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2020/08/25

Pereira, 157 años: Balance

En afirmar que “Pereira es una ciudad de refugiados” de “desplazados” coincidimos con Leonor Mary Marmolejo, James Fonseca y Omar Buitrago, el pasado domingo en #SinceramenteConOrlandoParra. Si, así es.  Somos una ciudad fundada por arrieros zarrapastrosos. Los abuelos de algunos quienes hoy le preguntan a uno “y vos que apellido es que sos” (…)

 Alguien debe tener el dato de cuántas personas llegaron desplazadas en las violencias liberal-conservadora; cuántas llegaron desplazadas en las más recientes. A la cual se le debe sumar los desplazados culturo-económicos. Árabes, judíos. Una ciudad de desplazados. Solidarios generalmente.

 En esa ciudad floreció “el civismo”, cabe anotar que NO fue la única: sociedad de mejoras públicas hubo y hay en muchas partes.  Un civismo que como dijo Fonseca, tuvo su momento de quiebre con la oleada del narcotráfico de los 70 (Léase el libro “Los Jinetes de la Cocaína”); el dinero fácil debilitó la solidaridad y sus valores esenciales en las gestas comunes, cívicas, que fueron reemplazadas por los intereses de pequeños grupos, por mafias de diverso tipo entre ellas las de la corrupción.  Corrupción que como se quejó el director ejecutivo de Vigía Cívica, aún NO es condenada por la comunidad, por la sociedad pereirana. Empero, los 3 charlantes afirmaron que el civismo está “latente”, lo que necesitamos son nuevos dirigentes (“nuevos” NO necesariamente es “jóvenes”, por cierto). Se necesita un civismo siglo XXI, civismo moderno, es decir, un civismo más ciudadano del común (…)

 Estos 157 años le llegan a la ciudad con la preocupación por la necesidad de empleo, de ingresos, en lo que coincidieron los foristas, pero enfatizando en que debe sujetarse a la prioridad de la vida, que son preferibles las ayudas económicas. Afirmaron que buena parte de los Pereiranos han sido díscolos, irresponsables, han incumplido la bio-seguridad, e insistieron en que el COVID se enfrenta esencialmente desde el auto-cuidado. Empero manifestaron que hay protuberantes fallas en las autoridades policiales “no están haciendo lo que deben hacer”. Advirtieron que es posible una expansión del microtráfico y con ello de violencia y que se avecina una Crisis Humanitaria, la cual se debe enfrentar.

 Abordaron el abandono del campo: los productores cuentan con algunos programas de fomento que si bien los apoyan, también es cierto que son acciones aisladas, discontinuas, cortoplacistas al punto de que los programas de seguridad alimentaria no han generado el arraigo y el impacto que su espíritu encierra. Existen tímidos avances en el POT, asignación insipiente de recursos en el presupuesto público, carencia de políticas integrales y coordinadas con actores competentes que incluyan vivienda, vías, educación, salud, tecnología, comercialización; soluciones oportunas sobre tenencia de la tierra, la formalización de la actividad agropecuaria, estudios de suelos, fortalecimiento de su vocación…

 En medio de semejantes situaciones la mala copia de Barranquilla con su “Capital del Caribe” se vuelve tema recurrente. Con los foristas somos enfáticos: ¿Capital del eje? ¡primero apoyemos los municipios de Risaralda!. Por el contrario, lo que debemos hacer es recuperar el simbolismo de “Ciudad- Región” que en algún momento tuvo fuerza. Recordar que “estamos pegados”. Potenciar la RAP. Lo que necesitamos es ponernos de ACUERDO SOBRE LO FUNDAMENTAL (difícil a nivel nacional), metas a largo plazo … ¿qué tal una Asamblea Constituyente Municipal? … ¿De blancos, negros - ricos, pobres, clase media?

 En fin, con otros temas más, hoy a las 8pm por https://Youtube.com/user/ciberplural   transmitiremos el programa.

