2010/02/21

PODER POLÍTICO III
Orlando Parra G.

Que si pienso que el poder político es una expresión concentrada de la economía…y que, de hecho la guerra (la violencia direccionada) es la continuación de la política por otros medios, y que, por ende, todas las violencias que en Colombia (y el mundo) dicen ser políticas en el fondo sólo defienden intereses económicos…sí, esa es la piedra angular a partir de la cual busco comprender algo del agua putrefacta que veo correr debajo de los puentes.
Entonces, nuestros gobernantes, en el ejecutivo o en el legislativo, esencialmente lo que representan son intereses económicos, muchas veces los directamente relacionados con sus propios bolsillos: si algún día se hiciera un seguimiento no a las necias declaraciones públicas de renta, sino a los tentáculos de testaferratos de la mayoría de nuestros congresistas, ministros y gobernantes, se podrían entender varias cosas: más allá de qué intereses representa la ley 100 o los decretos de la emergencia, casi todas las leyes, decretos, o grandes decisiones de los gobernantes –desde el pueblito hasta el “hegemon” del planeta- está mediada por esos intereses que representan directa o indirectamente: e insisto: es en todas las democracias, especialmente, en las representativas...¿hay alguna democracia “participativa” en el planeta?

Por eso los partidos Colombianos son un mal chiste. Y son prácticamente todos los que tienen alguna real incidencia, pues curiosamente, los que podrían ser considerados partidos políticos: con ideologías, con programas, con militantes, con alguna dirigencia disciplinada, donde los congresistas, o los ocasionales gobernantes obedecen a sus militantes, a sus partidos a sus congresos (y no al revés) son en nuestro país los más pequeños, los que menos influyen. Los demás son sumatorias de egos, sumatorias de personajes, sumatorias de caudillos y sumatorias de intereses económicos por defender. ¿Qué tiene de partido serio aquel congregado alrededor de una camarilla que rodea a un personaje? ¿O la de los partidos o movimientos donde ni siquiera hay camarilla sino un dictador omnímodo? ¿O la de aquel donde los parlamentarios forman la camarilla que luchando contra sus egos intenta ser dizque alternativa? ¿O la del que se forma alrededor de 2,3 caudillos?...Camarillas con clientelas, eso es lo que tenemos en Colombia como la expresión de partidos políticos. Obvio cada caudillo con o sin camarilla defiende unos intereses económicos, intereses legales o ilegales, y sus rivales otros intereses; empero hay poderes económicos tales, que son capaces de influirlos a todos.
Corría el gobierno de Cesar Augusto Gaviria Trujillo, y Rudolf Hommes era su Ministro de Hacienda. Propuso un impuesto sobre la Cerveza. Y, en el debate parlamentario al respecto, jamás olvidaremos la figura del presidente de Bavaria (Grupo Económico Santo Domingo en esa época) parado en las gradas del congreso mirando cómo se desenvolvían sus títeres. Si Mancuso años después dijo que los paras tenían congresitas: los grandes poderes económicos, legales o ilegales, desde hace mucho los han tenido y los tienen. ¿Quién nos gobierna? ¿Quién es el poder real, tras el poder formal, a nivel local, nacional e internacional?. Nuestros Presidentes de la República, en el nivel donde uno supone que, al menos allá, pueden ser algo libres de esas dependencias económicas, son, por el contrario, de los más dependientes: Gaviria fue permeado por el banquero Luis Carlos Sarmiento Angulo; Samper gobernó (se salvó) bajo la égida del grupo Santo Domingo; Pastrana volvió a caer en manos de Sarmiento; Uribe llegó en los hombros del Sindicato Antioqueño (otros dicen que unas igual de poderosas y algo más siniestras…). Esos son los intereses que realmente los eligen y por ende, defienden.

