Hace unos días una amiga matemática, muy racional, me decía que le encantaba algo que otros me critican: la capacidad de volver intrascendente casi todo. “Tu deliciosa irreverencia” dice la señora que manda en mi casa. Pues sí, tienen razón, es que ¿qué es trascendente? ¿quién?.
Hay una serie de
filósofos que hace ya mucho decidieron que la vida carece de sentido alguno.
Que no hay una explicación de para qué estamos aquí. De qué sirve la vida
humana. ¿Será que sólo estamos para nacer, crecer, reproducir y morir? ¿para
levantarnos, alimentarnos, defecar y acostarnos?... y las bestias humanas,
incluidas las de cuello blanco, ¿para destruir la naturaleza?
Puede que sea para
reproducir la especie, total es lo que estamos haciendo hace miles de millones
de años, desde el Último Ancestro Común Universal (LUCA en inglés). Es un hábito
que está en nuestro ADN. Con el lío de que hoy hay millones que No hacen la
tarea. Y menos a futuro.
Ilustración 1 https://www.bbc.com/mundo/noticias-47260677
No en vano tanto
intelectual se suicida. De tanto racionalizar concluyen que la existencia es un
sin sentido y prefieren dejar de perder tiempo y se pegan un tiro. Es lógico
que así lo hagan. Es “lógico” ([i]). Otros han llegado a la misma conclusión. Pero
No se suicidan. Unos porque hacen uso de su legítimo derecho a tener miedo. A
ser cobardes. Otros porque sienten que han caído en la trampa biológica de la
reproducción y entonces sienten que el único sentido que le pueden dar a su
vida es criar sus hijos. Los más hábiles dicen que “la paternidad es para toda la vida” y entonces, como
biológicamente sus hijos –generalmente- viven más que ellos, pues así llegan
hasta el final de sus vidas: unas que, de no ser por sus hijos, “carecería de sentido”. La tarea de la
paternidad finaliza cuando el hijo es autosuficiente materialmente. ¿Que tal
Cristo dependiendo de José y María? ¡nunca hubiera hecho su tarea!.
Podríamos seguir
aquí dando ejemplos del sin sentido de la vida, y de cómo muchos buscan una
excusa para seguir viviendo…(que texto
tan duro Orlando…bahhh… otro texto intrascendente).
Claro está que hay
muchas formas de vivir: valorar los atardeceres, amaneceres, el sonido de los
pájaros, las olas, la caída de una gota de agua, hay ¡millones!... pero aquí No
estamos hablando de si la vida es bonita o fea. La vida es lo que es. Aquí
estamos hablando es del sentido, del para qué nacimos, a qué vinimos, y …
seguramente no sólo fue a disfrutar sus mieles o atormentarnos con sus hieles.
¿O será?...
Entonces resulta
que hay que encontrarle un sentido a la vida. Y no puede seguir siendo el acto
abusivo de cargarlo a nuestros hijos (o a nuestros padres, “porque hay que
cuidarlos hasta que se mueran”, luego nos inventamos otra excusa). No existe –creo yo, usted es libre de creer lo que
quiera- ninguna posibilidad biológica de justificar nuestra existencia. ¿El
sentido de la vida es disfrutar la lluvia mientras cae sobre nuestros cuerpos
desnudos copulando en una tarde calurosa? ¿umhhh? Hay que ir más al fondo.
Se acabó el
espacio … por ahora quedemos ahí… ese desespero por justificar la vida con
acciones asociadas al cuerpo, a la materia, son sólo una forma de tratar de darle
sentido a la vida… y usted sabe, siente, muy dentro de usted que “no,
no es por ahí, debe haber algo más”… Recuerde: No pretendo convencer a
nadie. De hecho, la vida hace rato me enseñó que hay que creer para ver… mD
seguimos.
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