Inicio estás reflexiones sentado en una clínica. (Y las he de concluir tras el momento en que mi madre descansó en paz ). Podría decirse que en medio de las emociones y razones que me mueve éste tema.
La Eutanasia se define como “muerte dulce” (lo que ya de por si nos dice que hay unas muertes que NO son dulces) y la Distanasia se define como “'que sufre una muerte penosa”… tal vez desde ahí la cosa se pone clara. Desde las simples definiciones.
Estamos hablando de algo que es NATURAL (hoy …) como es la #muerte. A veces creo que los seres humanos -al menos éste lado cultural de la especie- le tenemos pavor animal a dos cosas: la oscuridad y la muerte. Lo que es más complejo aún, le tenemos terror a la muerte de un ser querido. Tal vez es la esencia de ésta conversación.
Se nos formó en una cultura donde se habla del infierno y el cielo como paso posterior a la muerte. O sea que el que tenga la más mínima duda de irse al cielo, tratará al máximo, -consciente o inconscientemente- de evitar irse al infierno y ¡se amarrará a la vida como sea!. Mi posición es que esa postura es respetable. Cada quien tiene derecho a sus propios miedos.
La pregunta viene cuando ya NO hay quien. Cuando por miles de razones o circunstancias el “quien” “la persona” ha desaparecido. Su cuerpo sigue ahí, pero la persona ya NO está. Allí el miedo a dejar ir a la persona es de quienes lo rodean. Con mucho respeto -aquí sentado en la cafetería de una clínica- opino que es un acto de ego_ismo de quienes lo rodean y discrepo abiertamente de esa posición. Hoy cuando mi madre iba por el tercer paro cardiaco (respiratorio) consecutivo y comenzó su “entubacion” mi hija dijo NO MAS. Y pudo descansar en paz..
La Eutanasia es una opción. Aquello de que sólo Dios puede decidir nuestro momento de partir puede tener diversas respuestas científicas, yo, si me lo permiten la doy una desde lo espiritual: Dios habita dentro de nosotros (aún dentro de los ateos por cierto) y por ende si la fuerza superior del universo -llámela como quiera- quisiera que alguien evitará el camino de la Eutanasia lo encontraría. Es al revés: ningún humano tiene porque oponerse a la decisión que tome otro ser humano de concluir su tránsito por esta reencarnación máxime si es para superar una penosa enfermedad, la eutanasia es la “Intervención deliberada para poner fin a la vida de un paciente sin perspectiva de cura” .
La creencia torpe de que el ser humano viene es a sufrir en ésta vida lo que habla es muy mal de la psiquis (de ese momento o permanente) de quienes así lo plantean. Todo el mundo tiene derecho a decidir dejar de sufrir…(¡hasta existe una iglesia ”PARE de sufrir”!). En el caso de mi madre y el de otros (el mío por ejemplo) ya ella (y yo) lo decidimos: cuando el cuerpo NO da más y es necesario pasar a aparatos con una penosa reducción de calidad de vida, la decisión es NO MAS: “pregúntele al medico si no hay una inyección para morir tranquila” había dicho ella pocas horas antes de sus paros.
De igual manera… qué pena aguarle la fiesta a quienes viven felices creyendo que vamos a vivir 120 años pero salvo ejercer el derecho (nunca debe ser un deber) de adorar -y por ratos…largos- a los nietos, es bastante poco lo que se hace, con contadisisimas excepciones, después de los… 80?…además con un casi que inevitable desmejoramiento en la calidad de vida –como dice el pintor peruano Szyszlo, en @RevistaBocas ,“el cuerpo cada vez reclama más cosas” - el certificado de garantía de nuestro cuerpo dura hasta los 21 años y, después de los 80, un día más es una sorprendente extensión… puede que luego sea los 90…120?...pero su deterioro es NATURAL (¿natural es lo asociado a Dios?)
Nadie tiene porque morirse de asfixia porque son unos terribles momentos (según se dice) previos a la muerte: eso es otra cosa. Como lo es que conscientemente alguien diga “me cansé de esta pipeta y pase lo que pase me la quito” si después de explicado lo que le puede pasar (quedar vivo en un peor estado por ejemplo… volviendo o haciendo más “pesada” la ¿carga? Para quienes lo cuidan, etcétera) insiste… lo apoyaría haciéndole consciente que es mejor el camino de la Eutanasia.
Volviendo al punto: ¡si lo natural fuera prolongar nuestras vidas los niños nacerían con una pipeta de oxígeno!. ¿Usted ha visto algún bebé que nazca con los dos pulmones (que muchos destrozaran irresponsablemente en sus vidas… más la contaminación) y al lado dos pipetas de oxígeno? ¡No!. Simplemente ello NO es natural.
Soy entonces un abierto opositor de la distanasia: "la prolongación médicamente inútil de la agonía de un paciente sin perspectiva de cura". Peor aún cuando la decisión la toman otros por el paciente. Y es un acto miserable si se toma aún en contra de la decisión del paciente de irse; así como es miserable volver el entierro de los muertos un ejercicio de ego para los vivos.
Cada persona sabe, de alguna forma, cuando está enferma, en qué momento se va a ir y tiene formas directas o indirectas de anunciarlo: esa es la voluntad que debemos respetar. La ÚNICA.
