“En el mundo que les tocó a ustedes cada vez menos importa la capacidad de acumular información, etcétera, pues esas habilidades cada vez más se encuentran disponibles en la red, en Google, en Youtube: en el mundo que les tocó a ustedes, cada vez pesa más la inteligencia emocional: la capacidad de llevarse bien con los demás. Usted puede ser muy ‘inteligente’ pero si es incapaz de conectar con los demás, le será muy difícil avanzar”, suelo decirle a mis estudiantes. Luego agrego ejemplos del mundo hasta hace unos 20 años -La edad de algunos de ellos- antes de la explosión de la red y su infinita posibilidad de acceder a información
Los empresarios top que han transitado por procesos espirituales y emocionales lo tienen claro: vamos más allá de nuestra presencia corporal la cual en realidad es energía atómica estructurada para que nuestro sistema nervioso así lo asimile y saben que “las decisiones más importantes de toda persona, y aún de la cotidianidad, muchas son emocionales; por ello la relevancia de aprender a conocer las emociones para gestionarlas mejor.”
Se habla de 5 grandes factores (Big Five):
x) el desempeño de tareas, es decir la conciencia, la motivación al logro, la responsabilidad, el autocontrol, y un (¿el?) sello del éxito: la persistencia.
y) la regulación emocional o la estabilidad emocional, esto es la resistencia al estrés, el control emocional, y otro sello del éxito: el optimismo.
z) La capacidad de colaborar, la afabilidad, donde encontramos la confianza, la cooperación y, otro sello: la empatía.
w) La apertura mental, la apertura a la experiencia: La creatividad, la Tolerancia, y, sigo con los sellos: la curiosidad.
u) La Extroversión: la capacidad de involucrarse con otros: la sociabilidad, la asertividad y cierro estos sellos del éxito (para mí) la Energía.
A esas 5 se agrega las denominadas habilidades compuestas. Las cuales, les confieso, las adoro: La autoeficacia (¡sí!¡ La capacidad de ser eficaz consigo mismo!) la autoreflexión, la metacognición (¿a la cual se llega meditando?) y para mí la top, y generalmente, más difícil de conseguir: el pensamiento crítico: La Independencia –suspiro con tristeza-
¿Cree usted que todos necesitamos esas habilidades? ¿Nuestros niños, jóvenes, necesitan adquirir formación puntual en ella… pues, y nosotros? ¿Unas clases, un currículo emocional? ¿Superar el cuento –perdón pero así es- de la “transversalidad” para estas competencias y ponerla con procesos, metas y evaluaciones claras de aprendizajes emocionales? ¿Docentes que la promuevan desde su ejemplo de vida? ¿Podemos hacerlo como ya se hace en otras partes del mundo? …¿Cierto que sí?
Varios amigos y conocidos hemos decidido enviarle una carta abierta sobre esto a los candidatos: La firmamos Cesar Iván Vallejo (Gerente Hoteles Soratama, San Simón), Claudia Esperanza Castaño (ex ESAP- ex ICA), Giovanny Mesa E. (Audifarma), Henry Duque (Yoga Colombia Healing Arts), Luis Enrique Arango (ex UTP), Margarita González (dirigente Hogares Claret), Maritza Jiménez (Namasté, Yoga y Té), Patricia Salazar (dirigente Fundación Aluna – L Pino Verde), Uriel Escobar (Columnista-Psico), entre otros, (aquí la puede leer http://cort.as/-M1YC ) e invitamos a los dirigentes de la ciudad y el departamento conscientes de esta necesidad a firmarla. ¿Cómo? Nos manda esta semana su nombre-rol-entidad a emocionyespiritu@gmail.com (o al whatsapp: 300 782 04 22) el objetivo es que nuestros próximos gobernantes departamentales y municipales se comprometan, sí o sí, con la Educación Emocional.
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