Verde” de Irán.
Lo siento, pero los reformistas iraníes no necesitan nuestros elogios. Ellos necesitan algo que nosotros podríamos hacer, sin hacer un solo disparo, que realmente debilitara a los teócratas iraníes y los obligara a quitarle los grilletes a su pueblo. ¿Qué es eso? Ponerle fin a nuestra adicción al petróleo que financia la dictadura islámica de Irán. El lanzamiento de una verdadera Revolución Verde en Estados Unidos sería la mejor forma de apoyar la “Revolución Verde” en Irán.
El petróleo es la poción mágica que les permite a los sahs de Irán con sus turbantes —”Sah Jamenei” y “Sah Ahmadineyad”— desdeñar al mundo y también a muchos integrantes de su propio pueblo. El presidente Mahmoud Ahmadineyad se comporta como alguien que nació en tercera base y cree que bateó un triple. Por coincidencia, él ha sido Presidente de Irán durante un período de precios históricos del crudo. Así que aunque preside sobre una economía que no hace nada de lo que quiere el mundo, él nos puede sermonear con respecto a cómo Occidente está en descenso y que el Holocausto fue un “mito”. Créanme, con el precio del barril de crudo a 25 dólares, él ya no estaría declarando que el Holocausto es un mito.
El equipo del presidente Obama quiere ir en pos de conversaciones con Irán en torno al programa nuclear, sin consideración a quién gane allá. Está bien. Sin embargo, el tema no gira en torno a hablar o no hablar. El tema radica en tener o no influencia. A mí me encanta platicar con la gente —particularmente en Oriente Medio— con una condición: que nosotros tengamos la ventaja de la influencia. Mientras los precios del crudo sean altos, Irán tendrá demasiada influencia y será capaz de resistirse a concesiones en lo tocante a su programa nuclear. Si el petróleo ronda los 70 dólares por barril, nuestras sanciones económicas en contra de Irán son una molestia; a 25 dólares por barril, en verdad hacen daño.
“La gente no cambia cuando les dicen que deberían hacerlo; cambia cuando se dice a sí misma que debe hacerlo”, observó Michael Mandelbaum, el especialista en política exterior de la Universidad Johns Hopkins. Y nada les diría mejor a los dirigentes de Irán que deben cambiar como la caída de los precios del crudo.
Obama ya dio comienzo a algunas iniciativas excelentes para el ahorro de energía. Sin embargo, nos hace falta más. La imposición inmediata de un “Impuesto de la Libertad” de un dólar por cada galón de gasolina —con descuentos para los pobres y los ancianos— sería triplemente positiva: estimularía mayores inversiones en energía renovable; fomentaría una mayor demanda del consumidor de los vehículos eficaces y rendidores que, supuestamente, deben producir General Motors y Chrysler con su renacimiento; así como reduciría nuestras importaciones petroleras de una forma que seguramente afectaría el precio mundial y debilitaría a cada petrodictador.
Es así —le gusta decir a Bill Maher— como nosotros ocasionamos que los malos “peleen en contra de todos nosotros”.
Seguro, haría falta algo de tiempo para influir sobre el régimen, pero, a diferencia de las palabras solas, esto tendrá un impacto. Creo en “la Primera Ley de Petropolítica”, la cual estipula que el precio del crudo y el paso de la libertad en estados petrolistas —Estados que dependen totalmente de las exportaciones petroleras para dirigir sus economías— operan en una correlación inversa. A medida que el precio del petróleo baja, el paso de la libertad aumenta porque los dirigentes tienen que educar y quitarle la correa a su pueblo para que innove y comercie. A medida que el precio del crudo sube, el paso de la libertad desciende, porque los dirigentes solamente tienen que meter un tubo al suelo para mantenerse en el poder.
Prueba A: la Unión Soviética. Los altos precios del hidrocarburo en los años 70 hicieron pensar al Kremlin que podía apuntalar a industrias ineficaces, extendiendo desmedidamente subsidios, posponiendo verdaderas reformas a la economía e invadiendo Afganistán. Cuando se produjo una caída del petróleo a 15 dólares por barril a finales de los 80, el petrificado Imperio Soviético, extendido a más no poder, reventó.
En un discurso pronunciado en 2006 con el título “La caída de un imperio: lecciones para la Rusia moderna”, Yegor Gaidar, uno de los viceprimeros ministros de Rusia a comienzos de los 90, notó que el “horizonte del colapso de la Unión Soviética puede ser precisado el 13 de septiembre de 1985. En esta fecha, el jeque Ahmed Zaki Yamani, el ministro del petróleo saudita, declaró que la monarquía había decidido modificar radicalmente su política. Los sauditas dejaron de proteger los precios del petróleo, y Arabia Saudita recuperó rápidamente su participación en el mercado mundial.
“Durante los seis meses siguientes”, agregó Gaidar, “la producción de Arabia Saudita se multiplicó por cuatro, al tiempo que los precios del hidrocarburo se vinieron abajo aproximadamente en el mismo porcentaje en términos reales. Debido a lo anterior, la Unión Soviética perdió aproximadamente US$20.000 millones al año, dinero sin el cual el país sencillamente no pudo sobrevivir”.
Si nosotros pudiéramos bajar el precio del petróleo, la República Islámica —que ha estado comprando a su pueblo con subsidios y empleos durante varios años— estaría ante las mismas presiones. Los ayatolás tendrían que empezar a retirar los subsidios de los iraníes, lo cual solamente volvería más impopulares a los sahs con turbante, o facultaría el talento humano de Irán —hombres y mujeres— y les daría libre acceso al aprendizaje, ciencia, comercio y colaboración con el resto del mundo que, a su vez, le permitiría a esta nación, otrora la gran civilización persa, prosperar sin el petróleo.
Hablemos con seriedad: una Revolución Verde en Estados Unidos para ponerle fin a nuestra adicción al petróleo —con el fin de crear un paralelismo con la “Revolución Verde” de Irán para acabar con su teocracia— nos ayuda a nosotros, les ayuda a ellos e incrementa las probabilidades de que quien quiera que gane la contienda por el poder allá tenga que ser un reformista. ¿Qué estamos esperando?

