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2021/06/06

Amigo Empresario

 Saludos. Te confieso que estoy preocupado. Eso es raro en mí. Considero que pocas cosas valen una pre ocupación: es decir, una exigencia de "ocuparse de algo". 

Esta semana hablé con 40 jóvenes. Empleados. Madres. Universitarios. [Ya lo había hecho con alguien de “primera línea” (1) ]. Como otros, también quedé asombrado: ¡Todos a favor del paro/revuelta!. Algunos preocupados por el vandalismo, la economía. Otros radicalizados: "con tal que el país cambie y mi hija de 3 meses tenga mejor vida que la mía". Si esa es la actitud de los que tienen “algo que perder”, ¿vos te imaginas unas 60 mil personas en “pobreza monetaria extrema” ¡miseria! que ya había en el 2020 en Pereira, Dosquebradas y La Virginia? ¡Nadie ha calculado la magnitud de lo que está sucediendo!.

Pero hay ejemplos. La primavera árabe, que terminó en guerras civiles en algunos lados. Ucrania. Hong Kong. La revuelta ecuatoriana, peruana. Chile. A propósito, casi todos con "primera línea”: ¿Maduro y Marqués las financian? ¿todas las del planeta? ¿en serio?. Decir que “hay un maquinado plan de desestabilización de la democracia”, es negar que hay una crisis planetaria de la “democracia representativa” (2) . Que a miles de jóvenes y de colombianos NADIE los “representa”. Y olvidar que toda crisis, bien manejada, como lo sabes vos, es una OPORTUNIDAD DE MEJORAR.   

Volviendo al punto: Si en Chile, donde el congreso, liderado por el presidente, colega tuyo: empresario; cedió, aceptó la urgencia de los cambios, el paro/revuelta duró ¡5 meses! aquí, tratándolo como “asunto de orden público” –ahora con un decreto, como si eso solucionara algo- en medio de esta #SociedadTransparente donde un acto violento (de parte y parte, pero indudablemente con una desproporción de la fuerza pública que muestran TODAS las cifras) se viraliza en minutos y aumenta la rabia, la ira ¿serán conscientes de eso? ¿qué va a pasar cuando se vengan sanciones económicas internacionales por violación a los derechos humanos? ¿o creerán que es gratis la cantidad de diplomáticos esparcidos por todo el país? ¿lo de las navieras es una señal?  

Se supone que tras los ya visibles daños a los negocios, a la economía, este gobierno hubiera entendido que necesita abandonar su ideología [que lo llevo al exabrupto de presentar, en semejante crisis, una reforma tributaria centrada en la clase media y otras reformas más] y ya debería haber entendido que no sólo los jóvenes sino que la mayoría de los colombianos “no les creen” a sus “diálogos”, por su demostrada actitud dilatoria del 2019: ahora se inventaron que el comité nacional del paro debe parar los bloqueos ¡señores ese comité representa el grueso de la protesta pero NO los bloqueos!¿o quieren que se vuelvan bloqueadores?¡cada bloqueo debe ser negociado individualmente! ¡NO dilaten: sean responsables! ¿van a dilatar hasta Marzo del próximo año? ¿van a jugar irresponsablemente a fortalecerse electoralmente con EL MIEDO -otra vez- así se destruya nuestra economía?...

Te escribo porque los empresarios son de los pocos que aún tienen imagen positiva y líderes nacionales que han asumido la necesidad de ser superiores a sus financiados congresistas y presidente (se supone que se apoyan en campaña para que protejan la economía, por ejemplo) y han dicho claramente que es hora que quienes tiene más paguen más y hay que negociar (3) . Ojalá se sumen TODOS los demás. Especialmente el sector financiero: tenemos una economía extractivista bancaria (4) . Es hora de "ser grandes". Muchos lo son. Soy cercano a gente rica, comprometida, bajo perfil. Vos conoces varios.  


#HayEsperanza entonces. Lo que pre_ocupa es que mientras haya gobernantes reales a quienes parece sólo interesarles ahuyentar la posibilidad de terminar en una corte internacional, sumados a congresistas (y sus patrones de ciertos bancos y similares) quienes sigan apuntando a reprimir, dilatar, jugar electoralmente y dejen de aceptar que deben pasar URGENTEMENTE a una meganegociación con la “nación” con “la patria” por multi sectores, multi niveles, desde lo veredal, barrial, municipal, departamental, nacional ¿qué nos va a quedar de economía?. ¡Al ritmo que vamos el punto del paro de subsidiar las MIPYMES se va a volver el más importante (5)  

Te invito a que nos "ocupemos", todos, de ayudarles a entender, todos tenemos un conocido: se lo debemos a los muertos, heridos, a los que ya han acumulado algún sacrificio, de todos los lados: todos son COLOMBIA: ¡es nuestra economía! y ¡es la nación, la patria de todos!  