 El próximo domingo a las 7pm viene Aydee Lizarazo, Senadora del MIRA.

 https://instagram.com/opinionorlandoparrag -- https://facebook.com/orlandoparragopinion   

https://twitter.com/OrlandoParraG


2011/08/28

El culto al avispado por ROBERTO ARENAS MEJÍA

El culto al avispado








Alguna vez mencionamos los resultados lamentables de un estudio hecho por una importante firma de investigaciones, sobre la percepción que tenían los jóvenes entre los 13 y los 18 años sobre el significado del bien y el mal. Las respuestas fueron aterradoras, pues los entrevistados entendían el mal como la eventualidad de que los cogieran en un hecho ilegal y no el hecho en sí.

Pues bien, lo que estamos observando es la construcción de una cultura de la ilegalidad que ya corroe los cimientos de la sociedad colombiana sobre lo cual no es necesario dar explicaciones. Basta mirar los periódicos diariamente y todos los escándalos que se publican para entender lo que estamos afirmando. El Rector nacional de la Universidad Eafit, Dr. Juan Luis Mejía Arango, en notable conferencia de esta semana nos habla sobre esta cultura de la ilegalidad que se ha tomado a Colombia, en el marco de un trabajo académico que se denomina “Atreverse a Pensar” a través del cual EAFIT llamará a la reflexión para tratar de prevenir el estado actual de cosas. A la manera de las políticas de salud, es preferible prevenir que curar o reprimir. La construcción de este estado de cosas ha pasado por la cultura popular, dice el Rector Mejia Arango: “Frases como “al que se vuelve miel, se lo lamben”, “antioqueño no se vara”, “por la plata baila el perro”, “la plata busca la plata”, “la ocasión hace al ladrón”, “hecha la ley, hecha la trampa”, son refranes que dan fe de una sabiduría popular propia, que inmovilizan el pensamiento y son aceptadas por buena parte de la sociedad…como un culto al avispado”. “Son una exaltación al pícaro mas no a la picardía” Agrega el Rector en su texto: “El culto al avispado” es el que caracteriza a ese “vivo” que fue a la universidad de la calle, que no habla sino que come de cuento, que no hace negocios sino que saca ventaja, que se las sabe todas, que se enriquece rápido y que se cree superior a los demás. Por eso, surgieron fenómenos como el contrabando situación tolerada inicialmente y que fue, en palabras del directivo, la grieta ética por donde se coló el narcotráfico, producto de una incapacidad para construir una ética civil….. En fin, el colombiano promedio cree que mentir y engañar hacen parte del éxito en la vida. (Agencia de Noticias EAFIT) La pregunta que es necesario hacer ahora es: “Puede la sociedad colombiana subsistir con este estado de cosas?. Veamos algunas percepciones: Colombia ante el Observatorio que mide la transparencia de los estados en el mundo ocupa el lamentable lugar 78, lo cual no construye confianza entre naciones ni entre inversionistas internacionales potenciales. El país se percibe como un país con poca transparencia en sus negocios. La Auditoría General de la República estima que la corrupción puede producir 3.8 billones de pesos perdidos, lo cual equivale a los resultados de una reforma tributaria. Los empresarios en un 60% consideran que los negocios con el estado no son fáciles ni transparentes. El 67% de ellos considera que la confianza ciudadana en las instituciones del estado está resquebrajada. Sólo el 7% de los empresarios considera que los recursos para la reconstrucción nacional, a raíz de la reciente tragedia invernal, serán bien invertidos. El 42% cree que la corrupción en el estado dificulta el clima de los negocios. De otra parte la cultura del no pago de los impuestos mina la economía nacional. La Tasa de Evasión de Impuestos representa el 25.3% del debido a cobrar. El IVA dejado de pagar equivale al 2% del PIB. En cuanto al riesgo electoral: 544 municipios están en grave riesgo de fraude electoral. 447 municipios están en grave riesgo de violencia durante el proceso. 241 municipios pueden sufrir ambos fenómenos. Todos estos datos que aporta la conferencia mencionada, servirá para una propuesta concreta de EAFIT, en la cual se planteará que la sociedad debe reflexionar y actuar a través de procesos de educación ciudadana, en una cultura de la legalidad, antes de que sea demasiado tarde. Un país como el nuestro no puede aceptar el robo continuado de los recursos públicos, mientras ve avanzar la pobreza sin atenuantes. El mundo será cada vez más interdependiente y no podemos ser parte de los países parias que nadie respeta.