* Ganador de su tercer Premio Pulitzer a comentarios editoriales en 2002 por sus columnas en ‘The New York Times’. c.2008. The New York Times News Service.

2009/07/14

ORACION...(por Tola y Maruja)

Señor, hazme instrumento de tu paz.
Donde haya odio, ponga amor.
Donde haya ofensa, ponga una demanda.
Donde haya división, ponga a Luis Carlos Restrepo.
Donde haya tristeza por el secuestro, ponga condiciones.
Donde haya duda, cambie la pregunta.
Donde haya desesperanza, ponga un Fiscal amigo.
Donde haya guerra, un impuesto.
Donde haya tinieblas, la luz de mi inteligencia superior.
Donde haya amenazas por Féisbuk a mis hijos, ponga un hacker.
Donde haya una vacante, ponga un familiar de la coalición.
Oh, divino maestro, que no busque yo tanto ser reelegido sino hacer el guiño.
Porque muriendo el referendo, yo nazco a la gloria eterna. Amén.

In english

Lord, make me an instrument of your peace. Where there is hatred, make love. Where there is offense, make a claim. Where there is division, set to Luis Carlos Restrepo. Where there is sadness for the kidnapping, set conditions. Where there is doubt, change the question. Where there is despair, put an Attorney friend. Where there is war, a tax. Where there is darkness, light of my superior intelligence. Where there are threats Féisbuk my kids, put a hacker. Where there is a vacancy, a familiar place for the coalition. Oh, divine master, that does not seek re-election as I do but nod. Dying because the referendum, I am born to eternal glory. Amen.

En: http://www.elespectador.com/columna150174-no-nos-consta
PARAMILITARES Y TRANSNACIONALES MINERAS
por ALFREDO MOLANO BRAVO