1.   https://ciberplural.blogspot.com/2021/05/lideres-y-segunda-linea.html

2.   https://www.facebook.com/orlandoparragopinion/posts/3953356541447886

3.   https://www.probogota.org/post/declaraci%C3%B3n-p%C3%BAblica

4.   https://www.elespectador.com/economia/sector-financiero-los-que-mas-crecen-tributan-lo-suficiente/

5.  https://www.larepublica.co/especiales/los-costos-del-paro/conozca-las-ocho-peticiones-del-pliego-del-comite-nacional-del-paro-al-gobierno-3171849

2021/05/25

Líderes y “segunda línea”

 I. “Tras una jornada de intensa violencia, y ante la disyuntiva de restablecer el estado de emergencia o darle una nueva oportunidad al diálogo, a los acuerdos y a la paz, optamos por este último camino. Propusimos un Acuerdo por la Paz, la Justicia Social y un camino para cambiar” … “En relación con la modernización del Congreso, ya se encuentran aprobadas y vigentes las leyes que reducen las dietas de los parlamentarios y los ingresos de funcionarios públicos de naturaleza más política, y la que limita las reelecciones de parlamentarios y alcaldes. Aún está en trámite e impulsaremos con urgencia el proyecto enviado por nuestro Gobierno que reduce el número de parlamentarios”. Fue la postura que asumió el presidente –de derecha- de Chile, Piñera (1). Por cierto, dos detalles sobre él: es el 4º más rico de Chile y uno de los mil más ricos del mundo (2), ahh y su experiencia como administrador inicia en 1976. Pequeños detalles ¿cierto?.

II. “Con las plantas de los pies llenos de ampollas, con los zapatos rotos, con la ropa desteñida y desgastada de tanto repetirse, con la voz en alto, pero con la garganta cortada, digo que mis compañeros y yo, hemos mantenido con constancia el retumbante estruendo por verdad y justicia que está en nuestras voluntades y que, al impactar de cara contra el estado, ocasionan un ruido el cual termina penetrando la tranquilidad de todo aquel que lo escuche. ¿Será esta la alarma que auspicie el despertar?

Original de: https://www.instagram.com/p/CPFPmDerlBT/

Como segunda línea, nos compete la labor de ser los soportes de los de la primera línea, NO los podemos abandonar, también como segunda línea, se debe de tener la capacidad de enfriar las pasionales iras de los compañeros, y de velar por su seguridad aun así esto cueste la nuestra. Pero al final de cuentas, el sentimiento de incertidumbre en nuestro futuro, es tan grande, que lo único que se le compara es nuestra VOLUNTAD.

Al parecer, el devenir cogió desprevenido a este pueblo ignorante sobre su historia, y durante estos más de 20 días, hemos estado viviendo la resurrección de las prácticas genocidas radicales del estado, las cuales durante estos tiempos, han venido por añadidura en el marco de cualquier paro nacional que se presente como confrontante del gobierno y presidente de turno, los cuales no han tenido otra respuesta que hacer ríos de sangre como opción única para pretender calmar la flamante ira que originan las inhumas condiciones a los que el pueblo colombiano se ha visto sometido. Y es que cuando lo básico es demasiado pedir, hay que luchar mucho; pues es momento de que entre montones nos unamos para impedir que el pueblo colombiano siga tolerando lo intolerable: “indiferencia ante el hambre, la injusticia y la indignidad”.

Este estallido social no es más que el resultado de que los brujos del aquelarre se hayan olvidado de la sellada caldera que condimentaron desmedidamente con aquello “intolerable” antes mencionado. Los colombianos ya no estamos tragando de esos caldos, ni estaremos dispuestos a estar forzados a sobrevivir ¡LA VIDA SERÁ PA` TODOS! y si no se planea respetar la vida, NO SE PUEDE ESPERAR A QUE SE RESPETE EL RESTO. Es por eso que, entre mis compas y yo, hemos decidido pararnos duro y fino, pues hemos entendido de la peor manera, las negativas consecuencias que trae el hecho de NO apropiarse de las modernidades que han confluido y que confluyen a lo largo de las generaciones, pues es en esta responsabilidad en donde se construye un cambio, en donde la crisis se vuelve eficaz, y se vive la auténtica resiliencia colectiva y no el maquillaje a la pobreza”. Escribe el joven Pereirano ¨C-moon¨ a sus 22 años.

Ambas posturas sirven para escucharnos más. Colombia tiene, OTRA VEZ, una oportunidad, de ser un mejor país ¡para todos!… de todos depende, especialmente de nuestros “Piñera”.

 (1) https://youtu.be/_UzTQIkQbKs (2) https://www.forbes.com/profile/sebastian-pinera

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2021/05/13

Revuelta, privilegios, empatía

-lectura abajo-

 Pedíamos una guardería nocturna. Corría el año 1982 y negociábamos un pliego de niños (sí) con el gobernador. 40 años después, NO las hay. Era una gota del mar, que hoy, tras 40 años, dejó de ser una gota.

Mañana hay movilizaciones ¿Vamos para un paro de 150 días como el chileno? ¿o más? Puede pasar. En Chile, por ejemplo, la salud era similar a la que teníamos antes de 1990, lo pensional es más perverso; empero, Colombia es un país más inequitativo: hay muchos más pobres/míseros y menos ricos/mega ricos. Sino, mire cuánto sigue ganando el señor de los bancos y otros negocios.