Así las cosas, la democracia Colombiana (y casi todas) es una obra de teatro, unos las protagonizan mejor que otros, pero en el fondo, son los directores económicos los que toman SIEMPRE las decisiones: afortunadamente hay malos actores y peores expectadores… (continuará…)

2010/02/14

¿Quién es el dueño de estos ingenios?
"...En síntesis, se estableció que estas empresas, que según Asocaña controlan el 99,7% de la producción de caña de azúcar en Colombia, abusaron de su posición dominante..."

en http://www.elespectador.com/impreso/articuloimpreso187479-ingenios-pagar-10300-millones
PODER POLÍTICO (2)
Orlando Parra G.
Que aburrimiento! Que bostezo! Produce hablar de un tema del que todo el mundo habla… ¡¿qué tiene de nuevo hablar de una persona que indudablemente puso el tema de la seguridad (rural) en el centro de la agenda nacional –con errores y horrores, es cierto- pero que, desafortunadamente su alma pasó por la emboscada, asechanza, encrucijada y cayó en la tentación: la tentación de mandar toda la institucionalidad del país al carajo, supuestamente para favorecer la patria construida sobre esa institucionalidad?!…mejor renunciemos al tema y pasemos a otros más terrenales.
Joe Toft se llamaba el señor de la DEA que dio una declaraciones para el noticiero QAP en la presidencia del actual “codirector informal” del partido liberal, y dijo que aquí había una “narco democracia”…¡casi lo linchan!...de eso hace 18/14 años. Después pasamos a la “paraco democracia”…y el atrevido auditor general de la nación habla hoy de “favor cracia”…y, creo que los tres tienen razón, sólo les falta una que se da en muchos pueblitos: la guerrillo cracia. Es decir, tenemos una cracia o gobierno de narcos, paras, los que hacen y reciben favores, guerrilleros y…de los políticos...los políticos oscuros, claros y termino medio....y ¿usted y yo?: por ningún lado…¿será?...¿así de mal estamos?...
Desafortunadamente, ahh pocas cosas tan caras en Colombia como participar –seriamente- en un debate electoral: afiches, cuñas, plegables, sedes, agüita, carro, gasolina…etc: eso pues sin contar con los que dan casas completas y los que las dan a pedazos: lotes, ladrillos, tejas, cemento, arena, ventanas, o los que dan otros objetos, o los que dan “plata liquida”: como dijo recientemente un exalcalde Pereirano el apoyo de un concejal de un pueblito vale 20 o más millones, el de una ciudad intermedia el doble y sigue…en eso llevamos…jhummm…el abuelo (materno) de Germán Vargas, comenzó a hablar del tema hace unos 30 o más años…y desde entonces la plata para esas campañas salía del estado:¿recuerdan los famosos auxilios parlamentarios?, claro, también ya había plata de la mala hierba, luego de la coca y la heroína (de las que hablaba Joe), luego se juntaron con la plata de los paras, la de los guerrillos, y la plata de “los que hacen y reciben favores” con el erario público, es decir con el dinero que todos pagamos en impuestos: la democracia, el “gobierno del pueblo” en Colombia es un chiste –tan malo que puede ser sangriento- en casi todo el territorio nacional.
Pero, hay excepciones. Si. Las hay. Hay excepciones en dos casos: uno, cuando en pueblos extenuados con la inmundicia de sus gobernantes aparecen líderes cívicos –curiosamente, casi siempre Curas- que logran quitarse por algunos años ese yugo. La Dorada, La Celia, Cucutá, y otros pueblos o ciudades/pueblo lo han logrado. (Pereira es una Ciudad/Pueblo: ¿o acaso la alcaldía a dejado de ser la empresa más grande del municipio?: como en los demás 1000 pueblos…).Desafortunadamente entre más pequeño el pueblo más corto es el experimento. Y el otro, que se vienen dando en las grandes ciudades del país construidas a partir de las votaciones de opinión que única y exclusivamente se construyen a partir de la independencia económica de sectores de la población que rompen con las ataduras de las clientelas construidas alrededor de TODAS las alcaldías y gobernaciones. Así las cosas: Bogotá, Medellín, Barranquilla, Cali (y Bucaramanga) lo han logrado: curiosamente, en ésta modalidad, entre más grande la ciudad más se alarga el ejercicio: Bogotá, nuestra ciudad más grande parece imbatible después de la constitución del 91, mostrando que la elección popular de alcaldes, dependiendo de algunos factores, SI funciona. Pero…son eso…excepciones a la norma frente a la chistesangrientodemocracia que nos rige (continuará) ciberplural@gmail.com