"...Cumplida la primera fase del plan, las Auc entregaron armas, mas no sus estructuras, y las fuerzas oficiales retomaron el control del orden público, bajo el señuelo de la Seguridad Democrática. Saneado así el ambiente social, el gobierno de Uribe impuso a pupitrazo limpio en el Congreso el nuevo Código Minero, que les da todas las garantías a las grandes transnacionales mineras. El verdadero resultado positivo de la toma paramilitar del Catatumbo fueron la defensa del oleoducto Caño Limón-Coveñas y la explotación de las riquísimas minas de carbón de la Serranía de Tibú entre los ríos Sardinata y Río de Oro. Es la misma estrategia usada tras el oro en la Serranía de San Lucas, en el norte de Cauca, en el occidente de Caldas y en los ríos San Juan y Atrato, que beneficia a la empresa Kedhada. Tras el carbón de Landázuri y el Carmen de Chucurí está la Rio Tinto Mining Co. y tras el de La Jagua de Ibirico, la Drummond. En resumen, el inventario geológico nacional ha sido la guía de la ruta paramilitar. El nuevo Código Minero viene a sancionar en derecho lo que los paras hicieron de hecho..."

PARAMILITARY AND TRANSNATIONAL MINING

"... Completed the first phase of the plan, the AUC handed weapons, but not their structures, and government forces retook control of public order, under the lure of Democratic Security. And healthy social environment, the Uribe government imposed by Congress pupitrazo clean the new Mining Code, which gives full guarantees to large transnational mining companies. The real outcome of the paramilitary Catatumbo were taken to defend the Cano Limon-Covenas and exploit the rich mine of coal in the mountains between the rivers Sardinata Tibú and Rio de Oro is the same strategy used after gold in the Serrania de San Lucas, in northern Cauca, in the west of Caldas and the San Juan and Atrato rivers , which benefits the company Kedhada. After the coal and Carmen de Landazuri Chucuri is the Rio Tinto Mining Co., after the La Jagua de Ibirico, the Drummond. In sum, the national geological inventory has been the guide to paramilitary route. The new Mining Code has the right to punish what the paramilitaries were in fact ... "

EN http://www.elespectador.com/columna150169-funcion-social-de-masacre
No "falsos positivos" : "homicidios en persona protegida"

EL ESPECTADOR: ¿Está de acuerdo con eliminar el eufemismo de falso positivo?
El general Freddy Padilla de León, Ministro de Defensa (e): Sí, se llaman homicidios en persona protegida. Eso de falsos positivos genera confusiones jurídicas y daña la imagen del pueblo colombiano.

EL ESPECTADOR, Domingo 12 de Julio de 2009, Página 13.


No "false positives": "homicide of a protected person"

The Spectator: Do you agree with the euphemism for eliminating false positive?
Gen. Freddy Padilla de Leon, Minister of Defense (e): Yes, they are killing of a protected person. It generates false positives legal confusion and damage the image of the Colombian people.

El Espectador, Sunday July 12 2009, Page 13.

www.elespectador.com
COLOMBIA: POR CADA 7 MILLONES PARA LOS RICOS, LOS POBRES RECIBEN O.76 EN SUBSIDIOS ESTATALES
Por Cecilia López Montaño.

Para la precandidata liberal, las "gabelas" que recibieron 7.300 empresas en 2008 han provocado que el Estado deje de percibir 6 billones de pesos al año.
"Cuando yo llegue al gobierno esos 6 billones de pesos los convierto en 600 mil empleos de emergencia con salario mínimo y con prestaciones por un año", aseguró.
La senadora sostuvo que si aproximadamente cada empresa tiene 10 socios, al menos 73 mil personas recibieron 81 millones de pesos el año pasado.
"Más o menos cada persona se metió siete millones de pesos al bolsillo en vez de pagar impuestos", agregó.
Cecilia López comparó la medida con el programa de Familias en Acción, y explicó que son dos millones 600 mil familias que reciben dos billones y medio de presupuesto anualmente.
La candidata explicó que cada uno de estos grupos familiares recibe al año un millón de pesos, lo que significa "más o menos ochenta mil pesos" que tienen que distribuirlos entre cuatro personas.
"Entonces, mientras las personas más ricas se pueden meter al bolsillo 7 millones de pesos gracias a la confianza inversionista, porque no pagan impuestos, los pobres reciben 80 mil pesos para repartirlos mensualmente entre 4 ó 5 miembros", expresó.

MÁS EN: http://www.eltiempo.com/elecciones2010/cecilia-lopez-explica-que-es-el-modelo-pro-rico-que-critica-del-gobierno-_5630448-1

COLOMBIA: PER 7 million for the rich, the poor are O.76 IN STATE GRANTS