Las gotas de la injusticia, pliegos no atendidos, dilación, irresponsabilidad al gobernar, de mucha dirigencia pública y privada, se refleja en este paro, que a fines de la semana pasada mostraban que ya No era un paro. Es una revuelta popular: Un paro tiene un comité con el cual negociar un pliego. Una revuelta no. Hay liderazgos poco claros. Hay pliegos oficiales y muchos micro pliegos no oficiales. Ya en el paro del 2019, dilatado irresponsablemente por el gobierno, se notaba el comité nacional desbordado. Ahora, tras la pandemia, la atomización de peticiones y de liderazgos es mayor, y se acentuará en la medida que el gobierno, el congreso y la alta dirigencia empresarial (con el señor de los bancos a la cabeza) sigan dilatando… la oleada puede amainar, pero volverá, simplemente porque el mar, está ahí, y acumula iras y dolores tras décadas.

Colombia cambió con la desmovilización del 90% de las FARC. La deslegitimación de las movilizaciones -diciendo que eran de la guerrilla- se acabó. Así algunos crean que pueden seguir usándola. La expectativa de un país mejor luego de los acuerdos de paz, caló en el corazón y el cerebro de millones. Fue una luz de esperanza que se abrió entre el 2016 y el 2018; luz que la ego-torpeza electoral de quienes estaban llamados a mantenerla, permitió que se cerrara. El país terminó, otra vez, en manos de los mismos: del señor de los bancos y sus compinches, por ejemplo.

La explosión del 2019, recordó que ese anhelo estaba ahí. Revisen el pliego (1). A esa esperanza, se le unió el dolor, el desespero por la pandemia: Ahora somos 50 millones, 7 se acuestan con hambre, 21 luchan el día a día. Tenemos 29 millones en la pobreza o la miseria: Miles en cada ciudad. Ya no sólo es la frustración, vino la rabia, la ira… No hay quién sea capaz de representar tal dolor acumulado.


¿La salida? Es una frase: QUE TUS PRIVILEGIOS NUNCA TE QUITEN LA EMPATIA. Un importante dirigente gremial me envió: “Gobierno y Congreso chileno coordinan ayuda universal para familias por la pandemia” (2) ¡por ahí es!. Pero es PRIMERO dando ejemplo: “Chile promulga una ley para reducir el sueldo de parlamentarios y altos cargos del Estado” (3). Los mayores responsables de que aquí no haya, 40 años después, por ejemplo “una guardería nocturna”, son los que hacen las leyes, esas que reflejan el lobby de quienes ganan o pierden con ellas, las fuerzas del modelo neo-liberal quebrado en Chile y que hasta Estados Unidos comienza a enterrar (4), esas que hacen o no el congreso, senadores, representantes (incluido Risaralda) y dirigentes de los partidos mayoritarios por décadas. En Chile lo asumieron y hasta perdón pidieron, acá son cínicos: la semana pasada 74 (contra 56) votaron ¡en contra de que se revisen sus privilegios!. Y, usted, tiene que mirar si sigue “buscando votos” o votando por mercado, puesto, o contrato; o es de los que –peor- No vota porque se deja meter el cuento (promovido por los políticos con clientelas) de que “todos los políticos son corruptos” … si, usted, asuma su parte.

Claro, las leyes requieren presupuesto para que se desarrollen. Y ahí vienen entonces dos lados. Uno es el recaudo: SI se necesita una «progresividad tributaria» (¿art 363 C.P.?), en el que todos pongamos (ya todos lo hacemos al pagar IVA) pero en el que clara y definitivamente paguen más quienes tienen más, pero ojo: menos las empresas y más sus propietarios: por ejemplo, el señor de los bancos. ¿Queremos una sociedad más justa? pues preparémonos para llegar al 40% o más de impuestos sobre nuestros ingresos, tal como sucede en los países con el más alto índice de Desarrollo Humano, y, curiosamente con el más bajo índice de corrupción (5). Y el otro lado es el que resolveremos lentamente, pues según dijo un experto práctico-teórico “es inherente a la naturaleza humana” y es la corrupción. ¿será que los mayores responsables de este desastre comienzan por pasar las leyes anti-corrupción por las que votamos 11 millones? ¿usted qué cree?.

Addenda 1: Es miope justificar el vandalismo por la corrupción. Más aún hablar de “combinar formas de protesta”. Eso es querer devolvernos a las épocas de la “combinación de formas de lucha” una afrenta contra todos los líderes sociales y firmantes del acuerdo que han dado su vida en pro del camino democrático, que ha probado ser exitoso en buena parte de américa latina.

Addenda 2: Es criminal decir que «Lucas disparó primero». ¡Absolutamente nada justifica disparar contra personas desarmadas y en un acto pacífico!, sean civiles o fuerza pública, ¡primero la vida! ¡primero somos humanos!

https://lasillavacia.com/estas-son-las-peticiones-del…

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2020/12/01

Colombia necesita un acuerdo sobre lo fundamental (3)

 Continuando con la reflexión sobre las encuestas de los últimos 20 años, varias cosas quedan claras: No somos un país de optimistas: contradictorio con las encuestas que dicen que somos felices. Nos irrita la situación del campo, la pobreza, el orden público, y especialmente la corrupción. Desde nuestros abuelos, nunca nos hemos sentido “seguros”, en los últimos años el narcotráfico pesa mucho en esa sensación. Poco creemos en las instituciones, a duras penas, y en bajada, le creemos a la Iglesia, empresariado y fuerzas militares. Estamos llenos de bombas de tensión social: por si NO se han dado cuenta llevamos dos estallidos sociales, uno en el 2019 y otro mayor en el 2020: sólo contenido, momentáneamente, por la pandemia.

