Ser de Centro, es casi que una
posición moral, pues se sabe que se recibirá palo de la izquierda y de la
derecha, así, ocasionalmente, se esté de acuerdo con ellos. Los polos sólo
entienden de eso, de polarización, y muchos se comportan como fanáticos de
sectas con su respectivo mesías. Eso
pues, sin olvidar, que aún en el centro, hay mesías y tienen seguidores quienes
olvidan lo más importante de asumirse de centro: la libertad, la libertad de
pensar por sí mismo.
La Economía Naranja es lo más
revolucionario ¿subversivo? propuesto por el actual presidente de los
Colombianos. Pero ni así. Simplemente hay sectores los cuales dirán que todo lo
dicho por el caudillo de la izquierda es malo, para otros todo lo del caudillo
del centro también, y para otros, todo lo que venga del actual gobierno de
derecha, será perverso. Sin ningún tipo de análisis. Sin ningún tipo de calma.
Adolecemos, y, gravemente, de EDUCACION EMOCIONAL. Si en educación para la ciudadanía
estamos graves, en esa, muchos ni siquiera saben su existencia
¿Sabe usted qué es la Economía
Naranja?... ¿le parece chévere si le digo que NO tiene chimeneas
contaminantes?... desde allí, ya pinta bien. El planeta NO aguanta tanto humo.
(¡menos el de los buses y megabuses!). En esencia es la economía que se genera
a partir de la CREACION, PRODUCCIÓN, DISTRIBUCIÓN de bienes y servicios
CULTURALES y CREATIVOS. Se liga mucho a
las artes, al patrimonio (museos, paisajes culturales, sitios arqueológicos e
históricos y gastronomía ), a las industrias culturales
(arte, entretenimiento, diseño, arquitectura, publicidad, gastronomía),
a las creaciones ( pintura, escultura, artesanía y fotografía; libros,
periódicos; filmes y videos, radio y televisión, podcasting, mainstreaming,
juegos de video y animación; artes escénicas, música, festivales y ferias; Moda, diseño gráfico, diseño interior,
paisajismo, servicios de arquitectura y publicidad)
Ve que sí es algo revolucionario,
subversivo: Es como cuando Misael Pastrana hace unos 50 años abordó el tema del
“medio ambiente” ¡qué carajos es eso! Se preguntaban muchos. ¡un invento más de
los godos! ¡un embeleco de la derecha! Decían otros... y curiosamente hoy es
una bandera universal la cual nos une a todos. Eso sí, se olvida que estábamos
llegando unos 100 años tarde al tema ecologista. Con la economía naranja nos
pasa lo mismo.
Es comprensible que haya
resistencias. Siempre las hay a lo novedoso. Se planteará por ejemplo que se
van a monetizar expresiones las cuales hoy no lo están. Sería bueno saber qué
piensan quienes recibirían esas “monedas”. Sí, es posible que por ese camino, ciertas
expresiones terminen siendo accesibles sólo a quienes puedan pagarla. Vuelvo y repito, qué piensan los expositores a
beneficiarse con ello.
Ahora bien, si esa es la apuesta,
uno esperaría un vuelco del estado hacia allí. Pero ello hasta ahora es
inexistente. Comenzando porque es algo tan nuevo que muchos no lo entienden y
menos son capaces de promoverlo. Se esperaría por ejemplo un gran impulso al
turismo cultural; al arte; a los
periódicos; a los juegos de video; y, al
menos como ciudadano del común, poco se ve. Tal vez será porque necesitan poner
a andar juntos siete ministerios ¡siete!. Cultura, Interior, Hacienda,
Comercio-Industria-Turismo, Trabajo, Educación, TIC. Mejor dicho un berenjenal
donde hay 21 aparatos del estado involucrados y setenta, si 70, programas. Pero
todos ellos con pocos recursos, cada programa en promedio tiene 11 mil millones
de pesos de los cuales buena parte se va en “mermelada”, digo, en
Administración
Todo este valioso ¿futurista? esfuerzo,
requeriría hacer lo que hizo Mockus cuando era alcalde con el para entonces
novedoso tema de la Cultura Ciudadana: ponerse personalmente al frente del
tema… des-cuidando, perdón, “delegando” los otros. La otra salida es crear un
Ministerio o una entidad nacional que centralice todo el ejercicio. Complejo:
aquí pasaron 20 años después de que Pastrana puso el tema del Medio Ambiente
para crear el Ministerio. Por ahora hay
un viceministerio de la creatividad y la economía naranja, según dicen, sin
diente$ propio$ y ese tema es clave, como lo dice una conocedora “se hace creer
a las personas que es muy breve convertir un proceso creativo en un
emprendimiento. El trecho es grande, se requiere mucho capital: sobre todo
capital económico” eso pues sin olvidar que No todos los creadores son
emprendedores ni todos los emprendedores culturales son creadores, o la
importancia de reflexionar sobre la diferencia entre derechos culturales y
creatividad como recurso
Sería bueno que estos 3 años restante
del actual Presidente, también los apuntara a una prima hermana de la economía naranja,
la del conocimiento: educación, investigación y desarrollo, alta
tecnología, informática, telecomunicaciones, robótica, nanotecnología, industria
aeroespacial. En algunas de ellas hay valiosos esfuerzos por estos lares.
Así como en la paz, la cultura
para la paz, la inversión en la paz territorial que le debemos a los sitios
donde la guerra se reinventa, replica, copia, desde la Colonia; en esos temas
debemos estar unidos como nación; también en el de la economía naranja, la
creativa, la del conocimiento; la
cultura y la creatividad a manera de sector económico, deberíamos estar
unidos pues hacen parte del nuevo mundo, de los nuevos tiempos, que parecen
irnos dejando atrás… a todos, sin distingo de posición ideológica: incluidos
nuestros hijos y nuestros nietos.
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