2010/02/07

Cierre de la revista ‘Cambio’, golpe al periodismo de denuncia

Por: Cecilia Orozco Tascón
en http://www.elespectador.com/impreso/cuadernilloa/entrevista-de-cecilia-orozco/articuloimpreso186229-cierre-de-revista-cambio-gol La decisión de la Casa Editorial El Tiempo de clausurar la revista ‘Cambio’ y de cancelar los contratos de Rodrigo Pardo y María Elvira Samper, los dos directivos del semanario, causó asombro y desasosiego en el mundo de los medios.

-el contexto aparece al final de la entrevista: nota del blogger de ciberplural-

Y no sólo por inesperada. También porque casi nadie creyó que las razones económicas que se argumentaron para sacarla del mercado fueran las únicas. Los dos periodistas creen que hubo motivaciones políticas.

Rodrigo Pardo, ex director de la revista ‘Cambio’

“Nos botaron y nos cerraron, pero no nos equivocamos”

Cecilia Orozco Tascón.- ¿El cierre de la revista fue una decisión abrupta que se le comunicó a usted de improviso o fue informado anticipadamente?

Rodrigo Pardo García-Peña.- El año pasado supe que la junta directiva estaba evaluando lo que llama “el modelo de negocio” y que había inquietudes al respecto. De otro lado, también me llegaban rumores sobre las molestias que suscitaba el periodismo de denuncia y análisis que hacíamos. Cambio reveló, en 2009, los vínculos de Guillermo Valencia Cossio con la mafia, los acuerdos entre Colombia y Estados Unidos sobre las bases militares y el escándalo de Agro Ingreso Seguro, entre otros temas polémicos. Pensé que estos buenos resultados bastarían para que la Casa Editorial decidiera seguir adelante con la revista. Nunca me imaginé el cierre ni mucho menos mi salida de El Tiempo. Y no fui avisado con anticipación.

C.O.T.- La clausura de una revista de actualidad tan importante como ‘Cambio’ no es una decisión que se toma de un día para otro. ¿La situación económica era tan desesperada?

R.P.G-P.- No. En 2009 hubo ganancias y para 2010 ya se habían vendido más de $1.500 millones. Aunque no soy gerente, pienso que este año, con la recuperación de la economía que se espera, las utilidades de Cambio habrían podido aumentar. Además, la evaluación de un medio no se puede limitar al aspecto económico. Hay que hacer otro tipo de consideraciones, como la responsabilidad social que implica el periodismo para la democracia y el fortalecimiento del debate público.

C.O.T.- De todas maneras, se pregunta uno si un conglomerado con tanto músculo financiero como El Tiempo no hubiera podido mantener a Cambio, dado el valor de su marca. ¿El cierre tuvo que ver con las denuncias que ustedes hicieron?

R.P.G-P.- Me he estado preguntando hasta dónde el tipo de periodismo que practicábamos en Cambio, es decir, un periodismo investigativo, de denuncia, independiente, profundo, cabe en una casa editorial como El Tiempo, o en otros grupos que tengan una relación de dependencia con el poder político. Esto limita las posibilidades de existencia de una publicación como Cambio, porque mientras los propietarios necesitan cercanía con el Gobierno, el buen periodismo necesita independencia y distancia. La revista pisaba muchos callos, semana tras semana, que causaban molestias en personas del Ejecutivo.

C.O.T.- Entonces, ¿usted sí cree que el contenido de la revista influyó en la decisión de cierre?

R.P.G-P.- Sí, el contenido influyó. Lo que no sé es cuánto. Pienso que coexistían la molestia con la línea editorial y las inquietudes sobre la rentabilidad. Esto último me lo han dicho explícitamente. Lo primero, lo sospecho por indicios y por las preguntas que me hacían desde hace un tiempo. Ahora dicen que van a hacer una revista mensual. ¿Por qué María Elvira Samper y yo no podíamos hacerla? Obviamente no gustaba nuestra línea.

C.O.T.- ¿Por ser una línea crítica y de oposición?