 La paz sigue siendo un anhelo nacional. Todo el que se opone a ella termina desgastado, apoyado sólo por una minoría salvaje la cual cree que la violencia o la guerra soluciona algo. Empero discrepamos sobre cuánta justicia ceder para llegar a la paz (posiblemente el pésimo recuerdo de las amnistías que se dieron hasta hace unos 10 años está en el inconsciente colectivo). El balance de justicia y paz con los paras NO es tan malo, pero es poco conocido. Y se le pide demasiado a la Jurisdicción especial para la paz: en un país donde la justicia, en general, poco ha funcionado. 

 Por lo menos 1 de cada 4 colombianos y a veces 1 de cada 3, son cómodos: quieren la paz, pero sin aportar un peso, o sin respetar a quien piense diferente, ni siquiera quieren perdonar, y eso que las reales víctimas del conflicto en su absoluta mayoría si lo han hecho. ¿Qué vamos a hacer con esa minoría que se atraviesa frente al anhelo de la mayoría?... 

Pero #HayEsperanza, datos como la paulatina aceptación del “matrimonio civil entre parejas homosexuales” o “la adopción de menores de edad por parte de parejas del mismo sexo” muestran que nos acercamos al centro-cultural y vamos dejando el país, godo, atrasado y miedoso…

 Esa apertura mental, nos debe servir para abordar “el” macro-problema nacional: la coca, desde su sembradío hasta los enormes recursos que genera su exportación. Casi todos estamos de acuerdo en el “qué” pero no en el “cómo” resolverlo. Algunos insisten en una guerra que llevamos desde 1971 ¡hace 50 años! Olvidando que la primera extradición fue en 1985 ¡hace 35!([i]) ¡Ni siquiera con llamamientos de la ONU aceptan que es un FRACASO! ([ii]) …a veces da la impresión que no sólo a los narcotraficantes les conviene que sigamos fracasando sino a ciertos actores “legales” ¿se imagina cuántos contratos hay para seguir en el error? ¿Cuántas coimas hay en esos contratos?

 Es un error también seguir hablando de “Legalizar el tráfico y el consumo de drogas en Colombia”, pues una amplia mayoría, superior al 70%, está en desacuerdo. No avanzaremos por ahí. Lo que hay que construir es un gran acuerdo nacional en torno a cómo romper el ciclo en su eslabón inicial y más barato: los campesinos que cultivan la coca. Está claro que las fumigaciones, la erradicación forzosa de cultivos ha fracasado ¡Hay que encontrar una salida! ¿por qué en Perú y en Bolivia la hoja de coca tiene otros usos?.  En ese gran propósito, dos congresistas risaraldenses, el uno Verde, el senador Marulanda, el otro del CD, el representante Vallejo, han liderado el esfuerzo por llegar a ese acuerdo (Drive: https://tinyurl.com/y3ju6w9l ) ¡ojalá aceleren pues les quedan pocos meses o años en el congreso!

2020/11/10

Colombia: Una bomba de tensiones (1)

Después de los últimos desastres, parece que las encuestas han vuelto a mejorar. En las elecciones de EEUU su error osciló entre un 1.3 y un 3.6%, lo cual es relativamente aceptable. Parecen haber aprendido ([1]). Miremos entonces lo que dice la última gran encuesta sobre nosotros.

 

La mayoría de colombianos encuestados han creído que el país empeora durante Gaviria, Samper, Pastrana. Luego hasta la mitad de Uribe 2 había una oscilación proclive a creer que mejoraba la cual duró hasta Santos 1, de allá para acá se cree que se agrava. Esto se liga a que sobre “el apoyo al campo y al agro” desde el 2013 más sentimos que está empeorando y sobre “La lucha contra la pobreza” desde antes del 2008 la mayoría consideramos que va a la baja, en especial desde el 2016.

 

Los principales problemas de Colombia, según las respuestas, han sido el desempleo en los gobiernos de Uribe, el orden público y otros en los de Santos y la corrupción (al lado de otros) por fin se comienza a sentir como el peor de todos, en el actual gobierno. No en vano sube desde el 2008 (Uribe 1) con un 36 de cada 100 a hoy cuando 8 o 9 de cada 10 consideramos que la corrupción ha empeorado.

 

¿Nunca hemos sentido seguridad?, así parece. Por el contrario, se cree que viene decayendo desde Uribe 2 (2008) hasta llegar a un 90% de inseguros en el presente. Así, desde el 2011 y en ascenso (37 al 70%) se considera que el narcotráfico empeora, pero, de manera absurda -tras 50 años de guerra perdida- cuando se pregunta sobre “Legalizar el tráfico y el consumo de drogas en Colombia” una amplia mayoría, superior al 70%, se mantiene en desacuerdo.

