2012/03/04
Pereira Risaralda Eje Cafetero QUÉ FUTURO?
2022/06/25
Bienvenidos a Pereira… pero (2)
Orlando Parra G. , | 17 de Noviembre de 2021
A raíz de la columna anterior, dedicada a quienes han llegado a vivir en la ciudad recientemente, me recomendaron leer la de Rodrigo Ocampo Ossa, quien también escribió al respecto. Lo Recuerdo porque –creo- fue quien hace 20 años me dijo que prefería la guerra a la paz –puedo equivocarme- y por nuestro interés común –me dicen- en saber qué pasó con los ENORMES terrenos originalmente donados para el Batallón San Mateo los cuales con explicaciones poco claras llegaron al curioso tamaño de hoy … muy seguramente lo quieren seguir loteando.
Ocampo dice «a diferencia de las migraciones anteriores NO parecen del todo interesados en integrarse a nuestros modos de vida. Más bien que nosotros seamos como ellos, cosa que NO va a funcionar» https://www.eldiario.com.co/opinion/bienvenidos-a-pereira/ . En ese mismo sentido recibí comentarios:
· Los Pereiranos (propios y adoptivos) queremos mucho nuestra ciudad. Aprende a quererla tú también (Hernán)
· ¿Llegan de paseo o a radicarse? (Orlando)
· «Ha llegado usted a la tierra del afecto, de la amabilidad, del encanto. Aprenda de su cultura ancestral; póngase a la altura evitando desentonar.» Pereira lo quiere (Luis Enrique)
También tuve una conversación con Oswaldo Parra (nos decimos «primos»: varias veces nos han confundido) «¿cómo se le dice a un patán que no venga a Pereira, o mejor, que si ya está aquí que se vaya? ¿Hay alguna herramienta jurídicamente legal que le permita al alcalde como primera autoridad decirle a un patán que se tiene que ir?… Son las dinámicas de las ciudades, así como llega gente buena, también entra gente menos buena» me dijo. Tiene razón…en parte.
Somos un país de regiones. Casi todos lo son. Hay unas cuyo sello es el regionalismo excluyente, otras son hoscas, otras son megaciudades con tal nivel de estrés que la gente se torna o hipócrita o agresiva: «Propenso a faltar al respeto, a ofender o a provocar a los demás». En fin, el sello no es general, pero existe: ¿Cómo queremos no tener los colombianos el de narcos cuando somos hace 50 años uno de los principales exportadores de cocaína del mundo? Si, nosotros sabemos que NO todos estamos metidos en «el negocio» (directa o indirectamente) pero es el sello. El de los Pereiranos, es la AMABILIDAD, de hecho, es el por qué muchos se vienen a vivir aquí (unos ilusos creían que era por la ausencia de trancones… pero con sus carros ayudaron a aumentarlo).
En fin, varios lectores, les enviaron mensajes a los recién llegados, van algunos:
· Está en la ciudad donde ser culto es prioridad para nuestra sociedad. (Mauricio)
· Pereira es la ciudad de las tres «P»; pequeña, parchada y pacífica. (Salvador)
· En la querendona, trasnochadora y morena, los recibimos con mucho cariño, pero exigimos respeto (Luz)
· Respeto y prudencia, porque, con la vara que midas, serás medido. (Omar)
· Sé amable y cordial, en Pereira no incitamos al odio. Aquí heredamos la amabilidad montañera, que es lo que nos representa antes, ahora y siempre. (Faber)
· En Pereira no hay forasteros, sin embargo, capaz y cambiamos de política. (Nicolás)
ADD: Gracias a los dirigentes encuestados por CIFRAS Y CONCEPTOS (es la muestra) que dijeron leer ésta columna…y a usted que la está leyendo: seguramente dejará de ser semanal en el 2022.
ADD 2: Éste viernes a las 6.45 pm en la Biblioteca, en Cueva de Letras, hay lanzamiento del libro selección de mis columnas (1991-2021) #HazPlural4 Por todo el centro, en un conversatorio con parte de los comentaristas de las mismas: (o.a) Claudia Serna, Germán Calle, Jaime Ochoa, Luis Enrique Arango, Uriel Escobar, Victoria Eugenia Echeverry, acompañados por Ana María Durango y moderados por Claudia Castaño: CECE sobre COLOMBIA 1991-2021. la ENTRADA es LIBRE: quedas invitad@.
éste lanzamiento: https://ciberplural.blogspot.com/2022/01/hazplural4-por-todo-el-centro.html
2010/02/14
Orlando Parra G.
