2011/05/11

Wall street (1)/El Matecaña

http://www.latarde.com/index.php?option=com_jumi&fileid=1&idnota=41715

Todos los días se aprende. Y sobre el funcionamiento de Wall Street y la crisis financiera mundial, aprendí viendo el documental ganador del Oscar INSIDE JOB (www.cuevana.tv)

Resulta que después de la crisis de los 30s, supuestamente, aprendieron que el mercado salvaje, y especialmente especulador, debía ser “regulado”. Pero lo que queda claro es que, como dice George Soros, lo sucedido desde los 80s es que con un tremendo apoyo financiero y de intelectuales o académicos se vino fue una impresionante des-regulación. Regresamos al mercado salvaje.

Hasta los 80s los bancos tenían prohibido especular con el dinero de sus ahorradores, pero la desregulación financiera de Reagan generó la primera gran crisis en los 80s. Para 1999 Citygroup con SU ministro de hacienda USA reemplazó a favor de la des_regulación una ley que venía del crack de los 30s a: luego el Ministro fue nombrado Vicepresidentee del City: De hecho un tercio de los “reguladores” estatales de los bancos fueron contratados luego ¡por los bancos!...Eminencias de Harvard y otras que enseñaban economía, ganaban fortunas como asesores de estos monstruos financieros, mientras les ayudaban a formar políticas estatales: un incesto vergonzoso de enriquecimiento mutuo entre banqueros y académicos. Algo de lo que valientemente ha alertado Germán Vargas Lleras…Veremos.

Para 2002 años después se vino la burbuja financiera de Internet: los bancos, pagaron y prometieron cambiar. Empero, Alan Greenspan: jefe del banco central en USA por décadas, se opuso a cualquier forma de regulación: ¡la Selva! La comisión de valores e intercambios en USA fue reducida a UNA persona!. NO se regularon los seguros de impago de deudas: el apalancamiento/endeudamiento de los bancos, llegó a 33:1. En 2004 el FBI advirtió al “Banco de la Republica” USA que el sistema estaba mal. Para 2005 el FMI entregó a los jefes de los grandes bancos centrales un texto llamado: EL DESARROLLO FINANCIERO CREA UN MUNDO MÁS RIESGOSO.

(Sigue. Vea INSIDE JOB en www.cuevana.tv)
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MATECAÑA: Sobre lo dicho por Efromovich: 1.¿La existencia de los dos aeropuertos es incompatible? NO, ejemplo el Olaya y el Córdoba en Medellín. 2. Propongo que Luis Carlos Villegas y otros le planteen abiertamente al gobierno nacional concesionarle el aeropuerto de Cartago -para vuelos internacionales y de carga de alto volumen- a Avianca/Efromovich: tienen la platica, ¿cierto?.

Sobre la columna de un sector cívico que ya viene acompañando: A. La extensión de la pista hacia Cerritos (08) vale 17 mil millones (¿32 predios?) y asegura 140 metros más, la extensión hacia el batallón (26) (¿120 predios?) vale 15 mil sí, pero la recorta. El plan maestro dice que AMBAS SON NECESARIAS pero se deben secuenciar. La pregunta ¿si hoy tienen sólo 8 mil para ambas extensiones, de dónde saldría la plata? B. De acuerdo: deben cambiarse los estatutos del Aeropuerto ¿pero en este instante electoral someter esa discusión al Concejo? C. Lo esencial: toda la ciudadanía debe “PONERLE MUCHO CUIDADO A LA PUBLICACIÓN DE LOS PREPLIEGOS Y SOMETERLOS A JUICIOSO ANÁLISIS”.

Finalmente: El alcalde está pensando que el Zar Anticorrupción acompañe directamente todo el proceso para el Matecaña: Insisto, creo más en la continuidad y el compromiso de nuestros cívicos: ¿Y si le sumamos al Zar?