 

La imagen de los partidos políticos, del sistema judicial, del congreso viene mal desde antes de 1998, pero cada año empeora. Desde el 2014, la de la fiscalía, corte suprema y constitucional, policía, medios de comunicación, procuraduría, contraloría, decrece. Sólo sigue siendo positiva, pero con una tendencia a la baja, la de la Iglesia, empresariado y fuerzas militares.

 

Cuando se pregunta si “¿Colombia en un futuro puede estar en la misma situación en la que está Venezuela en este momento?” hasta agosto del 2019 la mayoría discrepábamos. Luego oscila. 1 de cada 4 o más desde el 2018 lo cree posible. Lo cierto es que sí estamos en una bomba de tensión social.

 

https://estallidosocial.com/las-frases-del-estallido-social/

Hay cosas que hablan de la relación de la población con sus alcaldes y gobernadores que sorprenden, por ejemplo, desde 1994 (o 2010) sean cuales sean los gobernadores de Atlántico, Antioquia, Santander, o los alcaldes de Bucaramanga, Barranquilla, Medellín su imagen es siempre positiva.  Empero, las imágenes de los alcaldes de Cali y Bogotá, sí se mueve entre negativo y positivo.

 

Sobre “el matrimonio civil entre parejas homosexuales”, asombrosa, pero comprensiblemente, quienes estamos “de acuerdo” pasamos de ser una minoría a tener hoy una leve mayoría.  Empero, la adopción de menores de edad por parte de parejas del mismo sexo: si bien el desacuerdo ha venido decreciendo al pasar de 80% a 61%, sigue siendo mayoritario. (Continuará con los colombianos y la paz)

 

#SINCERAMENTE: mD sigue Julio César Gonzales, más conocido como “Matador”, éste domingo a las 7.30 por FaceBook de PereiraEnVivo y https://www.facebook.com/orlandoparragopinion 

 

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2020/09/30

Dolores, iras y pautas publicitarias.

 Corrían los años 80, Colombia tenía 2 canales de televisión y un noticiero estrella: el “de las 7”: “Juan Guillermo era muy populista y hacía mucho periodismo de denuncia, con énfasis en lo negativo y la pobreza del país” bajo esa óptica apoyó el proceso de paz de Belisario Betancourt (1982-86) empero “La mayoría de gente que le sirve al país en procesos de paz, sale trasquilada siempre. Juan Guillermo Ríos se volvió un tipo que estaba moviendo la paz en este país y había que sacarlo a como diera lugar. Fabio Echeverri lideró el veto” (https://tinyurl.com/yyx2zvum     ) Curioso como esas actitudes se heredan de padre a hijo.

 

Años atrás El Espectador había denunciado las malversaciones de un grupo económico de la época (algo así como el Aval de hoy) de Jaime Michelsen y éste decidió retirarle la pauta. Hubo otro caso en que el Grupo Santodomingo retiró la publicidad a Semana. Esas eran otras épocas: ahora esos grupos son los dueños de los grandes medios: http://www.monitoreodemedios.co  Pero dichas prácticas a nivel regional y local siguen intactas.

 

Es bueno que hagan una reflexión quienes creen que, comprando medios, periodistas, “independientes”, o manipulando o tratando de coartarlos van a controlar la información o a las multitudes: que asimilen como los sucesos del 9 y 10 de septiembre en Bogotá y otras ciudades en ningún caso tuvieron una convocatoria pública, líder o medio de comunicación: No señor(a) fueron convocatorias a través de redes sociales: WhatsApp, Facebook, Twitter y otras. Es sano que recapaciten sobre esto y entiendan que es hora de aceptar realidades sociales, dolores e iras latentes y estructurales, como una pobreza que en el 2019 estaba en el 17.5%, lo cual generó en noviembre del año pasado enormes movilizaciones, por cierto, también con muertos; situaciones nunca solucionadas y que la pandemia ahondó: vamos en un desempleo de más del 20%, súmele miles que han perdido su ingreso y al “no ser pobres” tampoco reciben ayuda: estamos llenos de floreros de Llorente: Listos a quebrarse y explotar.

 

De: https://twitter.com/unesco_es 

No son sólo situaciones y quejas grandes sino las pequeñas, las mínimas, las que se van acumulando y finalmente hacen que la población explote: Quejas por el servicio de las empresas de servicio públicos, por ejemplo las de telefonía celular, de televisión, de internet, a esas quejas se suman situaciones como las de Aguas y Aguas que el año pasado se demoró para cambiar un bebedero del parque Olaya Herrera desde principios de Mayo hasta fines de Diciembre ¡Ocho meses! situaciones como el alumbrado público con persistentes quejas como el caso de San Fernando donde arreglar unas luminarias tomó ¡mes y medio! y eso porque el alcalde se ocupó personalmente ¡ineficiencias e ineficacias vergonzosas y peligrosas!

 

Señor(a) por más que usted haga una pequeña asignación (¿migajas?) de su mega presupuesto para pautar y pretender controlar lo que se publica o no ¿eso es lo que usted sueña, cierto?, el sol ya No se tapa con uno o varios dedos, menos ahora que las redes sociales y sus miles de usuarios somos incomprables: Si antes usted debía atender las quejas con prontitud y celeridad -más que buscar evitar que se publiquen ¿hasta en redes sociales?- ahora debe hacer que “vuelen” para evitar explosiones sociales que nos arrastren a todos: incluid@ usted.