Que aburrimiento! Que bostezo! Produce hablar de un tema del que todo el mundo habla… ¡¿qué tiene de nuevo hablar de una persona que indudablemente puso el tema de la seguridad (rural) en el centro de la agenda nacional –con errores y horrores, es cierto- pero que, desafortunadamente su alma pasó por la emboscada, asechanza, encrucijada y cayó en la tentación: la tentación de mandar toda la institucionalidad del país al carajo, supuestamente para favorecer la patria construida sobre esa institucionalidad?!…mejor renunciemos al tema y pasemos a otros más terrenales.
Joe Toft se llamaba el señor de la DEA que dio una declaraciones para el noticiero QAP en la presidencia del actual “codirector informal” del partido liberal, y dijo que aquí había una “narco democracia”…¡casi lo linchan!...de eso hace 18/14 años. Después pasamos a la “paraco democracia”…y el atrevido auditor general de la nación habla hoy de “favor cracia”…y, creo que los tres tienen razón, sólo les falta una que se da en muchos pueblitos: la guerrillo cracia. Es decir, tenemos una cracia o gobierno de narcos, paras, los que hacen y reciben favores, guerrilleros y…de los políticos...los políticos oscuros, claros y termino medio....y ¿usted y yo?: por ningún lado…¿será?...¿así de mal estamos?...
Desafortunadamente, ahh pocas cosas tan caras en Colombia como participar –seriamente- en un debate electoral: afiches, cuñas, plegables, sedes, agüita, carro, gasolina…etc: eso pues sin contar con los que dan casas completas y los que las dan a pedazos: lotes, ladrillos, tejas, cemento, arena, ventanas, o los que dan otros objetos, o los que dan “plata liquida”: como dijo recientemente un exalcalde Pereirano el apoyo de un concejal de un pueblito vale 20 o más millones, el de una ciudad intermedia el doble y sigue…en eso llevamos…jhummm…el abuelo (materno) de Germán Vargas, comenzó a hablar del tema hace unos 30 o más años…y desde entonces la plata para esas campañas salía del estado:¿recuerdan los famosos auxilios parlamentarios?, claro, también ya había plata de la mala hierba, luego de la coca y la heroína (de las que hablaba Joe), luego se juntaron con la plata de los paras, la de los guerrillos, y la plata de “los que hacen y reciben favores” con el erario público, es decir con el dinero que todos pagamos en impuestos: la democracia, el “gobierno del pueblo” en Colombia es un chiste –tan malo que puede ser sangriento- en casi todo el territorio nacional.
Pero, hay excepciones. Si. Las hay. Hay excepciones en dos casos: uno, cuando en pueblos extenuados con la inmundicia de sus gobernantes aparecen líderes cívicos –curiosamente, casi siempre Curas- que logran quitarse por algunos años ese yugo. La Dorada, La Celia, Cucutá, y otros pueblos o ciudades/pueblo lo han logrado. (Pereira es una Ciudad/Pueblo: ¿o acaso la alcaldía a dejado de ser la empresa más grande del municipio?: como en los demás 1000 pueblos…).Desafortunadamente entre más pequeño el pueblo más corto es el experimento. Y el otro, que se vienen dando en las grandes ciudades del país construidas a partir de las votaciones de opinión que única y exclusivamente se construyen a partir de la independencia económica de sectores de la población que rompen con las ataduras de las clientelas construidas alrededor de TODAS las alcaldías y gobernaciones. Así las cosas: Bogotá, Medellín, Barranquilla, Cali (y Bucaramanga) lo han logrado: curiosamente, en ésta modalidad, entre más grande la ciudad más se alarga el ejercicio: Bogotá, nuestra ciudad más grande parece imbatible después de la constitución del 91, mostrando que la elección popular de alcaldes, dependiendo de algunos factores, SI funciona. Pero…son eso…excepciones a la norma frente a la chistesangrientodemocracia que nos rige (continuará) ciberplural@gmail.com
2012/09/05
Necesitamos un sistema municipal de participación ciudadana
Pereira, sesquicentenario quinceañero (II)
2017/01/10
El Frankestein de la Secretaría de Gobierno
Si se revisa la historia de las secretarias de gobierno, y de la misma alcaldía –hemos tenida una alcaldesa popular- queda claro que los pantalones en ésta ciudad los tienen las
Regresa Martha Elena a la función pública. Aceptó el reto. He sido su
Pocas horas antes de la
En ese proyecto de acuerdo de septiembre del 2015 al que se le debió dar continuidad. ¡Es imposible que “todo” lo que haya hecho un gobierno anterior sea “malo”! se desmembraba el Frankestein Gobierno: Enviaban la Dopad al despacho -como debe ser-. Focalizaban a Gobierno -como debe ser- en Seguridad, Establecimientos y Bomberos. Reproducían el error de esparcir el tema “Espacio Público” entre Planeación Municipal y una nueva “Secretaria de Espacio Público y Control Urbanístico” pero al menos dejaban de esparcirlo en NUEVE oficinas, ¡como hoy! Esas ideas las recogió el plan de gobierno ¿inscrito? de Gallo y se auto-propuso como meta para sus 100 primeros días el “Proyecto de acuerdo para la creación del Instituto del Espacio Público” http://ow.ly/D6jB3065BlM. ¿y entonces?¿eran para el 9 o 12 de Abril?..