2011/05/07

VETADO: EL DOCUMENTAL VETADO SOBRE EL SISTEMA FINANCIERO Y SU FUNCIONAMIENTO: GANADOR DEL OSCAR
Inside Job

http://t.co/qOU7XAs

2011/05/05

Grupo cívico pro matecaña

publicada en http://www.latarde.com/index.php?option=com_jumi&fileid=1&idnota=41414

Recuerdo un avión gordo, parecía una ballena, y daba la impresión que su cola tocaba el piso Mis abuelos regresaban de unas vacaciones. Era un DC-3. Recuerdo los paseos que se hacían. Definitivamente el Matecaña es tan Pereirano como el Bolívar Desnudo. Pero esos recuerdos tienen décadas, hoy, comparto la posición de LaTarde: parece un gran baño público.

Ya en 1984, hace 27 años, cuando Aeropuertos de París elaboró un plan maestro, se debía modernizar. Se planeó ampliar las franjas de seguridad de la pista, y, “así ud No lo crea” se planteó que en el 2000 la operación del Matecaña se debía trasladar a Cartago. Algunos, legítimamente, visionaron negocio y salieron a comprar tierras por esos lados o ya las tenían. Si bien nunca se fue a Cartago, tampoco se hicieron las obras.

Lo cierto es que el Matecaña colapsó hace rato. En parte porque las “ganancias” del Aeropuerto NO se reinvertían en su modernización. La Aeronáutica civil lo raja en sus constantes evaluaciones. Los pasajeros de entrada y salida se cruzan, los filtros de seguridad están en la prehistoria, la plataforma para los aviones a veces no da abasto, la sala de espera se quedó esperando la obras, etc, etc. Finalmente la resolución 215 del 5 de mayo de 2009 dió un plazo: o el Matecaña (y otros) se modernizan a abril del 2013, o se le baja, prácticamente, a recibir avionetas.

Por todos estos líos, decidieron organizar la casa y la Aeronáutica misma hizo parte de quienes construyeron un nuevo plan maestro, que fue acogido oficialmente en febrero del año pasado. Ese plan dice que, ok, que el aeropuerto SÍ se puede quedar en Pereira, que NO es necesario trasladarlo a Cartago. (“Esa valoración de la tierrita se embolató”, me apuntó un viejo dirigente). Pero dijo que es obligatorio construir una nueva terminal (45 mil millones), cumplir con las zonas de seguridad en los bordes de la pista (20 mil), y adecuar la plataforma para los aviones (10 mil). Ahí van 75 mil millones de pesos. Y, dice el Plan que SÍ se debe pensar, posteriormente, en ampliar la pista: otros 80 mil millones.

Tenemos un Aeropuerto pequeño que produce, tras funcionamiento, mantenimiento de la pista, etc, ganancias líquidas por 1000 millones al año, provenientes esencialmente de la operación pues los locales son pocos y sus cánones de arriendo son risibles: que podría producir más, seguramente sí, pero igual NO tendría el músculo financiero. Decidieron entonces hacer un préstamo con La Promotora con el cual pagaron los diseños, los cálculos, e inició la banca de inversión.

El municipio, en términos sencillos, tiene la idea de comprar un apartamento, y que este se pague, por sí solo, con sus arriendos: quedándonos al final libre el apartamento. Técnicamente hablando es una asociación público privada, donde se busca un socio que construya las obras obligatorias (el apartamento) y luego con lo que reciba por concepto de comercialización de locales y por el 25 % de la operación (arriendos) recupere su inversión en un plazo NO mayor a 30 años, además con una cláusula que establece que si la deuda (+ intereses) con el inversionista, se paga antes: nos entregan el aeropuerto (apartamento) antes.

El equivocado manejo dado ha generado dudas sobre la transparencia. Por eso propongo que el alcalde convoque un grupo cívico pro Matecaña, compuesto por él y 6 personas: Comité Intergremial: Presidente; La Tarde: Directora; Diócesis de Pereira: Obispo; Concejo Municipal: Presidente; UTRAR-CUT: Presidente; UTP: Rector; quienes acompañen PERMANENTENTEMENTE Y EN DETALLE el proceso y le den continuidad en la siguiente administración. Así todos, recuperando –realmente– el civismo, quedamos tranquilos y: ¡avanzamos!