 

POSITIVO: La recuperación del lote de los Pereiranos ubicado en la 23 con 11: A pesar de “Cientos de personas (que)se metieron para que no”, finalmente, un alcalde dio la orden (…).  Esperemos sigan recuperando lotes y denunciando penalmente a quienes se los han apropiado 

#SINCERAMENTE: Corte ordena proteger el derecho a la protesta; El mural borrado de "Nos están matando"; #Entrevista a Nancy Henao: En https://youtu.be/janbxyicf-w. Viene este Domingo 7:30 pm: Giovanny Mesa (Audifarma)

https://twitter.com/OrlandoParraG   --  https://www.facebook.com/orlandoparragopinion  -- https://www.instagram.com/opinionorlandoparrag/ 


2020/02/10

PARÁSITOS …Y EL MATECAÑA

Según el  Indexmundi  Corea tiene el 14% de su población en la pobreza, mientras   Colombia tiene el doble.  En Seúl, su  capital, funcionan la casa matriz de Samsung, LG, Hyundai, etcétera y hace poco  fue famosa por una canción sobre el “Gangnam Style” es decir el “estilo de los  ricos”...Corea entonces es un país con menos “parásitos sociales” que el  nuestro.    
Un parásito social es una persona que se alimenta de la  sociedad que lo rodea sin dar nada a cambio. Pues, al menos esa sería su  definición. Por ejemplo las personas que roban señal de wifi de sus vecinos, o  se pegan de su señal de tv-cable … ese es el primer mensaje que da la película  coreana “Parásito” nominada a mejor película del año.  
“Parásito” narra la relación de tres familias. Una rica, una  pobre, y la de una pareja donde el hombre ha debido encarcelarse a sí mismo  huyendo de los gota a gota (usureros). Además de mostrar los contrastes entre  las viviendas en que viven unos y sobreviven otros, la ropa que se usa, lo que  se come, Etcétera, hace énfasis en el “olor”… el olor que emana de los pobres,  especialmente de quienes viven en casas poco aireadas cerca a basurales.  Obviamente a nada huele la familia rica, pero su niño menor si es el primero en  detectar el otro olor.   
Lo que al inicio es una comedia se va tornando en tragedia  con asesinatos sólo entre “miserables” o “parásitos sociales” hasta que al  intentar tomar las llaves de su lujoso auto para llevar a su hijo afectado por  un ataque de nervios, el rico levanta un pobre-asesino y lo huele poniendo tal cara  de fastidio que genera la reacción de otro de los pobres quien lo asesina.   
La escena final es aquella donde un hijo pobre sobreviviente  sueña con llegar a ser rico y poder rescatar a su padre. Las posibilidades de  que suceda son mínimas. Y en Colombia son casi imposibles: según la OCDE aquí  se necesitan 11 generaciones para salir de la miseria:  Por qué en Colombia se necesitan 11 generaciones para salir de la pobreza y en Chile 6 ,  es decir ni siquiera el biznieto tiene esperanza.  

Como toda obra de arte cada espectador es libre de decidir  qué mensaje cree que recibe.  Cuando le  preguntaron a su director cuál creía era la causa de su éxito mundial, contestó  “Esencialmente todos vivimos en el mismo país llamado capitalismo”. Cuando  algunos se preguntan por qué tanta gente en el planeta protesta exigiendo más  derechos (en Colombia van más de 100), tal vez la respuesta sea la misma que el  Príncipe Carlos da sobre el causante de la destrucción del planeta: “el  capitalismo”. Discrepo en parte del Príncipe, NO es todo el capitalismo, es su  mayoritaria versión neo-liberal que niega sus responsabilidades, especialmente  las sociales.   
TRINO:  
A propósito de parásitos y responsabilidades, en septiembre de 2018, se venció el plazo que la alcaldía (y hacienda) dieron al concesionario del Matecaña para pagar los miles de millones de pesos que adeuda a los pereiranos por impuestos (Lío entre Alcaldía de Pereira y Opam por pago de estampillas) .  Luego vino la pauta, el lobby, la campaña y se olvidó el  tema. Ahora el secretario de hacienda es el alcalde y ha repetido que  recuperará ese dinero (y el del predial). ¡Excelente!. Es bueno recordar que  como dicen analistas “el aeropuerto El Dorado transfiere el 46,16 por ciento de  los ingresos brutos anuales, en Cali el 41,01, en San Andrés el 20, en Pereira  se transferirán solo el 10,82 por ciento” ¿Quién hizo ese contrato a 20 años? ...sí,  el Matecaña terminará bonito, como el de otras ciudades: pero en medio de una  pésima concesión: señores dirigentes públicos y privados vamos también al tema  grueso: hay que re-negociar ya esa concesión.  
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Publicada en varios medios el 04 De Febrero De 2020

2019/08/31

¿Cómo superar el conflicto armado en Colombia?... algunas claves:

Los factores que lastran la paz en Colombia

Aspectos como la brecha territorial, la profunda violencia estructural o el narcotráfico impiden que las dinámicas de crecimiento y progreso social y económico prosperen en el país suramericano

Disidentes de las FARC en el departamento de Guaviare.  RAÚL ARBOLEDA (AFP)
Disidentes de las FARC en el departamento de Guaviare. / RAÚL ARBOLEDA (AFP)