En fin, volviendo al acierto del alcalde de nombrar a Martha Elena, tal como están las cosas vuelve el trompo a la uña que sea capaz de sostenerlo: punitivamente estamos en manos de la Policía: que casi siempre olvida que su Jefe Constitucional es la alcaldía y preventivamente de una Cultura Ciudadana en la cual, estimado ciudadano Maya, ¡seguimos sin invertir ni un peso! Martha: Dudo que tengas “Buen Viento y Buena Mar” pero ¡Suerte!
https://www.facebook.com/orlandoparragopinion/ @orlandoparrag ciberplural@gmail.com
2020/07/01
AMENAZA Y SOLIDARIDAD
AMENAZA Y SOLIDARIDAD
Una amenaza es un acto
donde el amenazador se reconoce inferior a su amenazado. Es un acto donde reconoce que el amenazado lo
supera, es incapaz de confrontarlo de manera personal, en un debate, en una
discusión, en un medio, en un estrado judicial. El amenazador termina
refugiándose en la amenaza. Es lo único que le queda: No es un acto de poder,
al contrario.
Tal vez por lo abierto,
liberales, sin puertas, que hemos sido desde nuestra fundación, las amenazas son
raras. Menos aún en el siglo XX. Escasas en lo asociado a debates públicos.
Aquí hemos sido capaces de “disentir y estar en desacuerdo”. Y cuando han avanzado:
“a Crosthwaite le hicieron un atentado con una
manopla de hierro que cruzó el parabrisas de su carro y le voló los dientes. El
lío para los que atentaron contra él fue que lograron que sonriera menos, ¡pero
lo dejaron con más dientes!” (ciberplural.blogspot.com), con algo adicional, en
éste pueblo-grande, todo se sabe, por ejemplo, se sabe quién hizo ese atentado
y quién lo ordenó (…).
Por el contrario,
hemos tenido actos de solidaridad cuando suceden estas situaciones. Dicen las
leyendas urbanas, que cuando el concejal de la Unión Patriótica en los 80
comenzó a recibir amenazas en medio del plan de exterminio nacional que asesinó
a miles de sus miembros, la persona que lo escondía, era uno de los jefes del
partido Liberal. Cuando los paramilitares pretendieron tener un “Bloque” en la
ciudad, reunieron a miembros de la elite gremial-empresarial para hacerles ese
ofrecimiento y estos les dijeron “no gracias, aquí no actuamos así”. Como dice
James Fonseca –Premio a la Ciudadanía 2019- hemos actuado como una comunidad
por décadas, y jamás retrocederemos.
Tenemos colectivos
ciudadanos: Espacio y Ciudad, Querendona, Ágora Cívica, entre otros; su
característica común es ser grupos de ciudadanos que, por encima de sus
intereses individuales (gremiales, políticos, etcétera), actúan como colectivo
en pro de la ciudad, el departamento, la región. Carecen de una actitud contra
personas (o familias) en particular. Simplemente velan por los intereses de la
ciudad. https://agoracivicapereirarisaralda.blogspot.com/2020/02/agora-civica-acordo-sus-temas.html
. Es muy importante que en cada barrio, vereda, comuna, corregimiento, exista
un “colectivo ciudadano”, “junta de vecinos”, “veeduría ciudadana”, etcétera,
que actúe en pro del bien común: la personería, defensoría y contraloría tienen
como TAREA promoverlos.
La ciudadana Carolina
Giraldo, hace parte de esos colectivos, y ha liderado investigaciones desde el Ágora
Cívica (2015) en determinados temas, merece toda nuestra solidaridad:
#CarolinaSomosTodos.
