Siguiendo con los datos de la columna pasada, desde antes del gobierno Samper (cuando la guerrilla destruía batallones enteros y se llevaba soldados y policías a la selva) hasta el 2001 al momento de cerrar los diálogos del Caguán y comenzar otra fase de la guerra co-financiada por EEUU con el “plan Colombia”, la mayoría creía que la guerrilla sí podía tomarse el poder, de hecho, una minoría del 8% o más persistentemente ha manifestado que no son derrotables y por el contrario pueden tomárselo. Durante los 8 años del gobierno Uribe la mayor parte estaba de acuerdo en perder algunas libertades para tratar de mejorar la seguridad (¿suena a seguridad democrática?) pero ya a fines de ese gobierno y hasta ahora no es claro quién tiene las mayorías: hay un 39% o más que sigue de acuerdo, frente a un 38% o más que nunca ha estado de acuerdo.
Desde abril del 2003 (Uribe 1) a la fecha,
los mayores grupos de encuestados creen que hay que “insistir en diálogos hasta
lograr acuerdos de paz”: hoy es el 69%. Hay una minoría del 19% o más que
constantemente ha respondido “no dialogar y tratar de derrotarlos
militarmente”, así, la mitad oscila entre acuerdo y desacuerdo con que el
gobierno colombiano mantenga suspendidas las negociaciones con el ELN. Si bien
existe ese permanente clamor de dialogo, durante los gobiernos Uribe la mayoría
estaba de acuerdo con sacrificar parte de la justicia para negociar la paz; pero
desde finales de ese gobierno y hasta ahora, ya está en desacuerdo (¿qué
sucedió?). Empero hay un sólido 32% o
más que siempre ha estado de acuerdo. Sobre la JEP, jurisdicción especial para
la paz, las encuestas muestran una posición muy pareja, pero hay un 46% que
nunca ha tenido una imagen favorable de ella, frente a un 34% o más que siempre
la hemos respaldado.
Con momentáneas oscilaciones, somos más
quienes estamos de acuerdo en pagar impuestos para darle ese dinero a las víctimas
de la violencia, frente a un 33% o más que desde el 2011 han estado en desacuerdo.
Durante todo el gobierno Santos y hasta el primer año de Duque la mayoría creía
que el Gobierno sí sería capaz de devolverle las tierras a los campesinos
desplazados por la violencia; ahora la mitad cree que si y la otra mitad que
no. Es mayoritario quienes piensan que la reintegración de los desmovilizados
ha empeorado desde el 2018 a hoy: ha habido un 26% o más que de manera estable
desde el 2008 opina que empeora y otro tanto manifiesta que mejora. Por esas
razones la mayoría lleva años diciendo que ningún lado cumplirá con lo pactado
en los acuerdos -especialmente las FARC- y que la implementación del acuerdo de
paz va por mal camino. También desde el 2011 la situación frente a la
guerrilla, se considera que está empeorando. Sólo hubo un momento con la
desmovilización de las FARC (2016-17) en que se creyó que estaba mejorando.
Si se quiere la paz, deben darse claros
derechos a la participación política de la izquierda y de la derecha (…), pero
los colombianos no nos ponemos de acuerdo sobre si existen garantías para hacer
oposición democrática: en general 3 de cada 10 dicen que sí, y otros 3 sabemos que
no.
En la próxima columna mD haremos una
reflexión sobre estas cifras.
#Sinceramente con Julio César González, el
caricaturista Matador, #Semáforo a las elecciones en
Estados Unidos #Temadelmomento crisis de la agricultura
en Colombia en
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