Por lo general, tiende a pensarse que un Estado que transita de un conflicto armado interno hacia un proceso de construcción de paz, tal y como sucede en Colombia, es un Estado que más pronto que tarde supera los lastres de la violencia en aras de mayores dinámicas de crecimiento, prosperidad y progreso social y económico. Sin embargo, esta posibilidad, más bien, resulta normativa y deontológica, pues, por lo general, al menos como evoca la experiencia latinoamericana, superar procesos de violencia política no se traduce, ni mucho menos, en mejoras en la calidad democrática ni en las bondades del sistema político. Es más, bastaría con ver los informes de Freedom House, Human Rights Watch o los trabajos de integridad electoral de la reconocida politóloga estadounidense Pippa Norris para dar buena cuenta de cómo el modelo colombiano ha empeorado en buena parte de sus indicadores de calidad de la democracia y/o electoral. Así, este artículo busca identificar algunos factores que permitirían entender tan intrincada situación.
1. La brecha territorial del país
Uno de los puntos fundamentales es la fractura regional que sufre Colombia. Se trata de un país en donde el conflicto, desde los años sesenta, adoleció de una marcada impronta rural. No es casualidad que la pobreza en el campo cuadruplique los niveles del nivel urbano. Ello, en buena medida, producto de que el país es uno de los más ‘recentralizados’ del continente, como bien muestra el hecho de que más del 80% del presupuesto nacional se condense en el gobierno central. A ello hay que añadir la ausencia de infraestructuras físicas, a pesar de los esfuerzos del último gobierno de Juan Manuel Santos, la ausencia de institucionalidad y recursos en los niveles subnacionales de gobierno y una verdadera dificultad para disponer de posibles, dada la altísima informalidad del país y la escasísima presión fiscal. El Acuerdo de Paz con la guerrilla de las FARC-EP, en inicio, intervenía directamente sobre uno de los males estructurales de Colombia, el cual, hoy en día, se torna irresoluto.
2. La profunda violencia estructural
Relacionado con lo anterior tiene que ver el hecho de que en las últimas décadas el conflicto armado interno tuvo mayor arraigo en aquellos escenarios regionales con peores registros en cuanto a desarrollo humano, calidad de vida o necesidades básicas insatisfechas. No es casualidad que el 82% de los municipios con más violencia guerrillera y el 64% de los municipios más pobres votara en octubre de 2016 a favor de la firma del Acuerdo de Paz. Aunque las cifras insisten en mostrar una realidad distinta, en el país casi la mitad de la población vive en situaciones de marcada vulnerabilidad, especialmente en el litoral Pacífico y en buena parte de la región Caribe. Aparte, conviene no olvidar que nos encontramos con uno de los cinco países más desiguales del mundo, tanto de acuerdo con el índice de pobreza multidimensional que trabaja Naciones Unidas como respecto de los medidores de concentración de la riqueza y de propiedad de la tierra.
3. Un Estado que brilla por su ausencia
Uno de los grandes ausentes del conflicto, y corresponsable directo de cómo se ha desarrollado el mismo, es el Estado colombiano. Los centros urbanos del país, empezando por Bogotá, vivieron durante décadas a espaldas de la violencia armada. Hasta entrada la década pasada, aún había 200 municipios sin presencia policial, y la verdad es que cuando uno se adentra en la profundidad del país es que se da cuenta de hasta qué punto Colombia es un Estado con más territorio que soberanía. Aún hoy, es posible encontrar cientos de municipios sin luz eléctrica, sin vías de acceso, sin agua potable o directamente con notables niveles de mortalidad infantil. Esto, si cabe, es más difícil de entender para un país que acaba de entrar en la OCDE y que según el Banco Mundial se trata de una economía de renta-media que, más que todo, debiera pensar en exportar cooperación y abandonar así su tradicional rol de receptor de ayuda.
4. La falta de control territorial
El punto número tres del Acuerdo de Paz suscrito con la guerrilla preveía que una vez que las FARC-EP iniciasen el proceso de tránsito a la vida civil y, por ende, la dejación de las armas, las fuerzas militares pasarían a controlar dicho territorio. Ello para establecer las condiciones mínimas de seguridad que permitiesen al Estado adentrarse en un territorio en donde no tuvo atisbo de presencia durante décadas. No sabemos si por incapacidad o si por falta de voluntad, esta circunstancia nunca aconteció. Los departamentos que antes del Acuerdo de Paz presentaban mayores niveles de violencia producto de la lucha armada, como son los del suroccidente y los del nororiente del país, lo son igualmente en la actualidad. El Ejército pensó que el posconflicto y el cambio de paradigma en la seguridad hacía que debiera ser la Policía Nacional quien ocupara el vacío de poder dejado por las FARC-EP. A su vez, la Policía atribuyó al Ejército una consolidación territorial que, todo sea dicho, fue responsabilidad suya en todo el devenir del conflicto armado. Sea por unos o por otros, buena parte del territorio colombiano es ajeno al monopolio efectivo de la violencia.
5. La transformación de la violencia