#Mujeres1. Transcribo apartes
del editorial de El Espectador sobre la violación en Pueblo Rico: “Dejemos de hablar de monstruos y vamos al fondo: ¿Qué
fallas hay en la cultura colombiana y en la educación que brinda el Ejército a
sus miembros como para que por lo menos siete soldados participen en la
violación de una niña de 12 años? No hablemos de monstruos ni nos quedemos en
las penas. Discutamos sobre problemas estructurales, sobre los efectos
perversos de una cultura machista, sobre el poder que reciben los soldados y la
necesidad de que se ejerza siempre con responsabilidad. El presidente, el
ministro de Defensa y la Comandancia del Ejército deberían liderar esa
conversación”
#Mujeres2 Ya que hay #indignación ...
¿por qué no hablamos de la MUTILACIÓN GENITAL a niñas #Emberá #Chamí
y #Katío
que continua también. ¿la autonomía indígena les da derecho a violar derechos
humanos?
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2010/11/24
LA URGENCIA DE UN “COMO VAMOS PEREIRA_RISARALDA”
Haz Plural V
Orlando Parra G
(Publicada en la versión impresa de www.latarde.com)
Maurier Valencia hace varios años ha planteado la necesidad de implantar la metodología de indicadores “Cómo vamos”. ¿Qué gana una ciudad región armando una llave entre un medio de comunicación, la cámara de comercio y una universidad privada para poner a andar un “Cómo vamos”?: gana seriedad e independencia.
Seriedad porque es un acto de irresponsabilidad el permitirse alabar o criticar a las o los gobernantes a partir de “el ojímetro”, de lo que cada persona, dirigente o no, cree, o siente, o le viene en gana aseverar; nos la pasamos hablando de homicidios, violencia, maltrato, desempleo, invasión del espacio público, corrupción, etc, y ni idea con qué criterio lo hacemos, qué parámetros, medidas, datos, comparaciones: no, simplemente, lo decimos: que alcalde o gobernador tan malo! o tan bueno! hemos avanzado! retrocedido!. Tener un “Cómo vamos Pereira_Risaralda” nos permitiría, al menos, comparar con los datos de meses anteriores y hablar con mayor seriedad sobre temas tan delicados.
Independencia porque si de algo carece la sociedad civil en nuestros proyectos de ciudad y minidepartamentos es de absoluta independencia frente a las alcaldías y gobernaciones que son las mayores empresas contratistas, “los de la plata”…(238 mil 779 millones de millones de pesos, si esa cifra, de 12 dígitos, fue el presupuesto de inversión del Municipio de Pereira en el 2010 (Acuerdo 64_09) mientras Suzuki tiene utilidades por 23 mil millones (portafolio.com), la distancia es enorme); empero, un Cómo vamos Pereira_Risaralda, sería un esfuerzo mancomunado, una sumatoria de independencias parciales, que generan más independencia. Datos son datos, son objetivos.
Cabe pues una enorme tarea a la Cámara de Comercio, La Tarde, la Corporación de Instituciones Privadas de Educación Superior CIES, a fin que en los presupuestos, que por estos días se definen en las entidades privadas, quede plasmado el aunamiento de recursos de tal manera que la seriedad y la independencia para guiar la ciudad y el departamento, como lo anhela Maurier y diversos líderes cívicos de la ciudad, se concrete.
ADD: Una columna semanal compromete: Con los ciudadanolectores y con mi "yo ciudadano". 1 Virtual + 4 Físicas = HAZ PLURAL ETAPA 5. Gracias SI. (Próxima: EL CORRUPTO) ciberplural@gmail.
2015/05/14
La Remigio y… ¿Gobierno?
1º La UNIFICACIÓN de funciones/funcionarios/contratistas en un Instituto/Secretaria de Espacio Público y Cultura Ciudadana.
2º La secretaria de seguridad y convivencia (articulando inspecciones + bomberos + UPPV)
3º Tercerizar –como en otras ciudades- control físico ( clientelizado/politizado como está ¡jamás va a funcionar!) …
si ello se sigue aplazando…el ciudadano Fernando Agudelo Velazco reencarnará y todo estará igual o píioor!!
2011/07/18
"Dos hacen la ciudad: el negocio inmobiliario y los pobres"
ENTREVISTA: JOAN MACDONALD
ANATXU ZABALBEASCOA 15/05/2011
Es la antítesis de los arquitectos estrella. El trabajo de esta chilena trata de mejorar las viviendas de los 1.000 millones de personas que viven en los tugurios del mundo.
