A punto de hundirnos
En los 80 se publicó “En qué momento se jodió Colombia”. Nosotros nos jodimos cuando justificamos, perdonamos y hasta premiamos los múltiples asesinos de la violencia que se extendió desde 1946 a 195?... A la sociedad, a las personas, a nuestros abuelos y padres, se les envió un fuerte mensaje psicológico: asesinen a su prójimo, maten a su prójimo, tranquilos, eso es justificable, es perdonable y hasta se premia. Aquí no hubo ningún tipo de juicio para las bestias asesinas que poblaron nuestros pueblos y veredas. De hecho, algunos decidieron castigar por mano propia, así, por ejemplo, fue asesinado en Pereira ‘El Cóndor’, el jefe de los ‘pájaros ‘que asolaron buena parte del Valle, en un área que, no coincidencialmente, es donde han operado los carteles mafiosos en los últimos 40 años…(¡40 años!).
Salgamos de la parroquia. A lo largo de décadas, en ciertas localidades mexicanas se hizo enteramente normal la explotación sexual de mujeres. La figura de “El Padrote” se extiende de abuelos, a hijos, a nietos… es decir, un atentado contra los derechos humanos fundamentales, se validó culturalmente. Aquí validamos culturalmente la resolución violenta de los conflictos: esa es la explicación de la violencia que nos carcome. Pero ahora, además de esa, estamos a punto de validar culturalmente la corrupción. (La cultura mafiosa ¿ya está validada?).
Infortunadamente para ellos, los Nule se han convertido en el símbolo de la corrupción, también es cierto que tan sólo en ese caso, hay por lo menos 50 implicado más http://ow.ly/9Uyfh que todavía nadie ve. Las culturas se mueven alrededor de símbolos: si se confirma que “Los Nule quedarían libres en 2015 y no tendrían que regresar dineros” http://ow.ly/9UwkS volveríamos a lo mismo: a mandar a la sociedad un fuerte mensaje psicológico: robe, róbese el Estado, róbese el patrimonio público, róbese el patrimonio nuestro, el de ustedes, aquel con el que se juega el presente y el futuro de nuestros hijos. Tranquilo, pague 5 añitos de –cómoda- cárcel, recoja la platica que se robó y váyase pa’ la casa (o a Miami). ¡Ahí ya ni siquiera será en qué momento nos jodimos, sino el momento en que nos hundimos!
Qué bueno sería ver a tantos que se rompen las vestiduras llamando a castigar (hasta con la muerte) a los señores de “la far” en esa misma actitud frente a las y los corruptos. Eas diferencias en la fuerza moral de la desaprobación, muestran lo cerca que estamos de hundirnos. ¿O será que ya nos hundimos y usted y yo somos un par de ilusos?
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