2020/07/31
2020/07/07
LA EDUCACIÓN CAMBIÓ
LA EDUCACIÓN
CAMBIÓ
En estos meses,
para bien o para mal, el mundo se ha acelerado décadas. Habrá cambios que se
quedarán. La educación cambió. Los docentes debimos trasladar nuestra labor a
la educación remota, a distancia. No fue si quisimos, tocó hacerlo. Y fue un
acierto preventivo, pues se trata de evitar las 3c: cerca, cerrado, concurrido.
Hemos dado un paso enorme en la masificación de la educación virtual. Ya no es una situación de una minoría sino de
todos.
Con la profe
Marleny Aristizabal Osorio hemos reflexionado al respecto. Estamos en un
momento más operativo -donde usamos lo que tenemos a disposición- que
planificado. Para ponerlo en términos sencillos. Al comenzar el primer semestre
pocos habían ofrecido “educación virtual” y todos terminamos haciendo algo
parecido. Ahora, al iniciar el 2º, y en el 2021, lo que viene sí es poner en
marcha tal modelo educativo, que es diferente al tradicional.
Ya el modelo
tradicional tenía graves problemas. Teníamos estructuras físicas con diseños
del siglo 19, profesores con prácticas del siglo 20 y estudiantes que avanzaban
raudos en el Siglo 21. Por ejemplo, ¿en qué quedaron quienes prohibían estrictamente
el uso del celular, cuando ahora muchos estudiantes reciben su clase,
precisamente, en el celular?
Adaptarse o morir,
no es lema, es una exitosa ley para la humanidad. La educación a distancia
tenía más altos niveles de deserción que la presencial porque nuestras
culturas, en general, no fomentaban el aprendizaje autónomo. Éste semestre
obligó a millones a asumirse como tales.
Como dice la
profe, son diversos los beneficios personales: manejo de tiempos sin tener que
cumplir jornadas y horarios específicos; ahorros en recursos, pasajes, por
ejemplo; fortalecimiento de competencias blandas: disciplina, responsabilidad,
respeto por el tiempo de todos, resiliencia, etcétera; estar a la vanguardia en
TICS: conectividad, manejo de software y
hardware. Y podríamos anotar uno sólo en lo colectivo: mayor protección del
planeta por la reducción del transporte motorizado.
Nuevamente, el
balón está en el campo de las instituciones educativas, de sus cuerpos
administrativos y académicos. La educación virtual ha llegado para quedarse. Si
los estudiantes tienen el reto del aprendizaje autónomo, la institución tiene
el de dar el salto de lo operativo que nos tocó, a esquemas de pedagogía virtualizada
masiva de la que apenas estamos aprendiendo, pues si bien había una experticia
asociada a programas de educación minoritarios, ahora estamos en un momento en
que todas las clases, sin excepción, pasan por ese modelo.
El salto es y será
difícil e inversamente proporcional al nivel educativo. Puede que los
Doctorados, los cuales usaban la virtualidad, se masifiquen. Que el proceso a nivel de pregrados
universitarios sea manejable. Pero en el caso de los bebes, de los niños, el
tema preocupa. La humanidad sólo ha construido un modelo de socialización, de desarrollo moral y de autonomía (https://es.wikipedia.org/wiki/Lawrence_Kohlberg), que son los preescolares, y la
interacción es definitiva: ahí, hasta ahora, NO hay virtualidad que valga ¿qué
vamos a hacer entonces?
Trino: Se agitan las aguas, va emergiendo una
ciudadanía que desde las redes sociales alienta investigaciones, denuncias, acciones
para proteger derechos colectivos, civismo …quienes aún les cuesta entender que
los mega medios de comunicación que son Facebook, Whatsapp y otros los vigilan,
lo están aprendiendo… cada vez se exige y exigirá más transparencia: “Porque no hay nada oculto que no haya de
ser manifestado; ni escondido, que no haya de salir a luz.”
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2020/07/01
AMENAZA Y SOLIDARIDAD
AMENAZA Y SOLIDARIDAD
Una amenaza es un acto
donde el amenazador se reconoce inferior a su amenazado. Es un acto donde reconoce que el amenazado lo
supera, es incapaz de confrontarlo de manera personal, en un debate, en una
discusión, en un medio, en un estrado judicial. El amenazador termina
refugiándose en la amenaza. Es lo único que le queda: No es un acto de poder,
al contrario.
Tal vez por lo abierto,
liberales, sin puertas, que hemos sido desde nuestra fundación, las amenazas son
raras. Menos aún en el siglo XX. Escasas en lo asociado a debates públicos.
Aquí hemos sido capaces de “disentir y estar en desacuerdo”. Y cuando han avanzado:
“a Crosthwaite le hicieron un atentado con una
manopla de hierro que cruzó el parabrisas de su carro y le voló los dientes. El
lío para los que atentaron contra él fue que lograron que sonriera menos, ¡pero
lo dejaron con más dientes!” (ciberplural.blogspot.com), con algo adicional, en
éste pueblo-grande, todo se sabe, por ejemplo, se sabe quién hizo ese atentado
y quién lo ordenó (…).
Por el contrario,
hemos tenido actos de solidaridad cuando suceden estas situaciones. Dicen las
leyendas urbanas, que cuando el concejal de la Unión Patriótica en los 80
comenzó a recibir amenazas en medio del plan de exterminio nacional que asesinó
a miles de sus miembros, la persona que lo escondía, era uno de los jefes del
partido Liberal. Cuando los paramilitares pretendieron tener un “Bloque” en la
ciudad, reunieron a miembros de la elite gremial-empresarial para hacerles ese
ofrecimiento y estos les dijeron “no gracias, aquí no actuamos así”. Como dice
James Fonseca –Premio a la Ciudadanía 2019- hemos actuado como una comunidad
por décadas, y jamás retrocederemos.