Cumplidos los setenta, la arquitecta chilena Joan MacDonald viaja por el planeta tratando de arreglar las viviendas más pobres de África, Asia y América del Sur. Fue durante la dictadura de Pinochet cuando decidió trabajar en los tugurios. Con la llegada de la democracia se convirtió en viceministra de la vivienda y hoy, como presidenta de la organización laica SELAVIP -sustentada con los intereses que produce la herencia del jesuita belga Josse van der Rest-, decide qué proyectos de asentamientos urbanos urge ayudar. Se trata de dar tiza para marcar el territorio, plásticos para resguardarse de la lluvia o la primera letrina para mejorar un campamento. Los 1.000 millones de pobres del mundo son los clientes de esta arquitecta que, frente a la concesión de un subsidio de vivienda para los necesitados, defiende la autoconstrucción que mantiene la dignidad humana.
"Casa es un plástico bajo el que vive una familia. De ahí arrancamos"
"La vida no se la dieron a uno para estar sentado, sino para jugársela"
¿Qué porcentaje del mundo no tiene casa?No hay gente sin casa. Todos viven debajo de algo, un plástico, un cartón. En tugurios hay 1.000 millones de personas. Además están los desplazados, los refugiados y los allegados, que son los que no tienen casa y duermen en las de familiares.
¿Allegados? Eso destruye las familias. Uno se aferra a sus hijos, al progreso y a la educación que les quiere dar. Eso hace que necesitemos independencia y espacio. En los ambientes en los que la preocupación es sobrevivir, la familia extensa es una posibilidad. Pero en las grandes ciudades las familias son núcleos cerrados competitivos hacia los demás y solidarios hacia el interior.
¿La gente va a seguir yendo a las ciudades aunque la vida sea dura? La ciudad es el vehículo que encuentran los pobres para salir de la pobreza. Cuando sube la organización, baja la pobreza. Las posibilidades están también en ciudades medianas. Hay más pobreza en el campo que en la ciudad.
¿Por qué? El mito de la gallinita que va a evitar que el pobre se muera de hambre no es cierto. Gran parte de los bienes y servicios que requerimos para sobrevivir hay que adquirirlos. No te sirve la gallinita para pagar el colegio. Y el dinero no está en el campo.
¿No hay vuelta atrás? En América Latina, el límite entre lo rural y lo urbano se desdibuja. Pero mientras exista, las ciudades ofrecen más oportunidades. Son el escenario para combatir la pobreza.
¿Cómo? En América Latina no lo hemos hecho muy bien. Sigue habiendo pobreza y aceleración de la injusticia. Al vivir juntos, se hace más doloroso vivir de forma muy pobre observando a quien lo tiene todo. Eso genera resentimiento del que tiene menos hacia quien tiene más, y miedo, muchas veces infundado, del que tiene más, que teme que se lo roben. Nuestras clases medias y altas tienen la paranoia de que los pobres son malos por definición. Y al revés. Y eso se traduce urbanísticamente en condominios cercados con vallas eléctricas.
¿Cómo solucionarlo? Se puede actuar donde está todo por hacer. Hay que evitar que se perpetúen esos patrones de segregación. Pero intentar hacerlo en Santiago con una periferia de pobreza profunda y un sector rico duro es muy difícil. Los mismos poderes inmobiliarios refuerzan ese proceso: expulsan a los pobres. En América Latina, el poder de los más débiles para permanecer en las ciudades es poco. Hay una escasísima tolerancia a la diversidad.
¿A partir de qué se puede hablar de casa? Casa es donde se vive, un plástico bajo el que vive una familia. Los arquitectos lo usan para describir un edificio y eso ha distorsionado lo que es una vivienda. Lo que hay que hacer es tomar ese lugar al que da sentido una familia y tratar de ver con ellos cómo mejorarlo. De ahí arrancamos. Partimos del hecho humano, del grupo. A esos es a los que hay que apoyar para que lleguen a tener una vivienda mejor.
¿Cómo deciden en su organización, selavip.org, qué proyectos apoyar?Hacemos una convocatoria a los países en desarrollo. Llegan peticiones y elegimos proyectos que parten de algo concreto: una letrina, un jardín infantil... Las acciones reivindicativas no sirven si no llegan a soluciones concretas.
Les piden plásticos. Sí. Los refugiados de Sudán que están regresando al área sur nos piden eso: poder volver a los terrenos donde los echaron para plantar cuatro postes, un plástico y quizá un par de planchas de zinc.