2011/04/27

¿Hacemos confortable la miseria?

en http://www.latarde.com/index.php?option=com_jumi&fileid=1&idnota=41066

¿Hay que dar el pescado porque hay personas que NO tienen ni las fuerzas para cargar la vara? Sí. La pregunta es cuánto tiempo hay que dar el pescado, y cuándo esto se vuelve un tema de asistencialismo, o peor, de hacer confortable la miseria.


¿Confortable la miseria? La verdad es que hasta hace algunos años me decían eso y yo decía que era el colmo. Pero, las Hermanas Pasionistas, esas hermanas que no “van” a Villasantana-Las Brisas sino que “viven” allá, me demostraron que ello ES REAL, que la condición humana es tan compleja, que somos tan animales de costumbres que, cierto tipo de personas terminan haciendo confortable su miseria. Increíble, pero demostrable.


Hace algunos meses le oí a funcionarios encargados del plan de choque contra el desempleo que había personas las cuales NO querían trabajar por miedo a perder los subsidios del Estado, poco después personas de una dependencia directamente involucrada con el tema de superación de la miseria, me dijeron lo mismo y, posteriormente me demostraron cómo en Dosquebradas hay cientos de vacantes para trabajar en confección que tampoco son tomadas por miedo a ser formalizados y, al perder el Sisben, perder los subsidios.

¿Cuáles son los subsidios que da el Estado hoy?: Financieros, entre 75 mil y 90 mil mensual para nutrición y educación por cada hijo que este estudiando; pagos bimestrales visibles en las colas de los cajeros; mejoramientos de vivienda. En especie: Mercado sociales, almuerzos y desayunos escolares; Educación gratuita, salud sisbenizada gratuita, nutrición complementaria; Las personas desplazadas reciben arrendamientos y mercados por cierto tiempo. Se supone que la corresponsabilidad, el “aprender a manejar la vara para pescar”, es que los menores asistan a controles de crecimiento y estudien.

Es justo que el Estado se preocupe por la población vulnerable. Pero ¿qué pasa cuando cientos, miles de madres o padres se dedican a tener hijos, de tal manera que sumados todos esos subsidios le generen ingresos superiores a 1 salario mínimo mensual: que es lo que le ofrecen TRABAJANDO y entonces se nieguen a trabajar? ¡SUCEDE! Está sucediendo! ¿qué ejemplo están recibiendo esos niños?...Ahora bien, póngase en su situación: ¿usted qué haría?

¿Y entonces qué hacemos? Aplicar la “teoría del tubo” con su entrada y su salida. Quien entra debe tener claro que el estado lo fortalecerá, pero DEBE SALIR en cierto instante. El estado SÍ debe garantizar la protección inicial del “tubo”, pero esencialmente debe construir los mecanismos para que OBLIGATORIAMENTE las personas construyan su vara y aprendan a pescar solos: Emprendimiento + Capital Semilla+ Acompañamiento Empresarial, etc.

Vamos a seguir hablando del tema. Algunos trinos y e_mails hemos intercambiado al respecto con @samuelazout y @diego_molano
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TRÁNSITO: Varias quejas a través de las redes virtuales; sugeriría a mi estimado Dr Herrera, abrir cuentas que le permitan tener mayor contacto, y RÁPIDO, con la ciudadanía

VIENE: Aeropuerto Matecaña: Más Ciudad Menos Campaña Electoral.

2011/04/24

¿HAY UNIDAD EN EL PARTIDO VERDE?
Orlandoparrag
La unidad de un "partio" NO es un anhelo es una construcción q implica CEDER para "ponerse de acuerdo en lo fundamental"
(2) La unidad partidaria NO se da cuando "se hace lo q yo piense y punto" : la política es,también, el arte de concertar

(3) los acuerdos en los partidos sólo se dan cuando se reconoce, se valida, se potencia incluso, la existencia de tendencias

(4) Nunca existe la unidad partidaria cuando cada grupo en su interior NI RESPETA, NI VALIDA a los otros.