Tenemos colectivos
ciudadanos: Espacio y Ciudad, Querendona, Ágora Cívica, entre otros; su
característica común es ser grupos de ciudadanos que, por encima de sus
intereses individuales (gremiales, políticos, etcétera), actúan como colectivo
en pro de la ciudad, el departamento, la región. Carecen de una actitud contra
personas (o familias) en particular. Simplemente velan por los intereses de la
ciudad. https://agoracivicapereirarisaralda.blogspot.com/2020/02/agora-civica-acordo-sus-temas.html
. Es muy importante que en cada barrio, vereda, comuna, corregimiento, exista
un “colectivo ciudadano”, “junta de vecinos”, “veeduría ciudadana”, etcétera,
que actúe en pro del bien común: la personería, defensoría y contraloría tienen
como TAREA promoverlos.
La ciudadana Carolina
Giraldo, hace parte de esos colectivos, y ha liderado investigaciones desde el Ágora
Cívica (2015) en determinados temas, merece toda nuestra solidaridad:
#CarolinaSomosTodos.
#Mujeres1. Transcribo apartes
del editorial de El Espectador sobre la violación en Pueblo Rico: “Dejemos de hablar de monstruos y vamos al fondo: ¿Qué
fallas hay en la cultura colombiana y en la educación que brinda el Ejército a
sus miembros como para que por lo menos siete soldados participen en la
violación de una niña de 12 años? No hablemos de monstruos ni nos quedemos en
las penas. Discutamos sobre problemas estructurales, sobre los efectos
perversos de una cultura machista, sobre el poder que reciben los soldados y la
necesidad de que se ejerza siempre con responsabilidad. El presidente, el
ministro de Defensa y la Comandancia del Ejército deberían liderar esa
conversación”
#Mujeres2 Ya que hay #indignación ...
¿por qué no hablamos de la MUTILACIÓN GENITAL a niñas #Emberá #Chamí
y #Katío
que continua también. ¿la autonomía indígena les da derecho a violar derechos
humanos?
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SILENCIO…
SILENCIO…
¿Te has preguntado cuantos días, incluso semanas,
meses o años, pasas sin SILENCIO?
El ritmo de nuestra sociedad está lleno, repleto de
sonidos: desde el despertador que oímos al levantarnos, ligado a veces a la
primera emisora, al programa de TV madrugador, los primeros ruidos de la calle;
hasta llegar la noche, nuevamente oyendo TV o música antes de acostarnos.
¿En qué momento podemos “aquietarnos”, “calmarnos”,
“serenarnos”, en fin, “tranquilizarnos”: si todo el día estamos con nuestra
mente agitada no sólo por nuestros pensamientos sino, además, por el ruido?. Estas
reflexiones me las hizo, sin decirlas, mi amiga Cece (*) me obligó, sin obligarme,
a reflexionar sobre cómo todo el día, aún en nuestra vivienda (vivienda es
donde uno, supuestamente “vive”: ¿entonces uno fuera de ella no vive?) no somos
capaces de desconectarnos del ruido: casi mecánicamente al llegar a casa, se
conecta el TV, sonido, PC y se le pone música y sí, a veces la música relaja, en
especial cierta clásica, “nueva era”, pero igual NO nos aquietamos, sigue
habiendo más información que procesar, el sólo hecho de colocar música “para”
relajarnos nos tensiona: lo mejor es el silencio y uno que otro truco como
dedicarse a mirar un punto de la habitación que nos permita pasar a sentir cada
parte de nuestro cuerpo, paso a paso, desde la punta de los pies, hasta la de
los cabellos para, en verdad, tranquilizarnos.
¿Por qué o para qué es importante el silencio? para hallarnos,
encontrarnos, “oírnos”, pues poco nos oímos: creemos que nos oímos, nos
conectamos con nuestros sentimientos, corazones, y los osados u osadas creen
que con su alma, cuando esa barrera doble de ruido y pensamiento+pensamiento impide
que realmente podamos llegar a esa conexión con nuestra esencia: sólo superando la barrera del ruido externo y
del interno (o bien no pensar, o bien pensar pero seguir) podemos oír nuestra
voz interior con más claridad.
Tal vez la mejor pregunta es PORQUE NOS DA
DIFICULTAD ENTRAR EN EL SILENCIO…y la respuesta sería, POR MIEDO…(no entiendo
por qué tienen tanto miedo y se dicen creyentes: ¿SI DIOS ESTÀ CONTIGO A QUE PUEDES TEMERLE? y es un
miedo recurrente a la soledad, es como si necesitaras oír una voz humana, una
cantante, un locutor, el vecino, o…para sentir que no se está “sólo” y esto es
bien dialéctico: solamente en la soledad se supera ese miedo a estar sólo,
porque es en la soledad que produce el silencio, el silenciar todos los ruidos
externos y especialmente los internos donde entendemos que NO estamos solos porque
siempre hay por lo menos tres seres acompañándonos: uno nuestra alma, lo que
algunos llaman ese pedazo de Dios que habita dentro de mí, otro nuestro ángel
de la guarda, porque todos –si, hasta los “malos”…¿qué es ser malo?- tenemos
uno, y otro…algún o algunos seres de luz que está o están a tu lado por alguna razón
espiritual. Entonces, aquella anécdota del atracador que cuando ve a la persona
pasar “sola” la “ve” con 3 persona más: tal vez no es tan “anécdota” …
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