http://www.latarde.com/opinion/columnistas/47121-el-culto-al-avispado.html

2011/05/15


Opinión |15 Mayo 2011 - 1:00 am

Alejandro Gaviria

El cáncer del sistema

Por: Alejandro Gaviria

PODEMOS PERORAR SOBRE NUEStro deterioro moral. O hacer frases bonitas sobre la corrupción en la era del emoticón. O señalar (nuevamente) la omnipresencia de los avivatos. O maldecir el oportunismo de los negociantes. O reiterar la venalidad de los burócratas. Podemos en fin manifestar nuestra indignación de muchas maneras. Todas entendibles. Pero todas en buena medida infructuosas.

El último escándalo de corrupción en el sistema de salud tiene una causa fundamental que ha sido olvidada en medio de la indignación general: los incentivos perversos o pervertidores. El llamado sistema de recobros es una invitación al fraude; es la ocasión que hace al ladrón, que engendra al corrupto. La corrupción no es sólo un asunto de moral. Es también la manifestación de una falla institucional, de un problema de incentivos. Veamos un ejemplo hipotético.

Un buen día el jefe de una gran empresa reúne a todos los empleados y anuncia, primero, que ha decidido congelar los salarios y, segundo, que va a poner en práctica un nuevo sistema de bonificaciones. “Para las actividades que no hacen parte de la carga normal, de la descripción de los cargos, todos podrán ahora presentar una cuenta de cobro, detallando las horas adicionales trabajadas y los gastos no cubiertos por la empresa, en transporte, materiales, etc.”, explica el jefe. “Preparen las cuentas, cobren lo que tengan que cobrar, nosotros pagaremos de manera cumplida después de una auditoría rápida”, aclara finalmente.

Algunas semanas después de la reunión, los empleados comienzan a pasar las cuentas como corresponde, con apego a la verdad y a la ética. Pero tarde o temprano, por experiencia propia o ajena, se dan cuenta de que la auditoría es inexistente, que los recobros son pagados sin reparos y que los gastos adicionales pueden facturarse a cualquier precio. Seguidamente, algunos empleados comienzan a inflar las cuentas, primero con cautela, como tanteando la situación, después de manera desvergonzada, sin reatos morales o cargos de conciencia. Al fin de cuentas han descubierto una manera sencilla para salir de pobres. Pasado un tiempo, el jefe descubre, con asombro, que los recobros han crecido de manera exponencial, que están poniendo en riesgo la viabilidad de la empresa. Decide, entonces, citar a una reunión extraordinaria. Sentado en la mitad de una larga mesa, flanqueado por el auditor interno y el revisor fiscal, denuncia indignado la corrupción reinante y promete un castigo ejemplar para los culpables. Nada dice, sin embargo, sobre el sistema perverso de bonificaciones.

Algo similar ha venido ocurriendo en el sistema de salud. El Gobierno ha denunciado la corrupción. Conoce la perversidad del sistema de recobros. Pero poco ha dicho sobre cómo va a desmontar un sistema corruptor. La ley 1438 no hace nada al respecto. El proyecto de ley estatuaria ha sido archivado. El control de precios de medicamentos es parcial e insuficiente. La actualización del plan de beneficios sigue siendo una promesa eterna, una entelequia. La actualización de la Unidad de Pago por Capitación (UPC) se ha pospuesto por mucho tiempo. “Los recobros no hacen parte del sistema de salud”, ha dicho el ministro del ramo. Pero la realidad sinceramente es otra. Los recobros son el cáncer del sistema, un cuerpo extraño que podría terminar matándolo.

agaviria.blogspot.com