(5) La izquierda colombiana ha sido un símbolo de ese irrespeto fragmentador: ahora lo es su centro

(6)En una discusión, el respeto debido a una posición minoritaria, es proporcional al respeto a la posición mayoritaria

(7) Quienes no aceptan ser minoría, en una discución (de tantas), NO SABEN FORMAR PARTIDO: NUNCA SABRAN LO QUE ES LA UNIDAD

Secuencia de Trinos
6265

2011/04/21

rutina mental excluyente

sábado, abril 16, 2011
los link funciona allí
los resaltados NO son del texto original

“Ignacio Rodríguez…era un muchacho de la sociedad samaria sobre quien no había duda”,escribió Tomás Uribe en una carta publicada el viernes por este diario en la que explicaba sus tratos con un político costeño hoy preso en los Estados Unidos. “Tanto al Sr. Rodríguez como a su familia los precedía una excelente reputación, la cual pueden corroborar distinguidas personas de la sociedad samaria…”, escribió el mismo Tomás Uribe en un comunicado divulgado por la prensa nacional a mitad de semana. Hace ya varios años, el padre de Tomás, el expresidente Álvaro Uribe Vélez, usó un argumento similar para justificar el nombramiento de Jorge Noguera, otro muchacho de la sociedad samaria, en la dirección del DAS: "era una persona que había trabajado en Santa Marta, tenía buena reputación, una familia honorable…”.


Los argumentos mencionados son algo más que una excusa de ocasión para el pecado peligroso de las malas amistades. Son también un ejemplo inequívoco, revelador de un sesgo generalizado pero no por ello menos antipático. Tomás Uribe parece suponer que la pertenencia a cierto círculo social señala o predice el buen comportamiento. Como si la prestancia moral fuese hereditaria. Como si el origen o la afiliación social permitiera juzgar el carácter o adivinar la conducta. Si mis tratos hubieran sido con un joven de una familia desconocida o de un estrato intermedio, sugiere Tomás, mis contradictores tendrían razón en cuestionar mi comportamiento. Pero mis relaciones fueron con un joven de la alta sociedad, alejado en principio de los malos pasos, de los negocios turbios.


El argumento de Tomás Uribe puede resumirse en una frase: no soy culpable pues me mezclé con la gente que tocaba. El raciocinio no es nuevo. Ni original. Todo lo contrario. Es representativo de una rutina mental excluyente, discriminante. Veamos un ejemplo. La Universidad de los Andes tiene un programa de becas para bachilleres sobresalientes de estratos bajos. Cientos de nuevos estudiantes becados inician sus estudios cada año. Muchos descuellan académicamente. Se gradúan con honores o promedios destacados. Pero no consiguen trabajo con la misma facilidad que sus compañeros más privilegiados. Su ingreso al mercado laboral es con frecuencia frustrante. No son muchachos de la alta sociedad. No pertenecen a familias honorables. Y el origen social incide, ya lo vimos, sobre los juicios y los prejuicios de los demás, de los futuros empleadores en este caso.


Muchos empleadores, dicen los que saben, filtran las hojas de vida con base en los lugares de residencia, en los nombres propios, en las referencias personales, esto es, en los marcadores obvios del origen social. Y lo hacen de manera rutinaria, casi automática, con la misma naturalidad (inocente en apariencia) de la carta de Tomás Uribe. Los prejuicios de clase no suelen ser estridentes. Pero su acumulación silenciosa es nefasta, reduce las posibilidades de movilidad social, concentra las oportunidades en los mismos muchachos de la alta sociedad.


En últimas, la candidez de Tomás Uribe llama la atención sobre una forma velada pero poderosa de exclusión social. Ojalá comenzaramos a aceptar de una vez por todas que muchas familias honorables no lo son tanto, que muchos jóvenes de la alta sociedad no tienen miras muy elevadas y que el origen o la procedencia social poco o nada tiene que ver con el talento y la rectitud.



Alfredo Molano Bravo

Cárcel

Por: Alfredo Molano Bravo

Opinión |17 Abr 2011 - 1:00 am

Negrillas NO incluidas en el texto original

LA CÁRCEL ES EL ESPEJO DE UN RÉgimen político. Ella esconde las esencias más sórdidas que la sociedad no se atreve a confesar, ni siquiera a mirar; las encarcela para no verlas; brinca cuando le son descubiertas.