(original en https://www.facebook.com/orlandoparragopinion/photos/a.1136681406448761.1073741828.1035118403271729/1279887152128185/?type=3&theater )
La Eutanasia se define como “muerte dulce” (lo que ya de por si nos dice que hay unas muertes que NO son dulces) y la Distanasia se define como “'que sufre una muerte penosa”… tal vez desde ahí la cosa se pone clara. Desde las simples definiciones.
Estamos hablando de algo que es NATURAL (hoy …) como es la #muerte. A veces creo que los seres humanos -al menos éste lado cultural de la especie- le tenemos pavor animal a dos cosas: la oscuridad y la muerte. Lo que es más complejo aún, le tenemos terror a la muerte de un ser querido. Tal vez es la esencia de ésta conversación.
Se nos formó en una cultura donde se habla del infierno y el cielo como paso posterior a la muerte. O sea que el que tenga la más mínima duda de irse al cielo, tratará al máximo, -consciente o inconscientemente- de evitar irse al infierno y ¡se amarrará a la vida como sea!. Mi posición es que esa postura es respetable. Cada quien tiene derecho a sus propios miedos.
La pregunta viene cuando ya NO hay quien. Cuando por miles de razones o circunstancias el “quien” “la persona” ha desaparecido. Su cuerpo sigue ahí, pero la persona ya NO está. Allí el miedo a dejar ir a la persona es de quienes lo rodean. Con mucho respeto -aquí sentado en la cafetería de una clínica- opino que es un acto de ego_ismo de quienes lo rodean y discrepo abiertamente de esa posición. Hoy cuando mi madre iba por el tercer paro cardiaco (respiratorio) consecutivo y comenzó su “entubacion” mi hija dijo NO MAS. Y pudo descansar en paz..
La Eutanasia es una opción. Aquello de que sólo Dios puede decidir nuestro momento de partir puede tener diversas respuestas científicas, yo, si me lo permiten la doy una desde lo espiritual: Dios habita dentro de nosotros (aún dentro de los ateos por cierto) y por ende si la fuerza superior del universo -llámela como quiera- quisiera que alguien evitará el camino de la Eutanasia lo encontraría. Es al revés: ningún humano tiene porque oponerse a la decisión que tome otro ser humano de concluir su tránsito por esta reencarnación máxime si es para superar una penosa enfermedad, la eutanasia es la “Intervención deliberada para poner fin a la vida de un paciente sin perspectiva de cura” .
La creencia torpe de que el ser humano viene es a sufrir en ésta vida lo que habla es muy mal de la psiquis (de ese momento o permanente) de quienes así lo plantean. Todo el mundo tiene derecho a decidir dejar de sufrir…(¡hasta existe una iglesia ”PARE de sufrir”!). En el caso de mi madre y el de otros (el mío por ejemplo) ya ella (y yo) lo decidimos: cuando el cuerpo NO da más y es necesario pasar a aparatos con una penosa reducción de calidad de vida, la decisión es NO MAS: “pregúntele al medico si no hay una inyección para morir tranquila” había dicho ella pocas horas antes de sus paros.
De igual manera… qué pena aguarle la fiesta a quienes viven felices creyendo que vamos a vivir 120 años pero salvo ejercer el derecho (nunca debe ser un deber) de adorar -y por ratos…largos- a los nietos, es bastante poco lo que se hace, con contadisisimas excepciones, después de los… 80?…además con un casi que inevitable desmejoramiento en la calidad de vida –como dice el pintor peruano Szyszlo, en @RevistaBocas ,“el cuerpo cada vez reclama más cosas” - el certificado de garantía de nuestro cuerpo dura hasta los 21 años y, después de los 80, un día más es una sorprendente extensión… puede que luego sea los 90…120?...pero su deterioro es NATURAL (¿natural es lo asociado a Dios?)
Nadie tiene porque morirse de asfixia porque son unos terribles momentos (según se dice) previos a la muerte: eso es otra cosa. Como lo es que conscientemente alguien diga “me cansé de esta pipeta y pase lo que pase me la quito” si después de explicado lo que le puede pasar (quedar vivo en un peor estado por ejemplo… volviendo o haciendo más “pesada” la ¿carga? Para quienes lo cuidan, etcétera) insiste… lo apoyaría haciéndole consciente que es mejor el camino de la Eutanasia.
Volviendo al punto: ¡si lo natural fuera prolongar nuestras vidas los niños nacerían con una pipeta de oxígeno!. ¿Usted ha visto algún bebé que nazca con los dos pulmones (que muchos destrozaran irresponsablemente en sus vidas… más la contaminación) y al lado dos pipetas de oxígeno? ¡No!. Simplemente ello NO es natural.
Soy entonces un abierto opositor de la distanasia: "la prolongación médicamente inútil de la agonía de un paciente sin perspectiva de cura". Peor aún cuando la decisión la toman otros por el paciente. Y es un acto miserable si se toma aún en contra de la decisión del paciente de irse; así como es miserable volver el entierro de los muertos un ejercicio de ego para los vivos.
Cada persona sabe, de alguna forma, cuando está enferma, en qué momento se va a ir y tiene formas directas o indirectas de anunciarlo: esa es la voluntad que debemos respetar. La ÚNICA.
(original en https://www.facebook.com/orlandoparragopinion/photos/a.1136681406448761.1073741828.1035118403271729/1279887152128185/?type=3&theater )