También les piden tierra, pero el fundador de SELAVIP, Josse van der Rest, está en contra de comprar tierra... Y tiene razón. Sentimos que la tierra es una responsabilidad del gobierno. Apoyamos que la gente incluso... invada terrenos. Josse lo explica muy claro. La tierra está tan cara porque los mismos pobres han pagado sus impuestos y con eso se han hecho las infraestructuras y ha aumentado el coste de la tierra. Los pobres han financiado una plusvalía que ahora les impide ocupar la tierra. Es muy injusto que no puedan acceder a ella. No tenemos ningún problema moral en que se produzca la toma de tierra. Pero somos conscientes de que en muchas ciudades vivir en un terreno ilegal pone a los pobres en una situación de vulnerabilidad. Como dice Josse, "el pobre o vive fuera de la ley o muere dentro de la ley".
Poca elección... En tierra no gastamos un euro. O la ponen los Gobiernos o la toma la gente. Pero una vez la consiguen, todo es rápido. En Fortaleza (Brasil) pusieron ladrillos por la noche. Mejoraron el lugar y por eso ya solo podían expulsarlos con un juicio. Si hubieran puesto cañas, el dueño habría podido quitarlas. Pero con material sólido ya no puede intervenir. Con un juicio por delante hay tiempo para que se movilicen personas y políticos. Hay posibilidad de negociación.
¿Los dueños de los terrenos los suelen ceder temporalmente? En Tailandia se negocia 15 años de estancia. A todos les conviene resolver los problemas de forma pacífica. Los pobres saben que en todo ese tiempo no van a llegar las excavadoras por la noche para tirar el poblado. Los ricos saben que recuperarán las tierras.
¿Hablan con los políticos de los lugares donde trabajan? Sí. Nos escuchan. Nuestra fuerza son los 1.000 millones sin casa. Si están organizados, se hacen oír. En general, los Gobiernos, en las grandes ciudades asiáticas donde hay mucho, mucho tugurio, están abiertos al diálogo. Por otro lado está la fuerza inmobiliaria, que es potente, engañosa y terrible. Los engañan con lo que les van a ofrecer. Se aprovechan de ellos. Pero ahí es donde aparecen profesionales y gente comprometida que les advierte: ojo, les están prometiendo algo que no va a poder ser.
¿Cómo contactan con gente de cada país? Somos una especie de banco de segundo piso. No hacemos casas por el mundo. Apoyamos a los de cada lugar. Cuando uno llega a un país no llega a decir cómo tienen que ser las cosas. Uno se sienta a escuchar.
¿De dónde obtienen el dinero? De una fundación belga que montó el padre Josse van der Rest con un fondo donde puso el dinero que heredó de su familia. Nuestro fuerte es ese, pero también estar en contacto con la gente, viajando y respondiendo en Internet.
¿Recaudan dinero? No. Trabajamos con los intereses del fondo. Pero cada proyecto crece.
¿Selavip es una organización religiosa? Es absolutamente laica. Nos interesa que quede claro. Que no haya ningún sesgo en ese sentido.
¿Tienen que dar explicaciones a cúpulas religiosas? En absoluto. El fundador es un jesuita, un religioso de acción. Yo también soy de acción, por eso me siento cómoda con ellos. Me motiva la vocación que tienen de buscar la parte más difícil. Yo me he arrastrado por el Congo con la guerrilla hace dos años. Ellos buscan las fronteras físicas, pero también las del conocimiento. Quieren darle otra vuelta a las cosas. Y eso es fundamental.
¿Qué es "El fondo de los pobres decentes"? Empezaron en Tailandia. Ellos se pusieron el nombre. "No nos gusta que quienes no son pobres digan quiénes lo son. Vamos a tomar la responsabilidad social de echar adelante a nuestros más pobres", decían. Son todos pobres. Pero hay una señora que quedó viuda, otro al que le cortaron la pierna. Hay gente más vulnerable que otra aunque todos tengan problemas. La idea es que cuando lleguen los proyectos de vivienda -en los que el pobre siempre debe poner algo- nadie deba ser expulsado por no poder contribuir. Con el poco dinero van a hacerse cargo de quien no puede. Pero su criterio no va a ser solo la necesidad. Tendrá ayuda aquel que la merezca porque a veces la pobreza puede ser pereza y no se le puede dar un premio adicional. Ellos querían premiar a los pobres decentes. A la señora que, a pesar de sus dificultades, cuida a sus chicos.
¿Es usted religiosa? Sí, puede ser... sí.
¿Fue eso importante para iniciar su trabajo? No. Soy católica, pero empecé luterana porque mi familia es de origen alemán y anglicano. Pero no fue eso. Desde que entré en la escuela de arquitectura fui buscando por ese lado. Cuando ejercí como docente, me decían que lo que yo enseñaba no era arquitectura, que parecía trabajo social.