En la cárcel nada se resocializa como pretenden los legisladores porque lo que allí se vive es lo que vive una sociedad. Las cárceles del país son el país mismo: las dirige un cuerpo de funcionarios corrompidos o corruptibles, el tráfico de favores es la moneda de cada día; los privilegios se venden al mejor postor, al más poderoso. De muros para adentro las clases sociales, sus enfrentamientos y formas de subordinación son las mismas que existen afuera. Se negocia con todo y todo negocio está protegido por la ley del más fuerte y por el “uso de la fuerza”, que esa ley legitima. Quien la desconoce, muere. Punto. El sapo en una cárcel es un traidor y tiene el mismo trato que tiene en las calles un terrorista. La cárcel mueve miles de millones que circulan fuera. Más aún, las calles son una prolongación de las canas. Los ricos y poderosos ocupan las celdas menos sórdidas —barrios residenciales—; no trabajan en nada, son verdaderos parásitos que viven de mandar y de esa fuente derivan sus capitales. Monopolizan los vínculos con los guardianes que obedecen a sus caprichos e intereses. Las clases medias son empleadas y satelizadas por los poderosos. Duermen en celdas con otros de su clase y defienden esa identidad a muerte. No aceptan mingas en sus áreas. Muchos trabajan en los talleres y redimen honradamente sus penas con el sudor de su frente; otros se descubren la vena artística y pintan, hacen teatro, escriben memorias o cuentos. Deambulan. Otros son estafetas de confianza de los duros de arriba. Y los pobres, pobres son: limpian los excusados, tienden camas, preparan la comida de sus patrones; los más peligrosos, los que pagan crímenes de lesa humanidad, y saben manejar la motosierra, son los guardaespaldas, pistolos o quiñadores de los que mandan. En los pabellones de estratos 5 y 6 la densidad es baja: suites, que inclusive construyen de su peculio; los estratos 4 y 3 viven amontonados en celdas. Los estratos 1 y 2 duermen unos encima de otros en escaleras, pasillos, baños, y cada metro de estos sitios es defendido a cuchillo. Los de arriba comen en sus restaurantes privados, los del medio en los caspetes, y los de abajo en los evaristos, o comedores oficiales. En las cárceles del Estado rige, como afuera, la pena de muerte ilegal. Hay cementerios secretos en cualquier piso, en cualquier patio, como en Putumayo, como en San Onofre.

Todo esto fue denunciado en su momento por la Corte Constitucional y por la Defensoría. El Gobierno tomó nota obligada y se la pasó a los gringos como proyecto de ayuda. Y los gringos, ni cortos ni perezosos, aceptaron, y adaptaron el proyecto a sus propios intereses y métodos de castigo. Se construyeron cárceles de máxima seguridad que debieron costar millones de millones, que incluían —¡cómo no!— una refinada tecnología de tortura; la usada con los árabes en Cuba o en las cárceles secretas en Europa: aislar del medio ambiente y del medio social a los reclusos. Obligarlos a vivir en una campana neumática para descomponer y anular con calculado sadismo la personalidad del recluso hasta convertirlo en un ente. Evidencia de la misma tesis: la cana es el reflejo del régimen. No obstante, nuestra idiosincrasia modificó el modelo y lo adaptó, según su conveniencia: la campana para los de abajo y el mango para los de arriba.

Sucede lo mismo en el país del Sagrado Corazón con las cárceles militares: son el reflejo de su régimen. O de su fuero. Las distinciones estamentales se conservan en los recintos llamados cárceles. Hay de primera y de segunda: a los soldaditos que se duermen en la guardia los llevan a pagar en un sitio cerrado, a pan y agua; a los que han cometido crímenes —de lesa humanidad— que deshonran el uniforme, les dan cuartel por cárcel con todas las comodidades y refinamientos de los casinos. Frente a las protestas de la llamada sociedad civil, los militares se alzan de hombros y responden lo de siempre: eso pasó, fue excepcional, somos gente de honor. No podemos mezclarnos con los civiles. El honor, según esta manera particular de mirar, se defiende con privilegios, con los mismos privilegios que se les otorga para vivir en guerra. O de la guerra.

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