R.P.G-P.- Por ser independiente. María Elvira y yo no creemos en la manguala entre los periodistas y el poder. Llamar a Cambio a pedir un favor, por parte de un político, o a negociar un artículo, era tiempo perdido. Lamentablemente, la cercanía entre el poder y los medios ha hecho que los gobernantes, políticos y grandes empresarios se sientan con derecho a influir en los contenidos y a negociar enfoques. Eso no pasaba en la revista. Ahora, yo sí he sido muy radical en mi crítica a la reelección y en enfatizar que la democracia se acaba cuando quien está en el poder cambia las reglas de juego a su favor.

C.O.T.- A propósito de su posición, un ex asesor del Presidente escribió en El Tiempo varias columnas contra usted. Dijo que usted era “el jefe de la bigornia”, o sea el jefe de “la banda”. ¿Vincula la molestia que se percibe en esa crítica con su salida?

R.P.G-P.- Algunas personas le atribuyen a José Obdulio Gaviria un poder muy amplio y una vocería autorizada del presidente Uribe; otros dicen que su poder es una fábula y un fenómeno sobrevaluado. Es obvio que me detesta y dicen que es un estrecho amigo de Francisco Solé, el representante del grupo Planeta en El Tiempo. Si eso tuvo que ver con mi salida, no lo puedo saber. Me imagino a José Obdulio, al presidente Uribe y a los protagonistas de los escándalos que publicamos en Cambio, como los Valencia Cossio y Andrés Felipe Arias, muy felices con mi salida y con el cierre de la revista.

C.O.T- Aunque no se lo dijeran directamente, ¿sintió que el contenido de la revista le molestaba al grupo Planeta o a algunos de los socios en particular?

R.P.G-P.- Nosotros actuábamos de manera autónoma, independiente y sin consultar a nadie. Pensaba que las muestras externas de admiración por los éxitos periodísticos del equipo de la redacción de la revista eran suficientes para asegurar la aprobación interna. No fue así.

C.O.T.- Usted es un experto periodista y en esa condición uno no se llama a engaños: detecta en el ambiente que las cosas no están marchando. ¿Tuvo sensación de aislamiento respecto del resto de la Casa Editorial?

R.P.G-P.- No. Ese tipo de sentimientos se percibían afuera. Nos hacían preguntas sobre por qué razón nos toleraban una línea editorial diferente a la de El Tiempo. También nos llegaban rumores de que me iban a botar y de que iban a cerrar la revista. Pero como eran versiones callejeras, María Elvira y yo decidimos seguir adelante con la política editorial que consideramos ética y profesionalmente correcta. Mi abuelo (Roberto García-Peña) fue director de El Tiempo durante 42 años y de él aprendí qué es periodismo y qué es democracia. En la dictadura de Rojas, a él le cerraron el periódico porque se negó a rectificar una información que afectaba al Gobierno. Creo que destapar la corrupción, defender la Constitución y criticar la concentración de poder es lo que corresponde a la tradición histórica y liberal del periódico.

C.O.T.- Entonces, ¿se equivocó?

R.P.G.-P.- Pues nos botaron y nos cerraron, pero no creo haberme equivocado. De hecho, pienso que quienes se equivocaron fueron ellos, aunque el que esté pasando un mal rato sea yo.


María Elvira Samper, ex editora general

“Ser independiente puedeconducir a la muerte profesional”

Cecilia Orozco Tascón.- ¿Sorprendida con la decisión del cierre de la revista y la exclusión suya y de Rodrigo Pardo de ‘El Tiempo’?

María Elvira Samper Nieto.- Francamente sí.

C.O.T.- ¿Por qué cree que ustedes no fueron enterados de la crítica situación por la que presuntamente pasaba la revista?

M.E.S.- A finales del año pasado hubo ciertos mensajes que se podrían haber interpretado en ese sentido, pero lo curioso es que en 2009 la revista dio utilidades. Creo que no fuimos informados de la decisión de cerrar Cambio porque hubo —además de otros factores— arrogancia de poder. Así de sencillo, así de simple, así de crudo y así de duro es.

C.O.T.- ¿Opina que la crisis económica es la verdadera razón del cierre de la revista?

