c.c. Calle 13 y la formalidad
¿Vamos a juzgar el fracaso/parcial de San Andresito? ¿El de la política represiva (que costó un bombazo a El Caimán)? ¿El del centro comercial de la 17? ¿El del adoquinamiento del centro, de sus peatonales? Incluso ¿el éxito/momentáneo de los bazares populares? Obvio, todo es investigable, teniendo claro que una cosa es “actuar de buena fe” y otra “robar”.
Las calles de nuestras ciudades, todas, se seguirán llenando si no se cumple con tres mínimos: 1- Recuperar el control del público /estado sobre esos espacios: TODO el que llegue a comerciar en calle tiene que legalizarse; pedir permiso al ESTADO, ser notificado de que NO se puede quedar en la calle permanentemente (pues eso es privatizar un bien público); el ESTADO es quien le dice dónde se puede o NO hacer (hay sitios donde NO cabe ni uno más), ingresado en una base pública con la Hoja de Vida de su comportamiento, base que además permita conocer a quienes aceptan procesos y después regresan a la calle, etc. 2- Todos deben pagar por el uso TEMPORAL del espacio público: altos, medianos o bajos impuestos: pero PAGAR formalizándose.
3- Adulto que demuestre encontrar su “mínimo vital” en la calle y se le autorice momentáneamente su uso (pagando) debe ser inscrito y comprometido en programas de emprendimiento o sociales, los cuales le aseguren que pasados ciertos semanas/meses tendrá las herramientas para salir de las calles y formalizarse. Y SÍ, vale y valdrá otros miles de millones de pesos más: es parte de la deuda social que nos recuerda el nuevo presidente de la Cámara de Comercio poniendo como ejemplo a l@s viejit@s que, sorprendentemente, sobreviven a diario con un “plante” (capital) en sus “chazas” de dulces y cigarrillos inferior a 50 mil pesos…
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