¿Qué hace que una arquitecta se interese por quien no podrá pagar una casa? Es que a mí no me interesan las casas. Me interesan las personas. Una vez en Burundi apoyamos unas casas de adobe. Llegamos a visitarlas y estaba una señora fuera con un bebito. Me dijo: "Este chico nació anoche". Y me lo pasa. "¿Nació anoche en esta casa que acaban de terminar?". Una semana antes habría nacido debajo de una palmera. Pero ahora tenía techo. Esa satisfacción no la obtienes haciendo un rascacielos.
¿Qué la convirtió en el tipo de arquitecta que es hoy? La formación no me caló hasta que encontré al profesor Fernando Castillo Velasco y me apoyó. La mitad de los profesores no entendieron mi proyecto de final de carrera, una vivienda social. La encontraron chica, fea y precaria. Pero la otra mitad sí. Luego empecé a hacer investigación. Cuando llegó la dictadura a Chile me expulsaron de la universidad, así es que me fui al terreno, a los tugurios de la periferia de Santiago.
Fue vicesecretaria de Vivienda en el primer Gobierno democrático de Patricio Aylwin. Pensé que si creía en eso, debía pasar a la política. Armé el programa de vivienda. Eso me abrió la mente a las distintas posiciones.
Cuando iba a los tugurios, ¿cómo reaccionaba la gente? Yo viví siempre en las minas. Mi padre era ingeniero, y en los enclaves mineros mis amigos eran los hijos de los mineros. Ahí crecí. Los estratos no pesaban. No eran tema.
Pero luego se formó en el colegio alemán. Mis padres tuvieron una visión muy rara. Para que las dos familias, escocesa y alemana, estuvieran contentas nos dividieron. Mis dos hermanos estudiaron en colegio inglés y a mí me tocó el alemán.
¿Cuántas casas tiene? Una desde hace 40 años. Y espero mantenerla porque el esquema en Chile es que a partir de cierta edad una tiene que irse a un apartamento. Me gusta mi casa. La disfruto. Mis hijos ya no viven conmigo.
¿Cuántos tiene? Cuatro. El mayor es veterinario; el segundo, ingeniero metalúrgico; el tercero, sí, arquitecto, me está coordinando África, y el cuarto, ingeniero forestal.
¿Su paso no ofrece vuelta atrás? Lo que uno va acumulando en la vida permite comprender a todos los sectores. Entender sus reglas. Aunque no esté de acuerdo, sé dialogar con ellos. Cuando estoy con un ministro sé dónde tengo que apretar el botón para que responda.
¿Dónde aprieta? No ofrezco caminos sin salida. Debes ofrecer una salida que le convenga políticamente. Yo busco que no siempre pierdan los mismos. Y en ese sentido, rescato mi parte académica.
¿Cómo? No es real que el mejor práctico es el que baja al barro. Solo en el barro no se ve bien. Hay que conocer la película desde muchos ángulos. Es importante pensar qué está pensando el Banco Mundial, conocer las cifras... La investigación o los números ofrecen certezas útiles para el trabajo en el terreno.
¿Cuántos viajes hace al año? Como mínimo, dos a cada continente más los extra.
¿Le queda poco tiempo en casa? Ahora que soy abuela no tengo obligaciones y me puedo dedicar.
¿Cómo conoció Selavip? El padre Josse dio una charla en la escuela de arquitectura. Sintonizamos. Y desde entonces trabajamos juntos.
¿Por qué es importante tomarse un vaso de agua -que puede estar contaminada- con alguien? El idioma corporal es fuerte. Tengo gran facilidad para conectarme, sobre todo con los africanos. Y si supiera bailar, aún sería mejor. Me demoro dos segundos para reírme con una mujer africana. Me conmueve ver, en uno de los proyectos que tenemos para gente con sida, cómo ha desaparecido toda una generación de adultos. Está la abuela, que casi no se mueve de la cama, y sus nietos. Familias de niños que son como pandillas, porque ya no tienen padres. Andan vagando, y el que manda, que es el más fuerte, tiene a veces doce años. Cuando usted ve eso ya sabe que tiene que seguir.
¿Nunca se ha sentido hundida ante tanta miseria? Al contrario. Siempre me levanta porque soy muy porfiada.
¿Viaja sola? Sí. Es caro. Soy como el doctor que mira la cara y diagnostica. No necesito mucho tiempo. Hago mucho ruido y si me quedo más de un día, la gente se molesta, se preguntan cuándo se irá esta vieja para seguir trabajando. No me llevo una visión completa, pero sí amplia.