La paz no es la ausencia de guerra. La paz es la ausencia de las condiciones materiales y simbólicas que alimentan esa guerra, de manera que, si éstas no se superan, nada garantiza que la violencia se supere. Es decir, por mucho que las FARC-EP iniciasen un proceso de desarme, el caldo de cultivo idóneo para la violencia se mantuvo fértil, de modo que se erigió como escenario de disputa para otros muchos grupos que son también protagonistas de la violencia en Colombia. Así, el Ejército de Liberación Nacional ha engrosado sus filas y se ha recompuesto en territorios otrora controlados por las FARC-EP. Lo mismo sucede con el hasta hace poco tiempo casi inexistente Ejército Popular de Liberación. A estos hay que añadir bandas criminales y grupos post paramilitares que, en suma, según fuentes policiales, superarían los 10.000 efectivos en liza.
6. Un narcotráfico que no cesa
Asumiendo como buena la tesis de dos de los mayores expertos sobre la violencia en Colombia, como son James Henderson y, sobre todo, Daniel Pécaut, sin el narcotráfico, muy posiblemente no estaríamos hablando ni de guerrillas ni de una magnitud de la violencia como la que presenta el país. En la última década, se ha pasado de 48.000 hectáreas cultivadas a más de 200.000, volviendo a registros más propios de la época en la que Colombia era sinónimo de narcoestado. Aunque muchos consideren que la solución es la aspersión aérea con glifosato, dicha afirmación es muy cuestionable y obvia un elemento de sostenibilidad que sí integran los cultivos alternativos. Cultivos que requieren de una acción del Estado en forma de inversión, subsidios, tejido productivo, modernización, productividad y competitividad que son la eterna promesa incumplida y una razón de peso para entender el porqué de la ‘insuperabilidad’ del problema cocalero en el país.
7. Una guerrilla fracturada y sin legitimidad
Por cómo se han dado los acontecimientos, algunos de ellos ajenos por completo a la extinta guerrilla, lo cierto es que las FARC-EP también presentan importantes responsabilidades. Aparte de un preocupante retorno a la criminalidad, en forma de disidencias, es posible encontrar fisuras en su alto mando, especialmente entre Iván Márquez y Jesús Santrich por un lado, y Timochenko por otro. Estos tienen diferencias de calado en cuanto a cómo debe dirigirse la implementación, de qué manera ha de entenderse la participación política o cómo debía haber sucedido la dejación de armas. Estas fisuras se extienden al interior del Secretariado y del Estado Mayor Central, y permitirían entender por qué algunos de sus líderes como los referidos Márquez y Santrich, pero también otros como El Paisa o Romaña, están en paradero desconocido -posiblemente en Venezuela-. A todas luces no es el mejor mensaje, tanto para el grueso de una estructura guerrillera, que pareciera haber experimentado un distanciamiento en lo que el Acuerdo ha supuesto para las bases y lo que ha implicado para la comandancia, como para el conjunto de la sociedad colombiana. Una sociedad en donde las extintas FARC-EP no gozan de la legitimidad que sí tuvo, por ejemplo, la guerrilla del M-19, y que se traduce en los apenas 50.000 votos obtenidos en las últimas elecciones.
8. Un Gobierno irresponsable
Por si fuera poco, la llegada de Iván Duque a la presidencia fue la gota que colmó el vaso. El candidato uribista llegó con todo un andamiaje político dispuesto a polarizar, ensombrecer y desdibujar cualquier compromiso que resultase del Acuerdo suscrito con las FARC-EP. El uribismo siempre se sintió más cómodo con un Estado ‘hobbesiano’ que brindara seguridad a su población a cambio del control sobre las libertades. La paz sólo podría llegar a Colombia a través de la humillación y la derrota militar de los grupos alzados en armas, de manera que cualquier escenario alternativo no se vislumbraba. La miopía uribista, en lugar de poner en valor su contribución a derrotar estratégicamente a las FARC en la década pasada, y asumir la bandera de la implementación del Acuerdo, optó mezquinamente por todo lo contrario. Desfinanciar el Acuerdo, desentenderse de los compromisos más profundos del mismo, y aspirar a un cumplimiento de baja intensidad que conduce a una realidad en la que el país retorna hacia dificultades que, abordadas por Juan Manuel Santos, sensu contrario, demandaban soluciones de Estado y largo aliento.
En conclusión, tras diez años investigando la violencia en Colombia, llegando a cientos de municipios y entrevistando a un sinfín de guerrilleros, paramilitares, víctimas de la población civil y miembros de las Fuerzas Militares, siempre deseé poder escribir sobre la nueva paz que iniciaría con las FARC-EP y que continuaría sobre otras aristas de la violencia. Por desgracia, eso no ha sucedido y el país pareciera empecinado en volver a los años de una seguridad democrática y una militarización de la vida pública que, a todas luces, hicieron mucho daño al pueblo y que evocan una de las páginas más oscuras de su historia reciente.
* Jerónimo Ríos es investigador postdoctoral de la Facultad de Ciencias Políticas de la Universidad Complutense de Madrid (@Jeronimo_Rios_). Ha publicado más de setenta trabajos sobre violencia política en América Latina en revistas de reconocido prestigio como Rationality and SocietyGeopoliticsLatin American Perspectives o Journal of Policing, Intelligence and Counter Terrorism.