Sergio, ha puesto usted en la red una invitación para que opinemos en torno a “Alianzas” (http://www.sergiofajardo.com/blog/?p=107 )
Acierta usted cuando dice que todos los partidos de hoy son productos de alianzas. Sí: el mismo proyecto de partido verde es sumatoria de personas que vienen del Partido Comunista, del Polo; de la derecha Liberal; de la antipolítica vuelta política; del M19; etc. Eso es ese proyecto: Una alianza. Esa minoría de quienes llegaron a la “playa verde”, 18% según su blog, que “por principio” se oponen a las alianzas, a ser lo que ya son, se contradicen. Salvo que crearan su propio partido: ¿la antipolítica hecha partido?
Así entonces, usted por su conocimiento, sus cicatrices pues ha perdido y ganado elecciones, con una sólida candidatura que podría ir hasta el final sola (¿pura?...) es el modelo: considera necesario las alianzas. Es decir, es conscientes que en la mecánica electoral se trata de sumar. Obvio, no a cualquier precio, pero sí sumar. La “pureza” funcionaría en Dinamarca pero NO en Cundinamarca
Y es que en las campañas se juega con todo, con lo propio, con el contrario, y con el papel que cumplen los terceros en las disputas. Primero se define la real capacidad que tiene un candidato -pues la mayoría difícilmente superan la candidez o, peor, la soberbia... - y como tal se define entonces el contrario y el papel que pueden jugar los demás: ¿pueden sumar, restar? La única manera que alguien se hace dirigente es cuando asume su fuerza/límite y decide si tiene SU propio ajedrez, SU juego, o deja que los demás actores lo vuelvan una ficha (...).
Algunos dirán que el/la rival es igual o peor. Que NO hay de dónde escoger. Sí, puede suceder. Pero dejando atrás, como lo hace el 72% de sus consultados, la idea de la existencia de humanos perfectos, de practicantes impolutos de la política: generalmente sí hay diferencias. Unos son más decentes que otros: lo que se trata es de acentuar, extender, asegurar, proteger, esa decencia, esa honestidad con su SELLO VERDE: propuesta programática; transparente, sin pactos secretos y de cara a la ciudadanía; expresado en ALIANZAS POR LA DECENCIA EN EL MANEJO DE LOS RECURSOS PÚBLICOS
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