M.E.S.- No es la razón fundamental, aunque ese sea el argumento de mostrar. Creo que hubo ingredientes políticos que no puedo probar, salvo porque sé, de buena fuente, que había miembros de la junta a quienes les parecía que no era conveniente tanto periodismo de denuncia. No se necesita tener más de dos neuronas para entender, incluso por el comunicado y por las declaraciones del presidente de la Casa Editorial, que las motivaciones económicas existían, pero que no eran las únicas.

C.O.T.- ¿Por qué dice eso?

M.E.S.- Porque no es creíble que una organización editorial de la trayectoria de El Tiempo tenga que cerrar una revista que dio utilidades, aunque se diga que no eran suficientes. Uno se pregunta si es posible que al monstruo de las comunicaciones le haya quedado grande un negocio tan pequeño. Es muy difícil pensar que no hubo poderosas razones políticas que influyeron en esta decisión.

C.O.T.- En otras palabras, para usted es claro que el contenido de la revista le generaba problemas a la Casa Editorial y que ese factor ayudó a acelerar el cierre.

M.E.S.- Sí, porque estábamos pisando callos en un país donde cada vez es más difícil la disidencia y donde la arrogancia del poder brota desde tantos flancos. Como le digo, no tengo pruebas para demostrar lo que digo, pero había mucha información filtrada, muchas cábalas y mucho rumor sobre el futuro de Cambio.

C.O.T.- ¿No es paradójico que al buen resultado periodístico de la revista le siga la decisión de clausurarla?

M.E.S.- Por supuesto que sí. El año pasado dimos golpes noticiosos realmente importantes. Y justo cuando nos encontrábamos en el centro de la opinión y de la información, ordenan clausurar la revista sin darnos siquiera tiempo para terminar la edición que preparábamos, porque nos llamaron cuando estábamos en pleno cierre. Todo el equipo quedó absolutamente desconcertado y debo confesar que Rodrigo y yo también, por la forma como nos ‘decapitaron’.

C.O.T.- ¿No es muy duro para ustedes dos —con antiguas vinculaciones familiares con ‘El Tiempo’— que los saquen de esa manera?

M.E.S.- Claro que sí. No puedo dejar de preguntarme cómo El Tiempo, que ha sido un medio de gran tradición liberal, asume el costo que pagará por este deterioro de imagen y credibilidad. Tanto el abuelo de Rodrigo, Roberto García-Peña que fue director del periódico, como mi abuelo, Luis Eduardo Nieto Caballero, pusieron el pecho al igual que el doctor Eduardo Santos cuando el periódico fue clausurado y sus instalaciones incendiadas; en su sala de redacción se luchó contra la dictadura, se resistió en medio de los años más aciagos de la violencia y se defendió el pensamiento libre. ¿Este grupo es el mismo que cierra una revista que ha hecho su trabajo con transparencia y con una agenda exclusiva nacida de la convicción de que hay necesidad de fiscalizar cada vez más el poder? ¿Es en las manos de esta casa liberal donde se le decreta la muerte a un medio independiente?

C.O.T- ¿Cree que los ataques que sufrió la revista por parte de altos ex funcionarios del Gobierno pesaron en la decisión de ‘El Tiempo’ y de Planeta?

M.E.S.- No tengo información para decir que no o que sí, pero sí siento que el periodismo colombiano está llegando a un punto de inflexión muy grave. No me atrevo a decir más.

C.O.T,- Apenas ustedes publicaban sus investigaciones, se le hacían fuertes críticas a la revista, incluso de personas que escriben en el periódico. ¿Diría que ustedes fueron minados desde adentro?

M.E.S.- Desde adentro y desde afuera. Es cierto que hubo columnas muy agresivas contra Rodrigo o contra la revista en El Tiempo. Y el candidato Juan Manuel Santos dijo, hace pocas semanas, que éramos unos idiotas útiles. Que la gente saque sus propias conclusiones.

C.O.T.- Precisamente, usted escribió una columna para responder esa expresión del ex ministro Santos…

M.E.S.- Así es y no me la perdona…

C.O.T- Justamente a eso iba. ¿Cree que él tuvo que ver algo en esta decisión?

M.E.S.- No lo sé, pero él sí debería responder esa pregunta.

C.O.T.- La expectativa que tiene el grupo Planeta de obtener un canal de televisión, ¿influyó en la molestia por el contenido crítico de la revista?

M.E.S.- No descarto que nos hayamos convertido en una piedra en el zapato. Hay muchos ejemplos en la historia del periodismo en que consta que se entregaron cabezas a cambio de negocios. No puedo sostener que la expectativa del canal haya sido una de las razones para que el contenido de Cambio molestara tanto, pero sí es una de las preguntas que nos han hecho a Rodrigo y a mí insistentemente.

C.O.T- ¿Cree que la libertad de prensa en Colombia se está deteriorando?

M.E.S.- Sí. Y no lo digo porque les prohíban explícitamente a los periodistas hacer o decir algo, sino porque son tantos los medios que están muriendo y los recortes que se están haciendo, que los periodistas se autocensuran sin que nadie les diga nada. El cierre de Cambio es un mensaje para muchos medios y reporteros. El mensaje de fondo de esta decisión es que ser independiente, decir lo que se piensa y cuestionar el poder puede conducir a la muerte profesional.

‘Cambio’ nació española y muere española

La revista Cambio 16 Colombia nació de la mano de la sociedad empresarial española Cambio 16, presidida por Juan Tomás de Salas, influyente periodista madrileño, hoy fallecido. El semanario se imprimió por primera vez en Bogotá en 1993. Los socios colombianos del proyecto eran Daniel Samper Pizano, Darío Restrepo Vélez y Patricia Lara, entre otros periodistas. Se vincularon al nuevo medio famosas firmas: Antonio Caballero, Alberto Donadío, Germán Espinosa, Alfredo Molano y Darío Jaramillo. El éxito de los primeros números posicionó rápidamente la revista como una de las más fuertes de la época.

Años más tarde, Patricia Lara compró la totalidad de la empresa, que después fue transferida a un grupo compuesto por Gabriel García Márquez, su esposa Mercedes Barcha, María Elvira Samper y Roberto Pombo, actual director de El Tiempo. Este periódico adquirió la revista hace poco y le dio cobertura económica dentro de su organización. La Casa Editorial El Tiempo fue vendida, a su vez, al emporio español conocido como grupo Planeta. Hasta la semana pasada la decisión de cerrar Cambio definitivamente y de convertir la revista semanal en mensual, modificando por completo su contenido, era absoluto secreto. Rodrigo Pardo y María Elvira Samper, directivos del hebdomadario, fueron inexplicablemente despedidos.

Dos periodistas prestigiosos

Rodrigo Pardo es tan conocido por sus actividades periodísticas como políticas, aunque en los últimos años abandonó la carrera pública para dedicarse a los medios de comunicación. Pardo García-Peña es politólogo de la Universidad de los Andes y tiene una maestría en Relaciones Internacionales de la universidad norteamericana Johns Hopkins. Fue consejero presidencial, canciller de Colombia y embajador en Venezuela y Francia. Su carrera como periodista también es larga: analista y columnista de varios diarios, editor de El Tiempo, subdirector de Semana y director de El Espectador y de Cambio hasta la semana pasada, cuando le anunciaron el cierre definitivo de la revista.

María Elvira Samper es filósofa de los Andes, pero siempre ha ejercido el periodismo. Ha hecho y presentado diversos programas de televisión y radio. Fue propietaria, además de la revista Cambio, en una etapa anterior a la actual, del Noticiero QAP de televisión que rompió esquemas en presentación y concepción de noticias. Trabajó durante muchos años como editora, en la decana de las revistas colombianas, Semana, competencia directa de Cambio. Curiosamente, fue la única de los socios antiguos de la revista que permaneció en el medio. Al igual que Rodrigo Pardo, María Elvira fue sorprendida con la noticia de la clausura de Cambio y de la terminación tajante de su contrato.


2010/02/03

CRISIS DE LA SALUD, CUAL?, SI SALUDCOOP EN "16 años ha multiplicado 176 veces su tamaño"

¿Dónde está la bolita?
Por Daniel Coronel en http://www.semana.com/noticias-opinion/donde-esta-bolita/134332.aspx
Mientras el gobierno expide decretos funerarios contra el ya deficiente servicio de salud que reciben los colombianos, los intermediarios se enriquecen astronómicamente. De las 100 empresas más grandes de Colombia, cinco son intermediarias de la salud. La más grande de ellas se llama Saludcoop y ocupa el lugar número 18 en el ranking de las mayores empresas del país. Saludcoop nació en 1994 con 2.500 millones de pesos de capital y de acuerdo con el informe publicado en mayo por SEMANA -basado en las cifras declaradas-, hoy cuenta con un patrimonio de 439.391 millones de pesos. Lo cual quiere decir que en estos 16 años ha multiplicado 176 veces su tamaño.
El prodigioso crecimiento de la compañía, y de sus similares, ha ocurrido en los mismos años en los que se evidenció la crisis del sector salud.En contraste con el colapso de la medicina que reciben los colombianos, Saludcoop no ha parado de crecer, incluso devorando a sus competidores. Hace un tiempo compró otras dos EPS llamadas Cafesalud y Cruz Blanca. Tiene su propia red de clínicas, unidades de imágenes diagnósticas, laboratorios clínicos, ópticas y una empresa especializada en el suministro de medicamentos y productos hospitalarios.Para asegurarse de que la plata sólo salga de un bolsillo para entrar en otro, Saludcoop es dueña de Work & Fashion, que produce confecciones hospitalarias y deportivas. Los pacientes y los visitantes de sus clínicas consumen los alimentos preparados por su compañía Health Food. El mantenimiento de sus equipos lo encarga a Bio Rescate, otra sociedad de su grupo. La ropa hospitalaria es lavada por Impecable, su lavandería de sábanas y prendas nosocomiales. Las medicinas se las compran a su empresa Epsifarma, para ganar también porcentaje sobre el ibuprofeno y otras efectivas drogas recetadas a los pacientes de Saludcoop. Claro está que el valor es negociado previamente con los laboratorios por su compañía Pharma 100 S. A., con el propósito de obtener los mejores precios para la organización.Pero ahí no para el negocio. Sus propios trabajadores dejan un porcentaje en las arcas de Saludcoop por el honor de trabajar allí: Serviactiva, su precooperativa, le suministra el personal de servicios generales. Quienes laboran en servicios médicos son contratados por Cuidados Profesionales. Los vigilantes vienen de su empresa Orientación y Seguridad Ltda. Audieps se encarga de la auditoría de calidad y si un usuario tiene algún reclamo para hacer, será atendido por el amable Call Center del grupo, llamado Contact Service.Mientras usted lee esta columna, la batería de abogados de Saludcoop mirará con lupa para encontrar un motivo para demandarme por haberme atrevido a contar estas verdades. Esa labor seguramente se iniciará con la juiciosa pesquisa de Jurisalud. Y para cumplir con la ley que establece que las cooperativas deben destinar parte de sus ingresos a la educación, Saludcoop es dueño del Colegio Los Pinos de Bogotá y mantiene el no menos pedagógico Instituto Saludcoop de Golf que, desde su bonita sede en el norte de Bogotá, instruye a niños y adultos en la práctica de este popular deporte. Las ventas de Saludcoop en el año 2008 se acercaron a tres billones de pesos. Su utilidad operacional aumentó un 184 por ciento en relación con el año anterior. Y seguramente podría haber tenido ganancias aún mejores si sus proveedores -que en buena parte son sus propias empresas- le hubieran cobrado un poquito más barato los numerosos suministros y servicios.Uno de los principios fundadores del periodismo de investigación señala que para encontrar la causa de un problema hay que seguir la plata. Al gobierno no se la ha ocurrido pensar que el derrumbe de la salud puede encontrar explicación en la desmedida ambición de los intermediarios y en la pasmosa inactividad de la propia administración que lleva casi ocho años aplazando la solución (y rebajándoles sanciones a estos pulpos).No, para ellos, el costo lo deben asumir los trabajadores colombianos que después de pagarles cada mes el 12,5 por ciento de sus salarios a las EPS, absurdamente reclaman que esas compañías cumplan con su parte del contrato.

2010/02/01

PODER POLÍTICO 1.
Orlando Parra G
Estamos a semanas de elecciones para congreso y de consultas (y de un referendo?). Como ciudadano me es imposible no opinar, y prefiero decir lo que pienso, a ser sometido al terrible e irresponsable ejercicio de ser interpretado bajo lentes interesados.

Que sabroso es poder opinar desde las barreras. Es la ricura del gordo panzón que le grita desde la tribuna o desde las bancas al 10 de su equipo: “tronco!!!!” –¿todavía les dicen así?-…tengo una ventaja: he jugado, inclusive me atreví a ser candidato hace algún tiempo: tal vez sea el gordo de la tribuna pero al menos conozco algo de lo que se requiere para marcar o para tapar un gol.
Primero pienso que hay que respetar a todos los que se meten al ejercicio de la política electoral. Todos lo hacen con algún interés, todos tienen tonalidades ninguno es claridad absoluta pero tampoco ninguno es oscuridad total. Desafortunadamente es un mundo donde la oscuridad prima, incluso se dice que el demonio le mostró todos los reinos del mundo a Jesús y le dijo “a ti te daré toda esta potestad, y la gloria de ellos; porque a mí me ha sido entregada, y a quien quiero la doy”…el sólo hecho de tentar al diablo merece algún respeto, de hecho la mayoría terminan vendiéndole su alma…

Segundo, en Colombia (y con intermitencia en casi todo el tercer mundo…y hasta el primero) el pecado matar, así sea en cantidades, hace parte del vocabulario de ciertos actores políticos y el morir, así sea en masa-cre, pues es su consecuencia. Entonces, desde el concejal del pueblito –claro u oscuro poco importa- que se arriesga a salir a hacer campañas en veredas donde cualquier cosa puede pasarle, hasta el que cree que puede hacer política denunciando la corrupción y quedarse tranquilo…son valerosos. Y hay que respetarlos.
Tercero, corrupción “El poder tiende a Corromper y el poder absoluto corrompe absolutamente". Resumió magistralmente Lord Acton…es tan complejo el tema, que el primer hecho de corrupción documentado, no es ni Romano, ni Griego, al parecer es de la época egipcia de los faraones, cuando en el período de Ramsés IX (1123 antes de Cristo) un tal Peser sufrió para denunciar “los torcidos” de un tal Pewero…más de 3.000 años atrás…y debe ser “más” atrás…aquí, ha habido escándalos documentados desde la colonia, la república, etc…lo dicho el poder, y ojo, cualquier poder, no sólo el político, tiende a corromper…

Cuarto…¿para qué sigo?…resumamos simplemente con que la política electoral es un “terreno minado”…donde algunos han fabricado las minas, otros han planeado colocarlas, otros las han colocado y algunos ilusos que ni las fabrican, ni las planean, ni las colocan, pretenden –o hemos pretendido…- atravesar dichos campos: no se sabe si son –o hemos sido- ilusos o héroes; aunque, es cierto, algunos los pasan: perdiéndose u oscureciéndose algo en el camino…
Tal vez por eso, éste año se dio un fenómeno que nunca había visto en las casi dos décadas que llevo riéndome y llorando –a veces de la risa, otras no- con la evolución de lo que algunos todavía llaman “política” en Risaralda…¿cómo se explica que a estas alturas haya listas a cámara de los grandes partidos incompletas? O que haya dirigentes suplicándole a suicidas, digo, a otros dirigentes que se inscriban en listas a cámara?...La renuncia publica, por allá hace meses de un exalcalde quien dijo públicamente que no aspiraba porque le estaban pidiendo centenas de millones para ser candidato al Senado y la más reciente, de un (ex?) pupilo del citado exalcalde quien renunció aduciendo las mismas razones, o la de un tecnócrata que quiso perderse en los laberintos de una lista a cámara, quien también debió retirarse, muestran algo valioso: muchos ya entendemos algo del juego: si es que se le puede llamar juego. -continuará-