¿Tiene marido? Falleció hace dos años. Era arquitecto también. Pero se quedaba en casa.
Fue política durante cuatro años. ¿Por qué no se solucionan las cosas desde la política? La concepción de la política de la vivienda es complicada. La vivienda social nace de un interés de las empresas constructoras por meterse en un campo donde antes no hacían negocio. Lo que hacen es bajar los estándares, pero siguen con sus mismos preconceptos de clase media. Está enfocado desde la oferta, no desde la necesidad, a diferencia de lo que sucede en medicina, donde el enfermo es el que genera las políticas a partir de sus enfermedades. La vivienda digna, como la entienden los arquitectos, es muy cara. No está al alcance de los pobres. Se hacen pocas y el tema no se resuelve. Mientras tanto, la gente vive y arregla sus casas, y eso es un potencial fabuloso. Creo que esa es la clave.
Pero los políticos no inauguran bolsas de plástico convertidas en casas.¿El ministro de Salud se luce por tener lindos hospitales o por sus cifras de curados...? Con la vivienda debería suceder lo mismo.
¿Cuál es la relación entre negocio y miseria? Hay dos que hacen la ciudad: el negocio inmobiliario y los pobres. El interés inmobiliario es el que moviliza a los Gobiernos y a las grandes empresas internacionales. Y es el que hace la vivienda desde su perspectiva de maximizar la utilidad. Por el otro lado están los pobres tratando de sobrevivir y de mejorar su calidad de vida. La única posibilidad es que no se molesten y que se respeten mutuamente. Por mucho que quieran las inmobiliarias hacerlas perfectas, una ciudad no va a funcionar bien mientras los pobres sigan ahí. El conflicto encarece las ciudades que gastan más dinero en poner vigilancias y fomentar la segregación que en tratar de solucionarla. A nadie le conviene una mala ciudad. ¿Por qué no encontrar una fórmula para hacer negocios con restricciones?
El presidente chileno actual, Sebastián Piñera, es empresario. ¿Qué opina de él? En Chile, el sistema de subsidios ha permitido hacer muchas casas. Le ha convenido a los constructores. Pero no le ha hecho bien a la gente. Se ha convertido en un premio a la pobreza. Hoy los pobres son muy exigentes, pero nada autoexigentes.
¿La actitud paternalista genera casas pero hunde a las personas? ¿Por qué esforzarse si te lo dan? Tras el último seísmo de Chile, ocurrido en una zona rural con gran capacidad de la gente para la autoconstrucción, nadie se puso a trabajar. La gente comenzó a esperar. Hoy el 50% de las personas vive en tiendas. Esperando.
¿Le ha movido más su ideología o su educación? La sensación de que en esto puedo servir para algo. Si hubiera sido académica, hoy estaría llena de publicaciones, pero aburrida y fuera de la realidad. Tras cuatro años de política sentí que ese espacio era muy rígido para hacer lo que quería.
¿Qué ocurrirá en el momento en que no pueda viajar? Me he dado un plazo de cinco años para tener el equipo armado. Estoy entregando las coordinaciones de los proyectos. Pero hay que ver... Cambian las condiciones y cambian los momentos. Avanzamos con la idea de que el mundo está cambiando. Dejemos que sea la gente la que haga el cambio, no la élite.
¿Ha sacrificado mucho para hacer lo que hace? No lo siento como un coste. Hemos pasado momentos difíciles porque cuatro hijos... -cinco, porque uno falleció-, pero al final uno termina por mirar atrás y piensa: bueno, la vida no se la dieron a uno para estar sentado. La vida se la dieron para jugársela, y si uno se la puede jugar para hacer un cambio en el mundo...
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Arquitecta atípica
Joan MacDonald (Santiago de Chile, 1940) eligió el camino atípico de los clientes que no tienen con qué pagar. Fue una rara avis en la Escuela de Arquitectura hasta que el profesor Fernando Castillo le dijo que quizá ella se estaba centrando en lo que debe ser. Y la apoyó. Desde joven ha combinado el trabajo en los tugurios con la teoría. Pero fue la fundación laica SELAVIP la que la llevó a viajar por el mundo para ayudar a mejorar las viviendas de los más pobres.
Su abuelo alemán, geólogo, fue uno de los fundadores de la Universidad de Chile. "Yo llego a Mongolia y me ubico. No creo que fuera tan fácil sin una formación amplia", cuenta. Asegura que darle techo a una familia da más satisfacción que levantar un rascacielos.