Quinchía?...se preguntarán la mayoría de mis lector@s, “y dónde es eso?”... haga memoria: ¿recuerda usted esas detenciones masivas que estuvieron de moda al comenzar Uribe I?...si?...las cuales tras tantos errores y errores –de repente- ¡desaparecieron!...pues en Quinchía (en la “nariz” noroccidental de Risaralda) se dió una de esas detenciones y tras 22 meses pusieron en libertad a todos los detenidos: ¡incluido un concejal de 80 años!…esa detención fué ordenada personalmente, como se ha sabido, por el señor presidente: nunca supe que pidiera –al menos- disculpas: ya veremos quién paga las multi millonarias demandas contra la nación de los afectados…muy seguramente “el estado”…es decir: Usted, yo y l@s demás ciudadan@s.
Quinchía, mejor, su pueblo, su gente, de profundos y valiosos ancestros indígenas –casi todo su territorio fue resguardo hasta 1948- es conocida por su rebeldía frente a las injusticias, y lo es desde las guerras civiles del siglo XIX cuando, siendo un aislado fortín liberal, se enfrentaba a sus rivales conservadores; actitud a la que se vería acometida, más de 50 años después, cuando en la (primera) violencia estatal-conservadora, fue tal el terror, que instalaron en la plaza principal de dicho fortín; un bohío de este partido, generando una respuesta igual –o peor- de violencia (segunda) reflejada en las masivas guerrillas liberales del Sargento García, y el Capitán Venganza
La relativa –como en todo el país- paz que trajo el desarrollo del frente nacional, no superó el problema central del pueblo, que es –interesantemente- no la existencia de grandes latifundios, sino el avance del micro-fundio sobre el mini-fundio; las cooperativas alentadas por el INCORA fracasaron y los nuevos actores armados, llegaron nuevamente al pueblo y sus veredas en los 80’s, generando a la par que en el oriente magdalenense del vecino Caldas, el primer grupo paramilitar de Risaralda: los tenebrosos Magníficos, desvertebrados, tras meses de asesinatos, por los organismos de inteligencia del estado; la mayoría –de esa minoría…- de guerrilleros se desmovilizaron en 1991, pero prontamente la zona fue copada por los grupos no desmovilizados, así como por una disidencia de los ya reinsertados.
Este siglo, volvieron a aparecer los paras –ya ni sé de cuál “generación”- y nuevamente tras meses de asesinatos fueron desvertebrados, esta vez, por el ejército; paralelamente una acción conjunta aniquiló paulatinamente la disidencia citada. Los Quinchieños y Quinchieñas, respiran pues hoy, nuevamente, de una relativa paz…pero la pregunta del millón es cómo aclimatar esa paz? cómo hacerla sostenible a corto, mediano y largo plazo?¸ máxime con el problema del microfundio que conduce inevitablemente a la miseria de miles de pobladores, y por ende a un perenne caldo de cultivo para cualquier tipo de expresión armada? Cómo hacer que la riqueza minera de su subsuelo, ya detectada por multinacionales, les sirva a todos los pobladores y no sólo a quienes se “aventajen” con la multinacional?, entre otras preguntas?...pues me ha alegrado descubrir que l@s quinchieñ@s han encontrado el camino…lo vislumbran…paulatinamente, como en otras partes de Colombia –aprendiendo de aciertos y errores- construyen su propia CONSTITUYENTE…esa fue, la mejor noticia del año: los quinchieños, los risaraldenses, los habitantes de la compleja micro región de la intersección Caldas-Antioquia-Risaralda, l@s colombian@s, nos merecemos LA PAZ…y la paz se construye así: no en la teoría-escritorial, sino en la práctica-pueblerina…no desde los pactos de arriba, sino desde los pactos CIUDADANOS de abajo: lo que un (nuevo) amigo llama Democracia Descalza…
y a tod@s: ¡BENDICIONES EN NA(TI)VIDAD Y AÑO NUEVO!
Comentarios a LAS AUTODEFENSAS SON LEGITIMAS
¿Esta es la "historia" de las autodefensas, o de las guerrillas, o de los paramilitares?, porque si bien son los mismos integrantes, varian en sus formas de matanza y conciencia poliltica. Igual, el comentario es interesante en el sentido de la continuidad histórica real o física. sanchezmr@javeriana.edu.co
Leí su articulo. Veo fallas graves de fondo: -el estado burgués no es legitimo,porque no representa la mayoría.solo defiende intereses de una minoría.-por lo anterior tampoco es legítimo que monopolize las armas.con estas oprime a la mayoría.-es muy dañino decirle a la gente que la autodefensa es legítima.mucho menos compararla con los indigenas. no se deber dar ninguna señal de que ello esuna respuesta logica.hay que ser radicales ante estos barbaros.-vivimos una falsa democracia. El estado hay que cortarlo de raiz. no basta con quitarle las hojitas reigo242@yahoo.ca
Así la historia haya justificado las auto-defensas, el ideal debe ser: las armas exclusivamente en poder del Estado y el Estado cumplir con su deber Constitucional de proteger la vida, honra, bienes y soberanía de los ciudadanos y de Colombia. No debe existir otra forma de dirimir las diferencias que no sea a través del dialogo civilizado. Debemos rechazar todo tipo de violencia provenga de donde provenga. Frente a los secuestrados la solución debe ser política y no negociada porque los civiles no se negocian con los actores del conflicto armado. rafauri56@yahoo.com
Para mi el verdadero enemigo es la guerra. Una guerra que conviene a algunos pocos grupos dentro de países que viven de las armas. Pero eso no es novedad, el problema es que en Colombia hemos conseguido siempre hacer caso, unos y otros, zurdos y derechos, a nuestro faro del norte, a la luz esclarecedora que siempre nos ofrece la estrategia perfecta: Durante la guerra fría: Acabar con el comunismo, luego de la guerra fría: Acabar con la oferta y, después del 11 de Septiembre: Acabar con el terrorismo. Siempre estamos acabando con alguien, siempre agrandando la guerra en nuestro suelo.
Pero lo peor, el narcotráfico, con su brutal generación de recursos, da a todos menos al estado, que compensa con sus bonos y contribuciones de guerra que pagamos todos, dinero tal que hace que un pinche país como Colombia aporte más que la mayoría del planeta (con excepción de los 4 grandes hacedores de guerra y otros tontos como nosotros) a aquellos que se benefician de ella.
Pero lo peor, el narcotráfico, con su brutal generación de recursos, da a todos menos al estado, que compensa con sus bonos y contribuciones de guerra que pagamos todos, dinero tal que hace que un pinche país como Colombia aporte más que la mayoría del planeta (con excepción de los 4 grandes hacedores de guerra y otros tontos como nosotros) a aquellos que se benefician de ella.
Claro, el narcotráfico da a la izquierda un poder que jamás había tenido, una posibilidad de hacerse importante, de salir de la marginalidad, de igualar el poder de la clase dirigente. Pero por desgracia, ni mancos ni cojos, estos últimos se suben también al bus para equilibrar y de nuevo, como alumnos aplicados, polarizamos y aumentamos “para el norte” la intensidad del conflicto. No puedo anticipar ahora lo que pasará cuando el valor de la droga caiga, iguale al cacao o a la yuca, no sé si llegará entonces en Colombia el turno del pueblo, pero sí se que dejaremos de pagar todos, ricos y pobres, derechos y zurdos, el brutal tributo de sangre que hoy carcome nuestras entrañas.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario